CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
DICIEMBRE, MES DE LAS MONTAÑAS,
DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;
DE LOS MIGRANTES, Y DEL NACIMIENTO
DEL DIOS NIÑO EN LA NAVIDAD
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
ÁGAPE
CAPULÍ
SÁBADO 27 DE DICIEMBRE
12:00 M.
CASA MUSEO
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
PROGRAMA:
1. AULA CAPULÍ
PONENCIAS:
RAMÓN NORIEGA TORERO
EL CAPACÑAM O AÑO NUEVO INAICO
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
EVOCACIÓN DE LA NAVIDAD Y
AÑO NUEVO EN SANTIAGO DE CHUCO
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
NAVEGA VALLEJO HACIA LIMA
EL 27 DE DICIEMBRE DEL AÑO 1917
JULIO YOVERA BALLONA
PANORAMA SOCIOCULTURAL EN LA
DÉCADA DEL VIAJE DE VALLEJO A LIMA
ACTUACIÓN ARTÍSTICA
FREDERIK SOTOMAYOR
2. ALMUERZO
DE CONFRATERNIDAD
PROCLAMAS, EVOCACIONES
DECLAMACIÓN, CANCIONES.
TRIBUNA LIBRE
CASA MUSEO
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
JR. 28 DE JULIO 307. (ANTES 1°
DE JULIO). MAGDALENA DEL MAR.
ALTURA DE LA IGLESIA DE LA VIRGEN
INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.
AV. SUCRE CON JR. INDEPENDENCIA
*****
27 DE DICIEMBRE
VIDA
DE
VALLEJO
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
EL VIAJE
DE VALLEJO DE
TRUJILLO A LIMA
Danilo Sánchez Lihón
1. ¡Entonces
me voy!
Un día como hoy, el día 27 de diciembre del año 1917, el César Vallejo luego de un intento de suicidio que presenciaron la mayoría de sus amigos del Grupo Norte de Trujillo, se embarca en el vapor Ucayali y deja aquella ciudad del norte del Perú rumbo a Lima. Son las nueve de la mañana de un día claro, de cielo despejado, cuando el sol alumbra radiante, donde todo parece más nítido y luminoso: los cerros, las casas, los seres humanos y las cosas. Con el oleaje del mar que se agita haciendo grandes tumbos que golpean las barandas humedecidas y los pedruscos del malecón.
Ha decidido hacer este viaje definitivo apenas la noche de ayer, arrancándose de un lugar en el cual ha vivido intensamente, después de dispararse la bala que no detonó por quedar encasquetado en el tambor del revolver que empezara a usar desde el atentado que tuviera en que intentaron cortarle la cabellera que luce desde su llegada de Santiago de Chuco en el mes de abril, hace ya nueve meses. Ha sido al ocurrir el milagro de no detonar el arma que ha tenido una efusión tan intensa como si reconociese que ha vuelto a nacer, exclamando con toda euforia:
– ¡Entonces me voy! ¡Mañana me voy! ¡Y, para siempre!
2. ¿Quién
es?
Por eso, amanece en el Puerto de Salaverry cercano a Trujillo; sin equipaje y apenas portando un block en donde están contenidos los poemas que después integrarán su libro Los heraldos negros, que dobla y pone en uno de sus bolsillos, permaneciendo cejijunto, hierático, el semblante grave y levemente arrebolado, poseído de un hondo dramatismo.
El vapor que está listo a partir es el Ucayali. Adquirido su boleto en la vieja Capitanía espera junto a dos amigos que se han dado cita para despedirlo: Juan Espejo y Néstor Espinoza, ambos del Grupo Norte. Se abraza a ellos, baja la escalinata y salta dentro de la lancha que lo lleva al barco fondeado a la distancia.
Va sentado entre otros pasajeros que son los últimos en abordar la nave, las manos unidas una con otra. Mira grave y entristecido a sus amigos de pie en el muelle y recortados hacia los cerros dorados por la luz de la mañana nacarada.
¿Quién es este ser en su intimidad, para tomas estas decisiones tajantes, abruptas, radicales y aparentemente arbitrarias pero en el fondo absolutamente trascendentes?
