Estimado Marcos Fernández:
Acabo de leer su nota: “Las razones del premio”
(confieso: sin asombro, por ser un convencido que el “Teatro del
absurdo” y otras formas literarias de vanguardia, nacieron en el Perú).
Entrevista hecha al señor Christian Bendayán, ganador del Premio de
Cultura, en la categoría CREATIVIDAD. Según declaración del autor, “por la pintura: El niño de la caja”. Un Niño Jesús con rasgos amazónicos, lustrador de zapatos.
¿Cuántos años lleva el señor Bendayán,
pintando? ¿Y creando…? ¿Más que un Alberto Quintanilla, Milner
Cajahuaringa, Enrique Polanco, Luz Letts, Eduardo Tokeshi, Bruno
Portuguez, Venancio Shinky, Gerardo Chávez,…?
¿Por qué –pregunto-, un jurado tuvo que
encargarse de discernir quien era el artista más creativo? ¿Por
ignorarlo el Ministerio de Cultura? ¿Carecer de un registro? ¿Desconocer
“quién era quién”, en cada área del arte…? ¿O pensar que los miembros
del jurado, lo sabían? ¡¿Conocían a todos…?!
¿O porque las bases de la premiación
decían: dicha postulación debe ser respaldada por 100 firmas
(¿chocolatero, futbolista, fujimorista, aprista, …? Lo ignoro.
Lo acaecido me hace recordar a un hecho de fines de los años cuarenta.
Una radio: Goicochea., organizó el concurso de canto “Buscando nuevas voces”.
Se presentaron –entre otros-, cuatro candidatos: dos damas y dos varones.
La primera cantante, se apareció con un
traje típico de su tierra. Abrió la boca, arrojó una nota tan alta que…
el pianista que la acompañaba, no supo qué hacer. Excepto: golpear el
piano.
Acto seguido, se presentó la segunda
concursante –humildemente vestida-, cantó un hermoso vals, y el público
–encargado de dar el veredicto final, se limitó simplemente a ignorarla.
El tercer concursante, cantó un bolero –que estaba de moda- y… sólo dos o tres espectadores aplaudieron. Posiblemente: amigos.
Cuando el cuarto concursante (quien no
cantaba, ni la hora) se presentó, al concluir, el público no solo
aplaudió a rabiar, sino que, pretendió levantar en peso y pasearlo.
¿Por qué, preguntan…?
¡Por parecerse a un galán del cine norteamericano, y… la mayoría del público: del sexo femenino!
¿Quiénes compitieron y perdieron, frente a este señor desconocido, de apellido Vargas…?
¡Yma Súmac, Jesús Vásquez, y Juan Rivera Saavedra!
¿Por qué al inicio de esta nota digo:
confieso que “nada me asombra de lo que ocurre en mi país”? Porque ya lo
dijo Sebastián Salazar Bondy: “El Perú no ha aprendido aún a amar a sus creadores. Sigue siendo un país potencialmente hostil a la imaginación”.
Claro que yo, agregaría: “Los gobiernos
no son ilustrados. He ahí la razón por qué ningún creador peruano, es
conocido fuera del país. Los que lo lograron, fue por cuenta propia.
“Popeye” –personaje famoso de tiras
cómicas, cumplió en el 2012, 83 años desde su aparición y El Comercio
–de un domingo-, le dedicó la primera página completa a colores.
El autor de estas líneas, demoró catorce años en investigar y escribir la HISTORIA DEL TEATRO PERUANO (desde la época de los incas a la república).
Lo único que consiguió fue que dos diarios, le dedicaran cuatro o cinco renglones.
¿Pero es que el concepto de la
creatividad en el arte, no es el mismo? ¿Qué ha cambiado? ¿Qué Picasso,
Goya, Leonardo Da Vinci, Van Gogh… no son creadores?
El 2006, viajé a Estados Unidos de
Norteamérica, invitado a la Feria Internacional del libro. Dos diarios,
me dedicaron la primera página a color, con el título siguiente: “Llegó
el autor más distinguido y prolífico de América Latina: Juan Rivera
Saavedra”.
Toco el suelo de Lima, y algunos diarios
difundieron la noticia en seis renglones. No podían creer que hubiese
escrito más de 200 libros de teatro, más de 600 cuentos, telenovelas,
libros de investigación, poemas, etc.
Por lo tanto, ¿qué puede sorprenderme
que las autoridades, ignoren tal detalle o… haber sido premiado dos
veces por la Universidades Nacional Mayor de San Marcos, Asamblea
Nacional de Rectores, Congreso de la República, Ministerio de Educación,
Universidad Alas Peruanas, Universidad Nacional Federico Villareal,
etc., y el Ministerio de Cultura lo ignore?
¡Ni me llamó la atención, visitar las
Agregadurías Culturales del Perú, en América, países de Europa y… no
encontrar a ningún intelectual o artista –más si: un mayor del Ejército,
abogado, ingeniero, y… un pariente o amigo de alguien del gobierno!
Por lo tanto: ¡qué me sorprende a los 83 años de edad…! ¡Nada!
Juan Rivera Saavedra
Lima, 28 DIC 2013