CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
VALLEJO
EN EL ALMA
RECITAL DE
FREDERIK
SOTOMAYOR CARRANZA
MIÉRCOLES 2 DE OCTUBRE
6.30 PM.
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
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PRESENTACIÓN
DEL LIBRO DE POESÍA
ALHELÍ
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
SÁBADO 2 DE NOVIEMBRE
6 PM.
CASA DE LA LITERATURA
PERUANA. ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
7.30 PM.
AULA CAPULÍ
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CONVOCATORIA
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2014
LIMA:
MARTES 20
Y MIÉRCOLES 21
TRUJILLO
JUEVES 22
SANTIAGO DE CHUCO
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
DEL MES DE MAYO
*****
PÁGINA WEB
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http://spanport.byu.edu/faculty/GarciaM/new/CapuliXV.htm
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Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
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dsanchezlihon@aol.com
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CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES
7 DE SEPTIEMBRE
DÍA DE LOS
DERECHOS
CÍVICOS DE
LA MUJER
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
ENTRAÑAS
Y CORAJE
DE MUJERES
Danilo Sánchez Lihón
“Dejarte como herencia
una patria digna y libre”
Manuelcha Prado
1. A la entrada
del pueblo
– ¡Alto ahí! –Le gritan al chofer.
– ¡Retírense! ¡Somos del ejército!
– ¡Destrozamos este carro, con todos los cachacos que van dentro, si trata de avanzar un milímetro más!
– ¡Vamos a pasar! ¡Retírense!
Cien mujeres ya se han tirado en la carretera y algunas tendidas en el suelo, están pegadas a las llantas del vehículo. Son madres, esposas, hermanas, hijas.
– ¡Retírense! ¡Vamos a disparar!
– ¡Váyanse!
– ¡Regrésense señores! ¡Fuera de aquí! –Gritan apostadas a los costados de la carretera, a la entrada del pueblo de Santiago de Chuco.
2. ¡Juramento
de honor!
– ¡Regrésense por donde han venido! –Dice doña Raquel Aguilar tratando de que su voz sea clara, serena y precisa. –Será mejor. ¡No provoquen aquí una matanza! Ustedes también tienen familia. No pueden pasar, eso digan a sus superiores. Y los van a entender. Peor es que mueran.
–Eso ordena, hablando por la ventanilla hacia dentro del transporte militar.
– ¡Retírense todas, vamos a pasar! –Se oye decir al Comandante desde adentro. Y se escucha que activan sus armas.
– ¡Atrévase y no queda ni uno vivo!
– ¡Váyanse! ¡Retrocedan!
– ¡Váyanse! ¡Fuera de aquí! –Grita la multitud.
– ¡Les advertimos! Si lastiman a una sola de las madres que están delante de las llantas, recen ahorita mismo por sus vidas. Y despídanse de sus esposas y de sus hijos. ¡Juramento de honor!
3. Es tanto
el gentío
– ¡Juramento! –Exclaman todas.
Una multitud de mujeres al costado de la carretera tienen dobladas las polleras, llenas de piedras. En una mano portan ya las más grandes y filudas. Y en la otra un grueso garrote.
Así han detenido al ómnibus repleto de soldados que han venido a reforzar a los policías para llevarse presos a varios maestros, padres de familia y ciudadanos de Santiago de Chuco, acusados de ser comunistas y sediciosos.
Es tanto el gentío que no han podido los soldados ni apearse del porta tropas, por miedo de que ahí no más los cojan, los linchen y los hagan pedazos.
Dudan solo breves minutos, sintiendo que pegados a las llantas están los cuerpos vivos y palpitantes de las madres y de las hijas, a las cuales sienten en el balanceo que hace el vehículo.
4. ¿Qué
ha sucedido?
Después de un tiempo, que parece una eternidad, retroceden, dan la vuelta y se van, tal y conforme han venido.
Las mujeres decididas, luego que ven que el carromato desaparece por las alturas de Chollagueda, van al puesto policial y exigen que pongan de inmediato en libertad a todos quienes han sido tomados presos, por los últimos sucesos acaecidos en Santiago de Chuco.