3. Ser
providencial
El motivo aparente de su partida es el frustrado suicidio causado por una glácil y encantadora muchacha de apenas quince años cuyo nombre es Zoila Rosa Cuadra, su enamorada, a quien él llama Mirtho, y con quien desde el mes de septiembre lleva una relación amarga, conflictiva y tormentosa:
Aquella noche de setiembre, fuiste
tan buena para mí… hasta dolerme!
Yo no sé lo demás, Y para eso
no debiste ser buena, no debiste.
Aquella noche sollozaste al verme
hermético y tirano, enfermo y triste.
Yo no sé lo demás… y para eso,
yo no sé por qué fui triste… tan triste!
Pero en verdad, Mirtho es el detonante en un ambiente que para él resulta ya congestionado, estrecho y hasta infecto. Y el sentido de este viaje es romper lazos, amarras y grilletes que lo atan a un estado de cosas agotado, por ser él un ser libre, sin concesiones ni convencionalismos y quien aspira al infinito. A quien nada aprisiona en la búsqueda de su destino como ser providencial que es.
4. Bala
que no detonó
La hostilidad en contra suya ha llegado a su límite. Trujillo se ha tornado en un cascarón y costra inconada que en algún momento había que romper. El ambiente se ha exacerbado de tal modo que cada semana en los periódicos aparecen dos o tres artículos furibundos que lo atacan, así como otros en igual y superior número que lo defienden apasionadamente.
Desde el “Mentidero público” como lo denominan e identifican al estudio jurídico del abogado Ignacio Meave Seminario, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Trujillo, en donde se reúne el grupo tradicional o de la guardia vieja, salen fabricados los denuestos, ofensas y dicterios en contra suya y que últimamente rayan en el insulto y el escarnio personal.
Esta mañana del 27 de diciembre Néstor Alegría en un gesto de adhesión, cariño entrañable y afecto filial, ha desatado de su puño el reloj que porta y le obsequiar su padre que lo pone en la muñeca de César Vallejo diciéndole:
– Tómalo, puede servirte en Lima.
Él no usaba reloj, siendo este que lo tiene ahora en su brazo y no se lo quita en el trayecto del viaje, al que se refiere en el poema que pone por título Unidad, asociando este trance a la bala que no detonó en su sien:
5. Manzana
de revólver
En esta noche mi reloj jadea
junto a la sien oscurecida, como
manzana de revólver que voltea
bajo el gatillo sin hallar el plomo.
La luna blanca, inmóvil, lagrimea,
y es un ojo que apunta... Y siento cómo
se acuña el gran Misterio en una idea
hostil y ovoidea, en un bermejo plomo.
Ah, mano que limita, que amenaza
tras de todas las puertas, y que alienta
en todos los relojes, cede y pasa!
Sobre la araña gris de tu armazón,
otra gran Mano hecha de luz sustenta
un plomo en forma azul de corazón.
Es jueves hoy día 27 de diciembre de 1917 cuando César Vallejo viaja en el vapor Ucayali del puerto de Salaverry hacia el Callao en el vapor Ucayali, barco caletero que entra a cargar y descargar pasajeros y mercadería a cada puerto extendido a lo largo de la costa norte en el trayecto de Trujillo a Lima. En este trance escribe el poema Dios, que dicen así:
6. Dios
mío
Siento a Dios que camina
tan en mí, con la tarde y con el mar.
Con él nos vamos juntos. Anochece.
Con él anochecemos, Orfandad...
Pero yo siento a Dios. Y hasta parece
que él me dicta no sé qué buen color.
Como un hospitalario, es bueno y triste;
mustia un dulce desdén de enamorado:
debe dolerle mucho el corazón.
Oh, Dios mío, recién a ti me llego
hoy que amo tanto en esta tarde; hoy
que en la falsa balanza de unos senos,
mido y lloro una frágil Creación.
Y tú, cuál llorarás..., tú, enamorado
de tanto enorme seno girador...
Yo te consagro Dios, porque amas tanto;~
porque jamás sonríes; porque siempre .
debe dolerte mucho el corazón.
