Danilo Sánchez Lihón
1. Cada día
se recrea
Entre
las muchas cualidades y aportes del Inca Garcilaso de la Vega a la
cultura nacional y continental, reconocemos y destacamos su rol y
desempeño como el iniciador de la literatura infantil y juvenil escrita
en el Perú y América.
Porque
es en las páginas de los Comentarios Reales de los Incas cuya primera
parte se publicó en Lisboa en al año 1609, y en donde se encuentran las
obras inaugurales de la literatura para niños y jóvenes escrita, no solo
correspondientes al Perú sino a toda América, abarcando México, Estados
Unidos y Canadá.
Precisamos
que es la literatura infantil y juvenil escrita, porque hay que también
tomar en cuenta en esta apreciación el caudal vigoroso y antiquísimo de
la literatura folclórica desarrollada en lengua oral apta para ese
público expectante y fervoroso.
Que
también constituye el rico legado recibido de nuestros antepasados y
cuya savia sigue fecundando el árbol y el bosque del presente y la
promesa de la literatura infantil y juvenil del futuro, tal cual cabe
anhelarla, por ejemplo, no solo en su función de entretenimiento, sino
principalmente en la formación integral del ser del hombre.
Porque
los mitos y leyendas del Perú legendario, como Manco Cápac y Mama
Ocllo, o Los Cuatro hermanos Ayar, por ejemplo, son eminentemente
civilizadores, en donde la función que más resalta es enseñar, instruir,
capacitar a las personas, lo que hizo la grandeza de dicha cultura y
hace la fortaleza del ser humano en todo tiempo y lugar.
2. Cuando
era niño
Ella
cada día se recrea en boca de padres, abuelos y mayores que acunan a
los niños narrándoles mitos, leyendas, cuentos, así como todas las
formas de literatura para niños que abarcan desde ser fábulas, apólogos,
parábolas, así como rimas, rondas o adivinanzas.
Son
los relatos que el Inca Garcilaso de la Vega hizo e incorporó en los
Comentarios Reales de los Incas, en donde queda fundado en escritura
este ámbito.
Y
lo concreta con narraciones que en su mayor proporción constituyen
recuerdos de infancia y de juventud, pero también en donde se
entremezcla la crónica histórica con la imaginación, el relato histórico
con la elucubración fantástica, la cotidianeidad con la aventura; sin
faltar el punzante y refocilado humor.
Por
algo José de la Riva Agüero apuntó que los Comentarios Reales de los
Incas inicia el género literario de los recuerdos infantiles que creemos
tan moderno. Anotación certera y precursora, derivada en parte de lo
que el mismo Garcilaso revela al contarnos que lo dicho en el libro de
los Comentarios… lo “mamó” en la leche materna.
3. Fuente
y raíz
Y es que fue y es así.
Buena
parte de los Comentarios Reales de los Incas están escritos en base a
las tradiciones que los indios contaban a Garcilaso cuando era niño.
Como
él mismo lo declara, su crónica no es más que la transmisión fiel de la
tradición oral de los Incas que él escuchó en brazos de sus ancestros.
Y que oyó en sus “niñeces” a su madre, hermanos, tíos y otros mayores que rodearon su mundo infantil en la ciudad del Cuzco.
Ello
corrobora la naturaleza de la obra, cual es de estar concebida, sentida
y pensada desde una perspectiva primigenia y auroral, como son los
niños y jóvenes. Y de tener una fuente y raíz como es la oralidad.
Es
sintomático incluso cómo partes importantes de este libro han sido
reunidas por Raúl Porras Barrenechea y presentadas con el título justo,
pero a la vez revelador, de: “Recuerdos de infancia y juventud”.
Por
eso señalamos al Inca Garcilaso de la Vega como el iniciador de la
literatura infantil y juvenil del Perú y América. Además, por los
siguientes motivos que se agregan a los argumentos y a las razones ya
expuestas:
4. Tal y cómo
lo soñó
a)
Es el primer mestizo, el producto glorioso de una nueva raza, el hijo
de un capitán español y de una ñusta o princesa incaica. Y, como tal, el
punto de encuentro y de partida de todo lo primigenio, alentador,
positivo y trascendente en el nuevo mundo.
b)
Porque el nacimiento de la literatura infantil en América no puede
tenerlo un autor que no recoja el aporte del folclore y de las raíces
genuinas de nuestra identidad más germinal, porque de lo contrario
significaría desconocer siglos de historia y de cultura.
c)
Porque su obra fue escrita para los nuevos hombres de estas latitudes,
para los hombres del futuro, en donde tienen lugar destacado y
preferente los niños y los jóvenes.
d)
Porque en su obra está no solo la semilla sino el brote de todo lo
significativo que ha de crecer después, o más tarde, en estos ámbitos;
en primer término, el anhelo de ser una patria con identidad y
pertenencia a nuestras raíces fundacionales.
e)
Porque hay escritores inmediatamente posteriores, pertenecientes al
período de la colonia y después a la época republicana de nuestros
países, que escribieron inspirados en la visión de futuro, tal y cómo lo
soñó el Inca Garcilaso de la Vega.