Y así ocurre. Uno a uno van saliendo por la puerta los detenidos para confundirse con la gente que los abraza, entre vítores y aplausos.
¿Qué ha sucedido? Por represalia política han trasladado al maestro Encarnación Saavedra de Santiago de Chuco al distrito de Cachicadán.
Sabiendo que es un abuso el pueblo se ha levantado. Y, por el prestigio de que goza este maestro, encomiando su rectitud, los profesores, padres de familia y ciudadanos en general han protestado, capturando la escuela y declarándose en huelga.
5. Parten
al galope
La represión no se ha hecho esperar.
Han cogido presos a una veintena de personas que lo único que quieren es que prime el bien y no la arbitrariedad. Y desde Trujillo se ha ordenado su traslado en calidad de subversivos.
Allí es que se han levantado las mujeres capitaneadas por doña Raquel Aguilar Verau.
Y es así que ellas han detenido a la entrada del pueblo el transporte que portaba a más de 60 soldados fuertemente armados.
Pero sabiendo que en cualquier momento van a regresar con peores tretas, doña Raquel y otras mujeres, ensillan acémilas porque vehículos no hay, y parten al galope y de madrugada rumbo a Lima, habiéndose reunido antes el grupo en la curva de Las Guitarras.
La primera jornada es llegar hasta Shorey y después en escalas a Lima, la capital del Perú, donde gestionarán la suspensión de todas las represalias puestas en marcha.
6. ¿Por
qué?
Ya aquí han pedido una entrevista en el Palacio de Gobierno, donde dialogan con el Presidente de la República, don Oscar R. Benavides.
Le han presentado un memorial con muchas firmas y le explican en vivo acerca de la verdad de los hechos que están ocurriendo en nuestro pueblo.
Esa delegación de mujeres ha sido la primera de Santiago de Chuco en llegar hasta Palacio de Gobierno. El suyo es también el primer levantamiento de mujeres que ha ocurrido en Santiago de Chuco, el 25 de abril del año que transcurre, 1937.
– ¡Señor Presidente! –Le dice en vivo doña Raquel Aguilar–. Así como hemos abogado por el cese de represalias en nuestro pueblo, abogamos ahora por el sufragio femenino para elegir a nuestras autoridades. ¿Por qué las mujeres hemos de estar históricamente rezagadas si podemos contribuir también al desarrollo de nuestro pueblo?
7. Con ramos
de flores
La comitiva de mujeres ha traído, a su retorno de Lima, la orden de restitución en su puesto del maestro Encarnación Saavedra, quien permanece en Cachicadán desde que fue trasladado y se apersonada a tomar posesión de su nuevo cargo.
Conocida la noticia de su reposición ha emprendido el viaje a pie, sin notar que poco a poco era seguido de una multitud como muestra de cariño y adhesión.
Ahí ya está. Ya aparece el brillo de sus anteojos que espejean delante de su rostro cetrino, sobrio, amable y con un fulgor en la mirada, seguido detrás por una numerosa delegación. Es recibido con ramos de flores de todo su plantel escolar compuesto de maestros y niños.
8. Deberes
maternales
Allí está también “La parinón”, que es la banda de músicos, y gran parte de la ciudadanía. En Collosgón, que es donde termina la cuesta de “Sale si puedes” que va y viene de Cachicadán, lo abrazan emocionados y algunos con lágrimas en los ojos por los días vividos.
Este hecho se registra como la reivindicación de un ciudadano ilustre junto con el otro significado, cual es la gesta popular encabezada por las mujeres de nuestro pueblo.
El Concejo Provincial de Santiago de Chuco, años después ha rendido, en el año 1946, un homenaje a la señora Raquel Aguilar Verau con medalla y pergamino de honor, que dice:
“Por el cumplimiento
de sus deberes
maternales”.
Ella ostenta que diga así: “maternales”, como reza en el diploma que ahora luce en la sala de su casa, situada en la parte alta del Jr. Manco Cápac.
9. Porque
basta
Y también luce allí otra distinción, otorgada cuando en 1955 se obtuviera el voto en los sufragios generales para la mujer, en reconocimiento a que ella intercediera por esa causa ante el Presidente de la República.