7. Encienden
las farolas
Tiene este poema el bamboleo de las olas, al aire marino y salobre que se respira desde la borda de un navío. Poema de viaje, de trayecto y expedición. Donde Dios camina, busca y toma posada; siendo el destino el que vibra, se halla, se pierde y se estremece.
Donde Dios es peregrino dentro de él, mientras él navega, se abre, se extiende, cree y tiene fe, porque no es un dios estatua, inmóvil, y puesto en un trono o en un pedestal. Que camine significa que padece, que tiene azar, aventura y que le acontecen hechos. Y que su destino, como ahora el de él, es incierto.
Decir: siento a Dios que camina tan en mí, es abrirse como un mundo, como tierra, espacio o playa, anchurosa e inconmensurable. Llano y horizontal como el mar. Poema de barco porque en él se pasa las horas contemplando, primero la tarde y después el anochecer, en un viaje de cuatro días sobre las olas.
Donde se reencuentra el amor, cuando se expresa: recién a ti me llego hoy que amo tanto en esta tarde. Donde Dios se ofrece como un enamorado no correspondido, amor roto como el que él acaba de dejar en Trujillo.
En este viaje recién arriba al puerto del Callao el día domingo 30 de diciembre a las 6 de la tarde, cuando en el puerto recién se encienden las farolas de quinqué.
8. Hecho
a golpes
Ya en Lima se hospeda en el hotel Colón, en la calle Pescadería, a una cuadra de la Plaza de Armas. Al anochecer deambula solo, entra, trata de poner en orden sus emociones y pensamientos. Se pregunta: ¿Qué hago aquí? ¿Quién soy? ¿A qué he venido? El Año Nuevo lo pasa atroz, dando suspiros, recorriendo las calles, deteniéndose a ver el espectáculo de un año que acaba y otro que empieza en las plazas de la ciudad. Se arrebuja, levanta las solapas de único saco, tirita y siente frío.
Pero, ¿cuál es el significado este viaje en la vida y obra de uno de los espíritus más grandiosos de la humanidad? Un impulso ciego hacia adelante. Tiene el signo de romper límites. Significa ruptura como lo son los viajes posteriores a París, Madrid, Moscú. Tienen el signo de lo abrupto, violento y de ser grandes fracturas del alma, y hachazos en el árbol, tronco o leño del destino. Como si él se hubiera hecho a golpes.
Es un romper moldes, esquemas, ataduras. Un camino hacia lo ineluctable. A hacerse el ser universal que finalmente es, hecho de despedidas, de adioses y renuncias, para lo cual no se detiene ni se arredra, ni se acobarda, avanzando incauto y sin equipaje.
9. La silla
vacía
Significa vida en búsqueda suprema, constante y tenaz; donde él siempre está naciendo hacia otro mundo. Crisis de crecimiento, donde él es leal a su destino, el mismo que es doloroso pero que no escabulle, del cual no se esconde ni se amilana.
Dos valores se suman a esta búsqueda obstinada. Uno es la valentía, el coraje casi en el grado de la temeridad, muestra de que es un ser ígneo e incandescente, fuerte y vigoroso; “buen cholo”, como decimos en mi tierra y su tierra Santiago de Chuco, que arde sin sucumbir.
Y el otro signo es la libertad, la misma que luego utilizó en “Trilce”, y en los “Poemas humanos” y en “España, aparta de mí este cáliz”, para ser el genio0 que es y escribir la poesía sin parangón universal, soberano, pleno e integérrimo. Donde no vuelve la mirada hacia atrás. Viajes que son votos sacramentales, saltos cualitativos, grandes impulsos del alma, camino hacia la universalidad que la abrió de par en par para todos nosotros.
Cuenta Juan Espejo Azturrizaga que el vacío que dejó en Trujillo César Vallejo fue inmenso, tanto que nunca en sus reuniones dejaron de poner una silla vacía la misma que miraban lagrimeantes como reclamando la presencia del hermano ausente.
DESPUÉS
DE LA
NAVIDAD
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
PADRES
DEL
UNIVERSO
Danilo Sánchez Lihón
1. Muchos
niños
Uno de los pasajes más conmovedoras de la obra de José Mauro de Vasconcelos “Mi planta de naranja lima”, es cuando Zezé pone sus zapatos en la ventana la Noche Buena para ver si le toca en suerte algún regalo pese a la protesta de Totoca, quien trata de explicarle razones para que no lo haga, pero terco como es él insiste en poner sus zapatos.
