sábado, 27 de enero de 2018

CONOZCAMOS LAS VOCES CREADORAS MÁS IMPORTANTES DE AUSTRALIA - BEATRIZ COPELLO (ARGENTINA)



CONOZCAMOS LAS VOCES CREADORAS MÁS IMPORTANTES DE AUSTRALIA

Beatriz Copello (Argentina)

La Dra. Beatriz Copello emigró a Australia hace cuarenta años. Es una de las voces líricas más respetables y de una muy vasta trayectoria intelectual. Obtiene en Australia un Master en Inglés en Escritura Creativa de la Universidad de Sydney y un Doctorado en Escritura  Creativa en la Universidad de Wollongong. Sus trabajos han sido publicados en Australia y en el extranjero en idioma Inglés,  Español, Chino, Italiano y Polaco. Sus libros publicados son: Women Souls and Shadows (Bemac Publication, 1992) , Forbidden Steps Under the Wisteria (Abott Bentley, 1999), A Call to the Stars (Crown Publishing, 1999) and Meditation at the Edge of a Dream (Glass House, 2001).  Su obra de teatro Malinche’s Fire fue presentada en teatro Belvoir de Sydney en 2001. Beatriz es también una Psicóloga y trabaja en el Rape Crisis Centre.
 
 


Primera Parte: Jeremías


Jeremías lacró los sobres

Para provocar
la vieja y gastada credulidad.
Jeremías
prescindió de las ilusiones,
ocultó los espíritus
y malgastó sus fuerzas.
Atrincherado en la realidad,
fiel a los difuntos,
se acostó con los adversarios
que le obligaron
a entregar sus flancos débiles.
¡Pobre Jeremías!,
puso su terrible duda.
Algunos quisieron ver,
la antesala larga y oscura
donde el ser
comprende la realidad,
y con burla, verticalmente,
se devoraron los unos a los otros.


La búsqueda

Una necesidad para soñar
atada al carro de la locura
prostituida en la ambición
del ser perfecto
inigualable sensación
centurión de aventuras
por la senda del dar
va quien se afana
en recibir.
Por un mundo de raciocinio
desgastado y convencional
se desgaja la razón
en busca de la verdad,
la verdad sin máscara,
la verdad con rostro de Jeremías.
Empujada la sensación
los por qué, los para qué,
se va sin pretender
encajar en la manía
casi erótica
del vivir por vivir.
La muerte efímera
y atemporal
nos da la medida exacta
de aquello que en vano
se fue sin merecer.


Toca tu lira Jeremías pero sólo para mí

Era La Era de Las Eras,
era La Era de las mieses,
interpretaba el dolor
el año de los lamentos
la época en que un error
cubría un siglo
de balbuceos obsoletos.
Buscaba entonces, Jeremías
la explicación racional,
pulsaba su lira,
cuando lo encontré ese día.
Anduvimos juntos
por el fraude consciente,
nos acostamos,
dormimos la ilusión,
la necesidad, la razón.
Jeremías siguió buscando,
pero antes de partir…
¡sólo, para mí, tocó la lira!


Jeremías, ya no el ser fiera

Erigida la frontera de su mundo
prescindiendo de sus sentidos
vive lo inasible, lo insustancial.
Transcendió la Palabra
dialogando con lo abstracto
con lo no tangible,
es su cama el Bien y el Mal
su almohada la Verdad
su almuerzo el Pasado
su cena el Futuro.
¡El ser Animal
lo olvidó
en la caverna de mis muslos!
Jeremías, el hombre-fiera,
no recuerda ya
el robo del Fuego,
cuando no existía la intuición,
cuando juntos rodábamos
por el cosmos silenciosos,
en busca de la Palabra
en un crepúsculo desconocido.
¿Sabía él que ese pliegue de la realidad,
lozano y redivivo en su memoria,
ya no existían?
Sí, tal vez lo supiese,
pero con su bagaje
de sabiduría y experiencia,
apretujado en su mente,
Jeremías vació mi caverna,
huyó a su espacio
y nuevamente quedé
prisionera de los dioses.