5. Con la más fina
fantasía infantil
Los
Comentarios Reales de los Incas no solo es una obra escrita con una
“visión de infancia”, sino que, por su amenidad, intimidad y limpidez,
es un acervo que contiene numerosas páginas que los niños han hecho
suyas.
Hay
en los Comentarios Reales de los incas, intercalados con hechos y
eventos históricos, relatos escritos con la más fina fantasía infantil,
con aventura y galanura, como corresponde a la literatura que se destina
para niños, como son los sucesos: “De un caso extraño que pasó en el
valle de Hacarí”.
O
la famosa "Historia de los melones" que narra cómo dos indígenas que
transportaban melones del valle de Pachacamac a Lima, agobiados por la
sed, y para ocultar su hurto, escondieron la carta que refería de la
encomienda a fin de que ella no supiera ni contara de la sustracción que
estaban cometiendo.
Y
otra: “La aventura de Rodríguez Niño y los galeotes", que narra las
peripecias de un personaje a quien encomendaron partir a España con un
gran número de galeotes, y éstos se le fueron perdiendo a lo largo del
camino, en la mar océano.
Narraciones
como éstas hay varias que el autor declara expresamente que las ha
intercalado “para distraer y no hacer la lectura monótona”.
6. Extraordinaria
similitud
Hemos
reservado para señalarlo como pieza simbólica de este momento en el
desarrollo de la literatura infantil, la historia de Pedro Serrano que
nos cuenta el Inca Garcilaso de la Vega casi al iniciar lo Comentarios
Reales de los Incas, y más significativamente aun cuando trata de “La
descripción del Perú”. Esta historia narra las vicisitudes de un
náufrago en una isla del Caribe, que además de ser sumamente amena
guarda una extraordinaria similitud con el Robinson Crusoe de Daniel
Defoe, escrito 110 años después, en Inglaterra.
Parecido
tal, y que ha hecho suponer a algunos estudiosos que Defoe escribió
sobre la base de la obra de Garcilaso, quien nos narra que la historia
la oyó contar a García Sánchez Figueroa, quien conoció a Pedro Serrano y
certificaba que lo contado es cierto. Y, es más: que lo había oído
contar al protagonista mismo de la historia.
Garcilaso
lo narra a propósito de explicar por qué algunas islas del Caribe
llevan el nombre de Serrana y Serranilla, y que lo hace constar como
consecuencia de este suceso curioso, pleno de suspenso, emoción y gracia
evocadora y que testimonia que era a nosotros quienes se copiaba,
cuando creíamos que lo los imitábamos. Y no era ni es así. De aquí
fueron primero las cosas buenas, como las malas nos vinieron y nos
siguen viniendo de fuera o de allá.
7. Perito en letras,
valiente en armas
Porque
el Inca Garcilaso no hizo aquella literatura siguiendo la pauta dictada
por alguien, sino hundiendo su alma en su identidad andina, telúrica y
ancestral, hecho que nos imbuye de una moral, que se afirma mucho más
cuando desde el inicio Europa se rinde ante su significado y valor,
cuando es la propia Real Academia de la Lengua Española quien lo
reconoce como modelo lingüístico.
Como
consta en la Capilla de las Ánimas de la Catedral de Córdoba, donde
reposan los restos del Inca Garcilaso de la Vega, donde yace grabada en
la lápida esta inscripción, que dice:
El
Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria.
Ilustre en sangre. Perito en letras. Valiente en armas. Hijo de
Garcilaso de la Vega. De las Casas de los duques de Feria e Infantado y
de Elisabeth Palla, hermana de Huayna Cápac, último emperador de las
Indias. Comentó La Florida. Tradujo a León Hebreo y compuso los
Comentarios reales. Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar:
dotó esta capilla. Enterróse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de
las ánimas del purgatorio. Son patronos perpetuos los señores Deán y
Cabildo de esta santa iglesia. Falleció a 23 de abril de MDCXVI.
Cabe
decir de él que es paradigma de autoafirmación, síntesis heroica de lo
que ahora somos, canto luminoso y primigenio de nuestra literatura
infantil y juvenil. Es promesa, es reivindicación y flecha lanzada al
porvenir.
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CONVOCATORIA