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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
AGOSTO, MES DE LOS NIÑOS,
LAS COMETAS, EL DEPORTE
Y LOS PUEBLOS INDÍGENAS
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IMÁGENES DEL FESTIVAL TRILCE
DE LA CANCIÓN, LA POESÍA Y DANZA ANDINA
DEL XIV ENCUENTRO INTERNACIONAL ITINERANTE
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
EN SANTIAGO DE CHUCO, EN MAYO DEL AÑO 2013
HACER CLIC AQUÍ:
http://www.youtube.com/watch?v=7SriuD4RJJM
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
VALLEJO
EN EL ALMA
RECITAL DE
FREDERIK
SOTOMAYOR CARRANZA
MIÉRCOLES 2 DE OCTUBRE
6.30 PM.
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
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PRESENTACIÓN
DEL LIBRO DE POESÍA
ALHELÍ
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
SÁBADO 2 DE NOVIEMBRE
6 PM.
CASA DE LA LITERATURA
PERUANA. ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
7.30 PM.
AULA CAPULÍ
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CONVOCATORIA
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2014
LIMA:
MARTES 20
Y MIÉRCOLES 21
TRUJILLO
JUEVES 22
SANTIAGO DE CHUCO
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
DEL MES DE MAYO
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PÁGINA WEB
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http://spanport.byu.edu/faculty/GarciaM/new/CapuliXV.htm
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Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
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dsanchezlihon@aol.com
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CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES
25 DE AGOSTO
DÍA
DEL
ABUELO
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
MI
ABUELO
DESIDERIO
Danilo Sánchez Lihón
“…con tu sangre de astros
que sueña y que llora”.
César Vallejo
1. ¿Quién tiene
el poder aquí?
Dos señorones trejos y cazurros de mi pueblo, don Adolfo García y don Octavio Pereda, a la llegada del nuevo subprefecto Eduardo Soria Menacho, en diciembre del año 1930, un chalaco amigo de la juerga y desbocado en el licor, fue retado por ellos a que no se enfrentaría a Desiderio Sánchez Ulloa quien le dijeron es el que tiene el poder y manda aquí en Santiago de Chuco y nadie gobierna si no le piden primero permiso a él.
– Y si es que usted quiere gobernar primero vaya a pedirle autorización.
– Y, ¿dónde está, ah? ¿Dónde vive?
– Ahorita acaba de pasar a su casa. Usted, recién probará si es autoridad que vale la pena si va y si a él le para el macho. Mientras tanto, perdone que seamos francos, pero aquí usted no es nadie y mucho menos subprefecto. Vaya y póngalo en su sitio a ese cacique.
– ¿Quién se atreve a decir eso a Eduardo Soria Menacho? –Bufó.
– Bueno pues, ahí tiene su caballo, su pistola. ¡Y vaya!
2. Pulidos
y quemados
Soria Menacho todavía tomó unos tragos más. Tenía como carbones ardientes embutidos en el pecho o en la cara. Montó su caballo y quiso probarles que a él nadie le pisa el poncho en esta vida.
Y se fue galopando calle arriba por donde le habían dicho que vivía y estaba la casa del aludido, revolver en mano y metiendo espuelas a la bestia lo hizo ingresar a la tienda que era el despacho de abogado del personaje que buscaba, preguntando furioso:
– ¡Dónde está Desiderio Sánchez Ulloa! ¡Que salga y se presente de inmediato!
Al ver que no podía ingresar con el caballo de la tienda al corredor interior por la pequeña puerta salió a la calle y trató de entrar por la portada que felizmente estaba con tranca. Al encontrarla cerrada y bien trancada por dentro disparó su revolver dos veces que de milagro no hirieron a varios pequeños que en ese momento estaban en el patio.
De niños he jugado con mis hermanos a hacer entrar nuestros meñiques en esos dos orificios pulidos y quemados en el portón que corroboraba la historia legendaria de mi abuelo que nos contaban nuestros padres y tíos.
3. Se alistó
como voluntario
A partir de entonces la rivalidad entre ambos personajes fue total, tanta que apelando a la Ley de Emergencia Soria Menacho lo encarceló por 30 días a mi abuelo con amenaza de muerte. El Alcaide del puesto policial y el guardia civil llamado Benito, amigos de la familia, velaban para que el desenlace no fuera dramático, permitiendo que miembros del hogar del cautivo fueran a acompañarlo en su celda quedándose a dormir a fin de custodiarlo.
