“DIA DE LA MADRE”
Rodolfo Ascencio Barillas
Ahora que veo la luz de tu
universo
Y las estrellas que brillan en
tus ojos
Y el amanecer en la aurora de tu
cielo
Y los crepúsculos de tus manos
soñadoras
Y la pureza de tu alma cristalina
Y el llanto de tus ríos
conmovedores
Y el viento hermano del llanto.
Hoy que veo tu eufemismo
Y el equinoccio de tu aliento
Y la belleza de tus manantiales
Y los destellos de tu ocaso
Y la silueta de tu sonrisa
Y el ósculo de tus labios
Y las sienes en tus cabellos
Que resplandece el atardecer de
mi vida.
Yo creo en un mundo de ensueños
Y en la ternura que acaricia mi
piel
Y la magia de su esfuerzo sobre
el mundo
Y el sacrificio inherente en los
márgenes de mi boca
Y a las matemáticas de mis días
inciertos,
Ella asomaba su silueta por el
mundo
Y con su encanto mitigo mis
dolores
Y con sus brazos curo mis errores
Y su vida borro mis pesares
Y encendió la antorcha de mi
alegría
Y el suspiro que consagró mis
tristezas.
Ella liberó las cadenas de mi
tormento
Y me dio el sentido en los
caminos quejumbrosos
Ello suavizó las espinas de mis
angustias
Y los torrentes de llantos
espantosos
Ella supo comprender mis
equivocaciones
E interpretó el silencio de mi
martirio
Y cuando estaba en melancolía de
muerte
Ella con su dedo toco el cielo
para que Dios le escuchara
Y cobijó la esperanza de mi pecho
Y su voz con la lluvia me hablaba
Y su aliento con el fuego me
expresaba
Y el sufrimiento que su amor
desechaba.
Pero su luz con el tiempo se
extinguía
Y su soplo divino con las flores
me besaba.
Ella era la estrella que guiaba
mi sendero
Y la luz que ilumina mi destino,
Y la bendición de vivir en
armonía
Y la paz que mi alma anhelaba
Y el agua que brotaba de las
piedras
Y las burbujas que la luna
reflejaba
Y el futuro que alumbraba mi
camino
Y el amor que la dicha susurraba
Y el vientre que la tierra
ignoraba
Ella era mi madre a quien yo
amaba…
“VIDA”
Rodolfo Ascencio Barillas
El hombre que camina en tinieblas
de llanto
Y no edifica sobre cimientos de
cielo
Es una alma vagabunda en los
desiertos del mundo.
Y no dejes que te afecten los
improperios de los demás
Y de aquellos aduladores de
vanidades infinitas
Y de los que fingen amistades
siniestras
Y aquellos que sonríen
hipócritamente,
Más no permitas convertirte en
uno de ellos
Y de tentaciones que pueden
acabar con tus propósitos
Y que amenacen desbaratar tus
planes futuros.
Y observa cómo se mueve el mundo
a tu alrededor
Y cuando tengas la seguridad de
seguir adelante
Mantén tus ojos despiertos a la
luz del día,
A veces nosotros mismos nos
engañamos
Con fantasías que nos hunden en
abismos distantes,
Y el orgullo puede ocasionarnos
distorsiones de la realidad
Y la soberbia es punta de lanza
en nuestro desarrollo,
A veces nos aferramos a pasiones
imposibles que destruyen el alma
Y al egoísmo de un cristal
silencioso que mata la conciencia,
Y la ambición de un prisionero
encerrado en un calabozo
Y a veces fingimos lo que no
somos
Y cuando nos damos cuenta de lo
que vivimos
Enmendamos nuestros errores que
han distorsionado la vida
Y es cuando comprendemos el
tiempo que hemos desperdiciado
Y caemos en las inesperadas
desesperaciones
Donde el alma agoniza con el
dolor penitente
Que apenas podemos remediar en la
existencia insolvente.
La vida es una joya preciada que
Dios nos ha dado
Y vivamos intensamente en la
integridad espiritual
Y esforcémonos en la paz de los
hermanos abandonados
Y de aquellos que necesitan el
amor desinteresado.
