CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2011, AÑO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
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DICIEMBRE
DICIEMBRE, MES DE LAS MONTAÑAS
DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;
DE LOS MIGRANTES Y DEL NACIMIENTO
CONFERENCIAS Y SIMPOSIOS SOBRE CULTURA ANDINA
AULA CAPULÍ:
Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República
Planta de capulí, florece a la entrada del Aula Capulí
PRÓXIMA ACTIVIDAD
SÁBADO 10 DE DICIEMBRE 7 PM:
HOMENAJE A GEORGETTE DE VALLEJO
NACIÓ EL 7 DE ENERO DE 1908 Y MURIÓ EL 4 DE DICIEMBRE DE 1984
Ingreso libre
Se agradece su gentil asistencia
CALENDARIO DE EFEMÉRIDES
GEORGETTE DE VALLEJO
PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA
GEORGETTE MONTONERA Y COMBATIENTE
Por Danilo Sánchez Lihón
SÁBADO 10 DE DICIEMBRE 7 PM:
HOMENAJE A GEORGETTE DE VALLEJO
NACIÓ EL 7 DE ENERO DE 1908 Y MURIÓ EL 4 DE DICIEMBRE DE 1984
Ingreso libre
Se agradece su gentil asistencia
CALENDARIO DE EFEMÉRIDES
GEORGETTE DE VALLEJO
PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA
GEORGETTE MONTONERA Y COMBATIENTE
Por Danilo Sánchez Lihón
1. Por ellos murió
Georgette de Vallejo, esposa del poeta universal, murió en la indigencia.
No tenía muebles, ni ropa ostentosa, ni vajilla fina, nada. Apenas un plato sencillo, una taza y una cuchara.
En su departamento no había televisor, ni radio, ni reloj de adorno en la pared. No se veían revistas ni periódicos.
Con dos papas sancochadas generalmente pasaba todo el día, como única comida.
No era de fiestas ni agasajos ni de celebraciones. Para eso hay muchas mujeres en el mundo.
Sentía una ternura especial por los gatos abandonados a los cuales daba de comer. Tenía el suyo propio, que era el consentido de la casa, al cual puso el nombre de Pospón.
Pero además cuidaba de los gatos techeros. Por ellos murió.
2. Dar la vida por ellos
Quedó postrada al resbalarse de la escalera cuando salía con la comida para darles de comer, a aquellos gatos que se juntaban en el rellano de la escalera y que quizá podían intuir, por provenir ellos del mundo del misterio, que esa mujer era un numen, una mensajera, alguien que portaba un emblema.
Cayó en la escalera y se la encontró después de horas en estado inconsciente.
Sentía ternura por todo aquello que representaba la infancia, especialmente por los niños desvalidos y minusválidos. Y más por quienes eran víctimas de la crueldad de los hombres.
Adoptó como pensamiento de vida, de política e ideología defender a los niños minusválidos de la Clínica Hogar San Juan de Dios, apoyarlos y dar la vida por ellos calladamente sin declaraciones, sin fotos, sin reportajes o entrevistas en los periódicos.
3. Máscara de cal
No tuvo amistades, salvo con muy pocos seres humanos. Solo con aquellos en los cuales veía pureza de alma entre tanta ignominia, inocencia entre tanta hipocresía, limpidez entre tanto embadurnamiento.
Le arrebataba hasta el paroxismo y le sacaba de sus casillas cualquier abuso o injusticia.
Ternura rezuma su libro Máscara de cal, publicado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el año 1964, escrito en francés y compuesto de 78 poemas.
La mayoría de ellos están dedicados a César Vallejo y otros a su madre, fechados en dos períodos: 1939–1947, en París, que suman 49 poemas. De 1947 a 1964, 29 poemas; de estos últimos 8 fechados en París y 21 en Lima.
4. Nada más que para vivir
Georgette era de carácter fuerte, brusco a veces. Sin apelaciones.
En ella, el sí era sí. Y el no era no.
Para cumplirlo no le importaba perder. Tampoco le importaba menoscabar su prestigio o su imagen. Ni la detenía el cálculo de que aquello deterioraría su posición. No le inmutaba que con ello podría quebrar afectos.
Mucho menos le interesaba desprenderse de dinero, en realidad lo tiraba.
Tenía una concepción en donde lo que importaba era el honor y la dignidad.
Decía las cosas exactas, claras y directas.
Repetía que era nula para cualquier tipo de alegría y felicidad.
Creo que solo la tuvo con César Vallejo a su lado, a quien ella le cedió todo. Gastó con él todos sus ahorros, más de un cuarto de millón de francos. Vendió todas sus cosas y pertenencias. Objeto por objeto, por él. Cuadro por cuadro.
Y todo esto nada más que para vivir con él, para caminar, para viajar junto a él.
5. Un grumo de alegría
Le dio todas sus horas, sus días y semanas. Incluso, en esta tierra, hasta 46 años después de muerto él, mientras ella lo sobrevivió en esta tierra.
