El chihualo andino trasladado a Lima
CARNAVALES DE MI TIERRA
Escribe Elmer Neyra Valverde
Escribe Elmer Neyra Valverde
Su ámbito es panancashino. Su fecha es movible pudiendo ser en febrero o en marzo. Tiene dos connotaciones, una de carácter campesino y otra de carácter urbano o mestizo; pero es difícil precisar una distinción tajante. Esta celebración es larga y conlleva las siguientes acciones:
* Laqchikuy. (Baño de agua, con balde o mates hondos). Consiste en que un varón le echa agua a una mujer, sobre todo ocurre en el caso de personas jóvenes o niños. En algunas ocasiones un grupo de varones con otro grupo de mujeres, durante varias horas, están que se propinan baldazos de agua.
Raras veces se presenta el caso de “shuyshuda” ( como colada de mosto de jora y/ o balanceo), que consiste en agarrar a una mujer entre varios varones y aventarla a un pozo o a una acequia lleno de agua, previo balanceo y un bañado intenso por toda la tropilla de circunstantes, que celebran como un triunfo apoteósico.
Horas después, el cielo será reino de las lluvias que cuartean las nubes y los rayos danzarán con la majestuosa gavilla de relámpagos que escriben versos zigzagueantes de luces fugaces y los truenos tocarán sus notas graves de iracunda trompeta.
* Saqmanakuy (tirarse con bellotas de papa –‘’ranpuchka’’–). En el ambiente de la sierra porfiada, callada y hospitalaria, los campos se visten con su manta morada de la simpática flor de papa. Un aroma tierno y verde de los paicos acicalan nuestros pasos por los húmedos caminos, compitiendo con los olorcillos a tierra florida de los maizales.
Como en esta época ya es posible obtener frutos de la papa- esas bolsitas como canicas crecidas y suaves-los jóvenes se aprovechan de ellas para tirar a una joven, quien en algunos casos puede responder de la misma manera. El lanzador ocasional que acierta, celebra su tiro atinado en el sombrero de lana, rebosante de flores silvestres y llenas de color y poesía bucólica de las zagalas.
* Astikuy (chicoteo). Cuando el alba da sus primeros pasos,os varones van a la casa de una chica; obviamente cuentan con la ayuda cómplice de un pariente o con el consentimiento de sus padres. Entran, a hurtadillas al dormitorio de ella : una retahíla de chicotazos restallantes de ortiga, silabean en los frágiles y tentadores cuerpos de las damitas
Pero también las mujeres pueden tomar la iniciativa para azotar a un dormilón, en el día menos pensado. O bien en un descuido de los mozalbetes una cascada de orina fresca y dorada podría resbalar por la espalda de los intrusos.
* Llukinakuy (pintarrajeo). La diversidad de colores y la alegría fugaz de esta inmisericorde celebración se hacen presentes a través de : la anilina o arcilla negra (yana mitu). Se embadurna la cara de una mujer por acción de un hombre; o al revés, el varón puede ser pintarrajeado por una o más mujeres.
La cara embadurnada con el colorante y lo grotesco del pintarrajeo invita a sonrisa, risa, hasta carcajadas. La vindictas son seguras , impensadas, quien la hace la paga.
* Jacha walluy (tumba monte o qeru mutuy). La marcha inclemente los árboles de aliso o de capuí o de rayán es la nota de esta sección. El festejado y un tanto antiecólogico cortamente, arrastra varios usos e ingredientes, música, baile de raíces varias, comida sostenida y variopinta.
Ello consiste en el cortado de un árbol, generalmente aliso, trasladado a un lugar apropiado donde se planta y se adorna con frutas, muñecas de pan bien ataviadas, botellas de licor, serpentinas, algunas ropas de vestir, y últimamente, juguetes de plástico. En la tarde, después de un apetitoso almuerzo, al compás de dos cajeros o de una orquesta típica, se inicia la ronda del tumbamonte.
Se colocan parejas de un hombre y de una mujer de cualquier edad, las que bailando van a cortar respetando un orden que impone una persona respetable. Inicia el corte la pareja que tumbó en el año anterior; en su reemplazo, por su cuenta: ha plantado y ha adornado el chihualo (árbol plantado); el varón invita a su pareja iniciar la cortada o la tala. Así van avanzando e intercalando bailes y cortes, hasta que al final cae el árbol de un inesperado o presentido hachazo.
Luego la fiesta continúa en la casa del tumbador, a quien se le traslada a su domicilio montado sobre el tronco del árbol caído. Él se encargará el próximo año de plantar el árbol, hasta pudiera ser un vigoroso sauce o molle, y de dar un agasajo con un copioso y rico almuerzo.