Cuando va a ver al otro día, como era de suponerse no hay nada, y él sin darse cuenta que su padre está detrás de él dice: “¡Qué desgracia tener un padre pobre!”
Las hermanas lo maldicen, siente que ha sido cruel, que ha herido y lastimado profundamente a su padre, a quien quiere. Y, anhelando reparar su falta coge su caja de lustrar zapatos con la intención de ganarse unas monedas y comprarle un presente, pero nadie se lustra los zapatos en Navidad.
Consigue como sea una cajetilla de cigarrillos y la trae. Llega con ella, ve cómo ofrecérsela a su padre, a quien encuentra solo. Lo abraza y la entrega. Su padre hace el esfuerzo para no quebrarse y Zezé se desmaya.
Así, hay muchos niños como él que no han recibido juguetes ni regalos en la Navidad.
2. Cada
día
Yo fui uno de ellos. No los recibí, pero por otras razones. Fue porque mi padre era maestro de escuela y la atención que dedicó a sus hijos era esmerada hasta el punto de consagrarse totalmente a su crianza y formación. Fue por esta última razón que nunca nos compró un regalo de Navidad, queriendo dejarnos con ello un mensaje. También porque teníamos juguetes que él nos hacía durante todo el año, que compartíamos con los que hacía junto con sus alumnos.
Tanto me ha marcado este hecho que ahora mido la realización de mi padre en el campo de la educación en relación a este asunto que lo valoro y sopeso en su real dimensión, detalle difícil porque constituye un enfrentamiento con el mundo y un resistir la avalancha del consumismo voraz que arrastra y que ciega, y que para desafiarlo como él lo hizo se requiere de mucho aplomo y coraje.
Sin embargo este hecho de cuando yo era niño, de no tener un juguete en la Navidad digo que no me causaba "mayor" mella, porque me era muy evidente reconocer la dedicación que ponían mis padres en aspectos que a esa edad reconocía como fundamentales. Juntos padre y madre nos hicieron entender a sus hijos que el verdadero regalo era el cariño y el desvelo que ellos tenían respecto a nosotros cada día y cada hora del año. Y en cada instante de nuestras vidas.
3. Hechos
así
Sin embargo, quiero aquí confesar que me costó mucho no lucir uno de esos juguetes en el amanecer del día 25 y en los días subsiguientes ante los demás niños del vecindario.
Por eso he dicho que no me causaba "mayor" estrago ni frustración, pese a nuestra tremenda armadura para ofrecer resistencia ante el embate de la carencia y desolación que ello causaba y era fuerte.
Pese a ese escudo protector sentía el golpe demoledor y cual era estar expuesto, desvalido y vulnerable ante los demás niños.
Por eso pienso: ¿cómo será el desamparo de aquellos niños que no tienen ni juguetes ni padres dedicados, cariñosos y pendientes que los fortalezcan ante esa situación?
Porque ante hechos así entre los niños cabe suponer, ¡cómo se sentirán los que no recibieron nada! Y, mucho peor, ante los que sí relucen regalos fascinantes. Y regalo fascinante resulta cualquier cachivache ante un niño que se siente desfavorecido.
4. Al otro
día
Y, ¿cómo mirarán a los otros que lo ostentan y se ufanan? Este trance no será fácil de vivir y superar.
Se preguntarán: ¿Y a mí por qué no me tocó? ¿Cuál es la situación de mis padres? ¿Cómo son ellos? ¿Me quieren o no?
O, ¿por qué yo tengo que ser la oveja negra siempre excluida? ¿Por qué me tocó una suerte así? Maldecirán y se desaprobarán a sí mismos. Y condenarán a los demás.
Desde una situación así, como antecedente, ¿qué cabe esperar entonces de aquellos socialmente? ¿Qué contribuyan a edificar en algo este orden de cosas establecido?
Situaciones parecidas y peores aún ocurren en niños que no tienen ni siquiera padres que les puedan alcanzar una palabra reconfortante o de consuelo.