Y ahora que has comprendido todas
tus debilidades
Piensa que la vida es un regalo
hermoso en el mundo
Que Dios te ha obsequiado,
Y cuida de tus valores
elementales
Y escucha la poderosa voz del
universo
Para que mañana puedas encontrar
lo que siempre has buscado
Y no te alejes de las creencias
de tu corazón
Y sé firme en tus convicciones
honestas
Y construye el espíritu divino de
la felicidad permanente
Y mañana tu recuerdo será
perdurable
En la memoria del amor de Dios
Y en la conciencia del hombre…
“PERSEVERANCIA”
Rodolfo Ascencio Barillas
Yo he visto la noche caer sobre
el rocío de la mañana
Y mi voz reposaba en el silencio
de la aurora
Yo viví en la existencia de un
mundanal ambivalente
Y estoy insatisfecho del
aspaviento universal
Y ver crecer la hierba sobre tus
manos.
Y recibir con ahínco el amanecer
del nuevo día
Y gemir el viento con mi llanto
Y esperar en la fécula de tus
ojos
Y la paciencia indolente de tu
rostro.
Desde hoy pensaré en lo hermoso
del mundo
Y cultivaré labriegos en mi
camino
Y seré digno de los prodigios de
tu pecho
Y no me quejaré de polícromos
lamentos.
Yo viviré con intensidad hasta el
último aliento
Y arrullaré el capullo de tu
pelvis
Y exaltaré el polen de tus flores
Y abrazaré la visita de la muerte
Y mi fe es la alegría de los
campos
Y mi esperanza son los pies del
mundo
Y mi tolerancia es tu copa
rebosante
Y mi amor son los manantiales de
aguas vivas
Y mi fortaleza es la cúspide de
las montañas
Y mi respuesta son las estrellas
del firmamento.
Yo viviré en los aposentos de tu
libertad
Y me gozaré en los prados de
espesos valles
Y no temeré a las tempestades de
mi dolor
Ni en la desesperación de los
fríos inviernos
Tampoco pereceré en medio de
extensos desiertos
Ni seré cobarde para enfrentar
mis propios miedos,
Y persistiré en los caminos de
filosas espinas.
Yo acataré el consejo de los
cielos
Y conservaré las enseñanzas de tu
boca
Y borraré las impetuosas olas de
mi corazón.
Yo soy la muralla inexpugnable
del siglo
Y la enhiesta avalancha del
aquilón exorbitante,
Y cuando sea la hora de retar mi
llanto
Seré la luz entre tantas
tinieblas
Y acataré el silencio de mis
exaltadas emociones
Y seré fuerte en la resistencia
de los engaños
Y sensato en el razonamiento de
los perversos
Y cauto en los océanos cósmicos
del mundo
Y edificaré cimientos en los
impávidos destinos del canto
Que hoy abaten mis atribulados
días
Y hoy renaceré en el sueño de los
niños…
“HIJO”
Rodolfo Ascencio Barillas
Escucha hijo mío, el consejo de
tu vida
Y puedas aprender de los que
saben más
Y no huyas al conocimiento de la
verdad
Ni te precipites en los caminos
de la juventud
Ni te dejes influenciar por otros
que fingen el bien
Porque sólo desean tus derrotas.
Hijo se prudente en tus
decisiones
Y procura enfrentar los desafíos
con gallardía
Mira que te mando a que te
esfuerces por tus limpios propósitos,
Yo he visto el crecimiento de tu
entendimiento
Y el esfuerzo que haces para
conservarlo
Y ahora que ha pasado tanto
tiempo
Y tus cuitas han aumentado por
causa de tu inexperiencia
Puedo contemplar tus equivocadas
conclusiones
Por causa de tus repentinos
arrebatos,
Y sabes que yo no te deseo el mal
Ni mucho menos que te perturben
tus confusiones,
Yo te prevengo para mitigar tus
sufrimientos en el mundo
Y no caigas en las tentaciones de
las vanidades
Y en los placeres mundanos de la
carne
Y en el abismo de los vicios
perniciosos
Y en el razonamiento de los
engaños que amargan el alma.