* Arawij. Una caricatura de la Patsamama. Es una mujer de rostro surcado y brilloso de colores chillones, sombrero lleno de rima-rima, wanchi, uritu y otras flores silvestres, con la pollera que asemeja a una minifalda. Chicote en mano preside la entrada del chihualo en la población, danzando sola en un manojo de alegría y silbidos.
Pero aun en el campo, este personaje casi mítico, típico y andino puede animar la fiesta del tumbamonte, al son de las cajas y pincullos que trizan los cerros circundantes y sus sones bordan entre las nubes..
* Turupukllay. España resurrecta y andinizada por el amigo bóvido, tan útil en las labranzas se hace presente en esta fiesta larga de carnavales, que funde dos tradiciones. Esta acción consiste en la presencia de un armatoste de toro de madera con cubierta de tela de colores llamativos, abigarrados. Pero la cabeza corresponde al cráneo de un toro sacrificado y adornado con pana y lleva bolas de cristal como ojos congelados.
El toro es arreado por un personaje, conocido como ‘’Auquin’’, supuesto vejete, quien lleva una peluca de cerdas, una máscara de madera de fisonomía andina, saco largo negro de dril y un pantalón ajustado, como si esperase unas polainas. Usando un latiguillo, que lo restalla frecuentemente, va apresurando al toro por delante de la amplia comitiva. Esta camina, cargando al árbol a plantarse en un sitio apropiado.
El toro de marras hace sus gracias tratando de cornear o escaparse del domino del Auquin. Hasta ensaya ciertas fintas y cabriolas que evocan pretensiones sensuales. Todo es posible porque los carnavales significan licencia, catarata de ilusiones, estrofa de alegrías, harta comida, el suculento y empujable puchero de ‘’coles’’; plétora de campo que se hincha con la bendición de Patsamama.
ELMER NEYRA VALVERDE
TRAJÍN DEL AUTOR
El autor es un ancashino, natural de Piscobamba,se dedica al estudio de la realidad de su región y, en especial, dela Provincia de Mariscal Luzuriaga y de su pueblo natal de Piscobamba.
Ha realizado sus estudios de Primaria, en Piscobamba, en el Centro escolar 304; su Secundaria en el CNV Fidel Olivas Escudero de Pomabamba, terminando en el CNV Hipólito Unanue. Los estudios superiores los efectuóen San Marcos, en las facultades de Educación y Ciencias; previamente realizó sus estudios básicos en la Uni.Ha estudiado maestrías, en Educación y Ciencias Matemáticas en UNMSM, la Uni, PUCP y la “Villarreal“, dejando en esta última, por la intervención del autoritarismo de los años 90.
Inicialmente, ha trabajado en las escuelas primarias de Piscobamba, Llama y Yurma. También ha laborado en Lima, en el CNV “José Granda”, sus alumnos ganaron, por dos años consecutivos, el Concurso Nacional de Matemática auspiciado por “El Comercio”. Estudiante, aún enseñó en el colegio privado “Andrés Reyes” sito en Huaral.Ha impartido clases en los colegios Guadalupe y “José Chocano”de Lima. Docente universitario enSan Marcos, Universidad Garcilaso, Ricardo Palma y San Martín de Porres.
Ha realizado sus estudios de Primaria, en Piscobamba, en el Centro escolar 304; su Secundaria en el CNV Fidel Olivas Escudero de Pomabamba, terminando en el CNV Hipólito Unanue. Los estudios superiores los efectuóen San Marcos, en las facultades de Educación y Ciencias; previamente realizó sus estudios básicos en la Uni.Ha estudiado maestrías, en Educación y Ciencias Matemáticas en UNMSM, la Uni, PUCP y la “Villarreal“, dejando en esta última, por la intervención del autoritarismo de los años 90.
Inicialmente, ha trabajado en las escuelas primarias de Piscobamba, Llama y Yurma. También ha laborado en Lima, en el CNV “José Granda”, sus alumnos ganaron, por dos años consecutivos, el Concurso Nacional de Matemática auspiciado por “El Comercio”. Estudiante, aún enseñó en el colegio privado “Andrés Reyes” sito en Huaral.Ha impartido clases en los colegios Guadalupe y “José Chocano”de Lima. Docente universitario enSan Marcos, Universidad Garcilaso, Ricardo Palma y San Martín de Porres.
Ha publicado:
- San Pablo cae y otros relatos.
- Rumishanka (poemario).
- Provincia de Mariscal de Luzuriaga et Piscobamba (monografía).
- Por el Parque Nacional Huascarán (costumbrista).
- El Libro de Oro Luzuriaguino (entre varios autores).
- Evangelio de Félix Montaña (relato).
- Palpitar en el Ande (poemas y relatos entre varios).
Huari 2009
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