Danilo Sánchez Lihón
Quiere su rojo el mal,
el bien su rojo enrojecido
César Vallejo
1. Nace el sol
cada mañana
¿Cuál es nuestra síntesis hoy día 31 de diciembre en que termina el año?
¡Año que hoy se hizo viejo para dar paso a un Año Nuevo que mañana comienza!
¿Cuál es la perla que, como un ágata, un rubí o una esmeralda, sobresale de todo aquello que hoy se hunde, se entierra y fenece?
La idea y noción del bien en nuestras vidas. El bien ese diamante que fulgura cuando todo se ha perdido.
Más que una piedra preciosa una avecilla temblorosa y hasta aterida ante tanto infinito.
Más bien un pálpito y aliento que todo lo anima, vivifica y sustenta.
El
bien que es la base, el principio y punto central de apoyo del
universo, como de la belleza, de la verdad y sentido que se encuentra en
todo lo creado.
El bien que hace salir el sol cada mañana en que el mundo nace bueno.
2. Fundamento
de la vida
Para ello, ser coherentes con esta raíz sustentadora, tanto de la vida como del cosmos. Y seamos sensatos y con sentido común:
Cultivemos valores en el corazón y en la mente de niños, jóvenes y adultos, creando sensibilidad, conciencia y civismo.
Estos
hechos que tienen su base en el hogar, se proyectan al vecindario, a
los centros laborales, avanzan a la comunidad e irradian de pueblo en
pueblo.
Cubren luego el ámbito de una región, de un país y los espacios públicos en general.
Cultivar
valores es responsabilidad compete cumplir a todos los seres humanos y
no solo a algunos profesionales o a algunas instituciones.
Porque enseñar y hacer el bien no es una acción que se delega para que las cumplan determinadas entidades.
Esta
es responsabilidad de todos los ciudadanos sin distingos ni
excepciones, porque ello es un fundamento esencial de la vida y para la
vida.
3. Los bienes
públicos
Y
tenemos que educar, como también tenemos que enseñar que los bienes
públicos no son ajenos, tierra de nadie. Ni predio de nuestros enemigos.
Enseñar que los bienes públicos no son propicios para el saqueo, sino que constituyen los recursos más preciados.
Y
lo son porque son la herencia colectiva que recibimos de nuestros
antepasados. Y que debemos dejarlos igual o mejor como legado a las
nuevas generaciones.
Que ellos son lo primero que hay que defender y respetar, porque pertenecen a todos y son sagrados.
Y bienes públicos no solo las finanzas y el presupuesto de una nación, sino también las calles, las esquinas, los jardines.
Que
son tan importantes o más que la sala de nuestra casa, y en donde no se
puede arrojar basura, escupir, orinar o hacer actividades reñidas con
el buen gusto, las buenas costumbres o en conflicto con la moral
ciudadana.
4. Mejorar
la vida
Considerar que la educación debe cumplir una permanente y militante acción cívica.
Que ella no se reduce a dependencias donde funcionan oficinas del estado que acumulan papeles o expedientes.
Tampoco
se confina a los centros educativos encerrados entre cercos, muros o
linderos donde se administran notas y se expiden certificados.
Entidades cercadas por altos muros a veces sembrados de vidrios en punta o de alambres de púas.
Educación es también que maestros y niños se proyecten a la comunidad, enseñando a conducirse y actuar en ella.
Educación es defender y respetar lo que es valioso. Es embellecer cada lugar y mejorar la vida con actos nobles.
Educación es imbuirnos de identidad y amor por nuestros pueblos, paisajes y ciudades.
5. Las causas
justas
Entonces consolidar más ciudadanía en nuestras vidas.
Tener más vigilancia para que el mal se detenga y el bien se expanda. ¿Cómo? Educando siempre.
Actuar
más rápida y decididamente las instituciones civiles para afrontar todo
hecho que lesione el bien común y nuestra dignidad de personas.
Para ello es necesario estar cohesionados y organizados.
La organización es la mejor defensa y el mejor triunfo. Ser una sociedad bien organizada, con instituciones sólidas y probas.
Para la defensa del bien común formar redes y sistemas que se comuniquen y legitimen permanentemente.
No podemos ser solo habitantes de un lugar sino ciudadanos que participen y se movilicen en defender las causas justas.
6. Llenarnos
de mayor valor
Tampoco debe haber impunidad para quienes depredan, expolian y dañan, quedando sin sanción alguna por actos de lesa barbarie.
Que
quien actúa mal y destruye sea castigado. Que quien es negligente
cuando ejerce una función pública se haga merecedor a la condena que las
leyes estipulan.
Que no nos resignemos a ser pasivos ante actos a todas luces condenables.
Que
no habitemos un páramo. Que nos sintamos protegidos por fiscales
alertas, que indagan, constatan, y denuncian cuando las evidencias así
lo ameritan.
Fortalecernos
anímica y moralmente. Y porque las situaciones adversas en vez de
desmoralizarnos deben llenarnos de coraje, de más empuje y de mayor
valor.
7. Su temblor
que es infinito
Porque
hermoso es el rostro del bien. Y de bien está hecha la casa del
universo y el bien es la raíz principal. Del bien está tejida la fibra
de la vida.
Es el bien que todo lo anima y sustenta. Él es el eje que al final gobierna la marcha del cielo y la tierra.
Hermoso es el rostro del bien, esa avecilla que vive y aletea en el corazón de todo lo creado.
Hermoso es el rostro del bien, por eso a él abrázate, recurre y atente. Y en él confía. ¡Es quien al final renace y triunfa!
Ahora es un gran día de fiesta donde tú eres centro. Siente aquella avecilla de luz latiendo en el fondo de ti.
Son
las alas dadivosas y doradas del bien las que sustentan el universo.
Que abre y pliega sus alas doradas y su temblor que es infinito.
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CONVOCATORIA