DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
PANEL DE PRESENTACIÓN:
MARÍA EUGENIA DE LA PUENTE
ADOLFO LIZARZABURU
RAMÓN NORIEGA TORERO
JULIO YOVERA BALLONA
ACTUACIÓN ARTÍSTICA:
FREDERIK SOTOMAYOR
“Simiente que brota es Luis de la Puente”,
de Danilo Sánchez Lihón es un conjunto
de relatos y reflexiones cuyo eje central es
la vida y obra del guerrillero legendario
Luis de la Puente Uceda, quien nació, se crio,
creció y se formó en Santiago de chuco,
Tierra de César Vallejo, y de quien se recoge
en esta obra su humano latido, el de un hombre
cuya grandeza es haber encarnado valores
que constituyen un paradigma para los seres
humanos de todos los tiempos y latitudes.
Si Vallejo es el sentimiento y la visión, Luis
de la Puente Uceda es la acción en pos
de la utopía andina por reconstruir y proyectar
hacia cada instante de nuestras vidas, en
el presente y hacia el porvenir.
MIÉRCOLES 22 DE JULIO. 6.30
PM.
Malecón de La Marina 644. Miraflores.
Frente al Parque María Reiche
*****
15 DE
JULIO
NACE
CATALINA
RECAVARREN
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
POETA DE LA
HERMANDAD
DE HOMBRES
Y PUEBLOS
Danilo Sánchez Lihón
1. Juntemos
las manos
Era espigada y del color del pan; de ademanes
desenvueltos, con una larga trenza recogida sobre la nuca fina y altísima. De
ojos luminosos y profundos que se detenían a considerar el sentido de cada
asunto. De gestos francos y casi infantiles. Tenía en aquel entonces 82 años y
conservaba su garbo, su donaire y su hermosura. Se la sentía libre y núbil.
Empezó a leer sus poemas en el centro del escenario
bajo una luz o sombra dorada, acompasando el poema “La ronda de todos”, tras un
atuendo de blusa verde y falda violeta, con un pañuelo multicolor que le pendía
desde los hombros:
– ¿A qué
jugáramos?
¿A qué
jugaremos?
– A la ronda,
ronda
de todos los
niños
en todos los
campos
y a todos los vientos…
Juntemos las
manos,
liguemos las
manos,
los niños de
todos
los pueblos
del mundo:
vecinos, lejanos…
2. Seamos
amigos
Con su voz de hojaldre terminaba cada frase en un
acento de mil iridiscencias; que iba poniendo énfasis en el contenido
fraternal, solidario, entrañable, de hermanos que somos; que no tienen por qué
confundir el sentido de la vida y cometer por ego o ambición tropelías que nos
hagan por siempre rivales o enemigos. Y continuó diciendo:
Juntemos las
manos:
los blancos,
los negros,
los rojos,
los pálidos;
los de costas
de oro
con palmas y
plátanos,
los de níveas
cumbres
y lagos
helados;
los de los
desiertos
y selvas de
fuego
y los de los páramos…
Seamos amigos
jugando,
jugando…
No importa
que hablemos
idiomas
distintos,
porque en
todas partes
es igual el canto…
3. Humilde
y silenciosa
Su voz era diáfana, meridiana, de sol de mayo. Y el
silencio del público era pleno, arrobado, total. Se podía sentir la respiración
contenida de las 800 almas que colmaban platea, palcos y galerías del Teatro
Municipal de Trujillo.
Juguemos, cantemos:
– “¡A la
ronda, ronda
de todos los
niños
en todos los
campos
y a todos los vientos!”
Sigamos
jugando,
jugando,
jugando,
unidas las
manos,
prendidas las
manos…
para que, ya
grandes,
sigamos
cantando,
cantando,
cantando,
la palabra: ¡HERMANOS!
De pie allí, en medio del escenario se la veía como
una chiquilla expuesta y asombrada, o como un hada etérea y transparente,
teniendo en la voz su varita mágica. Era Catalina Recavarren quien había
llegado humilde y silenciosa a este certamen.
4. Capullito
de mi flor
Luego leyó su poema “La mano”. Y el público siguió
igual de fervoroso, rebosante y extasiado; bajo un silencio absorto, asiduo,
fervoroso:
¡Retoñito de
mi carne!
Capullito de mí flor:
Conforme tú
vas creciendo
¡se me achica el corazón!
Quédate así,
menudito:
de cinco
añitos, no más...
Con cinco
dedos, la mano...
¡qué bien se sabe bastar!
