1. Un hombre
bueno
Oscar Alfaro, el poeta para el niño eterno, nació el 5
de septiembre de 1921 en San Lorenzo de arija, en Bolivia. Cuenta su alumna
Carmen Antelo de Molina, que un día del año 1952, cuando era profesor de la
Normal Rural de Maestros de Canasmoro, ingresaron al aula del local educativo
como una docena de agentes de Seguridad del Gobierno, rodearon al poeta como si
fuera una fiera o una presa a la cual van a devorar, lo cogieron fuertemente de
los brazos y lo sacaron a empellones del salón.
No consintieron que recogiera ni una sola prenda que
fueron confiscadas, ni siquiera permitieron que se inclinara a recoger un
lapicero con qué escribir, ni una hoja de papel. Y se lo llevaron preso,
mientras ellas lloraban asustadas y después lo siguieron por el camino reclamando
por su profesor, rogando a los policías que por favor lo dejaran libre, que
revisaran bien su lista, que debía haber un equívoco porque él era un hombre
bueno, pacífico y el ser más comprensivo de la tierra.
Y cuando les amenazaron también cargar con ellas a la
cárcel si seguían lloriqueando y siguiéndolos, recién se detuvieron y
compungidas lo vieron desaparecer llevado directamente a la cárcel pública y
prisionero allí por largos meses.
2. Un orden
nuevo
Y es que Oscar Alfaro era un hombre convicto y
confeso, con ideales sociales muy arraigados, a quien los gendarmes recibían
instrucciones de maltratarlo cada cierto tiempo y hacerle la vida imposible. Y
es que él anheló y luchó por la justicia social, para lograr mejores
condiciones de existencia para los oprimidos de este mundo, abogando por los
que no tienen ni techo para guarecerse ni pan para comer. Esta justicia para
instaurarla, quienes temen que se aplique, creen que necesariamente ha de
hacerse por el camino de la violencia y ver correr la sangre, razón por la cual
reprimen a quienes piensan en ella y la anhelan.
Por eso quizá se recele tanto de pensar que ella es un
llamado a la guerra. Por eso se los sojuzga, reprime y confina en las cárceles
a quienes la proclaman. Pero muchos la anhelan por la vía de la paz y la
construcción paciente, vía que aquellos tampoco la aceptan ni soportan porque
medran a la sombra de la injusticia.
Él tuvo el sentido humano para hacerse cargo de la
vida, para ampararla y sostenerla. Y reclamar un orden nuevo para hacer
propicio el bien con su justeza. Y porque el eje de toda gran poesía es el
sentido del amor en donde está incluida necesariamente la justicia social. Así,
escribió:
3. ¡Niños
del mundo!
MADRE PROLETARIA
Madre obrera,
madre obrera,
Con luces y con
matices…
Haz de trajes
de primavera
Para los niños felices.
Que tiritando
en el suelo
De un tugurio
sombrío,
Se está
muriendo de frío
Tu miserable chicuelo.
Desata,
madre, desata
El ovillo de
la luna
Y con sus
hilos de plata
Teje canciones de cuna.
Si no hay pan
en tu morada
Dale a comer
al infante
Tu corazón
palpitante
De madre sacrificada.
Y con cariño,
Sobre la
tierra morena,
¡Que te
bendigan por buena
Todos los niños del mundo!
4. Conciencia
moral
Es la adhesión a los pobres aquello que hace de Oscar
Alfaro un poeta cabal, de lo contrario pasaría como artífice y un virtuoso del
lenguaje sin que avive ni el fervor ni la adhesión plena que él sí concita.
Pero la razón de su filiación política no es un
apartarse de la poesía, porque este desvelo por la condición humana y su
bienestar, como la defensa de los derechos del hombre, es aquello que le da
coherencia y majestad a su vida y a su obra, y la enviste de un carácter
intachable, honrado y venerable.
Poesía valiente la suya, como debe ser toda poesía en
nuestro continente, en donde hay que restituir completamente el respeto a la
dignidad humana y sus valores, porque si no: ¿qué sentido humano aboga y
defiende la poesía en un medio en donde hay tanta herida por curar y tanto mal
por restañar?
Poesía de denuncia la suya, de protesta, de adhesión a
lo auténtico y legítimo. Poesía de la conciencia moral de que está compuesto el
universo del cual es su adalid y su mensajero.
5. Banderas
de esperanza
Siendo así, es un acto de poesía vital su adhesión,
militancia y participación en el Partido Comunista que además fue una
suscripción pública, abierta y sincera. Actuando como un militante activo en
donde se hace cargo de funciones imprescindibles. Se lo puede ver ello como un
acto legítimamente poético, porque no se puede ser poeta y no albergar ideales
sociales y de reivindicación.
Y obra un hecho sorprendente al leerlo: Con él todos
no sentimos pertenecer a Bolivia, nos identificamos con ese pueblo hermano, con
su paisaje, sus personajes, sus proezas; y su drama secular. Y nos
solidarizamos con Bolivia porque su canto es afirmativo y bravío, porque la
visión que él nos da de su país es constructiva. Y por ser así nos fortalece.
Porque sentimos la suya como la voz de un hombre de a pie, común y corriente,
como también la voz de un prócer, un visionario y de un profeta.
