Danilo
Sánchez Lihón
Todos
han partido de la casa, en realidad,
pero todos se han quedado, en verdad"
César Vallejo
1. Tierra
del anhelo
Creo que todos
los días de su vida Chaco Gil regresa y permanece bajo el alero de su casa de
infancia en Santa Cruz de Chuca y piensa, sueña y escribe sobre sus muros,
calles u horizonte; como narra anécdotas, describe paisajes, delinea personajes
y circunstancias de su pueblo de origen.
Recuerda cada
detalle, el nombre de cada vecino tras de una puerta, las tiendas de cada
calle, evoca el nombre de cada planta, flor y avecilla; cada recodo del camino
o presencia deletérea; la textura, el aroma y el matiz de los frutos y la
tonalidad de los celajes; el sabor hondo y dulce del trigo y del maíz.
Es increíble
constatar cómo ha quedado cada vivencia adherida en su alma, incitándonos a
descubrir cada duda y cada certeza, a tal punto que se nos haya quedado
desvelada en nuestros sueños. De cada lugar describe su tonalidad, de cada
objeto su luz, de los pasos sus cavilaciones y de los difuntos sus voces
secretas.
Y es que quienes
han nacido en esos retazos del mundo andino para siempre nos hemos quedado
hechizados por el misterio que nos mantiene transidos, por la hondura de
nuestra casa materna, por aquella dimensión de la utopía que es el meollo desde
el cual arribamos fortalecidos y desamparados a esta tierra del anhelo.
2. Su obra
alucinada
¿Qué hechizo es
este? ¿Qué nos ha sucedido? ¿Por qué hemos sido de este modo flechados y al
final hemos caído cautivos?
Chaco Gil, quien
vive cerca a Miami en los Estados Unidos, quizá no se mude físicamente a Santa
Cruz de Chuca cada tarde, pero en el fondo y en esencia llega.
Creo que ya se
vino definitivamente a vivir en esos lares que lo vieron corretear de niño,
creo que ya tomó residencia en su Chuca querida y allí habita aunque nadie lo
haya visto.
Y es porque su
alma está no solamente en la superficie sino internada en lo más hondo de la
geografía, en el epicentro de las montañas, en lo más recóndito de lo que
somos.
En los ríos,
quebradas y puquiales, en el más remoto pasado, como en el presente intrincado
y en el desafiante futuro, como muchos que se han ido aparentemente y que en la
nostalgia siguen entre los corredores, pilares y muros de los patios de su casa
nativa.
Y en lo que
acabamos de señalar está presente una de las claves de los libros que ha
publicado Chaco Gil y del conjunto de su obra alucinada.
3. El viaje ritual
del retorno
Es en la
dialéctica de la casa de la cual partimos para aventurarnos por los caminos
lejanos y extraños; pero de la cual nunca nos hemos desarraigado, o ido.
Porque de la
casa se sale y a ella se vuelve y, de ese modo, a la tierra y el tiempo del
cariño.
Y en la casa el
encuentro con la infancia; llena de sugestiones, misterios y promesas, como el
reino perdido y a la vez reencontrado sabiamente.
Y a la cual
volvemos en un retorno maravillado y estupefacto; a aquella patria interior que
cada hombre lleva a cuestas y en el fondo de su alma atribulada.
Donde se repite
y representa incansablemente la alegoría del adiós y el retorno, del abandono y
el regreso.
Como es la
parábola del estado inmóvil y la travesía por los caminos de tierra, mar y aire
que han cavado nuestros desvelos y desasosiegos.
La casa; lugar
donde nos despedimos y al final adonde se dirigen nuestros pasos en el viaje
ritual del retorno, del regreso y del reencuentro.
4. Origen
y pertenencia
Que es el rito
que celebra cuando pergeña sus páginas Chaco Gil, que es el seudónimo de Walter
Américo Pérez Valderrama, quien nació, se crio, formó y regresa cada vez que
puede a su aldea natal, cual es Santa Cruz de Chuca, a la otra banda de
Santiago de Chuco pasando la hondonada del río Huaychaca. Pero él vive hace ya cerca
de 60 años en los EEUU, en la ciudad de Deltona, en el estado de Florida.
Quien nació el
24 de enero del año 1926, estudió los primeros grados de la Educación Primaria
en la escuela de su distrito, pasando luego al Centro Escolar 271 en la capital
de la provincia de Santiago de Chuco, donde también estudió César Vallejo.