Pequeño como
violeta
como mata de
fresal...
Árbol que
crece muy alto
¡viento lo puede tronchar...!
¡Retoñito de
mi carne!
Capullito de
mi flor:
conforme tú
vas creciendo...
¡se me achica el corazón!
5. Te tengo
aquí
Y finalmente, ya con voz trémula por el silencio
arrobado de la gente que la escuchaba, leyó el poema “Vida”, que habla de un
niño, sus travesuras, los regaños y el abrazo lleno de lágrimas:
LLEGASTE
salpicado
de tinta
desgreñado...
la blusa
hecha girones,
un "siete" el pantalón...
Iba a darte
de gritos
y hasta un
par de palmazos,
más, como un
cervatillo,
me saltó el corazón...
Vi tu carita
ingenua, sudorosa anhelante...
Tus venitas azules latían de temor.
Sentí tu
aliento fresco en mi mano gastada
y casi ¡tuve ganas de pedirte perdón!
Hijo: mi
pequeñito, mi carne, mi rebrote,
surtidor de
mi sangre ¿qué te puedo decir?
Derrama los
tinteros, ¡destroza los vestidos!
Estás vivo. Estás sano. ¡Y yo te tengo aquí!
6. Ella
se impuso
Antes de caminar, bajar las escaleras y volver a su
asiento hizo la venia de haber terminado cogiendo el borde de su falda plisada.
Y allí el público, que colmaba de bote a bote la sala, como si despertara de un
sueño o hechizo prorrumpió en un estallido de aplausos resonantes y
estruendosos de uno, dos, tres, cinco minutos… y no terminaba.
Nunca yo había escuchado un encomio parecido o
semejante, al unísono, tremolante y convencido, como si hablara el océano. Y no
se detenía de aplaudir la concurrencia. Y poco a poco el público se fue
poniendo de pie. Ella tuvo que regresar varias veces al centro para agradecer.
Fue tan espontánea, tan cálida como cariñosa era la adhesión de un público en
su mayoría de profesores y estudiantes de universidades e institutos superiores
pedagógicos a partir de únicamente de escuchar sus poemas y quizá reconocer en
ella a un ser que ha sufrido y su sufrimiento lo hace síntesis de sabiduría.
Yo desde muy atrás del auditorio la veía asombrada,
como que ella se iba a caer y se doblaba. Y pensé que después de un aplauso
como este ya cualquiera se puede morir en paz. Aquel aplauso no era solo por lo
que el auditorio había escuchado sino por lo que veía y reconocía a un alma
tierna, noble y cristalina.
Esto sucedió en el marco del V Encuentro Nacional de
Literatura Infantil y Juvenil “Abraham Arias Larreta” de la Asociación Peruana
de Literatura Infantil y Juvenil, APLIJ, realizado en Trujillo y Santiago de
Chuco el año 1986.
7. Estrechar
su mano
Para quienes lo hayan olvidado o para quienes no lo
sabían, ella fue una niña prodigio. Además de bella talentosa; y genial para la
versificación fácil. Había producido mucho: poema que escribía se lo entregaba
la única copia que había plasmado al primero que encontraba. Su primer poema lo
publicó nada menos que el maestro Raúl Porras Barrenechea en la revista Alma
Latina, en el año 1917.
Yo contemplé todo aquello que he contado desde la
parte posterior del gran auditorio, desde la última fila de la nave. No me
acerqué tampoco esta vez a ella, ni pude estrechar su mano, ni nunca pude
hacerlo.
Para mí era el tercer encuentro reverente y silencioso
y siempre a la distancia que tenía con esta escritora, porque el primero fue
siendo niño cuando el suboficial de mi pueblo Wilmer Jara Vallejo quiso que yo
recite el poema de ella dedicado a la bandera en la Plaza de Armas de mi
comarca en plena concentración previa al desfile de Fiestas Patrias, como ya lo
he contado en otra crónica dedicada a esta escritora.
Pero he querido registrar también ésta en que el
público saboreó por sí mismo aquella su poesía, porque nadie lo condicionó ya
que no se la había presentado con ningún ribete dorado o aureola o cualquier
otro aspaviento. Al contrario, la presentación fue escueta, monda y sin recaer
en detalles. Ella fue la que se impuso. Era la fuerza y la contundencia de la
poesía cuando es autén tica. Y la otra poesía verdadera que está en el corazón
y en el alma de nuestro pueblo
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El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 602-3988
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar
a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
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CONVOCATORIA
XVII ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA