CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
VALLEJO
EN EL ALMA
CARTOGRAFÌA
DE UN VIAJE COSMOCÉNTRICO
A LA TIERRA DE CÉSAR VALLEJO
RÓGER RUMRRILL
RECITAL
DE FREDERIK
SOTOMAYOR CARRANZA
MIÉRCOLES 2 DE OCTUBRE
6.30 PM.
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
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ADHESIÓN Y PARTICIPACIÓN:
TERCERA MARATON
DE LECTURA LIMA LEE
5 DE OCTUBRE
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
EN EL PARQUE DE LA EXPOSICIÓN
DE 14 HORAS A 17 HORAS
OTRAS SEDES PARALELAS:
– PARQUE DE LA EXPOSICIÓN
– PARQUE CAPAC YUPANQUI
– PARQUE WIRACOCHA
– PARQUE HUÁSCAR
– PARQUE SINCHI ROCA
– CASA DE LA LITERATURA PERUANA
– SALA DE LECTURA INFANTIL
DEL MUSEO METROPOLITANO DE LIMA
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Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
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SÁBADO 5 DE OCTUBRE
ADHESIÓN Y PARTICIPACIÓN
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
MARATÓN
DE LECTURA
LIMA LEE
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
LECTURA DE
FASCINACIÓN,
INTENSIDAD
Y ÉXTASIS
Danilo Sánchez Lihón
Leer
es la forma más absoluta
de la libertad
1. Misterio
y pasión
No se lee única, ni exclusivamente, ni siquiera de manera principal ni prioritaria, para comprender. La mejor lectura es de fascinación, intensidad y éxtasis, así como se juega, se danza o se ama.
Resultan entonces limitantes y a la postre nefastas todas aquellas propuestas de lectura comprensiva que se la puede clasificar como lectura rentista en función de la compraventa o del producto.
También hay el afán de hacerla lectura funcional, convirtiendo así la sublime lectura en un mecanismo de ganancia y hasta mejor diríamos de ganadería.
La comprensión lectora vale sólo para un tipo o clase de textos, cuales son los de naturaleza argumentativa, en donde se presenta o exponen ideas o proposiciones; pero un vasto universo, el más pródigo y fecundo, no son textos expositivos sino recreativos, de exaltación, de misterio y pasión.
2. Más
al fondo
Mucho de lo mejor escrito es extraordinariamente pasional que queda más al fondo, más allá, más adentro, y también más cerca de lo que es nuestro centro y totalidad, de lo que se puede comprender.
O sencillamente es otro universo, es conjuro sublime, como en realidad es un poema, un mito o un cuento. ¿Cabe someterlo a un proceso de comprensión, como empieza a imponerse que el niño siga? ¿O simplemente hay que vivirlo?
Si todo lo reducimos a comprensión ¿dónde queda la lectura por gusto, por ganas y por el hechizo de perderse para encontrarse, de reprobar para redimirse, de extraviarse para descubrirse por mundos ignotos? La lectura por aventura, y la más poderosa aún: por rebelión, o la otra de salvación. ¿Cómo, pues, quedarían?
Lectura para salir de todo, por contravenir lo que dice el libro o el texto escrito, por liberarse, por indagar más allá de toda norma y de todo canon, ¡esa es la que importa!, hechos que están mucho más al fondo de lo que puede abarcarse con la comprensión lectora.
3. Mejor
así
No sometamos la lectura ni a técnicas, ni a esquemas. Ella ha sobrevivido porque es libre, impredecible y hasta chiflada. Ella misma no sabe adónde va, o si se queda o si se vuelve, si se encuentra o se pierde.
Lectura desprovista de razón, casi siempre con una moral por conquistar o construir. Esa sí importa porque está llena de coraje, de impulso y de pasión. La lectura tiene que ser de subversión siempre. No tratemos de hacer del águila o el albatros un ave de corral.
