Construcción y forja de la utopía andina2017 AÑODE LA IDENTIDAD Y DEL PATRIMONIOINALIENABLE DE NUESTROS PUEBLOSJUNIO, MES DE LOS NIÑOS,DEL MEDIO AMBIENTE, DE LA GLORIADE ARICA Y DE LA IDENTIDAD ANDINACAPULÍ ESPODER CHUCO
SANTIAGO DE CHUCOCAPITAL DE LA POESÍAY LA CONCIENCIA SOCIAL*****ME PARECIÓ MARAVILLOSA LA EXPERIENCIAY TODO LO VIVIDOSr Danilo Sánchez LihónQuiero expresar a usted mi profundo agradecimiento por tan feliz estadía y compañía que tuve al participar en el certamen XVIII Encuentro Internacional Itinerante Capulí, Vallejo y su tierra.No conocía el Perú ni su gente. Me pareció maravillosa la experiencia y todo lo vivido. Y muy loable el trabajo de todos ustedes por defender y conservar sus tradiciones, el ambiente, la hermandad, y el contacto con jóvenes y niños, hechos que desde la cultura resultan fantásticos y trascendentes.¡Ah, una disculpa! Hubo comidas típicas que me resultaron, pero muy, muy picantes. No estamos acostumbrados a ello en Argentina por eso en diversas ocasiones no pude disfrutarlas.Sin embargo, ha sido una hermosa oportunidad para conocer a los peruanos desde adentro, desde lo autóctono y auténtico, y ello constituye un privilegio y una experiencia inolvidable.Un abrazo y hasta siempre,MARIA DEL CARMEN LUCEROArgentina*****PRÓXIMA ACTIVIDADSÁBADO 17 DE JUNIO, 2017DÍA VALLEJO EN PUERTO CALLAO
El 17 de junio del año 1923 César Vallejo parte desde el puerto Callao hacia Europa para no regresar físicamente nunca más. Por ser así, consideramos que esta fecha es un hito para nuestro primer puerto desde donde él se embarcara en el vapor Oroya, junto a Julio Gálvez Orrego, y donde estuvieron para despedirlo su hermano Néstor Pablo y su amigo Crisólogo Quezada.El privilegio para la significación de este día es que la vida y obra de César Vallejo está unida a los máximos exponentes de la cultura del Callao, como son Alfonso de Silva, quien le inspira a Vallejo el poema: “Alfonso estás mirándome”, como también se vincula con Ángela Ramos, la primera mujer periodista, nacida en el Callao, con quien se conocieron en la librería “La aurora literaria” de Lima, pasearon juntos y según ella confesara, sintió por él una atracción profunda.Desde el año 2004 Capulí, Vallejo y su Tierra en colaboración con Mammalia Comunicaciones & Cultura, de manera continua e infaltable, conmemora este día bajo la denominación: “Día Vallejo en Puerto Callao”, como una fecha de reflexión acerca de la trascendencia de estos hechos, como también a fin de promover la cultura del Callao ahondando en su identidad.DANILO SÁNCHEZ LIHÓNPROGRAMA10:00 am. Romería en el Muelle Dársena. Plaza Grau del Callao.11:00 am. Tributo a Vallejo. Arrojo de ofrenda floral.12:00 m. Pasacalle por las calles del Callao.12:30 pm. Velada literaria en el Auditorio de la Biblioteca Escolar del Callao Av. 2 de Mayo. Cuadra 2.2:00 pm. Almuerzo de confraternidad.CONDUCCIÓN GENERAL: MANUEL CHUMO GUTIÉRREZ*****14 DE JUNIONACEJOSÉ CARLOSMARIÁTEGUI
FOLIOSDE LAUTOPÍA
LA VIDADE UN HOMBREMONTAÑADanilo Sánchez LihónMuriópara que tú comprendascómo se vive de una vezy para siempre.Luís NietoVolverás en el aguaque besará el desierto.Gustavo Valcárcel1. De quiénse hablaSe hizo solo, se forjó a pulso desde la marginalidad y el mayor ostracismo. Sin embargo, a los dieciocho años de edad su opinión o comentario en el periodismo en el cual trabajó, causaba el influjo que puede tener un movimiento telúricoEn palabras del sociólogo y filósofo Michael Löwy, es: "indudablemente el pensador marxista más vigoroso y original que América Latina haya conocido”.Y José Pablo Feinmann, filósofo y crítico cultural argentino, reconoce en él: “el más grande filósofo marxista de Latinoamérica".En quien el nombre de los sabios incaicos Amauta, calza cabal y perfecto. Que nadie recusa, siendo Amauta el sabio y maestro en el antiguo Tahuantinsuyo, quien guía, orienta, ve en la oscuridad; hombre río, fortaleza, y montaña viviente.Tanto que todos reconocemos aquí de quién se habla cuando se dice simplemente y a secas: El Amauta.Empero, ese paradigma de hombre dejó de existir apenas a los treintaiseis años de edad, el 16 de