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“CALLA ALMA MIA”
POR RODOLFO ASCENCIO BARILLAS
¡Calla alma mía mientras pase la noche
Y que guarde tus celos para el frío invierno,
La vida es tan corta para el breve sueño
¡Calla el silencio que te atormenta¡
Y tu soledad es el solitario viento de las praderas
Y no llores por cualquier desaliento,
Los años van pasando incesantemente
Y voy al encuentro de la nefasta muerte
Y hacia el sol que nos va quemando
Mas no dejes que tu bronquial bramido
Empoce en un charco de hiel tu alarido,
En las ansias de unir tu carne con el infinito
Y tú estarás esperando solo en un suspiro.
A veces luchamos para vencer nuestros temores
Y es nuestro deber enfrentarnos con el cruel desafío
Y las pasiones que envilecen despiadadamente
Aunque solamente lloramos para no reír
Que son destellos de la muerte cercana,
Y el destino que se resigna al fracaso
Y es la suerte que nos hacer creer
En la vida después de la muerte
Porque si vivimos en el mundo
También gemimos, y seguimos llorando
En el inesperado sueño que lo convierte
En duros golpes que la vida recibe.
¡Calla alma mía y aprecia la belleza de los siglos
Aunque yo viva en el desierto
Y los huracanes del miedo me envuelvan
En un torbellino de locuras,
Y el sueño que despierte
Y el pesar que inunde
Para que pueda contemplar
El pánico que me provoca
Que s veces al mundo le toca
Soñar con nuestras emociones,
Las experiencias que dan las sensaciones
De placeres planetarios
Y de cielos extraordinarios.
¡Calla alma mía muestras pase el sueño
Porque yo soy el granito del universo
El niño mezclado con arrogancia
Porque busqué una mujer para amarla
Hermosa belleza de mis laberintos.
Yo, quise con locura los encantos de su voz
Y me traicionaron sus embelesos
Y apartaron mis ilusiones de adolescente
Y destrozaron con motivos solamente
Fueron imposibles que soñaron con abrojos
Y fue mi vida un reflejo en el ocaso.
En el oscuro atardecer de mis añoranzas
Y cuando quise reaccionar
Ya, mis pasiones yacían en un abismo
Donde jamás encontré el camino
Que me llevara al final del túnel,
Y me vi oprimido por mis rubores
Y quise recordar mis rencores
Lo que quería era hallar luceros
Busque vientos y coseche terremotos
Supe de mis extraviados senderos
Y me corrompió el acido de mis tentaciones
Que ayer alimentaron las carroñas de mi piel,
Y se convirtieron mis arrogancias en vanidades
Fueron solo vanidades del efímera pasión
Y deje pasar la felicidad de mi agonía
Y volví al vientre de los crepúsculos
Junto a la luz del día, nací en una piedra
Cual corriente de un río,
Yo fui engendrado en agonía y menesteres
Y después se disiparon mis estertores
Yo fui barro, lodo y tierra
Y con ella edificare mi última morada.
¡Calla alma mía, mientras muera lo que yo amaba
Y las miserias que lloran con las ansias mías
Y allá en mi lejana infancia,
Una infancia llena de melancolía
Y hoy que encuentro las manos extraviadas
Donde los hombres de mi dolor se lucraron
Y mujeres que en mi pena se saciaron
Yo, volveré a unir los astros con los míos
En el sueño eterno que despierta en la muerte
Y el sufrimiento que acaba con su partida,
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“YO ERA”
POR RODOLFO ASCENCIO BARILLAS
Yo, era la sombra de un camino
La neblina que cubre la muerte
Yo, era el grito de la noche
Y el espanto de lo incierto
Yo, era la flor de un pantano
El fruto putrefacto del edén
Yo, era el ocaso del mañana
Y las esperanza de los niños
Yo, era un extraño en los amaneceres
Y las ilusiones que nunca llegaron
Yo, era un río de aguas cristalinas
Y los peces que nadan corriente arriba
Yo, era el dulce sueño de madrugada
En el céfiro zumbido de la medianoche
Yo, era la tierna caricia de tus labios
Y el fragante aroma de los bosques
Yo, era las espinas de las mustias rosas
Y la roca fría de los acantilados
Yo, era el vino derramado en los viñedos
Y el llanto de los ojos inertes
Yo, era el viejo sueño del mundo
Y el viento que se unía con el humus de noche
Yo, era el despojo viviente del sufrimiento
Y el amargo lamento de mis penas
Yo, era el abrojo de los cienos
Y la mística voz planetaria
Yo, era el tórrido susto del espanto
Y el grito tenebroso del lamento
Yo, era el dolor de una raza extinta
Y los migrantes de lejanas esperanzas
Yo, era un guerrero en el campo de batalla
Y la derrota en las saetas del destino
Yo, era el solitario alabastro compungido
Y el inerme fugitivo del aquilón
Yo, era el Cristo azotado por el tormento
Y el calvario de los atardeceres
Yo, era el naufragio en la isla desahuciada
Y la araucaria que se marchito con el siglo
Yo, era los oscuros túneles de una voz desesperada
Y la tranvía que se llevo mis ilusiones
Yo, era la ilusión en la aurora de mi juventud
Y los sueños, arcanos del universo
Yo era la espuma de los mares
Y la materia cósmica de sueños estelares
Yo, era el escondrijo de salamandras misteriosas
Y el diluvio persistente de mis pasiones
Yo, era aquel que una vez soñaba
Y la luna, el viento y mis pesares añoraban
Yo, era el crisol del dolor ardiente
Y el hermoso sueño de la paz en el mundo…
ESTAMPAS DE EL SALVADOR (Editado por Nalo Alvarado Balarezo)
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