La lectura que quizá no comprende nada sino que lo mejor lo asume por instinto para cambiarlo y trastocarlo todo, ¡esa es la lectura de fascinación, intensidad y éxtasis! Pero alguien podría argüir, contraponer y retrucar, diciendo que: si la lectura no es para comprenderla ¿entonces para qué es?
La respuesta es simple: para vivirla. ¿No es mejor así? Porque se vive maravillado, la mayoría de veces sin comprender la vida, ni intentar conocerla, que si la conociéramos ya no interesaría vivirla.
4. Encumbra
la vida
Usted, acaso, ¿cuándo mayor plenitud e intensidad de vida alcanza? ¿Cuándo comprende algo? ¡No! Entonces, ¿por qué reducir la lectura a procesos de comprensión?
No es necesario comprender la lectura para gozarla plenamente como tampoco es necesario comprender la vida para vivirla intensamente.
Incluso, la vive mejor quien no hace esa racionalidad, como ocurre en el caso de un niño. Él no se detiene a comprender la vida, pero no deja de vivirla y hasta de gozarla hasta su néctar más íntimo.
Es más, mientras menos la comprenda mejor, mientras menos la elucubre y racionalice mejor, porque así vivirá de manera más natural y encantada.
Y ahí está la clave para una feliz relación con la lectura. ¡Tanto o más que lectura comprensiva, abogamos entonces aquí por la lectura de encanto, de fascinación y aquella que encumbra la vida!
5. Es
para liberar
La lectura, como la vida, señor, señora, se da para arroparse, cubrirse o desnudarse con ella. Para compartir confidencias: callar si todo es hondo, vasto y solemne. Se da para realizarse plenamente en su entraña alucinada.
Para embriagarse de ella. Para ser buenos. Para admirar la belleza. Para extasiarse ante el misterio. Para embelesarse en un paisaje que existe en el fondo de su textura deslumbrante.
Lectura para admirar, para adorar, para reverenciar. Que se eleva sobre todo lo ordinario y pedestre como es toda lección, principalmente aquellas categorías del mundo de las elucubraciones, de las conciencias atosigadas por la culpa y de las tecnologías avasallantes, que tratan de imponernos fórmulas y esquemas de cómo hay que leer.
O algo peor aún: aquella lectura dictaminada por miedos, pavores o simplemente por acaparar intereses mezquinos, como es cualquier tipo de poder, cuando la lectura es para liberar a hombres y pueblos.
6. Sus mejores
capullos
De allí que será desalentador, para niños y jóvenes, someterlos en este o en cualquier momento a ensayos y ejercicios continuos, rígidos y hasta agresivos sobre prácticas de comprensión lectora.
Como trabajo formal han de lograr hacerlo bien y hasta dominar ese proceso rutinario para salir de las vigilancias y los controles ominosos.
Quizá les resulte interesante acertar en señalar cuál es la idea principal y cuál la secundaria, las proposiciones uno, dos, tres; o la tesis implícita en el texto; o los conectores aditivos, concesivos o conclusivos, pero siempre será un juego o un deporte superfluo, banal y claudicante en relación al prodigio que es la lectura.
Lo que sí es seguro es que los ahuyentará como lectores frecuentes, comprometidos y gozosos para toda la vida, y tan pronto termine la vigilancia escaparán hacia los lugares abiertos y pródigos de la vida en donde esta nos ofrezca sus mejores capullos de flores recientes y verdaderas.
7. Y,
a la vez
Como se la viene proponiendo, la lectura comprensiva se la rotula lectura funcional, lectura crítica, o lo que mejor convenga e impacte a fin de vender y venderse mejor. En lo que terminará es en convertir a la inocente y virginal lectura, a este ser espléndido, en un acto mecánico y operativo, sometido al imperio y predominio absoluto y omnímodo de la razón.
Lejos quedará la lectura como una manera de hacerle honor a la vida, como un estado de gracia y el compromiso de hacer de la existencia una epopeya; de cambiar el mundo para que se parezca más a los sueños que toda legítima lectura alberga.
No nos detengamos en la lectura de alcance medio, porque mientras más lejos se proyecte el acto de leer la lectura será más fecunda.
No nos detengamos en la lectura instrumental, al servicio de nociones o proposiciones, sino asumámosla como un reino de promisión en donde la vida entona su canción más bella, audaz, invicta y, a la vez, inmarcesible.
8. Por eso
creo
Por eso, mientras más hacia lo incógnito e incognoscible se proyecte, mejor. Mientras más deje de ser funcional y rentista será más luminosa. Mientras menos la aprisionemos en jaulas a estas aves canoras será más luminosos su plumaje y más bello su canto.
Ella tiene que estar henchida de significados, encontrando la maravilla, el encanto y la fascinación de vivir, motivados y extasiados ante todo lo que existe. Y, es más, en el espacio de la escritura y la lectura se tiene que crear todo lo que no existe y que hace falta por develar.
Esa es su función trascendente: complementar el mundo creado con aquello que incluso lo puede sustituir. Por eso, creo que los eruditos no leen sino ostentan.
Por eso creo que los funcionarios que desde sus gabinetes alzan los puños amenazando que los niños tienen que comprender no leen en absoluto, ni siquiera su conciencia y tampoco saben de gustos y sabores. Y en realidad no aman la lectura ni aman a los niños.
9. Hacia
el infinito
Creo que los que esgrimen razones, muy seguros de sí mismos, no leen porque la lectura es turbación, perplejidad y asombro.
Los que dictan cánones no leen sino someten. Ni siquiera gobiernan ni ordenan bien sino que dictaminan y coaccionan.
Porque, con la lectura hay quienes pretenden dominar sobre los cuerpos a través de los sentidos, ideas y pensamientos, para apoderarse de nuestras almas.
Porque: ¿qué son las letras alineadas en renglones sino barrotes, fierros tendidos y prisiones?
En todo caso, apenas manchas trazadas linealmente y en ringleras sobre el papel para ser encarcelarlos.
De allí que la mejor lectura se realice sobre la página en blanco o mirando hacia el infinito por la ventana.
10. Bueno
es leer
Lo prodigioso es que de aquella sequedad de las letras alineadas –más pavorosa que la celda de un condenado– entresaquemos historias, ideas, circunstancias, fuegos fatuos, fiestas prohibidas, arrobamientos y maravillosas utopías. Es decir: todo.
Bueno es leer, porque al leer se rasgan los cielos para que la lluvia caiga, broten las flores y maduren los frutos.
Bueno es leer, porque es un prodigio tratar de cambiar el mundo con la lectura como arma y campo de batalla.
Bueno es leer para abrir las puertas aún cerradas de lo ignoto, para saber quiénes somos y qué misión hemos venido a cumplir sobre la faz de la tierra.
Bueno es leer para dejar la inmediatez, ir a la acción y hacernos eternos.
Bueno es leer para luchar, redimir el mundo y crear un mundo mejor, como lo consideró César Vallejo, quien en España, aparta de mí este cáliz, consigna:
11. El ombligo
a cuestas
PEQUEÑO RESPONSO
A UN HÉROE
DE LA REPÚBLICA
Un libro quedó al borde de su cintura muerta,
un libro retoñaba de su cadáver muerto.
Se llevaron al héroe,
y corpórea y aciaga entro su boca en nuestro aliento;
sudamos todos, el ombligo a cuestas;
caminantes las lunas nos seguían;
también sudaba de tristeza el muerto.
Y un libro, en la batalla de Toledo,
un libro, atrás un libro, arriba un libro, retoñaba del cadáver.
Poesía del pómulo morado, entre el decirlo
Y el callarlo,
Poesía en la carta moral que acompañara
a su corazón.
Quedóse el libro y nada más, que no hay
insectos en la tumba,
y quedó al borde de su manga el aire remojándose
y haciéndose gaseoso, infinito.
Todos sudamos, el ombligo a cuestas,
también sudaba de tristeza el muerto
y un libro, yo lo vi sentidamente,
un libro, atrás un libro, arriba un libro
retoñó del cadáver ex abrupto.
Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860
dsanchezlihon@aol.com
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