Jeremías, el genio y los laureles

En la ceremonia mágica
en la expansión horizontal
iluminada la no realidad
en los desnudos paradójicos
desprejuiciados e ilícitos
el pretérito se sumergía
en un mundo circundante
sin escrúpulo, sin vergüenza
al margen de los sentidos.
Brotó del conjunto
el extranjero escéptico
que con falsa y burlona risa
entregó a Jeremías los laureles.
Mezcladas las fuerzas, los conocimientos,
pospuesta la desazón del tiempo.
Convulsionados los  lugareños
‘ahuecaron’ a aquél que latía
desprendiéndole el Yo consciente
en capas y más capas,
en planos y semiplanos
de una conciencia superficial.
Sus emociones eran fuertes,
destructoras e irreverentes,
transcendieron sobre el éxtasis
y las sensaciones sublimadas,
se vistieron de negro
cuando Jeremías,
mitad humo, mitad cenizas,
abrazó su genio
en el fuego ancestral e inconsciente
de su perversa prosa.


Lo irrevocable del halcón

Un péndulo explorador,
la caída de dos o más dados,
lo que esta al lado de lo normal,
ley admitida y manifestada
en aquellos lugares encantados.
Emanación de un fluido
alucinante, imagen,
penetración inexplicable,
sustancia hipotética
que no infringe mi naturaleza
ni la de Jeremías.
Falsas percepciones,
fenómenos objetivos
de quien no quiere oír.
Las fuerzas puestas en juego
para detener o adelantar la caída.
Misterio de un origen
abismo de una muerte/
poder, posesión,
necesidad emocional,
casta de sacerdotes,
fantasía o realidad,
penetramos en el calidoscopio.
Velados por el tiempo
los signos supuestos
y los engendros de los sueños,
sigamos tras el halcón, ¡Jeremías!
Derramemos la necesidad
sobre las montañas,
en las tumbas,
o sobre las ruinas...
Pluralidad de las existencias...
en negros presagios
encima de una hendidura
pongamos nuestras significaciones
nuestra ironía
y nuestro desdén.


Yo estoy aun en el sueño de las mentes caóticas

Geometría fantástica,
partículas de complicadas estructuras,
sobre la naturaleza esencial del ser,
sobre el conocimiento de su interior,
florece el éxtasis,
en la ritual danza de la entrega
la realidad, la necesidad
abrazan el mundo
mágico y casi divino
de los sentidos,
donde Jeremías
de modo casual
ahogó los sueños
tratando de vencer
la inquietud de la posesión,
la ambición de dominar
y la imposición de su transferencia.
La prescindencia de posiciones prefijadas
lo llevó a la regresión infinita
bajo el umbral de la conciencia
cubiertos por el manto sublimal
obnubiladas las defensas
nos dejamos soñar
en las mentes
caóticas y devastadoras
de quienes
planificaron y organizaron
nuestro futuro.
Pero Jeremías se reveló
y yo aún sigo en el sueño.


Nunca había podido llorar Jeremías

Bestialidad de la superquerencia
en las devastadoras ondas
del inconsciente sujeto
desatada precognición
de un infinito ilimitado.
por la sin razón de las causas
permitió que la duda
llegara al preciso instante
en que mofase el escarmiento
y lloró el arrepentido.
¡Perdón Jeremías!-
Gritó la realidad,
ubicado en un plano de igualdad
lo real, lo metafísico,
lo coherente, lo ignoto.
No tuvo que llorar
pero su obra no adelantaba,
se desvanecía:
en percepciones estériles.
en impotentes falos,
en anarquistas ensoñaciones.
No fue más que una flor...
en decisión vital la besó
la miró con ingenuos ojos
cada vez la apretaba más fuerte:
había crecido en el campo
de su fe y su moral
y Jeremías lloró…
¡lloró, hasta el año entrante!


