MATADA
DE
CHANCHO
Danilo Sánchez Lihón
1. Feliz
y jocunda
La cabeza del chancho preside la fiesta y sonríe con
sus ojos achinados.
Se lo siente en verdad una imagen dichosa y realizada,
ya separada de su cuerpo.
Y quién no se conmueve de ver esta felicidad sencilla
y natural de la gente que se acomide en llevar y traer algo, ¿o en avivar el
fuego en donde se hierven los chicharrones?
Principalmente es el chancho quien hace ostensible su
felicidad, que es además quien la produce y que nos mira sonriente y buen mozo,
puesta su cabeza en el azafate.
Luce como un gran congresista, como un funcionario
público o miembro del poder ejecutivo, quizá como un ministro de estado que se
regodea con el poder.
Como un obispo complaciente o un comerciante opulento.
O como juez, prefecto o gamonal. Así, comensal que se levanta y pasa cerca del
aparador donde está puesta la fuente acaricia esa cabeza que huele a lavanda y
a carne fresca.
2. En
la gloria
La palmotea y besa en sus cachetes, diciéndole lo
mucho que se lo quiere, pero es porque está en este estado, pronto a volverse
chicharrón.
Y recién se le dice al chancho, ya sacrificado: amigo,
compañero, camarada. Y hasta confidente.
Y, yo reflexiono: ¿No habrá entonces aquí un exorcismo?
¿No habrá aquí un ritual de cobrar y hacer pagar al potentado lo mucho que nos
debe?
Esta alegría espontánea, ¿no será porque en la
sabiduría llana de la gente se ha producido un hecho ritual que se emparenta
con la justicia social?
Ahí está el chancho en la mesa. Por fin su cabeza
puesta en una bandeja. Pero, ¡ya solo cabeza, sin cuerpo!
Y él luce como los políticos de turno, con su cara
rozagante, feliz y jocunda, esbozando una sonrisa de oreja a oreja siempre.
Incluso sin sentir que está muerto e ilusionarse que
sigue viviendo como si estuviera en la gloria, igual que los políticos.
3. El pueblo
sabio
¿No habrá, digo, en todo esto una venganza oculta de
matar en el cuerpo del chancho la conchudez del político? Pero al final triunfa
y se impone la fiesta franca y sencilla.
En ella se renueva la minka, el ayni, la reciprocidad
andina. Que fuimos, que somos y seremos para siempre porque la tenemos como
hermosa herencia y don preciado.
Pero hay aquí un ritual de cobrar a todo chancho de la
sociedad su actitud siempre convenida y darle su merecido. De castigar su
predisposición para acaparar, que el pueblo sabio lo convierte en fiesta de
solidaridad.
O, sino, ¿por qué tanta alegría? No se creerá ¿que por
fin le hayamos ajustado cuentas a alguien? ¿O, por qué se lo palmotea tanto a
la cabeza cercenada?
Ahora, cada mujer que ha sido llamada para cumplir con
alguna tarea alista sus utensilios y recipientes, atiza el fogón y dispone el
lugar en donde ha de preparar los rellenos, los chorizos, los jamones. O freír
las cachangas que comeremos más tarde.
4. La fritura
olorosa
Nosotros los jovencitos ocupamos una mesa también
bulliciosa, con sillas improvisadas. Los platos para nosotros tampoco alcanzan
y nos sirven hasta en las tapas de las ollas.
Y la “aloja” que es la chicha de los niños nos la dan
a nosotros hasta en el cuenco de nuestras manos.
Pero los adultos no saben lo que se pierden, porque
hemos decidido bajar al río, a zambullirnos en sus aguas bullentes y frías.
Para luego subir a las cuevas de Shiminiga, y retozar un rato por las parvas y
trigales de Conra.
Pero antes hay que ayudar a repartir platos para los
vecinos, como es tradición cuando se mata chancho, y a fin de que no nos echen
de menos.
Y es que cuando se mata chancho la fritura es tan
olorosa y va por el aire que todo el barrio se entera y está pendiente de que
se les envíe su porción con buenas presas, así como ellos lo hacen cuando les
toca sacrificar a un cochino gordo.
5. E inunda
la comarca
Es por eso que toda gente sencilla orienta hacia allí
sus pasos, guiados por el humo que sube, que invade la casa, se cuela por las
rendijas.
Y expande su efluvio a través de las puertas así estén
cerradas. O de los muros, así sean altos. E inunda después traspasando muros y
cercas de toda la comarca.
¡Y nada se compara con esta exquisitez del humo de la
fritura con su olor a leña seca, a espigas doradas y a sol de la alquería! Y a
todos los que vienen se los reconoce, acoge y se los hace sentar. Y con todos
se comparte la carne.
– ¡A ver! ¿Adónde llevamos viandas?
– Aquí tienen, para la señora Asunción que vive en el
Pozo Sagrado. Y llévenlo apuraditos.
– Esta para la señora del canto, que tiene tantos
hijitos tiernos. Esta otra para la cieguita, que vive enfrente de doña
Hermelinda. ¡Seguro que con el olor se ha antojado!
6. El fogón
restalla
Y así, salen las fuentes y los platos con pedazos de
carne y pellejones para cada vecino.
Ya hemos repartido todos. Y salimos en estampida hasta
llegar al río y zambullirnos.
Ya hemos vuelto. Es casi de noche, y en el perol se
fríen cachangas, redondas y llenas de globitos, que son las burbujas que brotan
al reventar el agua del amasijo.
Sabrosas porque están fritas en la manteca reciente, y
con leña fragrante.
El fogón restalla y las llamas bailotean en lo alto,
que es cuando se acerca alguna cholita buenamoza.
En una batea de amasar se acumulan los trozos de sebo
blanco, que luego pasan a hervir en el perol.
Poco a poco los segmentos sólidos desaparecen
haciéndose líquido efervescente, el mismo que se va extrayendo con un cucharón
grande.
7. Dame
tu consuelo
Y se va depositando en latas en las cuales cuajará la
manteca.
Felizmente no ha llovido, aunque hay charcos de agua
de lluvias anteriores en las piedras.
De pronto, surge ahora el bordoneo de las guitarras y
voces que cantan. Es papá con sus hermanos, mis tíos, y los vecinos que han
llegado:
Donde estarás
amor que yo te espero
surge en mi
nueva vida una esperanza
de poderte
encontrar en mi camino
y pedirte perdón porque te quiero.
Dulce amada
mía, luz de mi esperanza
Dame tu
consuelo,
Que mi corazón
está llorando
Por tu añoranza.
Es la matada de chancho fiesta aldeana, fraterna y
solidaria.
*****
El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 602-3988
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar
a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
CONVOCATORIA
HOMENAJE
MUNDIAL
A LOS 50 AÑOS
DE SU INMOLACIÓN: