CUENTO DE NAVIDAD:
CORI EN LIMA
Por Pilar Barrón Tello
CORI EN LIMA
Por Pilar Barrón Tello
Llegaron los días maravillosos de la Navidad y Cori, la niña del Manu, viajó a Lima para visitar a su amigo Francisco. Eran las cinco de la tarde, Aída regaba las masetas de bonsáis en la entrada de su casa.
- Buenos días,¡qué lindos los bonsáis! vengo del Manu, soy Cori.
- Hola Cori, soy Aída, te esperábamos desde el mes pasado. Francisco está regando los bonsáis adentro de la casa, vamos, se va a alegrar mucho al verte.
- Gracias Aída –dijo Cori.
Cuando Francisco vio a Cori, sonrió, corrió hacia ella y la abrazó con mucha alegría.
- Hola Cori, ¿por qué tardaste tanto en venir a Lima?
- Tarde porque vine en carreta tirada por caballos, la gasolina que utilizan los aviones y buses ensucian el medio ambiente y deterioran la capa de ozono.
- Entonces el próximo año viajaremos al Manu en carreta. Estamos dedicando todo nuestro tiempo al cuidado del planeta azul. Cori, mira mis bonsáis.
- ¡Están hermosos tus bonsáis, Francisco! ¡Frutas divinas! carambolas, kiwis, mandarinas, te felicito.
- A mí me gusta la sandía pero no se pueden cultivar bonsái de sandías –agregó Aída.
Luego Cori dijo:
- Tampoco se pueden cultivar bonsáis de melones ni de zapallos porque pesan mucho, les voy contar: cada once mil años hay un calentamiento global que es un fenómeno natural. Consiste en que el Sol se acerca muy ligeramente a la Tierra durante quinientos años. Ya han ocurrido siete calentamientos globales o tal vez más. Al principio la raza humana era de gigantes. Cada calentamiento global se fue achicando porque tenían que esconderse en cuevas y cavernas durante cientos de años. En el último calentamiento global, es decir once mil doscientos años atrás, la raza humana medía entre dos y tres metros y sus alimentos eran grandes, solamente comían alimentos del tamaño de sus manos, sandías, zapallos, melones, etc. En el calentamiento global que estamos viviendo, la raza humana es más pequeña y consumimos alimentos del tamaño de nuestras manos, mandarinas, manzanas, melocotones, kiwis, tunas, etc.
-¿Y qué paso con la gente gigante? –preguntó Aída a Cori.
- Los gigantes rompieron la cadena alimentaria, se comieron todas las frutas, las aves y los animales, y luego se extinguieron. Después nuevamente se inició la creación de la raza humana. Ya saben, cuiden los alimentos de las aves y de los animales, y no coman animales porque ellos cuidan el equilibrio de la naturaleza, tal vez podamos corregir el fenómeno natural si corregimos nuestros actos en la Tierra y la cuidamos en lugar de acabarla, bueno, me encantó verlos, amigos míos.
- Gracias por tus consejos Cori, saluda a tu familia –se despidió Francisco.
- Chau Aida, chau Francisco, los espero el próximo año en el Manu y ¡FELIZ NAVIDAD!
- Chau Cori, ¡FELIZ NAVIDAD! –dijo Aída.
Cori salió de la casa de Francisco y regresó a la maravillosa selva del Manu en una carreta tirada por caballos.
FIN