Jeremías se fue

¿Qué sucedió en realidad?
Intensidad extraordinaria,
fuertes pasos,
profundo desasosiego.
Balanceábase
las camas, las sillas,
golpearon ocho golpes
que sonaron siete:
improvisada canción
de choques repetidos.
Todo, bajo la pesada
tapa del ridículo.
No tardó en advenir
el segundo plano
de una doctrina amoral
y endiosada.
Las almas ruines,
revestidas
de verdades experimentales
se dignaron  en ventilar
esta ola de maravilla
con disimulado desprecio
y, suspendidos en un hilo,
le dijeron adiós a Jeremías,
que se fue
con su conciencia.


Jeremías ha muerto

Impenetrable oscuridad,
postulados irreconciliables,
acritud y desacuerdo,
despectivo escepticismo
lejos todo
del ahora eterno
en la eterna recurrencia de Jeremías.
Una pregunta: ¿Por qué?
un lamento, un grito,
un llamado de desesperación:
¡Jeremías, yo te amaba!
Una pregunta
dejada al pasar
en un momento de su condición,
en que -como yo-,
permitía las vivencias,
deglutía las necesidades,
o lucraba con las experiencias.
Pero él, Jeremías: El valiente,
él, el no hombre-Dios,
él, el no hombre-animal,
no permite un sentimiento
no destruye a sus percibientes
porque Jeremías… ¡ha muerto!
 
 


Segunda Parte: Salmos personalísimos

La procesión

Jangada de ilusiones,
dolientes peregrinos,
tengo sed de amar,
no sé beber.
Piadosa procesión
de muertos vivos
allá van, orando
al dios injusto,
a los ídolos de barro.
Mete tu mano
en el bolsillo,
rompe las imágenes
de los dioses falsos
inculta mercadería,
mercenarios injustos
que juzgan sin saber.
Rompe las cuentas
del falsario dogma,
no pises las tumbas de los muertos.
Allá van ellos,
con la cruz a cuesta,
pisando almas
deformando mentes.
Quiero creer
tener fe
por esos que ven
pero son ciegos.
Apaga la luz
acalla mi voz,
te lo digo por él
y por los dioses falsos.


Do, re, mi, fa, sol

Tome el puñal por la hoja,
besé su filo,
cayó un diente,
cayeron dos,
mastiqué la sabia,
mordí las nueces,
agorera, pendenciera,
taimada, emputecida,
mi, do, re, sol,
fuiste,
soy,
bestial, brutal,
quebré el pasto,
escupí tu sombra,
ya, ahora,
pronto,
determinemos mi ausencia,
busca en tu música,
ya, ya, ya te lo daré.


La senda


Por trágica pendiente
de espinas sembradas
Por amargo camino,
entre seres hoscos,
entre seres de estirpe fracasada.
Por ese camino seguí.
Arrastrada, envilecida,
alud de pasiones,
muerte y cieno,
fango y ocaso.
Empujada a golpes,
trastabillando,
llevando en andas
la culpa de todos:
¡La culpa de haber nacido!
¡La culpa de ser!
Sin esperanzas,
con mi alma errante,
vagabunda.
Sola, hastiada, caí, rodé.
Sin sentir las espinas,
en mis pies descalzos,
sin borrar la sonrisa
de mi rostro envejecido.
Perdí las fuerzas
-y seguí cayendo-
y al caer,
sobre mi pobre vida ya vencida,
se apilaron los cadáveres:
Cadáveres culpables.


El asiento

Parábola de la vida:
Amén.
¿A él? ¿A mí? ¿A quién?
“No hay deudor sin acreedor,
no hay acreedor sin deudor”.
Soy morosa,
modosa,
modesta.
no, no, no y ¡no!
“Lo que entra se debita”.
Tengo una cuenta abierta,
un solo asiento,
una voz:
¡Sólo eso!
Quizás pueda asentar una imagen
y el acto sexual (de la mente)
te arrojé de mi lado.
¿O te fuiste?
Debo anotar la salida.