Desiderio Sánchez, quien realmente era influyente, semanas después hizo destituir a Alfredo Soria Menacho como subprefecto de Santiago de Chuco, con lo que la pugna de poder quedó resuelta.
Y es que mi abuelo, natural de Santiago de Chuco quien nació el 21 de mayo del año 1879, era aguerrido, combatiente, un hombre de acción y un líder, quien en su juventud vivió algunos años en Mollepata en donde fue maestro de escuela. Al desatarse el conflicto con ecuador, el año de 1910, se alistó como voluntario y encabezó el batallón que partió de Santiago de Chuco, en donde él portaba, adelante, la bandera bicolor, arengando a sus compañeros.
4. A las fronteras
del Ecuador
Fue animoso y luchador en la contienda. Escribió tristes, marchas y marineras sobre la acción de los voluntarios, algunas de las cuales se cantan hasta ahora en las noches hondas y desveladas de mi pueblo, en donde algún cantor de voz ríspida y quebrada entona:
Cuando mi patria estuvo en peligro
de voluntario me presenté
vestí con gusto el blanco uniforme
y de mi pueblo me separé.
Crucé los mares entusiasmado
mirando al Norte con vivo ardor
sobre la nave que me llevaba
a las fronteras del Ecuador.
Frente a Paita bahía hermosa
la Cañonera Lima fondeó.
Lanchas vinieron y en tierra
firme me quedé yo.
Aquella tarde pasé en el puerto
donde oí mueras a Guayaquil
al otro día partí a Sullana
en el ligero ferrocarril.
Salgan las niñas a sus ventanas
de honra legítima a disfrutar
que sus hermanos los voluntarios
de la frontera van a llegar.
5. Guerrero
y trovador
La letra de esta canción titulada “Los voluntarios” pertenece a mi abuelo, como la música a don Luis Valderrama, su entrañable amigo.
Pero, eso sí, hay una marinera, fechada en 1910, cuya letra y música le pertenecen por completo y que a él mismo se lo escuchaba cantar entre melancólico y festivo, cual es:
Llena nuestra canana
limpio nuestro ligero fusil
calada la bayoneta
tomaremos Guayaquil.
Vamos peruanos, vamos
vamos prontos vamos a batir
lucharemos con toda el alma
para ganar o morir.
Fuego al centro con paso firme
a la cabeza de Alfaro
fuego, fuego sin reparo
fuego nomás.
Era mi abuelo era un guerrero y trovador, un líder y un político, quien estudió Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo.
6. Sobre todo
arrojo
Posteriormente, con su hermano Masías Sánchez, quien llegó a ser rector de la Universidad Nacional de Trujillo, fueron profesores del Instituto Moderno de Trujillo, en el año 1922.
Ya en Santiago de Chuco se une con Sofía Gamboa Barbanera, quien nació en aquella misma tierra el año 1891. De esta unión fueron sus 7 hijos reconocidos ante el notario público don Baldomero Jara: Carmen, Danilo, Baltazar, Ángel, Jorge, Miguelina e Ignacio.
Integró en Santiago de Chuco un círculo literario y cultural que se reunía en la casa de Carlos Rojas, también conocido como El segundo Macarano. Entre otros, formaban parte de esa agrupación el padre del canónigo Rufino Benites.
Se caracterizaba por su elegancia para vestir, su verbo florido y su galantería siempre a flor de labios. Físicamente era bajo de estatura y no era guapo, pero tenía trapío, talante y carisma; pero sobre todo arrojo y valentía con la palabra con la cual era preciso, cabal y oportuno.
7. El toronjil
de las evocaciones
Las personas viejas que lo recuerdan lo asocian inmediatamente con el buen hablar y el buen decir. “Era pico de oro”, dicen. A quien le gustaba tomar la palabra en toda ocasión en que hubiera que decir algo significativo. Su verbo era atildado, florido y galante. Le gustaba tocar la guitarra. Era inquieto y entusiasta. Amiguero en todo y de pasar horas en tertulias. De este linaje recuerdo a su hermano, el tío Manuel José, a quien conocí alto pero ya encorvado por los años, con aquella dulzura vieja de sus ojos cariñosos y sonrientes que da el vivir rodeado del sol esplendente y la noche estrellada de cuerpos celestes, que nunca se podrán definir.