Algunas veces se le pregunta si se considera una mujer lideresa, luchadora y de avanzada en la defensa de los derechos de la mujer.
Ella responde así:
– Cuando se defienden los derechos, cualesquiera sean, se defienden los derechos de todos.
– ¿De hombres y mujeres?
– Sí. Porque basta que avasallen los derechos de uno para que nos ofendan a todos los seres humanos.
MUJER
IGUAL A
LA TIERRA
Danilo Sánchez Lihón
1. Atuendo
de bayeta
– ¡Suéltenlo! ¡Suéltenlo policías!
– ¡Oye! ¡A ti, qué te pasa!
– ¡Adentro!
– ¡Métanlo adentro!
– ¡Ya, coge el brazo!
– ¡Ya lo tenemos! ¡Al calabozo! –Gritan los custodios.
– ¿Por qué? ¿Qué ha hecho?
– ¡Devuélvanme mis llaves, policías malnacidos! ¡Por qué me han quitado mis llaves!
¿Qué ocurre?
Es un muchacho esmirriado, con atuendo de bayeta, ágil e impetuoso, quien se enfrenta a los gendarmes que lo tratan de apresar.
– ¡Explíqueme policías, por qué lo van a detener! ¿Qué ha hecho?
2. Por ser
tan altos
De
cabello ensortijado y abundante, el rostro encendido. Apenas un
adolescente quien forcejea con cuatro policías que no pueden doblegarlo.
Tiene
a su lado a su esposa, una chiquilla de mejillas sonrojadas, con un
bebé que carga en la espalda. Y que está cogida a él con brazos y
piernas.
– ¡Tendrán que llevarme presa a mí también! –Exclama.
Desde
la puerta del convento, en donde ocurren estos hechos, se ven los
andamios de carrizos de los castillos de fuegos artificiales, que se
quemarán esta noche.
Pero
también se divisan las estructuras renegridas de otros, que ya se
quemaron ayer por el Día del Alba de la festividad del Patrón Santiago.
Por
ser tan altos sobresalen sobre los techos rojos de la iglesia y el
Palacio Municipal de Santiago de Chuco, casi a la altura de la bandera
que ha izado la mayordomía.
3. Ya
lo alzan
Las calles están congestionadas de gente que visten de atuendos multicolores. Y lucen aires de fiesta.
Pero se siguen escuchando los gritos del tumulto del muchacho jalonado por los cuatro policías.
Y es que al frente de donde estamos queda la comisaría.
Dos
de los gendarmes lo empujan de atrás y otros dos lo jalan de adelante. Y
no pueden llevarlo por la resistencia que pone la moza en impedirlo.
Quieren arrastrarlo hacia la puerta y la mujercita, cogida a él lo retiene con todas sus fuerzas.
Pero ya lo alzan en vilo. Allí mismo él apoya los pies en ambos lados de la puerta.
– ¡Al calabozo! ¡Al calabozo! –Gritan los uniformados.
4. Indómito
y agitado
– ¡Suéltenlo! ¡Oigan! ¡Suelten a mi marido! –Sigue gritando la chica.
Es una adolescente, con una criatura en la espalda, quien arremete.
Detiene
a los policías y prendiéndose del muchacho lo jala para ayudarlo a
zafarse de los custodios que ven arrancados sus uniformes verdes.
Por
fin logran otra vez acercarlo al pórtico, lo reducen y logran
introducirlo, desapareciendo por el callejón del puesto policial.
Ella queda afuera, atajada por otros guardias.
Pero
la mujer se suelta, empuja y entra. Y logra, no sé cómo, sacarlo hacia
fuera al jovenzuelo, quien se defiende que lo apresen con puños y
patadas.
– ¡Suelten a mi marido! ¡Oigan! ¡Por qué van a detenerlo! ¿Qué les ha hecho? ¡Abusivos!
5. Y
otra vez
Pollera roja, blusa verde con bordes blancos y amarillos. Encarnado el rostro por la emoción y la cólera.
Sus pantorrillas lisas y límpidas evocan los arroyos cristalinos de los campos. Sus zapatos son llanos y pobres.