Ocurre así con aquellos que ni siquiera ya ponen su zapato en la ventana, porque no quieren volver a repetir la experiencia de la desilusión de al otro día no encontrar nada.
5. el
mío
Y, siendo de este modo, la caída en seco al vacío, pavorosa y atroz, que tendrá sus consecuencias después en los años futuros cuando tratemos de explicarnos: ¿por qué tanta ferocidad, tanta pugna y reyerta? ¿Por qué tanto lastre e inercia? ¡Y tanto fracaso!
Ocurre así, de cierto, porque los días de la Navidad y posteriores a ella estuvieron frente a frente los niños que se divertían con su juguete espléndido, –el que más atrae es el juguete caro– y el niño que sólo miraba jugar y en su alma dolida hacía mil conjeturas y proyectaba mil revanchas por tomar.
Pero, incluso, entre los favorecidos, las disputas son frecuentes e inevitables:
– El mío es de rayos láser y a control remoto.
– El mío es importado. Me lo ha enviado mi mamá desde los Estados Unidos.
El cotejo es inevitable. Las estadísticas de niveles de poder adquisitivo nos indican que de cien: habrá 1 niño ufano; 4 podrían estar contentos. A 25 se los verá conturbados, porque algo no encaja en el rompecabezas que urde esta realidad.
6. Por
eso
40 estarán irremediablemente entristecidos. Y 30 completamente quebrados e insalvablemente afligidos, en quienes la pobreza crítica hará mirar con horror estas fiestas pasadas.
En síntesis, los niños amargados hasta la atrocidad sumarán el 70%, sin contar los descontentos, que son el 25%, con lo cual la suma es del 95% de muertos, contusos y contritos de una batalla inútil, absurda e infausta y de una guerra previamente perdida.
Ahora bien. Cuando esos niños sean adultos es lógico suponer que jurarán vengarse de este sistema de oprobio, delinquir si es posible con tal de resarcir algo de su infancia lastimada y cobrarse la revancha, aunque sea a ciegas, con pistolas o cuchillos, del juguete que de niños no tuvieron nunca.
O peor aún, serán la hez purulenta de la delincuencia clandestina y subterránea. Aquella de cuello y corbata, que asienta sus reales en los poderes públicos: en el Congreso de la República, en los Gobiernos Regionales, en los juzgados y en los Municipios.
¡Y miren que no son tan pocos los desfavorecidos! Por eso, seamos sensatos. ¡No es una proporción desdeñable!
7. Un mundo
compartido
Seamos juiciosos y atinados: a los hijos que mimamos y que tanta obsesión y chochera nos producen, cuidémosles por lo menos las espaldas para que nadie vaya detrás a atentar contra su vida con un arma desenvainada.
Por eso, el verdadero padre no es el que asegura a sus hijos haciéndolos sujetos de privilegios, encapsulados en un individualismo malsano, sino que verdaderos padres son los que se hacen responsables de la sociedad en que viven, y del universo en que moran. Y que actúan dese el tiempo y espacio que les ha tocado vivir, en su conjunto.
¿Cuál es la solución? ¿Qué hacer? Ante el consumismo contraponer educación. Porque el consumismo agosta, quema y mutila nuestra integridad de hombres. Nos hace seres recortados, unilaterales y parciales. Y nos ciega y anula ante nuestras responsabilidades sociales.
Pensar socialmente. En celebraciones como estas reflexionar en el destino del hombre como conjunto y en el universo como horizonte en donde quepan y se cumplan sueños comunes y esperanzas en un mundo compartido.
*****
MI
PRIMO
MANUEL
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
EL PULSO
DE SU
LETRA
Danilo Sánchez Lihón
1. Agua
rumorosa
– ¡Carmen, hija!... –Le dice a mi tía el cura Gerardo Rebaza, vestido con su sotana negra llena de una larga fila de botones rojos que se alinean a trechos cortos, parejos y equidistantes, desde el cuello cerrado hasta el borde de la falda, cerca de los zapatos oscuros. Con medias rosadas que apenas sobresalen bajo el negro solemne de la sotana.
El cura del pueblo permanece de pie al frente de la tienda y al borde del pozo de agua rumorosa por donde corre la acequia en plena esquina, entre las calles Colón y Pinillos Hoyle, en Santiago de Chuco.
