LITERATURA
INFANTIL CHANCAYANA
.
Roberto Rosario
Vidal
.
II Encuentro de Integración Cultural HUACHO / AEPA
.
16, 17 18 NOV 2012
.
En la década del setenta visitaba con
frecuencia la entonces provincia de Chancay, cuya capital era Huacho. Ciudad
apacible donde todos se conocían. Paseando por la plaza principal donde parecía
haberse detenido el tiempo, a mis amigos, sin duda por la edad, saludaban
respetuosamente chicos y grandes. Ahora que ha transcurrido el tiempo me sorprende
como entonces los jóvenes, ávidos de información recurríamos a los mayores,
quienes amenamente narraban historias sazonadas con anécdotas y picantes
chascarrillos que la prensa ni los historiadores son capaces de ponerle tanta
salsa verde como hizo con picardía y gracia, don Ricardo Palma.
Sucede también que los amigos a los
que recurría entonces, no eran ciudadanos común y corrientes, sino personajes
de mucha relievancia en sus respectivos pueblos. Personas que me triplicaban la
edad, sin embargo mantenían una vitalidad envidiable. Estos señores eran
educadores, maestros en el mejor sentido de la palabra. Yo tengo mucho respeto y
admiración por los educadores,
principalmente por los que tienen las cualidades de mis viejos amigos huachanos.
Pienso que en el magisterio la más alta categoría es ser maestro, mérito que se
logra por esfuerzo propio, por suerte, sin la intervención del Ministerio de
Educación, que anda ocupado en burocráticos menesteres.
Los amigos a los que me refiero, Maestros
a carta cabal, personajes prestigiosos de la región son: Andrés Marmol Castellanos,
educador y arqueólogo por vocación, gestor del museo arqueológico de Huaral,
que inicialmente construyó en su propia vivienda y el año 1976, el día que
Huaral celebró su ascenso a la categoría de provincia, se trasladó a un espacio
cedido por la municipalidad en la plaza de armas, oportunidad en la fuimos invitados
por el gestor de esa efemérides, don Carlos Mora Parra. Andrés Marmol
Castellanos era director fundador del Colegio Moderno de Huaral.
Otro maestro distinguido que
participaba con menor frecuencia en los encuentros en Huacho, era el poeta
chancayano Jorge Ortiz Dueñas, con quien tuvimos la oportunidad de visitar la
escuela de Végueta, donde ejerció la docencia hasta su jubilación, una escuela
camino a la playa que sin duda motivó sus tiernos y prístinos poemas con sabor
a mar, a sal, a puerto.
Otro viejo amigo de esa época era el
narrador Fernando Valle Buendía, autor del célebre cuento El lustrabotas, y el profesor Rosell, director del Liceo Moderno de
Huacho quien gastaba celebradas bromas con sus amigos, luego de servirnos el
famoso chupín de pejesapo en la caleta de Carquín o el delicioso cebiche de
pato regado por caseros vinos en las campiñas de Hualmay.
-Está
llegando el mono Ortiz –decía Rosell cuando asomaba Jorge Ortiz Dueñas, alto, colorado,
con los cabellos rebeldes como gallito de las rocas, todavía no muy blancos,
como en los últimos años.
Escuchándonos
reir a carcajadas, Jorge Ortiz sospechaba que sus graciosos amigos reían a sus
costas. Entonces con gracia saludaba engolando la voz:
-¡Ex
simios, profesores…!
Y estrechaba la mano a Fernando Valle
y a Rosell, a quienes sus colegas apodaban Mono Rosell y Mono Valle.
Finalmente los tres amigos, junto con
Roberto Manrique, iniciaban prolongadas tertulias, recordando aventuras y
palomilladas juveniles. Entonces mis cuatro amigos ya estaban jubilados, en
cambio la profesora Flor de María Drago Persivale, dirigía todavía el centro
educativo 21006 de Huacho.
Hasta aquí la anécdota.
.
FLOR DE MARIA
DRAGO PERSIVALE
.
(Huacho, 1925-1982).