Con aquella nobleza en el rostro de quienes viven todavía de asombro en asombro el misterio de la creación y se enternecen con los hechos y asuntos bondadosos de la vida.
Él llenó nuestras manos de frutos silvestres del campo; de huevos de aves jaspeados de diferentes colores, de colibríes tornasolados que soltaba y se iban por sobre el muro de las malvas. Llenó la mesa de nuestra casa de ñuñas, ocas y del toronjil de las evocaciones. Llenó nuestras bocas de tunas, llacones y pitajayas. Llenó mi infancia de candor e ilusiones.
8. Conmovidos
de gratitud
Pese a que mi abuelo se desempeñaba como abogado, era un maestro nato. Enseñó a sus hijos lectura y matemáticas, el silabeo y la decodificación alfabética, así como el cálculo y el razonamiento matemático. Para eso, despertaba a sus hijos a las cinco de la mañana, utilizando una campana que tenía colgada en uno de los pilares de la casa. Las lecciones eran dos horas diarias cada mañana, desde las cinco hasta las siete, periodo en el cual hacían el repaso de lo que se estaban desarrollando en el aula. Luego alistaban sus útiles, tomaban el desayuno y enrumbaban a sus centros de estudios.
Por las tardes la asistencia a la escuela particular, voluntaria y gratuita que había instituido en uno de los ambientes de su casa, era numerosa. Los niños asistían atraídos por la claridad de las explicaciones, el orden en el desarrollo de los temas y el cariño que se vivía como comunidad anhelante de saber. Y por el instructor de vocación que se hacía cargo de manera entusiasta, fervorosa y desinteresada. Alumnos de esa escuela vecinal que aún conocí y recordaban esta experiencia, conmovidos de gratitud y reconocimiento, eran los hermanos Trinidad Cenas y Miñano Valverde, naturales de Cachulla.
9. La pasión
que lo hiere
Don Desiderio tocaba guitarra acompañado por su amigo Baldomero Vásquez. En un cuaderno de notas escrito de puño y letra suya, en donde refiere asuntos muy personales, encuentro anotados estos poemas sin autor y sin comillas que puedan estar indicando que son poemas propios, del dueño de la libreta; mucho más si tomamos en cuenta que él escribía canciones: Dicen así:
No me mires por Dios
porque recuerdo las delicias
de una dicha que pasó.
Ay, no remuevas las cenizas yertas.
ay de un volcán que se apagó.
Y otro, que anoto:
Dentro de mi pecho tengo una pena
nadie lo sabe.
Porque no puedo comunicar
mi mal a nadie
triste yo siento a mi corazón.
No sé qué le sucede
pero no puedo disimular
la pasión que lo hiere.
10. Siento
quererte
Su sobrina Estela Sánchez recuerda lo galante e improvisador de versos que como una gracia y un don él tenía. Y refiere que a cierta reunión ingresaron dos jovencitas muy agraciadas. Y de improviso don Desiderio Sánchez dando un suspiro dijo:
Pobre Desiderio
por qué te apresuras
habiendo en el mundo
tantas preciosuras.
Ayer por la tarde
por la niebla no pude verte,
hoy que te veo
siento quererte.
Sería por esas cualidades que además de hijos con mi abuela Sofía, con quien estableció su hogar oficial, son vástagos que tuvo en otras señoras de mucho fuste y hermosura, y sin que pretenda yo ser exhaustivo: Con doña Elvira Daga: Valdemar, Bayardo y Escila. Con la señora Zoila Jara: Abraham. Con doña María Miñano, de Cachicadán, Rosa. Con la señora Carmen Benites: Numa Pompillo.
11. Mayordomía
de la fiesta
El año 1931 le correspondió pasar la Mayordomía de la Feria Patronal del Apóstol Santiago el Mayor.
Para ello la Congregación de la Festividad del Apóstol le facilitó 80 libras. De esa manera pasaba a ser mayordomo de la fiesta Sin embargo, ocurrieron en esta circunstancia hechos inesperados.
El año anterior había adquirido un flamante vehículo para transporte de carga y pasajeros, góndola que bautizó con el nombre de “La Justicia”.
Cuando llegaba a Santiago ingresaba haciendo sonar su campana a imitación del tren que transportaba la caña de Chocope a Casagrande pasando por Trujillo.