Si aún late, vibra o se estremece en alguna dimensión, seguramente cada latido suyo será para Vallejo.
Le dio su destino sin hijos, su soledad sin reclamos; porque él impuso ese esquema, privarse de todos, incluso de niños, y el de no tener casa.
¿Cómo tenerla entre tantos desamparados? ¿Cómo regalarse, entre tanto dolor, un grumo de alegría? ¿Cómo velar por mi seguridad cuando el esquema social amenaza la seguridad de todos?
Y todo fue así porque aquel consideró y decidió que ¿cómo concebir esos hijos cuando no les asistía ningún a derecho a imponer su sacrificio a otras criaturas?
6. Día a día
Porque ellos dos estaban consagrados a la causa superior de la revolución mundial.
Era tan exacta y legítima que pese a que lo necesitaba compulsivamente para esclarecer una causa suprema y defenderse de los ataques arteros que le infiriera Juan Larrea, no reproduce un diálogo favorable a su causa.
Y no lo hace sólo porque no se acuerda, entre todas las que ya reprodujo, de una sola palabra, nada más que de una, que se pronunció en aquel diálogo, aunque sí de todas las otras.
Tenía cólera, indignación y arrebato. Lo fue acumulando día a día. ¿Y quién no?
7. Era capaz de hacerlo
Le fue doliendo mucho todo. Y todo se hacía más enrevesado en cuanto al mal. Y se llenó de reproches hasta para el mismo Vallejo.
Reproches por ejemplo de no haberle dado hijos, que pudieron haberlos tenido. ¡Qué paradoja!
¿Dolerles tanto el mundo y quererlo tanto hasta el punto de dejar en él a criaturas indefensas?
¿Cuál era la razón y el origen de su furia? ¿Iracundia que era capaz de hacerlo destrozar el mundo si lo hubiera podido?
8. Fiel al amor
El sacrificio de la vida de Vallejo. La derrota de los republicanos en la Guerra Civil Española, que era la causa de la muerte de César Vallejo.
La Guerra Mundial que ella la pasó en Europa con todo su horror, su mezquindad y miseria; sin casa dónde poder dormir.
Pero sobre todo la rabia e impotencia era por tanto abuso, tanta miseria y tanta injusticia.
Por eso Georgette es una mujer montonera, luchadora, mujer coraje. Mujer fidelidad, que infunde fuerza, vehemencia y valentía.
No importa que fuera intemperante. Lo que importa es que fuera verdadera, consecuente en la justicia y fiel al amor dedicado a quien eligió como esposo.
9. Amada en masa
Cayó y rodó por las gradas de cemento de la escalera de su departamento, en el quinto piso del edificio donde vivía, en la cuadra 52 de la Av. Arequipa.
El golpe le ocasionó una lesión cerebro vascular de la cual no se recuperó jamás.
Tres horas estuvo inconsciente tirada en la losa sin que nadie pudiera auxiliarla. Y es que vivía sola.
Costilla de mi cosa,
dulzura que tú tapas sonriendo con tu mano;
tu traje negro que se habrá acabado,
amada, amada en masa,
¡qué unido a tu rodilla enferma!
10. Amada que yo amara
Era la esposa –lo es– del poeta más rotundo, estremecedor y audaz de los últimos siglos de la poesía universal.
Él escribió aquellos y estos otros versos para ella:
Simple ahora te veo, te comprendo avergonzado
en Letonia, Alemania, Rusia, Bélgica, tu ausente,
tu portátil ausente,
hombre convulso de la mujer temblando entre sus vínculos.
¡Amada en la figura de tu cola irreparable,
amada que yo amara con fósforos floridos...
11. Su temblor de mujer
Cuando era niña, a los seis años contrajo tuberculosis en una pierna, quizá por eso rodó en la escalera de su casa, quizá fue un vértigo, quizá un salto al vacío.
Ero él estuvo allí, custodiándola.
El accidente fue por salir a dar de comer a los gatos de la vecindad, que se reunían cotidianamente para este ceremonial .
En aras de ese ritual ella preparaba pacientemente la comida, cortando el pan en pequeños trozos.
Luego los mezclaba con atún diciendo palabras en las cuales mezclaba arrullos con los poemas de su esposo.
Y salía a repartir a los mininos, a quienes revisaba sus pelambres, sus patitas, sus hocicos hasta encontrar heridas que ella curaba uno a uno, poniendo todo su temblor de mujer en cada una de sus lastimaduras.
12. Para ello
Ese accidente, que sufre cuando ella tenía 71 años, ocurrido a principios del año 1979, le ocasionó una lesión cerebro-vascular grave.
También le provocó un ataque de hemiplejia que devino en arterio-esclerosis.
Fue internada en la Clínica San Borja, luego en el Hospital Militar, por gestión del entonces Ministro de Educación del Perú, Gral. José Francisco Guabloche Rodríguez.
