APOTEÓSICA NOCHE LÍRICA EN EL AULA CAPULÍ
Por Pepita Ávalos Paredes*
El día sábado 4 de febrero aquí en Lima y en todo el Perú, se celebró el día del Pisco (nuestra bebida de ‘bandera nacional’), aunque acostumbran agregarle la palabreja “sour”, que no es de nuestro idioma, posiblemente para convertirla en bebida internacional.
Ese mismo día, fui invitada a asistir a una velada de carácter lírico, que se llevó a cabo por la noche, en el aula abierta y cultural del colectivo “Capuí, Vallejo y su tierra…”, que como un heraldo brotado de la creación poética del Gran César, todos los sábados del año abre sus amplias puertas a quienes ansían embeberse de cultura y de gozo intelectual.
Asistí así, a la presentación de dos expositores contemporáneos de las artes literarias: la de uno de los mejores dramaturgos de nuestro medio teatral, esto es, del profesor universitario y director de Teatro de la Universidad Ricardo Palma, don Áureo Sotelo Huerta y, la del excelente declamador, don Ángel E. Chirinos Lavander; quienes con versatilidad y buen humor, nos ofrecieron un verdadero y delicioso banquete de humanas narraciones y de hermosos versos, respectivamente.
Yo, que por primera vez asistía a este acogedor lugar, me sentí extasiada y muy a gusto, encontrarme con gente tan amable y enternecedora, como la que encontré; pues, con algunos nos reconocimos al instante y con otros, nos conocimos recién; pero el calor humano existente en esta aula, hizo que me sintiera como en familia y en mi hogar.
Sin duda alguna, todos aquellos que asistimos a esta convocatoria lírica, nos sentimos satisfechos de haberlo hecho; porque fuimos partícipes de una actuación artística impecable y extraordinaria, que hasta podríamos denominarla apoteósica, del arte que bien se puede expresar con palabras en un verso o en el brotar sensitivo de un poeta.
El dramaturgo Sotelo, luego de su narrativa de su vivencia europea, cerca de Vallejo y también García Lorca, nos comunicó y nos dio la primicia, que su última obra escrita la acababa de terminar y que próximamente la pondría en escena, porque quiere darla a conocer lo más pronto posible.
Esta obra dijo, la sentía como si la energía irradiante de la tumba del Gran César allá en Montparnasse, fue la que impulsó a la inspiración que éste le diera, para hacerla en tan corto lapso. Nos dijo asimismo, que estaba escrita en cuatro actos y que al escribir el epílogo, lloró intensamente por los sentimientos que su propia obra le generara; porque era como si el mismo Vallejo, le hubiera dictado.
Éste así mismo, hizo la presentación de su compañero de esa noche magistral, resaltando las virtudes que al buen Ángeledgar -como le gusta le llamen-, las que le brotan espontánea y naturalmente; que posee una particularidad, ser creativo y atrevido a la vez, lo que pone en evidencia en cada una de sus intervenciones, respetando la esencia misma del poema escrito por el autor, haciéndole si, una ligera modificación al introducirle una pequeña copla o letra de alguna canción que reafirma y refuerza, el poema que declama.
Él, con su humildad y carisma que le son característicos, sumados a su acento ibérico y su voz argentina, fácilmente nos transportó en segundos, a un mundo de fantasías y recuerdos, como a los instantes en que los diversos autores escribieron los poemas que nos recitó. Nos
dio también una sorpresa, al declamar un poema escrito por él, que demuestra a su vez, que ahora no es sólo un excelente declamador peruano, sino asimismo, un poeta y un promotor cultural por haber sido uno de los fundadores más visibles de dos actuales entidades artísticas como: SIPEA-Perú y la SUAL (de esta última es un connotado dirigente), y de ser activista del Consejo Nacional Todas las Sangres, como de Capulí, Vallejo y su Tierra…
Ambos fueron merecidamente premiados y reconocidos por los directivos del colectivo “Capulí, Vallejo y su tierra…”, como una muestra más de las actividades que esta institución cultural cumple en sus largos años de existencia fértil, silenciosa pero muy fructífera; la misma que sus dirigentes engalanarán con el próximo encuentro mundial en Santiago de Chuco, en homenaje al inmortal y universal Vallejo.
Para terminar, diré que verdaderamente me quedé impresionada de la versatilidad con que Ángel -que se transforma en un querubín del espectro celestial cuando recita- declamaba cada uno de los poemas que nos interpretó. Mis felicitaciones a él, al dramaturgo y a los directivos ‘capulinos’, por estas veladas que nos hace vivir instantes de emoción terrible y de situaciones mundanas elevando nuestro espíritu, como nos elevó la temperatura, el pisco ‘uvachado’ con que al final brindamos.
Fue pues, una noche fabulosa, apoteósica y muy emotiva que estos dos artistas-literatos nos dieran, lo que hará que yo vuelva a pisar nuevamente esa aula magna, llena de amor y esperanzas de Capulí, Vallejo y su Tierra…
*Abogada, profesora y coreuta del Coro de San Marcos
donde yacen los restos de nuestro insigne poeta universal, César Vallejo
Ángel Edgardo Chirinos Lavander (Un viaje inolvidabe)
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