abril del año 1930, suceso que fue toda una conmoción no solo en Lima sino a nivel nacional y en el ámbito de América Latina.2. A escondidasse amaronNació con tuberculosis artrítica u ósea, debido a que su madre padeció de anemia crónica a causa del desgaste vital que tuvo que hacer para criar y proteger a sus hijos que la muerte los fue arrebatando uno a uno.Antes de José Carlos cuatro hermanos suyos murieron de niños, pese al cuidado abnegado de su madre, una mujer dedicada en cuerpo y alma a su trabajo y al cuidado de sus hijos.José Carlos ya en el vientre de su madre era raquítico y tenía la enfermedad que después se le agravó y terminó arrebatándole la vida a la edad de 36 años.Y es que ella sufrió el abandono constante de quien fuera su esposo, un aristócrata que no se sabe cómo apareció en Sayán, distrito de Chancay, al norte de Lima. Aunque luego la familia emigra a la ciudad de Huacho, en donde ella trabajaba en el taller de su familia dedicada a la talabartería.Y fue que un día ella al asomarse a la ventana distinguió a un apuesto jinete montado en un caballo brioso ricamente enjaezado. Se miraron y quedaron mutuamente enamorados. Se conocieron y a escondidas se amaron.3. Una lápidade silencioEra un forastero descendiente directo de una familia bien posicionada que llegó a Sayán buscando destino, pero que más bien huía de sí mismo.Allí conquistó a la muchacha más hermosa del lugar que cayó fascinada por la galanura de quien aparecía como representante de una clase social superior. Ella era simpática y en su persona se reunían todas las virtudes de la mujer provinciana y de clase popular.Aquel galán le demostró que para él no existía ser más precioso que ella en el mundo. Y se entregaron el uno y el otro en cuerpo y alma.Después de engendrarle la primera hija se casó con ella, pero adulterando su nombre. Sin embargo, desaparecía por largo tiempo y volvía solo para engendrar con ella un nuevo hijo.No obstante, tiempo después rompió con él hasta el punto de sellar aquella historia con una lápida de silencio total, peor que el de un sepulcro, cuando supo que había adulterado su nombre.Pero más cuando ella lo interpeló acerca de si era pariente de un hereje y apóstata, como fue don Javier Mariátegui y Tellería, que resultaba ser su abuelo, y quien no quiso confesarse ni recibir los santos óleos en el momento de morir, prueba contundente para ella de estar endemoniado.4. Donde nacióaquel niñoPor estos hechos ella siempre creyó que había un estigma en sus hijos, por tener la ascendencia genética de seres que no eran creyentes, contrarios a la iglesia y que habían renegado de Dios.Así la vida de doña Amalia la Chira fue una penuria constante, cargar una cruz y un calvario permanentes de quienes se consideran perseguidos por Dios.Tanto fue así que para huir de su marido y desaparecer ante sus ojos terminó refugiándose en una tierra que no era la suya, gracias a la protección de una familia amiga que se compadeció de ella.Así se trasladó a la ciudad de Moquegua en donde nació su hijo José Carlos en cuya partida de nacimiento su madre figura como “viuda”, pese a que su esposo aún vivía y con quien tiempo después todavía tendría otro hijo.José Carlos por el lugar en donde residía su madre debió nacer en Huacho ya que ella llegó a Moquegua solo para refugiarse, y en donde sin embargo él nació el 14 de junio de 1894.Pero a quien nunca quiso revelar la identidad de su padre, pese a que él le insistió muchas veces en querer saberlo; así como ella ponía acero en ocultarlo, por temor a que su hijo fuera contagiado o quedara bajo el influjo de alguna marca infernal.5. AlcanzarejonesPor la enfermedad que padecía José Carlos mientras otros jugaban él tenía que mirar. Mientras otros estaban al centro del campo de juegos él tenía que estar afuera.Aunque todo le interesaba y por todo mostraba curiosidad, esforzándose por participar en toda actividad.Por ser así cuando cursaba el segundo año de estudios primarios jugando con un compañero en el patio de la escuela cayó, se golpeó la rodilla y ya no pudo ponerse en pie.Trasladado a un hospital de Lima estuvo internado