Danilo Sánchez Lihón
Nunca, sino ahora,
ha habido vida. Nunca,
sino ahora, han pasado gentes.
Nunca, sino ahora, ha habido casas
y avenidas,
aire y horizontes.
César
Vallejo
1. El valor
que contiene
Señora Tarcila, mamá de la Dra. Mara L. García:
Muy apreciada y querida señora: Mi saludo, mi aprecio
y mi fervor para usted en quien ahora represento el ser madre de la vida. Y
toda mi emoción por el bien; que como una avecilla alza su vuelo, se posa en un
alero y entona su himno de adhesión a todo lo existente.
Usted, señora Tarcila, está ahora luchando
denodadamente a brazo partido por su salud. Y para ello se requiere aliento,
entusiasmo para afrontar los retos de cada día, y confianza que es lo que
intento hacerle llegar con las razones que expongo en esta carta. ¡Y qué mejor
que todo ello se base en hechos concretos, tangibles y evidentes, que son los
que nos proveen de mayores fuerzas para vencer dificultades y salir airosos de
las pruebas a las que nos somete el destino!
Y quizá el hecho más contundente que nos aliente a
seguir luchando sea confiar en la vida, y más en la vida que hemos procreado y
ayudado a llevar a cabo nosotros mismos. Y para no errar en la desilusión que
de repente nos atenaza de creer que estamos sufriendo por recibir algún
castigo, o que estamos abandonados a nuestra suerte, o considerando que la vida
se desmorona como arenisca, o que se deshace fácilmente como polvo y
ceniza, o es columna que se quiebra, o
poñita que se tira.
No señora. Yo quiero darle una gran noticia, que es
posible que usted ya lo sepa, pero reiterada por otra persona puede tener un
sentido que refuerce el alto significado y el valor que este suceso contiene.
Mi propósito es darle un motivo de regocijo perenne y duradero. Y una razón de
inmensa felicidad principalmente para usted y todos quienes la queremos mucho.
2. Puesto
en sus brazos
¿Cuál es? Decirle que su hija, el ser que usted cobijó
en sus entrañas y trajo al mundo, a quien usted le puso por nombre Mara Lucy,
viene siendo motivo de un homenaje internacional promovido desde Isla Negra en
Chile y hacia el mundo por el poeta Alfred Asís. Y se lo hace por sus
cualidades personales, por sus méritos académicos, por sus dotes intelectuales,
artísticas, morales; y sobre todo por el bien que ella encarna y representa a
favor de las causas nobles de la vida.
Y esta es una razón contundente de fe, de valor, de
inmenso orgullo principalmente para usted que es su madre. Porque, ¿qué puede
ser más significativo y glorioso para una madre que ha criado y ha puesto su
desvelo en cada instante y detalle de la vida de su hija, que el portento que
ella reciba el reconocimiento de un homenaje internacional?
¿Qué mayor victoria que la hija que usted adora sea
homenajeada por personalidades de distintos países del mundo? ¡Y ella es obra
suya! ¡De usted viene! Y, quién en el fondo consigue ese honor es usted.
Ahora bien, son muy pocos quienes logran un lauro como
este porque se da en honra y prez a toda una trayectoria de vida. ¿Quién lo
consigue? Nadie que no tenga una obra consagrada y cualidades muy especiales,
como es el de ser persona intachable y sin reproches en todo sentido.
Por las características con que este reconocimiento se
da, creo que muy pocos logran este laurel que es justo que usted lo sienta
suyo, puesto en sus brazos, en torno a su frente, así como acunó a Mara de niña
y de donde creo yo que nunca ella se ha desprendido.
3. Hizo
las cosas bien
Entonces señora Tarcila, junto al dolor como prueba
que usted está afrontando, poner delante suyo este ramillete de rosas frescas
de los campos donde usted naciera, este gozo y esta alegría inmensa que es
pura, tierna, confiada y transparente que se le brinda a usted a través de su
hija.
Arrójese a esa fuente en toda la hondura que ella
tiene. envuélvase en este soplo de vida. Porque lo que más sana y fortalece es
la alegría buena. De saber que así como usted cuida de Mara, un padre supremo
también cuida de usted, y que no estamos desamparados en este mundo sino más
bien protegidos con estos significados supremos que la vida nos otorga.
Para sumergirnos en la alegría de saber que no estamos
solos, que hay padres que saben cuáles son nuestros designios. Y que el bien es
la sustancia básica con que está tejido el manto del universo.
Y que a veces la vida nos hace probar la copa amarga
del dolor para hacer más nítida y dulce el vaso de la alegría, y más alto el
premio que recibimos, como es este al cual me estoy refiriendo.
¿Qué reconoce la vida en este momento en usted? Que ha
dado frutos hermosos. Y que por sus frutos lo reconoceréis, nos dijo Jesús.
Este homenaje a Mara, señora, es la ratificación de
que usted hizo las cosas bien. Y es esta una rosa en su pecho, prendida a su
trenza y que florecerá ya para siempre inmarcesible entre sus brazos.
4. Insólito
y excepcional
Recibir una distinción como esta tiene un valor
supremo. Y más significación alcanza para quien es madre de la persona a quien
se lo dedica, porque significa que al ser a quien se le otorga se lo ha criado
bien, que se supo conducirla paso a paso por el camino debido, para que ella se
conduzca por sí sola atinada y segura.
