.
NOTA DE PRENSA
..
MACHUPIQCHU EN EL MUSEO DE LA NACIÓN
.
La presentación del libro "Templos Sagrados de
Machupiqchu" se hizo en un marco realmente hermoso. El gran Museo de la Nación donde se
preparó una Muestra Fotográfica en la Sala Kuelap. La muestra estará abierta
hasta el 15 de noviembre y se invita a los amigos a concurrir a ella porque es
muy didáctica. Quién iba a pensar que en el Qorikancha, hoy la iglesia y
convento de Santo Domingo, continúa la gran wanka o roca; una Mama Qaqa, madre
piedra que maneja el sistema pétreo de la ciudad. Cristóbal de Albornoz
menciona que se repetían los sitios o tronos de estas wakas y así es. En
Machupiqchu otro muro circular finísimo protege a otra wanka. En una salida de
Qosqo o Cusco se encuentra una tercera que los cronistas llaman Pachatosa.
Nadie podía imaginar que el intiwatana o ushnu del sol de Machupiqchu no era único;
hay otro, a tres cuadras de la Plaza Mayor, en el área de la residencia de
Pachakuti Inka Yupanki y un segundo en Saqsaywaman.
Los comentaristas; doctores Rodrigo Montoya Rojas, antropólogo formado en Perú con estudios especiales en Francia, España y Brasil, autor de varias obras de antropología y literatura; y Waldemar Espinoza Soriano, historiador con estudios en el Archivo de Indias de Sevilla, ambos catedráticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, coincidieron en reconocer el trabajo realizado por la autora y su conocimiento del mundo andino que le han permitido acercarse a expresiones olvidadas o a los cuales no se frecuenta.
Alfonsina Barrionuevo al agradecer a cuantos han concurrido para hacer posible la presentación de su libro, recordó a una niña anónima, de una comunidad nativa de Huaro, Quispicanchis, Qosqo, quien la ayudó a conocer en su niñez el mundo andino, superando el temor que le tenía al aparato que suele rodear a la iglesia en algunos pueblos, la creencia del infierno como se pinta en murales del Juicio final; la presencia de los condenados que pueden comer a la gente y dejar sólo sus huesos; las andanzas del féretro, caja en la que se enterraba a los muertos en los camposantos y la aparición insólita de los frailes sin cabeza pero con ojos de fuego que quemaban a los transeúntes solitarios; para poner en cambio un Ukhu Pacha, tercer mundo donde están las illas o madres de las alpakas con patitas de oro, un mundo poblado por graciosos ukhupacharunakunacha, pastorcillos de los poroqoes o cuyes silvestres y toda una familia de vientos que van desde el mayor hasta el más pequeño, el mankap'aki que vive en las playas de los ríos torneando sus ollitas de arena. De este modo le devolvió la tranquilidad limpiando a su alma de prejuicios y creencias negativas; preparándola sin proponérselo para que se acercara en sus recorridos a las comunidades andinas donde recogería sus sabias enseñanzas.
El Ministro de Cultura Luis Peirano Falconí presentó la obra dedicando al público presente una oración a las wakas, captada en siglo XVI por Cristóbal de Molina, el Cusqueño, adaptada a una obra teatral por el dramaturgo Juan Ríos. Enseguida los asistentes pasaron a la Sala Kuelap admirando en primer término unas delicadas miniaturas inkas de ofrenda con las que acostumbraban dejar en las wakas. Apertura extraordinaria de la muestra junto con vasijas inkas ceremoniales, donde se verán hasta el 15 de noviembre las fotografías tomadas por Peruska Chambi con Alfonsina.
Los comentaristas; doctores Rodrigo Montoya Rojas, antropólogo formado en Perú con estudios especiales en Francia, España y Brasil, autor de varias obras de antropología y literatura; y Waldemar Espinoza Soriano, historiador con estudios en el Archivo de Indias de Sevilla, ambos catedráticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, coincidieron en reconocer el trabajo realizado por la autora y su conocimiento del mundo andino que le han permitido acercarse a expresiones olvidadas o a los cuales no se frecuenta.
Alfonsina Barrionuevo al agradecer a cuantos han concurrido para hacer posible la presentación de su libro, recordó a una niña anónima, de una comunidad nativa de Huaro, Quispicanchis, Qosqo, quien la ayudó a conocer en su niñez el mundo andino, superando el temor que le tenía al aparato que suele rodear a la iglesia en algunos pueblos, la creencia del infierno como se pinta en murales del Juicio final; la presencia de los condenados que pueden comer a la gente y dejar sólo sus huesos; las andanzas del féretro, caja en la que se enterraba a los muertos en los camposantos y la aparición insólita de los frailes sin cabeza pero con ojos de fuego que quemaban a los transeúntes solitarios; para poner en cambio un Ukhu Pacha, tercer mundo donde están las illas o madres de las alpakas con patitas de oro, un mundo poblado por graciosos ukhupacharunakunacha, pastorcillos de los poroqoes o cuyes silvestres y toda una familia de vientos que van desde el mayor hasta el más pequeño, el mankap'aki que vive en las playas de los ríos torneando sus ollitas de arena. De este modo le devolvió la tranquilidad limpiando a su alma de prejuicios y creencias negativas; preparándola sin proponérselo para que se acercara en sus recorridos a las comunidades andinas donde recogería sus sabias enseñanzas.
El Ministro de Cultura Luis Peirano Falconí presentó la obra dedicando al público presente una oración a las wakas, captada en siglo XVI por Cristóbal de Molina, el Cusqueño, adaptada a una obra teatral por el dramaturgo Juan Ríos. Enseguida los asistentes pasaron a la Sala Kuelap admirando en primer término unas delicadas miniaturas inkas de ofrenda con las que acostumbraban dejar en las wakas. Apertura extraordinaria de la muestra junto con vasijas inkas ceremoniales, donde se verán hasta el 15 de noviembre las fotografías tomadas por Peruska Chambi con Alfonsina.
La
mazorca que aparece con una avecilla habría pertenecido a los jardines
de oro y plata del Qorikancha. La fotografía es de Alfonsina Barrionuevo
|
Caretas |