Un día te marchaste de casa para
vivir tus experiencias
Y te olvidaste de los consejos de
tu Padre
Y de la orientación de tu Madre
Y renegaste de todas nuestras
enseñanzas
Y te burlaste del consejo sabio
de los años
Y despreciaste todas las
lecciones que aprendiste,
Y tu rebeldía te proporcionó
muchos fracasos
Y tus locuras esclavizaron tu
alma.
Hijo de mis atribulados años
Yo me esforcé por guiar tus
caminos
Y orientarte en los senderos de
Dios
Y motivarte en la preservación de
tus principios espirituales
Y prevenirte de las adversidades
del mundo
Y no permitas que los males
destrocen tus ideales
Y puedas ver a tiempo las
aberraciones de los placeres
Y no caigas en las tentaciones
voluptuosas
Y en el suplicio de las vanidades
espantosas.
Escucha hijo mío de mi corazón
Las razones que tengo para
aconsejarte
Y la sabiduría adquirida por Dios
Y cuando te encuentres en
menesteres del alma
Y en los pensamientos confundidos
de tu mente,
Busca el arrepentimiento de tus
faltas
Y repara en tu conocimiento las
imperfecciones de tu alma
Y combate incesante las
debilidades de tus fuerzas
Y aprovecha tu juventud bendecida
Y prepara tu camino para los días
de tu vejez
Y sirve el bien para los
necesitados
Y ayuda a los menesterosos de la
calle
Y proporciónales las enseñanzas
que has aprendido
Y siempre mantén la paz en los
senderos del mundo
Y jamás te olvides de las
bendiciones de Dios
Y el amor que fortalece tus
vínculos con los demás
Y no desperdicies en cosas vanas tu
tiempo
Y aprovecha la oportunidad de tu
vida
Y prolonga tu salud espiritual
Y nunca olvides la integridad de
tus principios
Y tu vida fructifique la
abundancia del corazón
Y sigue los sabios consejos…
“SUEÑO”
Rodolfo Ascencio Barillas
Ayer soñé con el amor que nunca
despertaba
Y sus cristales eran puñales que
atravesaban mi almohada
Y me deleitaba con sus besos
cuando aun no dormía
Yo soñaba que tenía una estrella
en mi pecho
Y era el sueño que en la sombra
me azotaba
Y mi fantasía pudo más que mis
razonamientos
Y quise atraparla en mis sueños
de locura
Y despertar al alba en sus brazos
Y acariciar la suavidad de su
piel
Y sentir sus labios junto a los
míos
Y estremecerla en las olas de mi
océano
Yo, estaba en el regazo de sus
brazos moribundos
Y su aliento dibujaba la tristeza
de la noche fría
Y su rostro era invisible a mis
ojos
Y su voz a mi oído susurraba
Y su risa suspiraba afilada en mi
pecho,
Yo soñaba en un rió torrente de
ilusiones
Que se desbordaban de su cauce
las malas intenciones
Yo quise entretenerla mientras
partía
Y de mis manos su perfume se
esfumaba
Aquel sueño fue la loca pasión
que vivía
Y otro día soñé con el fango de
sus ojos
Y su impetuosa mirada en mi
universo penetraba
Aunque ella era distante a mi
calvario
Yo la amaba con el precio de mis
pecados
Y con los ardientes labios de mi
boca
Hoy soñé en el sueño de mis
debilidades
Y olvidé el vuelo de las
emociones
Y esa noche nunca despertaba
Yo era el esclavo de sus propias
prisiones
Y sus pechos con el alba
amanecían
Y aquel sueño fue el martirio de
mi alma
Y quise buscar nuevas sensaciones
Y sus besos fueron cruces en mi
destino
¡Oh! Sueño de mis dulces sueños
Eres condenación a mis alaridos
sedientos
Y el amargo néctar de mis
atribuladas tentaciones
Y el dolor que causas con tus
acertadas fantasías
Y los tropiezos caídos del abismo
Y la agonía de un mundo
apocalíptico,
Y que solo era un sueño…
“Luz América ”
Rodolfo Ascencio Barillas
Andinos de luz refulgente devela
un nuevo siglo
Y en un río de auroras el alba
aparece
Y pasa el cometa en noble alma
despierta
Y exuberante destino de afecto profundo
Y que en un soplo divino nace su
fuerza adusta
Y en un soberano sol que enciende
la antorcha
Y en un trémulo de voces se
escucha tu gloria
En la insigne batalla corren
potros en pos de victoria
Y en un mundo vacío enjuaga sus
manos de gloria
Y la ilustre estrella ilumina sus
pasos ardientes
Y el agua cristalina sus árboles
renuevan
Y el mundo proclama la sedienta
historia
En un alazán de yertos retornan
los fieros humildes
Y de aquellas proezas vencidas en
un arco de triunfos
Y desatan turbulentas pasiones
que hieren el alma
Y permiten que viejos oprobios
abatan la calma
Y son las ondas perspicaces que
incomodan los cielos
Y dejan que viles ingratos
incidan prudentes anhelos
En la sombra manifiesta de
pecados inciertos
Y desencadenan la ira improperios
insulsos
Y dejan que la conciencia
conduzca el camino
En un lustre de hijos de
milenarios consejos,
Y el amanecer que acarician
valientes antorchas
Y contemplan los niños que ríen
el porvenir infalible.
