“Telúrica y magnética”,
una respuesta a la COP20
¡Oh campos humanos!
¡Solar y nutricia
ausencia de la mar,
y sentimiento oceánico
de todo!
¡Oh climas encontrados
dentro del oro, listos!
¡Oh campo intelectual
de cordillera,
con religión, con
campo, con patitos!
César
Vallejo
Carlos
M. Castillo Mendoza
Hasta
parece que el poeta sospechó lo que llegaría a nuestros campos, lejanos del
mar, pero llenos de oro, con religión y con patitos. No fue suficiente lo que se
llevó el conquistador, también al
evangelizador y más tarde al encomendero, al hacendado y al tío Sam. Los nuevos
paquidermos, hoy pasan arrasando todo sin importarles el molle, los cóndores,
los auquénidos llorosos ni el indio después del hombre y antes de él, que habita
en nuestros campos.
La torpeza
del presidente Humala y el deseo de colocar al Perú en el centro de la palestra
mundial hicieron postular al Perú para ser sede de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático que busca reducir las concentraciones de gases
de efecto invernadero en la atmósfera, más conocido como COP20, a sabiendas de que no podremos presentar un país dispuesto a contribuir con
esa necesidad mundial.
Primero porque el modelo económico que
nuestro país eligió llevar adelante desde Alberto Fujimori, consolidado después
por Alán García y tolerado que continúe como dicen “en piloto automático” por
Ollanta Humala, se basa en dejar la puerta abierta a la inversión extranjera,
en lo que fuera y a cualquier precio. Todos vemos cómo aquí manda el que tiene
la chequera, el que viene con dólares y decide qué, cómo y dónde invertir sin
importarle el costo social que ello significa.
El diálogo que sostuvieron el
representante de la empresa chilena Lucchetti Gonzalo Menéndez y Vladimiro
Montesinos es enormemente revelador de la manera como nos ven de fuera los que
tienen dinero y llegan a nuestro suelo a continuar el saqueo. “Yo quiero una
guerra corta, sangrienta y decisiva, como se ganan las batallas”, le dijo el
representante extranjero al asesor de Fujimori, pidiéndole ayuda para construir
su planta de fideos en los Pantanos de Villa, esos bofedales que son un pequeño
ecosistema para Lima; y lo hizo sentado sobre los millones que, según él,
venían de Nueva York y Londres.
Segundo porque tenemos un presidente
abúlico, sin carácter para gobernar y que ha hecho del dejar hacer, dejar pasar su modus operandi político, asustado por
lo que le dicen los interesados en no cambiar el modelo económico porque ello haría
retroceder y truncar el crecimiento, que es una manera de encubrir sus
ganancias. De otra manera no nos explicamos cómo es que el Presidente Humala,
habiendo ofrecido el gobierno de “la gran transformación” ha terminado no solo
desbordado por su mujer, sino permitiendo que los perdedores del proceso
electoral sean los que gobiernan el país desde sus medios de comunicación, su
banca y sus congresistas. No deja de sorprender que tanto Montesinos como
Humala sean militares, ellos que saben mostrarse arrogantes, prepotentes y superiores
ante un campesino desarmado y suplicante, terminan haciendo genuflexiones a un
capitalista que solo les muestra la billetera. ¿Cuál será el concepto de
patriotismo que aprenden en el cuartel?
Tercero porque la necesidad de
revertir el cambio climático es tan fuerte y nuestro país forma parte de un
área necesaria para la supervivencia de todo ser viviente por sus bosques, climas y nevados, que los depredadores, con
este foro mundial intentan aparecer muy interesados en el asunto para que no se
les conmine a hacer lo que realmente urge revertir. Si,
como dicen los científicos, para el año 2035 seremos diez mil millones de
habitantes sobre la tierra, la pelea por los recursos ya comenzó y con ferocidad.
Así las cosas, el gobierno peruano ha
asumido el compromiso de organizar una reunión mundial no tanto porque
realmente quiera revertir la situación del planeta sino porque no se quiere desaprovechar
la oportunidad de poner al país en la ventana mediática del mundo, sabiendo que
no se va a logar grandes decisiones, toda vez que Europa, Japón y EE.UU. van a
ponerse de costado en un encuentro hecho en el tercer mundo cuya realidad
social y económica cuenta muy poco a la hora de ver ganancias. Lo nefasto de la
situación es que esta reunión ya nos va costando más de 80 millones de soles.
Como miembro del colectivo “Capulí, Vallejo y su tierra” expreso
mi desazón porque una vez más somos vistos como el lugar al que hay que llegar para
sacar recursos: minerales, madera, anchoveta, especies originarias, etc. y
satisfacer las necesidades de un primer mundo que siempre ha crecido a expensas
nuestras, con la complicidad de sus gobernantes traidores y a precio vil.
Recordemos en lo que terminó el famoso impuesto a las mineras en tiempos de
Alan García: en una súplica para que aportaran al llamado “óbolo minero” que ni
siquiera llegó a la tercera parte de lo que deberían tributar. ¿O es que
alguien cree de aquí van a salir los países industrializados arrepentidos de su
ataque al ecosistema y con propósito de enmienda? ¡No será así!, porque su
economía está cimentada en este intercambio desigual. Nosotros aportamos
materia prima al precio que ellos quieren, luego lo industrializan y nos lo
devuelven hecho mercancía que compramos pagando el valor agregado.
· Porque
en el territorio nacional existen comunidades ligadas a la tierra desde tiempos
remotos y eso no se puede cambiar sin su consentimiento e intervención.
· Porque somos seres hechos
de tierra y dependientes de ella, y de sus entrañas sacamos el alimento
esencial para la vida y las materias necesarias para el arte, la técnica y la
investigación, única manera de hacer en el Perú ciencia y tecnología en serio para
afrontar el Siglo XXI con éxito.
· Porque
rechazamos el colonialismo de nuevo tipo y aspiramos a una verdadera soberanía que
se refleje en tener claro cuáles son nuestras metas, prioridades y los fueros
que nos corresponden defender ante propios y extraños.
· Porque
creemos que el desarrollo del país tiene que ver más con el nivel de vida de todos
los peruanos que con la cantidad de dinero que acumulan los bancos y el
comercio, decimos: ¡Basta ya de administrar únicamente la contingencia!
Este ocho, nueve y diez de
diciembre estaremos en el Campo de Marte para levantar la utopía más universal
que César Vallejo nos dejó cuando dijo: …y Perú al pie del orbe; yo me adhiero!
Lima, 07 de diciembre
del 2014