– ¡Qué milagro y gracia del cielo ha hecho que usted venga hasta mi humilde casita, Padre Gerardo! ¡Pase, pase!
– Aquí nomás, hija. Y no es ningún milagro sino que vengo a pedirte un favor. Que tu hijo Manuel venga a trabajar conmigo como Secretario de la Parroquia.
– ¿Qué, padre?
– Él registrará las partidas de nacimiento, de bautismo, de matrimonio, de entierro. Anotará las misas que se solicitan, y ordenará lo que se tiene qué hacer en la parroquia.
2. Confío
plenamente
– ¿Quién, Padrecito? ¿Habla de mi hijo Manuel que es un niño todavía de 12 años que recién acaba de terminar la escuela primaria? ¿No se habrá confundido de nombre con alguno de mis hermanos?
– No, hijita, no. ¡Todos conocemos quién es Manuel!
– ¿Secretario, dice? ¿Y eso no es para gente adulta y muy preparada?
– Sí, justamente, hijita. Por eso vengo hasta aquí. Una Junta de Profesores que he consultado, donde están don Heraclio La Portilla, don Carlos Castillo Burga y don Encarnación Saavedra, lo recomiendan a Manuel. Todos coinciden en decir que es el llamado a ocupar el cargo vacante, porque es serio, responsable y muy disciplinado. Que además tiene buena letra y ortografía, que es lo que se necesita para estampar los registros de las partidas de la feligresía.
– Si los maestros dicen y usted confía, qué mejor pue, padrecito.
– Que mañana venga a la iglesia a las 9 de la mañana y saldrá a las 12. En la tarde el horario es de 2 a 5. Y va a ganar el sueldo de Secretario de la Parroquia, que es igual a la de un maestro.
3. Cruzando
ríos
Y así es cómo Manuel Vejarano Sánchez, ahora integrante conspicuo del movimiento cultural Capulí, Vallejo y su Tierra, ingresó a trabajar en aquel puesto fundamental en un pueblo grande, viejo y de tanto ancestro y tradiciones como es Santiago de Chuco.
Al cura Gerardo Rebaza se lo recuerda como a un auténtico sacerdote y a un hombre probo y recto, quien nació y creció en el pueblo, miembro de una familia de cuatro hermanos, cuales son: Héctor, Francisco y Julio.
Don Gerardo siempre serio detrás de sus lentes de fino y dorado metal, guiaba su vida de acuerdo al evangelio de Cristo, al Derecho Canónigo y a la moral cristiana, ungido en sus creencias; leía hasta agotar sus breviarios y catecismos; y al amanecer, paseando por los corredores del convento, rezaba a media voz sus maitines y alabanzas a Dios.
En muchas ocasiones Manuel no solo fue Secretario de la Parroquia sino que reemplazó al sacristán del cura, porque don Gerardo por su formalidad le tomó mucho apego. Inclusive cuando emprendía viaje en misión religiosa a los pueblos de la diócesis, montado a caballo junto al sacerdote iba en otra acémila él. Así recorrió distritos, caseríos y anexos de la provincia, cruzando ríos, subiendo cuestas y bajando hondonadas y despeñaderos temibles.
4. Poblados
y bohíos
Dos años los empleó Manuel en ingresar cada día por la puerta infranqueable de la Alameda a la parroquia añeja y vetusta de Santiago de Chuco, lugar al cual también se denomina hasta ahora “El Convento”.
Es el predio que ocupa el solar más grande de la ciudad, donde el sol, como las estaciones, es interminable, así como en invierno el frío y la neblina envuelven aquella casona impenetrable bajo un manto de sigilo y de misterio.
Con sus vestidos de alba, bordados hasta los tobillos, de grandes y anchas mangas, sueltas y con leves flecos, con el cíngulo atado a la cintura, el sacristán hace sonar la campanilla y agita el sahumerio del cual se desprende una humarada que nubla el Altar Mayor ante la exposición del santísimo, mientras los feligreses caen de rodillas con un sonido parejo en las bancas toscas y pasmadas.