Revolotean por el aire sus dos trenzas negras, donde lucen bien sujetas unas peinetas estampadas de flores silvestres.
Otra vez los cuatro policías lo arrastran al muchacho, pero ella como una fiera, alzando los brazos se prende de él.
Y otra vez lo rescata, jalándolo calle abajo, tropezándose en las piedras.
Los policías se quedan anonadados.
– ¡Desgraciados, devuélvanme mis llaves! –Vocifera el mozo.
– ¡Ya cállate! ¡Vamos! –Le grita ella.
6. ¡Y
así!
Y pocas son las fuerzas de la chica para sostener el ímpetu del joven.
Este quiere soltarse y arremeter otra vez contra los guardias que se han quedado observando, sin atreverse a actuar.
– ¡Policías afuerinos! ¡Malnacidos!
Uno de los policías, el más corpulento, se adelanta amenazante, con la vara en alto:
– ¡Vamos! ¡Vamos todos a cogerlo! –Dice. Y anima a sus compañeros a seguirlo.
– ¡Devuélvanme mis llaves, cachacos desgraciados!
– ¡Ya cállate! –Y ella hecha un revoltijo le tuerce la cabeza para que no mire hacia atrás, y así alejarse.
– ¡No me voy a callar los abusos! ¡Bastardos!
7. Su anda
de oro
Y allí corren otra vez decididos a castigar al insolente.
– ¡Ya ándate! ¡Llévalo!–Grita una mujer con una fuente de vasos de gelatina en las manos.
Y otras se interponen también para defender a que no apresen al muchacho.
– ¡Ayuden a llevarlo a su casa!
Grita una más, que también ya se ha involucrado.
Y ahora hay una muralla de mujeres que defienden al mozalbete.
La mujercita, como sea, jalonea a su esposo. Y lo sigue remolcando calle abajo.
Las bombardas en el cielo anuncian que ya está saliendo a la plaza la procesión del Patrón Santiago en su anda de oro.
8. Ya
quisiera
– ¿Cómo se llamará esta muchachita? –Escucho que dice el policía maravillado, sorprendido como si hubiera visto un prodigio.
– ¡Chucomama! –le digo.
– ¿Así se llama? –Me mira curioso e incrédulo.
– ¡Chucomama! Chuco por tierra. Y mama por madre.
– ¿Así se llama?
– ¡Claro!
– ¿Usted la conoce?
– ¡Por supuesto! ¡Todas las mujeres aquí se llaman Chucomama! ¿No ha visto cómo las otras les han atajado a ustedes?
– Y, ¿qué fuerza que tienen, no? –Dice otro.
– ¡Qué manera de pelear por su marido de esta mocosa! ¡Ya quisiera que alguna vez alguien me hubiera defendido de ese modo!
9. De
aquí
¡Es increíble!
– Nunca he visto!
–
Yo, señor, me estoy divorciando, pero si alguna vez mi esposa me
hubiera defendido como esta chiquilla ha defendido a su marido,
suficiente para yo dar la vida por la madre de mis hijos.
– ¡Es que Chucomama es madre tierra!
– Otras mujeres todo nos reprochan, por cualquier cosa. ¡Seguro que algo has hecho!, nos dicen. ¡Y se van!
– Es que a las Chucomamas las inspira la tierra.
– Y, ¿qué idioma es ese?
– Culle, idioma en el cual chuco significa tierra.
– Pero he escuchado que chuco significa sombrero.
– En quechua, pero en la lengua originaria de aquí es tierra.
10. Es
de ella
– ¿Y Chucomama, quién fue?
–
Una divinidad que les enseñó a ser guerreras. ¿Ha visto cómo ya todas
habían formado un cerco? Eso viene desde tiempos muy antiguos.
– ¿Y qué significa afuerino, señor?
– De afuera.
– Y, ¡qué manera de hablar tiene aquí la gente! ¿No?
– ¡Por algo aquí nacieron César Vallejo y muchos otros grandes poetas!
– ¡Y lo extraño es que son gente del campo!
– Precisamente, es por eso. ¡Es la madre tierra! ¿Es de ella que deviene toda virtud, sabiduría y coraje!
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