SOLO
NOS QUEDA
TRIUNFAR
Danilo Sánchez Lihón
1. En el fondo
es una adhesión
Capulí,
Vallejo y su tierra realiza este año su décimo sexto peregrinaje a
Santiago de Chuco, realizado de manera continua desde el año 2000,
incursión al mundo andino que hemos llamado Telúrica de Mayo y Memoria
de un Camino, constituyendo ya una cruzada significativa en la
trayectoria cultural de nuestro pueblo.
Las
características de Capulí, Vallejo y su tierra, son únicas. En primer
lugar, integra caravanas de intelectuales y maestros que parten desde
diversos puntos del territorio nacional como del ámbito internacional; y
desde distintos y variados quehaceres, expectativas y sueños.
En
el fondo es una adhesión y una expresión de aprecio, admiración y
gratitud auténticos, de personas de toda condición, por un poeta como es
César Vallejo que humildose tanto hasta ser pasto de todas las
desgracias y aflicciones para mejor representar al hombre Masa y de
quien está pendiente su reivindicación.
Pero,
además, consagró su vida al altruismo y a la generosidad humana,
logrando hazañas supremas en el ámbito del espíritu como escribir
España, aparta de mí este cáliz, en donde el alma humana llega a tocar
esencias antes jamás exploradas.
2. Compartiendo
ilusiones
El
emblema de César Vallejo es importante para la juventud, porque nada
engrandece tanto a los jóvenes como el tener ejemplos, modelos y
referentes valiosos en la vida tangible.
Y,
sobre todo, mantener indoblegable y constante una actitud afirmativa
desde todo punto de vista, como es aquella que alienta César Vallejo y
del cual se nutre el movimiento cultural Capulí, Vallejo y su Tierra,
que él lo inspira, anima y forja.
Llegar
así hasta Santiago de Chuco cruzando la cadena de los andes
occidentales, evocando a César Vallejo y compartiendo ilusiones con un
grupo de personas ligadas al arte y al magisterio tanto de nuestro país
como de otros países hermanos, constituye una experiencia conmovedora,
sorprendente e inolvidable que bien podemos llamarla el Florecer de
Mayo.
Porque
Capulí, Vallejo y su tierra tiene la virtud de incursionar en los andes
haciendo una inmersión en nuestro mapa geográfico al mismo tiempo que
anímico, justamente en el mes de las flores como es mayo, tan
maravilloso y lleno de esplendor en nuestra serranía.
3. Solidaridad
humana
Es
un viaje que tiene una belleza profunda, mágica y vibrante, que si se
lo mira y siente bien es una ascensión mística, onírica y a la vez un
canto épico.
Es
ingresar a un recinto venerable. Es bajar o subir, entrar o salir,
introducirse o emerger a la raíz de lo que verdaderamente somos.
Es
aspirar a lo que debemos ser, con intensidad y altura genuinas; con
todo aquello que tenemos de utopía que es lo que distingue y sublima al
hombre.
Ascendemos a los andes a ser y encarnar a César Vallejo en nuestro ser individual y social.
De ese modo buscamos hacernos legionarios de un tiempo nuevo.
Buscamos de ese modo portar el estandarte que César Vallejo erigiera con valor sobrehumano.
De
allí que, entendiendo su mensaje, avizoremos en cada paso que damos la
construcción del mundo que él soñó y anheló. Mundo de justicia, de
hermandad, de solidaridad humanas inquebrantables.
4. El florecer
de mayo
Capulí,
Vallejo y su Tierra es un certamen que se convoca cada año para
conmemorar la vida y obra de César Vallejo. Pero, a la vez, de todo
aquello que es entrañablemente nuestro. Y de todo lo que fructifica en
el bien, la verdad y la belleza.
Pone
a flor nuestros valores más fidedignos, inspirados en nuestra gloriosa
historia y civilización. Y en nuestros apus que nos alumbran, protegen y
cobijan.
Por
eso se realiza en mayo, mes que simboliza una relación pródiga con los
frutos de la tierra y con las relaciones de armonía entre los seres que
pueblan el universo, así como relaciones cordiales entre los hombres.
Por
eso, otra vez, esperaremos la salida del sol en los caminos, en las
cumbres y colinas. Y otra vez entonaremos canciones de amor a los cuatro
vientos.
Y
recogeremos flores del campo. Y adoraremos las espigas tiernas con sus
frutos, que portaremos en los brazos y en el alma para que nazcan y
crezcan en el fondo de nuestros corazones, como es la costumbre del
florecer de mayo entre quienes somos andinos.
5. Un mensaje
de hermandad
Las
conferencias y recitales, las disertaciones y debates, las
presentaciones de libros y revistas, las ponencias y comunicaciones las
hacemos en el proscenio que se levanta en plena Plaza de Armas.
Abiertos
siempre a la naturaleza y a la perspectiva del cambio social que
nuestro pueblo construye, requiere y anhela que se instaure lo más
pronto en nuestras sociedades.
Las ideas, emociones y empeños que se digan serán no solo para las personas que están presentes sino también para los ausentes.
Para
las que se encuentran expresamente aquí sentadas, de a pie o como
transeúntes que están de paso, como también se proyectan a las colinas y
bajíos de los contornos y lejanías.
A través de ellas cultivemos en la conciencia y en el alma de niños y jóvenes una emoción vivaz respecto a su proeza vital.
Y a su anhelo por forjar los ideales pendientes de cumplir aquí y ahora, para el hombre y la vida en general.
6. Cita
de honor
Son
propuestas que se confrontan con los cerros, los ríos aledaños y el
cielo que nos alumbra, y se echan al viento. Asunto que para nosotros
tiene una gran importancia y significado.
Se
habla para los asistentes al certamen, como también para quienes ha
sido inesperada nuestra llegada. Y para aquellos que no pudieron venir.
Nos
importa mucho atender a quienes han tenido la iniciativa de asistir,
como a los viandantes de la calle o las personas apostadas en las
veredas.
Y a quienes es nuestro compromiso llegar con un mensaje de hermandad y de esperanza.
Que
en el desfile de recibimiento que nos brinda el pueblo de Santiago de
Chuco reluzcan nuevamente las banderas de los países y los pueblos que
se hacen presentes.
Y
en esta cita que es de honor con nosotros mismos, con el pueblo
fervoroso y con la vida; y que debe ser una cita de honor con nuestros
más caros ideales.
7. Solo
triunfar
Y
así como la bandera de tu país que luzca la bandera de tu universidad,
de tu asociación cultural, de la fe adorable bajo la cual luchas en esta
vida. Si no, ¿cuándo vamos a dejar de ser anodinos?
Es
hora de forjar, a partir de piedras de cimiento como es la vida y obra
de César Vallejo, aquella relación armoniosa y cabal que anhelamos que
se produzca entre todos los hombres y los pueblos gestando actitudes de
compañerismo y hermandad.
Esta
es una siembra, convocados por César Vallejo, para hacer que los
valores que él asume y encarna se hagan cada día más vigentes en
nuestras sociedades.
¿Por
qué hacemos Capulí? Por unas ganas inmensas de construir un país
distinto, pero desde la cultura, desde la educación y el arte. Pero sin
impaciencia, con ilusión, con ternura, con inmensa adhesión. Vamos a
ganar esta batalla.
Han
sido tantas las derrotas, que no nos queda ahora sino aspirar a una
sola y definitiva victoria, y a nuestro a eternamente pueblo triunfar.
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CONVOCATORIA