UNA
LORA LLAMADA CHELITA ENCANTADORA
Por: Fransiles Gallardo
Escribir para que nos lean
los mayores es una ecuación con una incógnita: ¿Valorarán nuestros contenidos?.
Escribir para niños y jóvenes,
es una ecuación con dos incógnitas: ¿Entenderán nuestro argumento?, ¿Comprenderán
el mensaje?.
Bethoven Medina,
extraordinario poeta trujillano, ha
asumido el reto y lo ha resuelto con su bien diseñado y estructurado libro “Chelita
Encantadora” novela dirigida al lector infanto-juvenil.
No nos sorprende, puesto
hace algún tiempo nos ofreció el libro de poesía “Cerrito del amanecer”
dirigido a este mismo público, principalmente. Sobre el “Cerrito del Amanecer”
hemos leído muy acuciosos comentarios de los reconocidos escritores Jesús
Cabel, Jorge Eslava, Luzmán Salas y Jack Flores Vega; entre otros.
Algunos días atrás y siendo
las 5 de la tarde de un enneblinado atardecer limeño, frente a una taza de humeante café y un pan con chicharrón, camote
y su cebollita incluida; Bethoven Medina, entrañable caminante de andares
poéticos por más de 35 años, nos autografió su “Chelita Encantadora” editado
por Altazor, Lima, 2013.
Desde Cajamarca, somos
testigos que Medina ha escrito prosa alternativamente con poesía, incluso
mereció algunos premios.
“Chelita Encantadora” es el
resultado de la práctica constante de
este género literario, más aún, si está dirigido a niños y jóvenes. Este libro va con notas críticas de los internacionales
Óscar Colchado y Eduardo Gonzales Viaña; mereciendo además un comentario
escueto y ponderado del narrador peruano William Guillén Padilla.
Entre sorbos de café y
mordiscos de pan, hablamos de nuestra pasión común: La literatura. Recordamos al
Grupo Literario “Raíz Cúbica” aquel que conformamos con Ángel Gavidia, Manuel
Alcalde, Darío Estrada y Walter Terrones; en los años ochenta. Tiempos aquellos
que pronto recordaremos en un libro testimonial.
Luego de días, y con ávida inquietud,
me vuelvo lector de microbús y de un tirón rumbo al trabajo he leído “Chelita
Encantadora”.
El texto es un homenaje a la
amistad y un tributo a la compañía de la abuelita Mamá Yana; que supongo es la mamá de nuestro
admirado escritor y la lorita Chelita que llegó para hacerle compañía y disminuir
su soledad.
Es un libro fresco, didáctico,
pleno de humanismo, anécdotas, ironía, cotidianidad y obviamente, para quienes
hemos vivido en el campo, trajinado cerros y trepado árboles nos sumerge en nuestra
propia infancia.
El texto nos permite
reconocer valores a través de los personajes como la nieta y los niños del
barrio; quienes alrededor de “Chelita” recrean juegos y alternan con lo que parecieran
ser clases de ornitología.
Indudablemente que esto
evidencia la sólida formación del autor en ciencias naturales, biológicas y
agronómicas, en las aulas de la Universidad Nacional de Cajamarca donde Bethoven
Medina se graduó como Ingeniero Agrónomo. Transcurridos los años, nos enteramos
que además es magister en ciencias económicas; lo que le ha permitido utilizar
también la economía de las palabras y elevar la rentabilidad de su calidad
literaria.
“Chelita Encantadora” tiene
como eje central la relación del binomio abuelita-nieta y la ponderación filial
entre ambas.
Apreciamos además la
existencia de unidad entre el tema y la forma, puesto que los capítulos se han
escrito linealmente; los cuales constituyen
estampas independientes en cada fragmento; pero que al final enriquecen al
libro por su variedad y unidad en cuanto a los personajes y al entrañable
afecto generacional.
Ante la abuelita, la nieta y
los niños del barrio se yergue la lorita Chelita caracterizada con rasgos
humanos, lo cual resulta enternecedor y conmovedor.
Creo que no encontramos en
la literatura peruana otro texto que
tenga como personaje a una lora de parecida humanidad y de sapiencia ecológica.
El autor con destellos de ternura repasa la variedad de aves que pueblan el
viaje imaginario de Chelita y la gran cantidad de hierbas, frutas y plantas
medicinales tradicionales, que hacen de la novela un libro que no solo
transmite secuencias sino mensajes de utilidad para los jóvenes peruanos,
fortaleciendo nuestra realidad e identidad.
El libro está escrito con un
lenguaje sencillo, plano y sentimental para ser entendido y comprendido por
cualquier lector, sin las sugerentes figuras literarias que Bethoven Medina utiliza
en su poesía.
No soy un crítico literario
y él lo sabe bien; pero considero que con “Chelita Encantadora” Medina por su
contenido y prosa lírica, ha superado ampliamente el reto de escribir para
niños, jóvenes y que, asimismo, lo lean también
los adultos. He ahí su mérito.