cuatro meses en la Maison de Santé. Para siempre quedó como un hombre que no podía caminar normalmente.Se le anquilosó la pierna. Y a partir de entonces se referían a él como: “El cojito Mariátegui”.Nunca más asomó a un aula de clases ni a seguir estudios en una escuela. Fue un autodidacta consumado.Ingresó casi niño a trabajar en los talleres del diario “La Prensa”, ganando el salario de tres soles semanales en el oficio de “alcanza rejones”, salario que entregaba íntegro a su madre.6. Tocarlas estrellasA la edad de 20 años ya había escrito el periodismo mejor elaborado, el más luminoso y combativo de su época.Viajó y permaneció cuatro años en Europa, residiendo principalmente en Roma, seis meses en Alemania y por temporadas breves en París.A su retorno publicó libros como “La escena contemporánea y “Siete ensayos de la realidad peruana”.En 1924 le amputaron la pierna derecha. Tenía 30 años y fue la única vez que sus amigos lo vieron llorar.Fundó y dirigió la revista Amauta y el periódico Labor. Fundó el Partido Socialista en nuestro país y organizó la Central General de Trabajadores del Perú, CGTP.En marzo del año 1930 la tuberculosis inflamatoria le produjo una septicemia que motivo su fallecimiento, ocurrido un miércoles de Semana Santa. Murió asediado por la enfermedad, por la pobreza y por la dictadura el 16 de abril del año 1930.Su defunción es el óbito de un guerrero, de un visionario y de un prócer. Quien nació condenado a ser un guiñapo, postrado en una cama, a no valerse por sí mismo y a sobrevivir por conmiseración, se elevó desde su propia fatalidad hasta tocar las estrellas.7. Una filiacióny una feAhora es el símbolo de la fortaleza suprema, dirigente de masas, valeroso, faro y antorcha encendida que nos guía en lo más oscuro y proceloso del camino.De quien buen número de intelectuales a quienes se les consulta cuándo se quebró el Perú contestan categóricos y compungidos: cuando murió Mariátegui.Es una estrella en el firmamento, por su honestidad, su carisma y su genio; por su renuncia a toda ventaja, halago y concupiscencia.De allí que mientras exista mundo, desde cualquier lugar del planeta, cualquier hombre lúcido, con conciencia social recordará a este gladiador, aunque físicamente inválido, a fin de darse fuerzas para luchar a favor del pan, la justicia; el bien y la belleza.Es creador del socialismo en el Perú, pero más del modelo de cómo hacer política, ética, coraje e inteligencia. Y no solo es un referente imprescindible para el Perú sino para nuestro continente y el mundo.Es el forjador de la conciencia social del país por su calidad humana y moral, apóstol con una causa, una filiación y una fe cuál es el amor social a la humanidad en pleno.
CONSTRUYENDO
UN PERÚ SIN
ANALFABETOS
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
NATURALEZA
DE
LA LECTURA
Danilo Sánchez Lihón
1. Es ponerse
en camino
Leer
es la más grande de las aventuras, es el riesgo supremo, es el alma
jugándose entera, atreviéndose a ponerse en vilo en las más lejanas
estrellas.
Pues no se sabe si después de salir de una página, o de un libro, se seguirá igual o si seremos completamente distintos.
No
sabemos si al cerrar las tapas de un libro estaremos en el lugar en
donde empezamos la lectura, o si hemos de deambular mundos ignotos a fin
de encontrarnos.
No
sabemos si volveremos por el mismo camino, o que sin poder siquiera
recoger nuestros bártulos, escogimos allí mismo otro destino.
Leer es ponerse en camino, que no sabemos si será para regresar o será sin retorno.
2. Mundos
inaugurales
Indudablemente,
cambiamos mucho con cada lectura, cambiamos en silencio, en confidencia
con nosotros mismos, que es la manera más decisiva de cambiar.
Y
es que hablar de lectura es lo mismo que hablar del pensamiento o
proceso de pensamiento, porque estando en ella reflexionamos, meditamos
y, frecuentemente, creamos.
A partir de ella o mediante ella, decidimos, y nos abrimos a otras realidades.
Nos
empinamos en la escalerilla de las letras y de los renglones para mirar
por ventanales aparentemente inalcanzables por los cuales descubrimos
otros paisajes y otros panoramas.