Y en un cúmulo de años renacerán
trepidantes esperanzas
Y las largas noches soñadas de
una montaña bendita
Y que un soplo divino levanta el
aliento incólume,
Y raíces de voces en generaciones
futuras que busca el camino.
Y encontraran el aliento de voz
la fuerza imperecedera,
Así, en el aquilón vendrán
hombres de alto inhiestos
Y cimentaran un mundo de mieles y
fresas
En la paz de la augusta simiente.
Y vibran luces perennes venturas edénicas
Y el macilento devenir de viejas
prosapias
Y en un laudo de frutos fulmina
la tierra,
En el gran ímpetu de las entrañas
del mundo.
¿Quién escuchara colosos suspiros
de cataclismos inmersos?
¿Quién dirá que piedras derramen
la leche de pechos maternos?
Y hombres que pisan en naufragio
aguas errantes.
Y que vaga la sorda obsesión de
las ninfas divinas
Y en un lecho de muerte visita la
sombra del sol,
Y el idilio de orquídeas ambiguas
en un tumulto de albas.
Y pronto vendrá la eterna
esperanza que alumbra
Y la libertad divino prodigio de
hombres de gloria.
“EL DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO”
Rodolfo Ascencio Barillas
Ellos que aman llorosos la patria
Y recuerdan en silencio sus
voces,
Ellos que acompañan los ojos de
lluvia
Y alegres saludan el día del
mundo,
Ellos caminan orgullosos del
viento
Y preservan sus frutos del
llanto,
Ellos que contemplan el sol
trepidante
Y sustentan dichosos la tierra,
Ellos bendicen el alba ferviente
Y el honor que sus suelos
escuchan,
Ellos que fraternos se abrazan
Y quejosos esperan ardientes,
Ellos son millones de almas
Y se encuentran siempre soñando
Y cumplen valientes senderos del
mundo
Y con su boca suspiran
relucientes,
Los ojos que relumbran atentos
Y sus nobles ideales que la
sociedad demanda
Ellos que cantan unísonos sus
penas
Y lloran surcos de empeños,
Llevando la siembra y el arado
Y con generoso gesto manan sueños
de aliento
Y callan sigilosas tristezas
nocturnas,
Ellos son héroes que danzan los
días funestos
Y son los macilentos temerarios
de siempre
Y luchadores que desafían los
tiempos modernos,
Ellos son los que viven soñando
Y duermen tranquilos reposando,
Ellos son la siembra del trigo en
tierra de ciegos,
Ellos son mares de fuerzas en los
inciertos caminos
Ellos son éxtasis de anhelos
Ellos son los que exaltan los
nobles valores
Y desfilan honrosos por las
sendas del mundo
Ellos que gritan sus voces al
viento
Y en un arco iris de nubes
alientan sollozos alegres,
La siembra y el fruto de
espíritus vivientes
Ellos que son mis hermanos en
llanto,
Ellos y yo somos el soplo divino
de Dios
Y la esperanza que la humanidad
siempre espera
Ellos y yo somos…