La conocí cuando aún ejercía la
docencia en la escuela 21006 de Huacho y alguna vez la visité en su casa. Recuerdo una puerta externa desde donde se
accedía a otra puerta con primorosas cortinas. Una sala pequeña delicadamente
decorada, rodeada de sillas con cobertores bordados y una mesita de centro con
sencillos recuerdos.
-Pase profesor – invitaba desde adentro
con una voz fina, cantarina, como cuando declamaba sus poemas en ceremonias
públicas o en la salita de su acogedora casa, para deleitar a sus amigos que la
visitábamos.
Nos conocimos por primera vez con
motivo de un concurso de literatura infantil que convocó el área en la que yo
trabajaba en la segunda Región de Educación. Poco tiempo después, habiéndose
iniciado la reforma educativa del año 1972, cada vez que viajábamos a los
frecuentes cursos de entrenamiento magisterial en el Norte Chico, tuve oportunidad
de escucharla declamar sus bellos poemas.
La poesía de Flor de María interpreta
estampas costumbristas de su tierra natal: Soy
huachana, la lechera, la cebichera, la alfarera, la tejedora veguetana, pelea
de gallos…Son testimonios de vida, pregones, elogios, que demuestran el
orgullo por su pueblo, su raza, sus costumbres. Sin lugar a dudas es una de las
más importantes escritoras costumbristas de la costa peruana.
Tengo en mi poder un manojo de poemas
de la poetisa huachana, no se si alguno de ellos todavía es inédito. Voy a leer
un par de estos poemas, el primero
titulado Dos reliquias, dedicado al balcón y a las campanas de Huaura:
¿Qué
dirá ese balcón?
¿Qué
dirá esa campana?
¿Qué
dirán los viejos muros
Y
las rejas centenarias,
Y
las casas solariegas,
Y
las huertas perfumadas,
Y
las torres sileciosas,
De
la calle solitaria?
¿Qué
dirán aquellas pampas,
Y
los pastos de ese valle,
Los
caminos polvorosos
Y
hasta el viento de la tarde,
Y
los cerros pedregosos,
las
arenas de las playas
y ese
frío que murmura
y
también a veces calla?
¿Qué
dirá ese balcón?
¿Qué
dirá esa campana?
Otra estampa extraordinariamente lograda
lleva por título La lechera:
¡La
lecheeeee ¡
¡Caserita!
¡La
leche, fresquecita!
Traigo
la leche fresquita,
Leche
fresquita de vaca,
Esta
leche es bien purita,
Y
forma muy buena nata.
Tengo
una sola vaquita,
Que
la crio en mi potrero,
Pero
casi toda la leche
Se
lo mama su ternero.
Es
por eso que no puedo,
A
usted, casero, atender,
Sino
la leche con agua,
Lo
tendría que vender.
Y,
eso a mí no me gusta,
De
veras, se ve muy mal,
Y
también a mí me asusta,
La
policía municipal.
Yo
lo vendiera, casero,
La
leche con mucho agrado,
Pero
la pidió primero,
Mi
compadre Wenceslao.
Antes
de despedirme,
Un
favor quiero pedirle:
Si
alguna vez se derrama,
En
la candela, la leche,
Yo
lo suplico que al fuego,
Un
poco de cal lo eche.
Es
una cosa secreta,
Que
me enseñó mia aguelita,
Pa
que a mi pobre vaquita,
No
se lo raje su tetaa.
¡Lecheee…!
¡Fresquecitaaaa…!
Con este testimonio inicial tributo homenaje a mi querida
amiga Flor de María, en cuyo honor se realiza este importante evento.
.
CARLOTA CARVALLO DE NUÑEZ
.
(Lima, 1909-1980).
No se puede hablar de literatura infantil Huachana,
chancayana o del Norte Chico sin mencionar a Carlota Carvallo Wallstein, quien nació
en Lima el 26 de junio de 1909, hija de don Armando Carvallo Argüelles, peruano
de ascendencia portuguesa y doña Eugenia Wallstein Muller, de nacionalidad
húngara, quien a muy temprana edad viajó
con su familia a Huacho, donde su padre tenía negocios.