Y, posteriormente, el 14 de febrero de 1979, fue trasladada a la Clínica Maison de Santé, donde ocupó el departamento 328.
Para ello, la Sociedad de Beneficencia Francesa le otorgó una subvención de mil francos mensuales, para sufragar gastos de medicinas y servicios médicos.
13. Esos niños que la acompañaron
Murió después de cinco años de permanente postración a consecuencia de aquella caída referida, ocurrida el año 79.
Y expiró el 4 de diciembre del año 1984, a las 5.35 de la madrugada, víctima de un ataque cardíaco y embolia cerebral, a la edad de 76 años.
Sus restos fueron trasladados a la capilla del Hogar Clínica San Juan de Dios, donde fueron velados.
Está sepultada en el Cementerio de la Planicie, en una tumba donada por los hermanos de la casa de San Juan de Dios, que ayuda a los niños con limitaciones en su salud corporal y mental.
Esos niños inválidos fueron quienes la acompañaron hasta su última morada.
14. Alcanza su mayor sentido
Y ¡qué bien que así lo hicieran porque nada puede ser más afín a Georgette de Vallejo que esa escolta y ese séquito.
Porque ellos son los representantes de un país herido, lacerado por tantos sufrimientos.
Pero también son las huestes de los voluntarios de la República Española, adultos o niños, que luchan por la redención del hombre.
Donó todo lo suyo, incluso los manuscritos de César Vallejo, a los enfermos de dicho nosocomio e institución de caridad.
En poder de nadie esta herencia tiene su mayor sentido y coherencia, que en manos de los enfermos del Hogar Clínica San Juan de Dios.
15. Vallejo es todo
Ella trajo de Europa todos los originales de César Vallejo al Perú. Aquellos que cosió a su pecho durante toda la Segunda Guerra Mundial.
No los legó a ninguna institución francesa, tampoco los donó a ninguna universidad o institución académica, artística o cultural.
Y dicha decisión es la más coherente en relación al significado de la vida y obra de César Vallejo y a lo que él representa.
Porque César Vallejo es mucho más que cualquier ámbito artístico. Rebasa incluso el ámbito de la cultura y hasta de las humanidades.
Se proyecta al universo. Porque Vallejo es todo.
16. Indestructible esperanza
Los donó a una institución que lucha por la vida sana, los donó a una institución que hace el bien.
Expresó que recién al llegar y conocer el Perú comprendió a César Vallejo. Pudo entenderlo al menos en parte.
Al ver y contemplar a los niños de esta patria.
Pero más lo entendió al ver, según lo confesó ella misma, a los auquénidos de nuestras cordilleras. A las llamas, de miradas que abarcan infinitos.
Infinitos que había en los ojos del hombre a quien amó.
Aquel mirar tan lejos que se pierde en el misterio y, para nosotros, en la indestructible esperanza.
17. El golpe ciego
Al morir pesaba apenas 40 kilos.
El hermano Lázaro Simón Cánovas, director del Hogar Clínica San Juan de Dios, quien la conoció muy de cerca, dijo en su sepelio:
“Había que estar muy cerca de ella para comprender la inmensa ternura que guardaba detrás de su introversión".
Ternura que era enorme y total frente al mundo de los niños desvalido, humillado e impotente.
Para con los niños sobre quienes se abate y asesta el golpe ciego y fiero la invalidez.
Para con aquellos que son víctimas de la violencia familiar. Para quienes son víctimas de la sinrazón y la ceguera del mundo.
18. Mal ladrón
Respecto a quienes, ¿no habrá a nadie a quien culpar por el abandono y la atrocidad en la cual viven?
Por quienes habrá que echarnos la culpa todos; uno mismo, que es lo que generalmente ella hacía.
Que es lo mismo a lo que hizo también su esposo, César Vallejo, quien confesaba:
Señor. . .
Todos mis huesos son ajenos;
yo tal vez los robé!
Yo vine a darme lo que acaso estuvo
asignado para otro;
y pienso que, si no hubiera nacido,
otro pobre tomara este café!
Yo soy un mal ladrón... A dónde iré!
19. Culturas que ellos convocan
Y prosigue el poema:
Y en esta hora fría, en que la tierra
trasciende a polvo humano y es tan triste,
quisiera yo tocar todas las puertas,
y suplicar a no sé quién, perdón,
y hacerle pedacitos de pan fresco
aquí, en el horno de mi corazón...
Por todas estas razones, es el suyo un amor legendario que tenemos el compromiso moral de situarlo entre los amores sublimes que han existido en la humana.
Es un amor mítico. Mítico también por las dos grandes culturas de donde provienen sus protagonistas.
Culturas que ellos convocan, y representan:
Lo peruano ríspido y abismal. Y lo dulce y exacto, en la Georgette de Vallejo, juntos hasta la eternidad.
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Vallejo y Georgette
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