Nos
elevamos en ese andamiaje aparentemente muy elemental y hasta precario,
para avizorar escenarios insospechados, acontecimientos insólitos y mundos inaugurales.
3. Una mirada,
un paisaje
Por eso es importante precisar algunas características básicas de la lectura, como las siguientes:
–
Leer es una actividad compleja, pues supone la asimilación de varios
sistemas de símbolos, el de la grafía, el de la palabra y el de los
contenidos.
En
realidad, es la culminación de una serie de aprendizajes en el nivel
perceptivo, emocional, intelectual y social, favorecidos o no por el
ejercicio, por las experiencias y por el conocimiento del medio.
–
Las leyes del lenguaje son las leyes de la naturaleza; y así como se
lee una obra se lee un rostro, una mirada, un paisaje o, simplemente, la
vida. Leer en sentido amplio es extraer y otorgar “significado” a una
determinada realidad.
4. Índole
y carácter
–
Fundamentalmente, la clave de la lectura es la dotación de significado a
una serie de manifestaciones del mundo físico, biológico, como social y
cultural.
–
La verdadera lectura es el reino absoluto de la libertad y de la
infinitud; es recorrer ese mundo ilimitado, vasto e insondable al cual
nos proyectamos recorriendo las páginas de un libro.
– No por gusto, ni gratuitamente, la raíz latina “libre” es la misma que origina las palabras libro y libertad.
– El desarrollo de la lectura tiene que ser enfocado con un criterio amplio, interdisciplinario e intersectorial.
Tanto
así que considere que hay diversas manifestaciones y lenguajes tomando
en cuenta que ella es una actividad múltiple en cuya determinación
influyen factores de diversa índole y carácter.
5. Vía para adquirir
valores
–
La lectura es un medio y no un fin; ello es bueno aclararlo porque el
hecho se presta a confusión, debido principalmente a que el lenguaje
escrito ha desarrollado un universo magnifico y peculiar: la literatura,
verdadero manantial de delicias y encantamientos.
Sin
embargo, ni siquiera la literatura es un fin en sí misma; los más
lúcidos pensadores reclaman para ella una función formativa y social.
–
La lectura es un instrumento indispensable para el desarrollo del ser
humano, por ser un medio de información, conocimiento e integración;
además: vía para adquirir valores importantes que coadyuven a una mejor
función social.
–
La lectura depende el dominio previo del lenguaje que puede adquirir
una persona de acuerdo a las condiciones socio-ambientales en que se
desenvuelve.
6. La plena
integración
– El fin de la lectura es ayudar a que el lector descubra;
a) su expresividad, necesaria en una sociedad que requiere la participación de todos;
b) sus propias ideas, también importantes en un medio de vertiginosa innovación;
c)
su yo personal y profundo, para actuar en una realidad que cada día se
presenta como un desafío que exige intervenir con interesa, con dignidad
y alentando los más altos valores humanos.
–
Es de fundamental importancia la lectura en la educación por ser la
única materia escolar que además de constituir una meta a alcanzar, es
también la clave para poder aprender y manejar casi todas las otras
destrezas y habilidades.
Además,
la lectura es la base de la autoeducación y de las posibilidades de
guiar por sí mismo el aprendizaje y, consecuentemente, la plena integración en la sociedad.
7. Lo mejor
del hombre
Sin
embargo, no se puede reclamar para la lectura un papel monopolizador ni
hegemónico entre los medios de comunicación e información, ni tampoco
el exclusivo en cuanto a realización estética con el lenguaje.
Ante
el descubrimiento y consolidación de otros medios como la radio, el
cine, la televisión y el internet, para mencionar sólo los más
importantes, se tiene que trabajar por lograr la complementación con el
propósito de alcanzar la mayor eficacia en el logro de los fines
educativos y de promoción social.
La
lectura en su sentido más amplio es una relación consciente y creadora
que hace al hombre, a través del código de la escritura, con el mundo. Y
ella integra, sintetiza y consolida, a tal punto que3 no hay obra
creada que no sea una lectura genuina.
Ella
hace que lo mejor del hombre, así esté confinado tras barrotes y bajo
murallas de piedra, fierro y acero, al leer será siempre un hombre
libre.
LITERATURA
INFANTIL
AMAZÓNICA
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
EL CAZADOR
Y
EL AGUA
Danilo Sánchez Lihón
El agua
en su sorda
antigüedad
César Vallejo
1. Los ricos
potajes
– ¿Quién barre mi choza, tiende mi lecho y prepara mi comida?
