ABRIGANDO HERMANOS
Apurímac, hoy que el frío arrecia
y el cobijo es liviano, inconsistente,
déjame regalarte con abrazo cálido y fuerte
el calor de mi doctrina solidaria
deseando hacer desde mis esquinas
Apurímac, hoy que el frío arrecia
y el cobijo es liviano, inconsistente,
déjame regalarte con abrazo cálido y fuerte
el calor de mi doctrina solidaria
deseando hacer desde mis esquinas
un puerto al abrigo de tempestades que rodean.
Apurímac hoy, sin querer tus nieves
Apurímac hoy, sin querer tus nieves
deslizándose como mar embravecido
han abierto caminos de dolor y estallidos
en mis hermanos sin quejidos,
y el doloroso trance no pasa inadvertido.
Déjame aliviar el temblor que enfría el alma
en las alturas de mis hermanos silenciosos
tiritando hasta morder heridas perniciosas,
profundas por la indiferencia humana.
Estoy aquí con mi mano templada
en las alturas de mis hermanos silenciosos
tiritando hasta morder heridas perniciosas,
profundas por la indiferencia humana.
Estoy aquí con mi mano templada
de estaciones y tiempos, alada entrega
sustentada en hermandad sincera
para secar tus lágrimas de amargo llanto
Ven, vengamos todos con calor humano
vamos hermanos, en nuestras alturas esperan
entumecidos cuerpos escarbando el hambre
sedientos de calor en el regazo estremecido,
la luz va dañando sus miradas sin mañanas.
¡Ay! mis ojos lloran
en esta vil telaraña
de la indiferencia .
Lucy Martínez Z.
Septiembre, 2013