Como sacristán del cura Manuel Vejarano Sánchez ha recorrido con su humo atosigador poblados y bohíos de la provincia, como Calipuy, Cachicadán, Angasmarca, Tulpo. Ha tenido que acampar bajo las cuevas cuando la lluvia arrecia, como ha tenido tiempo para extasiarse desde una cumbre ante los arreboles del cielo de la tarde que agoniza, o con la trasparencia del cielo estrellado cuando anochece.
5. Extraño
regocijo
En estas andanzas, en el pueblo de Chuca las señoritas Ulloa que los alojaban una noche habían preparado dos cuartos y camas pero de distinta condición, aromas y texturas. Una fina, perfumada con delicia y a la vez pomposa para el cura y otra rústica y precaria para el sacristán, aunque no dejaban de mirarlo y admirar su delicadeza, su gracia y compostura.
A la hora de la comida y sin dejar de mirar al mancebo que acompañaba al sacerdote, inquietándoles la presencia de un sacristán tan cultivado y tan apuesto, y no se resistieron de preguntar:
– ¿Y de quién es pues hijo este niño? –Preguntando ya sin titubeos por él al pastor de almas.
– ¡Ah! –Respondió él–. Es nieto de don Desiderio Sánchez Ulloa. Es hijo de Carmen Sánchez y de Leoncio Vejarano.
Las hermanas se miraron sobresaltadas y llenas de admiración. Y luego de extraño regocijo. Se rieron, intercambiaron cuchicheos y de inmediato dejando todo como estaba salieron. Pronto pasaron con nuevos atuendos perfumados, sábanas, almohadones y frazadas. y cambiaron la cama anterior austera poniéndola inclusive en mejor lugar.
6. Era
cierto
Cambiaron totalmente el ajuar de la habitación encendiendo lámparas, y colocando suaves tafetanes sobre armarios y baúles, desplegando la colcha más arreglada y vistosa que tenían.
Cambiaron hasta los retratos que estaban frente a la cabecera. Le trajeron forro almidonado a la almohada que pusieron ya no la de lana motosa de oveja, sino la de suave algodón.
Manuel le preguntó al sacerdote:
– Padre, ¿por qué ese cambio repentino, tanto que hasta me han arreglado una cama mejor que la suya?
– Ah, es que se cuenta que tu abuelo tuvo amores apasionados y de leyenda con las dos hermanas tanto que se han quedado solteras.
– ¿Mi abuelo Desiderio?
– Sí. Yo no lo creía. Pero ahora compruebo que era cierto.
Dos años pasó Manuel acompañando al cura y asistiendo diariamente a laborar entre las paredes vetustas del convento de Santiago de Chuco.
7. El pulso
de su letra
Fue él quien convenció al padre Gerardo Rebaza para abrir la puerta principal, cerrada desde tiempos inmemoriales. Al abrirla descubrieron los vitrales de colores que allí tenían. Recién se pudo a través de ellos mirar hacia adentro ese solar inmenso lleno de rosales, que ocupa dos manzanas íntegras en el centro del pueblo que ahora es Capital de la Poesía del Perú, con corredores y patios añosos al interior de su claustro.
Es así como la letra de Manuel Vejarano Sánchez, que a los doce años de edad ingresó a trabajar en la burocracia de la importante diócesis de Santiago de Chuco, una de las más ricas, vastas e intensas de la región norte del Perú, ha quedado grabada y está impregnado su pulso en los libros venerables como son los registros eclesiásticos, fundamentales en la historia de toda la provincia.
Y en donde ha consignado nacimientos, bautismos, matrimonios, defunciones, misas y tantos otros aconteceres del pueblo de Santiago de Chuco y pueblos aledaños de la provincia. Es decir, como si saliera de sus manos la vida pródiga y fecunda. Y Manuel es así porque nació un 25 de diciembre, día que celebramos como el nacimiento de Jesús de Nazaret.
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CONVOCATORIA
XVI ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2015
LIMA:
MARTES 19
TRUJILLO:
MIÉRCOLES 20
HUAMACHUCO
JUEVES 21
SANTIAGO DE CHUCO:
VIERNES 22
SÁBADO 23
Y DOMINGO 24
TODO EN EL MES
DE MAYO, 2015
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