La góndola había sido pedida especialmente con algunos meses de anterioridad a la casa Manucci de Trujillo que la ensambló especialmente.
Recibió el nombre de “La Justicia” en honor al área profesional en la cual su dueño se desempeñaba y a los ideales de justicia que su dueño anhelara.
12. Años
después
Si no se hubiera llamado así seguramente se hubiera llamado “La educación”, que era otra de sus grandes inclinaciones.
“La Justicia” llevando mercadería en vidrio y loza de don Leoncio Rebaza volcó destruyéndose la carrocería y la carga que llevaba. Felizmente no hubo pérdidas humanas entre las personas que viajaban, pero el descalabro económico resultó fatal.
A consecuencia de este accidente perdió el vehículo aún por pagar, y tuvieron que anticresar el fundo de Pasabalda de su propiedad, despensa y columna vertebral del sustento familiar.
Y después tuvieron que venderlo al no poder dar solución a deudas pendientes, traspaso que hicieron a la señora María Gamboa quien pagó por toda la posesión la cantidad de tres mil soles.
Años después esta propiedad quiso ser recuperada por uno de los hijos de la familia pero el precio que se pidió para devolverlo fue de 80,000 soles.
13. Preludio
final
El 1 de diciembre del año 1934 Desiderio Sánchez y su hijo Ángel de 14 años de edad ingresaban por el portón del vetusto local escolar del Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco, para pagar el recibo de diez soles por el derecho de examen.
Ángel y otros jóvenes santiaguinos, como Rosa Sánchez Castillo y Elvia Sifuentes eran alumnos libres del colegio quienes no asistían regularmente a clases sino que viajaban a fin de año a rendir exámenes ante un jurado examinador.
Mi padre Danilo aún joven los había acompañado hasta el lugar llamado Tres Ríos desde donde se regresó trayendo las mulas cansadas sustituidas por otras llevadas para recambio.
En Huamachuco Desiderio y Ángel se alojaron en una posada de la Plaza de Armas, de una señora apellidada Jara. En esa casa de pensión, y precisamente en la habitación que se les asignó, se había alojado un enfermo de tifoidea que había sido evacuado en angarillas hacia su pueblo, en donde falleció.
14. La
muerte
Pasados los días e iniciados los exámenes una alta fiebre y descomposición general del cuerpo atacó a Ángel. Fue ineludible suspender los exámenes y regresar a Santiago de Chuco. Providencialmente un camión que hacía la ruta a Santiago de Chuco los pudo transportar.
En Shorey, Calendaria Sánchez alcanzó a reconocerlos y les alcanzó al enfermo que deliraba un matecito de coca.
En el trayecto del viaje se manifestó la enfermedad también en mi abuelo quien al llegar a Santiago cayó en cama. Aquí fueron contagiados Sofía, la esposa de Desiderio y Manuel Vejarano Sánchez, hijo de Carmen Sánchez y Leoncio Vejarano. La casa se convirtió en un hospital.
El médico que los atendía, don Luis Ruiz, desahucio a Sofía pues la enfermedad se complicó con neumonía, indicando que esa noche moriría por lo cual trasladaron su cama y a ella envuelta en frazadas a la tienda en donde pensaban velarla. Sin embargo, ella sobrevivió, así como Ángel y Manuel.
15. Como si fuera
mía
Desiderio Sánchez Gamboa murió el 2 de febrero de 1935 a la edad de 55 años, en el último día que podía salvarse, pues hay la noción que pasados los 21 días contando desde el inicio de la fiebre el paciente se salva.
Se cuenta que el día anterior, 1 de febrero, amaneció muy bien, casi recuperado. Ese día lo visitaron su hermano Masías y el médico Dr. Bringas, quien desde la puerta, y sin entrar, recetó que le dieran una tacita de café cargado.
Desiderio Sánchez Ulloa murió a los 55 años de edad y fue enterrado en el Cementerio de la ciudad de Santiago de Chuco. Su nieto, Manuel Sánchez Tomasto, hijo de Ángel, al visitar su tumba en Santiago de Chuco lo evoca con estos versos:
Descansa en paz
mi abuelo querido,
que si te he perdido
no quedarás en olvido.
Visitaré siempre
aquella tumba fría
que aún recuerdo
como si fuera mía.
Texto que puede ser reproducido
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