Es un homenaje que se está haciendo ahora mismo. No es
una ceremonia que dura una hora, o dos o tres, sino toda la vida; puesto que
este premio es continuo, permanente y para siempre, desde que se escriben
textos que van a conformar un libro que se leerá a cualquier hora del día y en
cualquier espacio del orbe.
Quizá su hija misma ya le haya contado todo esto, pero
es importante que alguien más lo diga, ojalá que con una perspectiva que
enriquezca el valor intrínseco que estos hechos poseen y sin agotar su
trascendencia.
Relievando en primer lugar su carácter insólito y
excepcional. Porque: ¿Quién logra un homenaje así? Por más que alguien se afane
y ponga talento, ingenio y virtud. Muy pocos, por la naturaleza del homenaje
que le alcanzo a explicar de este modo:
Es un homenaje único y extraordinario a alguien que
inspire integridad y encanto. Entonces no es solo por su significación
alcanzada en la vida sino en el cómo la ha realizado. Porque no es que se le
entrega un diploma o un monto de dinero a la persona que es distinguida, y con
ello se concluye el homenaje.
5. Pendiente
nuestra alegría
No, no es así. Este es de la mayor significación
porque se le escriben poemas a las personas homenajeadas. Y entonces es un ser
que tiene que inspirar, cuya vida y obra nos impactan y seducen tanto como para
escribir sobre ella con plena y libre adhesión.
¿No tiene eso un sentido grandioso? Porque es
convertir la vida de alguien en guirnalda, arco de triunfo, flor, medalla,
paisaje, melodía. Es decir: tiene que venir del alma y tiene que ir hacia el
alma.
Y yo quiero resaltar este hecho. Es un homenaje de escritores
y de artistas, de maestros y maestras, de hombres y mujeres de fe es cierto;
pero también de jóvenes varones y mujeres que necesitan en quién creer y en
quién confiar pero también de niños y niñas que se forman en las escuelas y
colegios. Es decir, es vivo y significativo.
La vida, doña Tarcila es una batalla donde nunca
debemos ser vencidos. Y usted está dando esa batalla en nombre de todos
nosotros. Y hasta ahora sigue en la brega, con ánimo, con temple y arrojo. Con
fe en que se va a sanar y yo ruego porque ello así ocurra y se cumpla de manera
completa, donde usted es la nave que ha de mantener el mástil erguido y con la
bandera hasta el tope.
Con la lámpara que se bambolea en la tempestad en el
navío que se estremece, pero que es la única luz de fervor en el inmenso
océano. Confiar en que todo saldrá bien. Porque de usted, como luz encendida,
es que se mantiene pendiente nuestra alegría.
6. Nos ensalza
y distingue
La distinción a Mara se da paralela con la lucha que
usted libra y afronta. ¡Qué coincidencia! ¿No hay aquí un signo? Y es un
reconocimiento que no parte de aquí, de entre nosotros, que por querer a Mara y
a usted, por ser como son, se podría decir que hemos organizado con parcialidad
este acto. No, esta distinción viene de lejos.
Claro que nos
adherimos y coincidimos plenamente con su gestor, propulsor y gran capitán,
como es el poeta Alfred Asís, quien ha dedicado homenajes mundiales a Pablo
Neruda, a César Vallejo, a José Martí, al poeta Miguel Hernández, entre otros.
Es una idea que pese a que Mara es una luz entre
nosotros no es a nosotros a quienes se nos haya ocurrido. Y no porque
desconozcamos el valor que ella tiene, ya que le digo que ella es para nosotros
fuente de luz que nos ilumina.
Quiero decirle con esto que la lejanía desde donde
viene, dedicado a la hija que usted trajera al mundo, es una prueba de su
grandeza, de la dimensión que ella ha alcanzado y del extraordinario valor que
entonces ella guarda para muchos seres repartidos en la faz de nuestro planeta.
Homenaje que a nosotros que compartimos tareas e
inquietudes con la Dra. Mara L. García también nos ensalza y distingue.
7. Tocar
todas las puertas
He considerado necesario y urgente decirle todo esto
porque usted está luchando en estos momentos latido tras latido, y célula a
célula. Y para superar esta situación como yo quiero que se supere, es bueno
saber las bendiciones de que nos ha rodeado y proveído la vida.
Y decirle todo esto que le estoy diciendo lleva ese
intento: de darle razones para sentirse bien. Porque pocas madres en el mundo,
creo en verdad que muy pocas han traído hijas a esta vida que sean motivo de
este orgullo universal.
Además de darle todas mis fuerzas a favor de su
recuperación he querido darle esta buena nueva, este aire fresco, esta brisa
cordial que recoge lo mejor de nuestro amado planeta Tierra.
Este aliento en donde se unen muchas voces. Esta carga
positiva de energía de muchas personas que escriben, algunas desde una ciudad
afincada junto al mar y otras en lo alto de una cordillera.
Y todo en el fondo lo ha gestado usted, como madre de
la vida que usted ha acunado en sus entrañas.
A las espadas del dolor que en su caso tienen el signo
de la redención es justo engarzarle estas flores legítimas de amor. Y tocar con
ellas todas las puertas hasta que se abran aquellas del bien y de la felicidad.
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