En Huacho, recibe
sus primeras lecciones de música y algo de pintura. Llena sus ojos ávidos con
el paisaje marino, sus oídos con el trino de los pájaros y nutre su alma, sus sueños
y fantasías con los relatos costumbristas de los campesinos y pescadores que
tocaban su puerta llevando productos a vender o se quedaban a ayudar a su madre
en las labores domésticas.
En
las playas de Carquín y Végueta, pescadores artesanales tendían redes que
platinaban en las noches, repletos de peces de diversa especie, que recuerda en
sus poemas:
La
niñita linda
se
quedó dormida,
una
mañanita
muy cerca del mar.
¡Cállense las olas,
dejen de bramar,
que la niña linda
se puede asustar!
¡Que se calle el
viento,
deje de soplar,
que la niña linda,
dormidita está!
Callen las
gaviotas,
dejen de graznar,
que la niña linda
se va a despertar!
¡Que bramen las
olas,
viento, echa a
soplar,
graznen las
gaviotas,
la niña se va!
(La
niña y el mar)
En
el valle de Huacho se cultivaba algodón, caña de azúcar, vid y productos de pan
llevar. De las serranías de Cajatambo (Oyón, Gorgor, Huancapón, Churín, Mallay
y Naván) bajaban tubérculos y granos con los que se completaba la dieta
familiar. Huacho era entonces un puerto terrestre donde confluían usos y
costumbres de la costa y la sierra y, sin duda, en las apacibles noches de
luna, se entablaban prolongadas tertulias familiares en torno al fogón de la
cocina. Maravilloso ambiente en el que las tradiciones orales, mitos y leyendas,
así como la historia de los ancestros, era revisada desde el inicio de los
tiempos. En los artículos publicados por
la autora en la revista Urpi, en repetidas oportunidades relata su experiencia
de vida en el apacible pueblo costero, colindante con las pródigas campiñas de
Hualmay, paseos a pie y en caballo, recuerdos de personajes, relatos, tradición
oral, recuerdos.
Recién a los 17
años se establece en Lima con su familia.
.
JORGE ORTIZ DUEÑAS
.
(Chancay, 1917- Lima-1998).
Amigo desde los años setenta, publica el bello poemario La canción menuda
(1945) con prólogo de
Francisco Izquierdo Ríos. Tiempo después, en 1982 presenta Las
Plumas del Nido que incluye gran parte de los poemas publicados en su
primer libro y otros poemas, producto de su larga y proficua labor creadora.
Bello el metafórico poema, Barredor de mar, de Jorge Ortiz Dueñas:
Remero en su bote
barriendo…barriendo
con sus dos escobas
las aguas del mar.
Como ese que pasa
barriendo…barriendo…
Yo quiero ser, papi,
barredor de mar.
Diálogo:
-Yo te
quiero como quiere
El
naranjo a la naranja;
A los
ángeles el cielo,
A las
rosas el rosal.
-Yo no
quiero que así quieras
A tu
hijita que te quiere.
-¿Cómo
quieres que te quiera?
-Como
quiero a mi muñeca
Así
quiero que me quieras.
.
FERNANDO VALLE BUENDIA
.
(Nazca, 1921-Lima, 1985).
Maestro, poeta, novelista y ensayista residió muchos años en
Huacho, desempeñando su labor docente primero en Végueta, luego se traslada al
C. E. 20318 en huacho.
.
.
Fernando Valle Buendía es autor de: Cuentos: El lustrabotas, Apracha, Como un camote asao, El viajero de la noche, Una víspera de
navidad. Poesía: Cantos al alba en 1956 y Raíces en 1958. También incursionó en otros géneros
literarios como teatro, ensayo. Ejerció el periodismo y fue socio fundador de
la Asociación Cultural Ínsula Huacho.
En 1971 obtuvo un premio otorgado por la fundación “Givre” de
Argentina y Mención honrosa en el concurso de cuentos “Hispamerica” en los
Estados Unidos de Norte América con el cuento El lustrabotas, evento en
el que participan como jurado el paraguayo Augusto Roa Bastos, el argentino
Julio Cortázar y nuestro Nobel Mario Vargas Llosa. Este libro debe ser lectura
obligada en las escuelas, porque además de interpretar el lenguaje de la
región, muestra la problemática social que aún se vive en estos tiempos.