La Educación
Secundaria la cursó en el Colegio San Juan de Trujillo y después en el Colegio
Nuestra Señora de Guadalupe, en Lima, instituciones emblemáticas en la vida historia
de la educación peruana.
Sus estudios
universitarios los llevó a cabo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
y luego en la Universidad de Loyola de Chicago, en Illinois, Estados Unidos.
En ese país
trabajó como maestro en los programas bilingües de las escuelas secundarias y
en los Comunity Colleges de Chicago, enseñando matemáticas a jóvenes hispanos
llegados de diversas latitudes de América Latina.
5. Predios,
comarcas
Chaco Gil tiene
a la fecha 92 años y retorna candoroso a su casa de infancia. A su edad, él se
vuelve niño a través de la literatura, el arte y la vida.
Yo podría dar fe
que lo conozco como a un joven lleno de vitalidad, entusiasmo e ideales. Con
una actitud abierta y una comprensión amplia acerca de los diversos asuntos del
mundo. Con devoción por conocer lo nuevo como lo antiguo.
Quien todo lo ve
con ojos de “solución” a los problemas, quien alienta grandes esperanzas en el
destino de nuestra colectividad.
Valga como
ejemplo su relación con el idioma, que después de seis décadas de alejamiento sigue
siendo fresca, vital y creativa; que no lo ve como una dificultad sino como
harina, masa y levadura para con ello hacer buen pan.
Y anoto esto
porque es muy fácil encontrar personas que aman a su pueblo, pero a la vez
sienten mucha impotencia, amargura y hasta rabia concentrada.
Sobre todo,
hacia las autoridades y la clase política como si una de las peores plagas
hubiera asolado predios, comarcas y hasta el aire de las calles de nuestras naciones.
6. Búsqueda
de la fuente
Chaco Gil a la
fecha ha publicado diversas obras en el campo de la poesía y la narrativa
siendo algunas de ellas fundamentales, como son sus libros “Cerros del
Pechuguay” y “La casa del membrillo”.
Toda la suya es
literatura de la identidad, del mundo propio y del pozo interior. De aquello
que es hondo y peculiar.
Es obra de
origen, hecha evidencia en la naturaleza que conforma a los personajes y en el
contexto que influye en sus actos, donde se emblematiza la aldea nativa, donde
se asocian los hechos sencillos, que son conmovedores, junto con los grandes
fastos y acontecimientos históricos.
Donde la familia
es el eje y el marco en el cual se configura la historia de un clan y, con la
escritura de la obra se da concreción a la búsqueda de la fuente para saber
quiénes somos y cómo nos proyectarnos al porvenir.
Como también se
reta al destino; puesto de manifiesto en el tejerse y destejerse de los hechos
y vínculos humanos, en las relaciones de pareja, en los negocios, y sobre todo
en los viajes que son claves en la significación trascendente de su escritura.
7. Por la casa
y los caminos
Flamea en sus
páginas una verdad que resulta refrescante encontrarla hecha poesía y mundo
legendario, donde la realidad es recreada con la fantasía en función de dar
ejemplos. Donde lo que se dice, lo que se toca, lo que se acaricia se lo siente
auténtico, en una obra persuasiva y convincente, porque es idéntica a la vida. Su
obra en general es fruto de un amor entrañable a lo que somos.
¡Qué hermoso ver
entonado en su obra el himno con todo el amor del mundo a la familia! ¡Y que la
poesía vuelva a hacerse íntima y casera, ligada a la sangre que nos enlaza y a
los rostros familiares y queridos que nos acompañan! Algunos todavía presentes
en esta contingencia y otros que definitivamente ya han partido. Todo esto nos
enseña a sentir y pensar Chaco Gil en sus obras.
Al finalizar
estas breves pero emotivas palabras de adhesión y afecto a la obra, al autor y
al mundo que recrea, quisiera hacer un brindis, hoy que es el día de su
cumpleaños: ¡Brindemos Chaco Gil, por haber nacido en el Perú que es un país
desafío, convulso e intenso, joya y harapo, delirio y misterio, pero a la vez
epopeya cotidiana! Brindemos por la casa y los caminos que de ella parten y
hacia ella vuelven. Y brindemos por el abismo y el infinito que nos habitan.
¡Salud, poeta y peregrino del alba!
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