Se preguntó el cazador dando un sobresalto y un golpe falso del remo en el agua.
Ha sido al borde del entresueño del mediodía, mientras permanece descansando, recostado en la floresta.
Se ha despertado con esa interrogante repentina. Y en ello sigue cavilando.
Porque siempre al regresar, bajando el arco y las flechas de su hombro y desatando el pañuelo en torno a su cuello.
Ve que la comida está allí humeando y se fascina observando los ricos potajes servidos en su mesa.
2. De
buena mano
Pero ahora, aún lejos de su cabaña, se hace otra vez la misma pregunta:
– ¿Quién barre mi choza, tiende mi lecho y prepara mi comida?
Y no atina a dar una respuesta valedera a este interrogante.
Solo
sabe que los alimentos que encuentra servidos están calientes, y que es
fresco y bueno el aderezo, como salidos de buena mano.
Temprano sale a pescar enrumbando su canoa, ya sea río arriba, o ya sea río abajo.
3. Viandas
servidas
Hoy día ha cazado un cervatillo y dos paujiles. Se los echa al hombro y emprende el camino de regreso.
Llegado al río acomoda su canoa con la carga y empieza a remar suavemente a contracorriente.
Su
cabaña aún está distante pero la hora es propicia para retornar; aún
con la luz del día, aunque ya declinando en el horizonte.
El atardecer ha roto sus celajes amarillos y rojos en el poniente.
Ve
su imagen reflejada en un remanso y se siente bien al mirar el arco de
su pecho, la curva de su espalda, las presas que ha cazado y su cabello
revuelto e hirsuto sobre su rostro anguloso.
4. El carbón
encendido
Contempla largo rato los copos de neblina blanca sobre el verde del follaje y de los cerros.
–
Pero, ¿quién barre mi choza, tiende mi lecho y prepara mi comida? –Se
dice de nuevo al llegar y encontrar que las viandas están otra vez
servidas, que huele a bien sazonado, y que los condimentos son recientes
y sabrosos.
– Mañana vigilaré quién visita mi choza. –Dice.
Sin embargo, al otro día no se acuerda de su propósito.
Se levanta temprano, prepara su aljaba, alinea sus flechas y sale como siempre de madrugada.
Pero al desamarrar su canoa irrumpe otra vez el carbón encendido de su pregunta sin respuesta.
5. Pasos
menudos
Queriendo reconocer el secreto de estos hechos, allí mismo toma la decisión de esperar.
– ¡Hoy debo saber quién entra en mi choza; y amorosa hace todo para complacerme! ¿Quién es?
Desamarra
su canoa de la estaca que tiene clavada y se pone a contemplar cómo
lentamente el agua la va arrastrando hasta hacerla desaparecer río
abajo. Y regresa a su morada a buscar explicación a su dilema.
Sin
despojarse del carcaj que lleva puesto, toma sitio en un rincón en
penumbra, desde donde puede observar todo el ámbito de su aposento.
Al
cabo de un momento se escuchan unos pasos menudos, y a pie descalzo,
sobre las hojas y la tierra apisonada. Y luego el chirrido de la puerta
cuando se empuja y se abre desde afuera.
6. ¿Quién
eres?
Ha entrado una niña con la falda recogida trayendo un atado de frutos silvestres que extiende sobre la mesa.
Ligera y presta enciende el fuego, corta carne reciente que allí encuentra; pela las papas, desgrana el maíz y lo cocina.
Sancocha las verduras y las adereza.
Luego
lava, arregla, pone las cosas en orden. Sirve la comida y la cubre con
hojas de palma para cuando él llegue. Y se apresta a salir.
A
él desde su rincón le cuesta pronunciar palabra, pues permanece
extasiado. Pero es en ese instante que por fin alcanza a decir algo:
– ¿Quién eres?
Con el susto la niña suelta lo que lleva, y busca entre las sombras el lugar desde donde la voz ha salido.
7. El rubor
en sus mejillas
– ¿Qué?
Él, dejando su escondrijo, vestido aún con su atuendo de caza, sale completamente. Y otra vez le inquiere:
– ¿Quién eres? –Repite mientras ella se sonroja.
– ¡Soy el agua! –Habla ella, tímida y balbuceante.
– ¿En dónde vives?
– En el manantial. –Expresa, ya mirándole de frente, cuan bella y hermosa es.
– Y, ¿cómo es que me conoces?
– Porque cada día te inclinas a beber de mi fuente. Y me besas. –Le confiesa, encendiéndosele más aún el rubor en sus mejillas.
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