Fernando
Valle también publicó poesía:
MI HAMBRE
A César Vallejo
Mi hambre está hecho de multitudes
de quijadas mundiales,
de vacíos intestinos universales,
de quejas cuajadas en la boca de la muerte.
Yo miro y me miran,
las tripas y las panzas de los hartos.
Yo miro y me miran
los abdómenes y los retorcidos colones sanguinolentos
de los escuálidos
Mi hambre, es un hambre que no será satisfecho
ni por la tierra que cubra mi cadáver
aunque ella, también estará hambrienta.
Hambre de pan, de ciencia, de vida y de edades
multiplicadas hasta el infinito,
de justicia, de sol y de tiempo.
He ahí mi hambre miserable y humano, injusto y eterno.
El hambre que siento
sacude al mundo de confín a confín.
SER
¿Qué es ser?
Lo mismo que
Siendo, sido, será
Lo mismo que:
Vivir, viviendo, vivido; vivirá.
Lo mismo que:
Morir, muriendo, muerto; morirá.
No hay muerte absoluta.
Ni vida absoluta.
Donde hay vida, hay muerte.
Vida y muerte IGUAL SER.
Cada día, se va viviendo...
Cada día, se va muriendo.
Se vive para morir
SER: morir, partir, vivir; SER.
.
MI HAMBRE
A César Vallejo
Mi hambre está hecho de multitudes
de quijadas mundiales,
de vacíos intestinos universales,
de quejas cuajadas en la boca de la muerte.
Yo miro y me miran,
las tripas y las panzas de los hartos.
Yo miro y me miran
los abdómenes y los retorcidos colones sanguinolentos
de los escuálidos
Mi hambre, es un hambre que no será satisfecho
ni por la tierra que cubra mi cadáver
aunque ella, también estará hambrienta.
Hambre de pan, de ciencia, de vida y de edades
multiplicadas hasta el infinito,
de justicia, de sol y de tiempo.
He ahí mi hambre miserable y humano, injusto y eterno.
El hambre que siento
sacude al mundo de confín a confín.
SER
¿Qué es ser?
Lo mismo que
Siendo, sido, será
Lo mismo que:
Vivir, viviendo, vivido; vivirá.
Lo mismo que:
Morir, muriendo, muerto; morirá.
No hay muerte absoluta.
Ni vida absoluta.
Donde hay vida, hay muerte.
Vida y muerte IGUAL SER.
Cada día, se va viviendo...
Cada día, se va muriendo.
Se vive para morir
SER: morir, partir, vivir; SER.
.
ANDRES MARMOL CASTELLANOS
.
(Jauja 1906-Huaral 1988).
Del maestro y arqueólogo
por vocación Andrés Mármol Castellanos publicamos en el libro La barquita de
papel (Lima, 1979) dos poemas: Vuelo de cometas y Quitpullìn maromero.
Tempranito, a las seis,
El quitpullìn maromero,
Con su solo de violín,
Hace gimnasia en el aire.
Salta a la cuerda, da volantines,
Y saz, del trampolín
De una rama a otra,
Se lanza como un serpentín.
Luego se da un duchazo de sol,
Agita las alas, se encrespa,
Y pulsando su cuerda sonora se va.
Se va, se va, se va…remando,
En la brisa mañanera,
Como un barquito al azar…
Agradezco
a la Asociación de Poetas Ancashinos AEPA, por haberme permitido traer a la
memoria a tan distinguidos maestros y excelentes educadores huachanos, cuya
sensibilidad social y literaria hizo posible lograr los objetivos sublimes de
la educación.
.
Jorge Ortiz en el Primer Encuentro de la
APLIJ 1982.
De espaldas hablando, Roberto Rosario.
|
.
Apreciando
los frutos de su trabajo, pienso que los educadores de vocación, son además
artistas, gente con el alma cultivada, capaz de emocionarse ante la maravilla
de la naturaleza, el dolor humano, el triunfo de sus hermanos. Hombres o
mujeres abiertos al cambio, prestos a la creatividad, como los viejos poetas
huachanos cuyas anécdotas hemos recordado.
.
Pido
un aplauso por ellos.
.