Canta a su país, siempre rescatando lo afirmativo, lo
valiente y lo indómito. Para eso se es poeta, para llevar la bandera de lo que
arenga, vivifica y anima; de lo que convoca, salva y redime. Porque el poeta es
quien iza en la historia las banderas que son de la esperanza.
6. Abismos
del alma
En el plano de la estética y del lenguaje su proeza es
cabal, no solamente al decir la palabra precisa sino aquella que crea mundos
nuevos. En él la palabra no solo es justa sino sorpresiva e inesperada no solo
porque él es un poeta que tiene una filiación y una fe sino que indaga en lo
incógnito y desconocido.
Su capacidad lírica es sorprendente, propia de un
poeta que ha sentido mucho, pensado arduamente y soñado de una manera colmada y
tenaz, avizorado mucho y padeciendo harto y bastante por lo que causa dolor y
sufrimiento a los demás.
La sencillez de sus composiciones hace que su poesía
resulte honda pero a la vez inocente. Con transparencia de viento, limpidez de
agua y aroma de flor, su poesía tiene la savia de las plantas, la brisa
fragante de los bosques y el torrente de sangre en las venas de quienes saben
apasionarse y amar.
¿Qué hay en esta poesía aparentemente ingenua? Abismos
del alma, hay lo que sublima a todo arte como a toda vida. También la visión
del dolor, la tragedia, el heroísmo y la redención:
He aquí:
7. Pinta
de un plumazo
EL SAPO
Con sus
pupilas de cobre
empapadas de
dolor,
yo lo vi
llorando sobre
el cadáver de una flor.
Desde el
tiempo inmemorial
este viejo
enamorado
vivió siempre
arrodillado
a los pies del rosedal.
Y, en el
campo de honor,
venció a
fieros batallones
de apasancas
y escorpiones
por la rosa de su amor.
Pero gentes
despiadadas,
Una roja
tarde en flor,
¡Lo mataron a
pedradas
En el huerto del dolor!…
Donde es asombrosa la capacidad que tiene para pintar
de un plumazo un paisaje, darle vida y poner dentro un significado
trascendente, como también de esta manera:
Hasta que la
noche
suelte por la
pampa
sus caballos
negros
con cascos de plata.
8. llevan
en el pico
¿No resulta increíble por perfecto e insondable,
cuando introduce al paisaje personajes, animación, movimiento y luego drama y
valor?
Y así en toda su poesía, que está empedrada de joyas y preciosidades pero
también de agonía y estertor, vena genial por sencilla pero a la vez
deslumbrante y gloriosa para captar la realidad y hacerla prodigiosa:
Con paso de
ganso,
marciales y
rígidos,
frente a la
patilla
cruzan los patitos.
Llevan
uniforme
color
amarillo,
desfilan
cantando
igual que escolinos.
Levantan las
patas
con rápido
ritmo
al son de la
banda
que tocan los grillos.
Como
banderines
llevan en el
pico
gajitos de
flores
del huerto vecino.
Ordena la
madre:
–¡Al agua
patitos!–
Y todos de un
salto
se lanzan al río.
9. Jaula
de canarios
Ingenuo y magistral; de un pensar y un sentir la
realidad y cada rasgo, gajo y detalle con la debida autenticidad e ingenio pero
aspirando a lo auroral:
Empapando de
armonías
el silencio
de mi cuarto,
se columpia
en la ventana
una jaula de canarios.
Luminosos
como estrellas
y amarillos
como rayos,
de un alambre
al otro alambre
van y vienen dando saltos.
Son cual
notas musicales
encerradas
por milagro
en el fino
pentagrama
de la jaula de hilos blancos.
Un trinar de
mandolinas
se derrama en
el espacio
cuando vierten
sus canciones
temblorosas en el patio.
Y al mirarlos
tan alegres
y tan limpios
y tan claros...
¡Este pecho
se me vuelve
una jaula de canarios!
10. Representa
con excelsitud
Conmueve asimismo en Oscar Alfaro, además de su
observación minuciosa de la naturaleza, de sus anotaciones respecto a las
plantas y especialmente de las flores, del comportamiento de los animales que
él recoge con magia y encanto, su adhesión por el terruño, su éxtasis por las
cosas de adentro de la tierra natal a la cual regresó siempre y cuyas
costumbres, tradiciones y personajes recrea constantemente.
Porque un hombre nace en la tierra que lo cobija, le
sustenta y es el suelo en el cual se apoya y afianza para ser en el mundo. Pero
qué importante es que la persona devuelva a la tierra lo mucho que ella le ha
dado, mucho más cuando esta es una marca de excelsitud, de nobleza y
excelencia. Y así se sublimen las carencias como ha hecho Oscar Alfaro con San Lorenzo
de Tarija, su raíz telúrica y con Bolivia en general a quien la enaltece y nos
la hace nuestra para siempre con su aliento, canto y su inmenso corazón.
Así Oscar Alfaro traza sus pasos por tierra boliviana,
por aquella geografía cósmica y sideral con el fulgor que pudo arrebatarle a
las estrellas, alcanzando a realizar la proeza de representar con excelsitud a
su pueblo, a su gente y a su historia.
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