MI GRAN MAESTRO
Por Julio Solórzano Murga
Fuiste el lumbral que edificó mi vida,
Fuente de corrección y sabiduría,
Tu obstinación y entrega con tus discípulos,
Lleno de perseverancia y vocación altiva,
Hicieron de tu fe, la profesión divina.
Maestro, tú que muchas veces fuiste incomprendido
Por la rudeza y el don de mando que nos impartiste,
Moldeaste cual orfebre a estos niños de barro,
Cuya mente y personalidad, según tus enseñanzas se formaron
Con responsabilidad y dedicación a tu doctrina;
Eres y serás el alma de esta juventud querida.
Maestro, fuente de luz que iluminó mi vida,
Camino de esperanza en el andar de la ignorancia,
Puente del saber entre el juego y la enseñanza,
Mano dura en tu deber, responsabilidad de Padre dentro del aula,
Amigo de tus alumnos fuera de ella, profesión sagrada que brilla
Cual estrella, en el infinito azul de la inconstancia,
Retrato vivo de la fe y la esperanza.
Maestro, recibe hoy mi pleitesía, tuyo es mi homenaje,
Por ser la persona que un día, me enseñó el secreto
Para ser un hombre de bien y triunfar en esta vida,
Maestro, que Dios eternamente te bendiga.