Adiós

Les dije: “Adiós” 
a mi pasado
a mi ciudad
a mis amigos
a los muertos.
Envolví
en papel de seda
mis memorias
mis esperanzas
e ilusiones
y di rienda suelta
a mis ansias de vivir.


Baile de gala en el Country club
 
Poder
poder de unos pocos,
dolor,
dolor de los muchos,
quienes bajo las botas,
viven con miedo y desean
libertad y paz.
Uniformes que ocultan
bestias sin sentimientos.
Adentro los ricos, bailan y comen;
afuera los pobres, esperan sentados.


Casa alquilada

Una casa al lado del mar
paredes viejas que guardan
secretos añejos … un pasado
¿Quién ha muerto en mi cama?
¿Quién ha comido en mi cocina?
¿Quién ha plantado las rosas
que adornan mi jardín?
Mañanas teñidas de azul
una terraza que me vio soñar
calle New South Head,
una calle que me llevó
a mi nuevo y valiente destino.


Enemigos de la humanidad

El impostor juega (a ser El Salvador) utilizando
poderío y fuerza bruta, marcha pretendiendo
desterrar al demagogo, desparramando balas,
violando mujeres, humillando al prisionero.
Enredadas maniobras/ madeja de engaños.
¿Quién se atreve a buscar la punta de la hebra?
¿Qué valiente empuñará su pluma o su espada,
para defender a los inocentes, y a los débiles?
“Quien calla tiene culpa. Quien apaña es cómplice”.
¡Ciegos los necios que  los vanaglorian!
Injustos y aprovechados los que se asocian
a la pantomima -¡farsa de liberación!


Culpable de muerte

Verdad cubierta
por un lienzo blanco.
Verdad del estigma
en un hombre que descansa.
Verdad sin duda,
de un callado pecador.
Verdad sobre el precio
que pagó por la vida que llevó,
como un pañuelo,
en el bolsillo derecho                     
de su elegante traje a medida.


Reflexionando sobre la muerte

¿Tienen los muertos frío?
¿Tienen los muertos penas? 
¿Tienen los muertos hambre?
¿Tienen los muertos ansias de vivir?


Que en paz descanse

Como en una escena de Dante       
donde el fuego y el calor
consumen las pasiones
un hombre ha entrado
a un lugar para almas perdidas
donde los muertos
esperan el juicio final.


Velorio
 
Penas del corazón
enfermedad de la carne
dolor del alma
soledad de la mente
flores para el muerto.


Cuidadora de niños

Madres pagadas
madres por ocho horas
madres que no dan amor
niños que despiertan llorando
porque sufren pesadillas
nadie hay quien acalle el dolor
que traen los terrores de la noche
niños que se les fuerza a tragar
comidas sin hambre.
Juguetes compartidos
ropas donadas por caridad
risas y gritos -inocencia
patio de recreos.


Incertidumbre

¿Qué se encuentra al doblar la esquina?
Un secreto en las manos de los dioses
y los espíritus juegan a la rayuela,
mientras los humanos sufren.
¿Qué se encuentra al doblar la esquina?
Posibilidades iguales: Amor y odio,
dolor y placer, paz y caos.
¿Qué se encuentra al doblar la esquina?


Incógnito

Yo había (por muchos años)
compartido mi cuerpo y alma
con un ser, un ser
que descubrí más tarde
era sólo mi imagen      
reflejada en el espejo.


Aventura de amor

Polvo de estrellas
cuentos de hadas
dormilones rayos de luna
que besan un sueño muerto
confidentes e incansables olas
que acarician un corazón quebrado.
 
 
Fuente:

Escritor Mundial Samuel Cavero Galimidi, Presidente de AEADO.



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