V I L L A N C I C O A T E R I D O
Verano de advenimientos.
Las lluvias que dibujaron
pesebres en los sauzales
han engendrado el Arco-Iris:
¡Oh, Niño-Dios de las mieses!
Diciembre de la justicia
Concédenos tibios panes:
¡Solsticio de los hogares!
¡Villancicos de esperanzas!...
¡Qué firme Fe!, la que canta:
en el cantarito sin leche,
en el amanecer sin pañales.
¡Niño-Dios de los humildes!
Manecitas siderales
que entretejen sinos limpios:
¡Enciéndenos una estrella
en la equidad de los hombres!
¡Conságranos los trigales,
manantiales de justicia!...
-Mañana es este presente-
(arroyito de ternura),
que aún te adora descalzo.
Xanadú de San Isidro, verano 93
Edmundo Torrejón Jurado