Danilo Sánchez Lihón
la dirección del agua
que corre
a ver su límite antes que
arda.
César Vallejo
1. El agua
no solo es agua
El
agua no solo es agua. Hay agua de pozo, de lluvia, de cántaro, que son
distintas aguas. Hay el agua de la cañada, que es torrente que baja
pujante, impetuoso y cristalino.
Hay
el agua espumosa y rumoreante de las cascadas. Y hay el agua quieta y
mansa de las albercas fantasmales que ocultan misterios indescifrables.
Cada una tiene su sabor, su color, y su propio aroma. Como también su propia resonancia y temblor.
Hay
agua de avalancha, de río que se desborda, que arrasa, destruye y
siembra pánico, muerte y dolor. Y hay agua fresca de manantial que
calma, sana y redime. Agua sosegada, transparente y casi irreal.
No
es lo mismo el agua que tú me alcanzas y que tiene la forma de tu boca,
de tus manos, y hasta incluso de tus senos maternales.
Distinta al agua que abandonado alguien recoge del caño lejano de donde regresa con el balde, cejijunto y solitario.
2. Extensa
franja
El
agua abunda en la naturaleza formando océanos, mares, lagos y ríos,
ocupando las tres cuartas partes de la superficie de nuestro planeta.
Existe como lluvia, nieve y hielo en la superficie del globo terráqueo.
Pero existe también de una manera no visible; por ejemplo, como humedad
en la atmosfera.
En
nuestro país, debido a las marcadas diferencias de su clima y suelo,
hay variaciones en la regularidad, volumen y candad de las aguas. Por
eso, es necesario alentar y construir una conciencia acerca del valor
del agua y su trascendencia.
De
que es importante ser justos y equitativos con ella. Que hay que saber
cuidarla, valorarla y hasta venerarla. Y saber cómo está conformado
nuestro país en relación a este recurso básico.
Así,
de que contamos con una extensa franja marítima que recorre nuestro
litoral de sur a norte y cuyo ancho es de 200 millas. Y que tres son
nuestros sistemas fluviales fácilmente reconocibles: el del Océano
Pacífico, del Océano Atlántico y del lago Titicaca:
3. Distintas
vertientes
La
vertiente del Pacifico está formada por ríos que nacen en la cordillera
andina, cuyo volumen anual de aguas se utiliza con fines agrícolas,
aunque no resulta suficiente por la irregularidad de los caudales, pues
es abundante durante el verano y escaso el resto del año.
También,
potabilizada, se emplea para abastecer el consumo humano y para generar
energía eléctrica, como es el caso de las centrales hidroeléctricas de
Huinco que mediante un túnel trasandino de diez kilómetros de longitud
transporta de forma subterránea las aguas de la laguna de Marcapomacocha
situada en Junín,
O
la Hidroeléctrica del Mantaro que su estructura incluye a tres
departamentos de nuestro país, cuáles son: Junín, Ayacucho y
Huancavelica. O la del Cañón del Pato, del río Santa en el departamento
de Ancash.
Abarcando
otro ámbito e inmensa región, los ríos que vierten sus aguas en el
Océano Atlántico son caudalosos y sus aguas son empleadas en el
abastecimiento de sus poblaciones para el riego de tierras, como vía de
navegación y también con fines industriales tanto en la minería como en
la generación de energía eléctrica en la sierra y ceja de montaña.
4. Represas
y reservorios
La vertiente del Titicaca está formada por ríos que nacen entre los 4,000 y 6,000 metros de altitud sobre el nivel del mar.
El
volumen de sus aguas es alimentado por las lluvias estacionales,
originándose un caudal torrentoso entre diciembre y abril. Casi la
totalidad de estas aguas se utiliza en la agricultura.
Pero necesitamos más agua, los pueblos van a morir porque no tienen agua. El agua es nuestro mineral más precioso.
Esas
sí son vetas de oro puro, agua pura para regar nuestros campos, savias
nutricias para hacer que los andenes se reconstruyan, y hasta para que
las piedras florezcan.
A
fin de almacenar el agua, que de lo contrario se perdería en el mar,
aún más en época de lluvias, se realizan grandes obras de ingeniería,
como son las represas y reservorios que almacenan el agua.
Son algunas represas principales en el Perú, las siguientes:
5. Multiplicada
esperanza
– Represa Cerro de Águila, en el río Mantaro, Huancavelica.
– Represa de Poechos, en el río Chira, en Piura.
– Represa Gallito Ciego, en el río Jequetepeque, en Cajamarca.
– Represa San Lorenzo, en el río Quiroz, en Piura.
– Represa de Condoroma, en el río Colca, en Arequipa.
– Represa El Fraile, en el río Blanco, en Arequipa.
– Represa Aguada Blanca, en el río Chili, en Arequipa.
– Represa El Pañe, en el río Negrillo, en Arequipa.
– Embalse Pillones, en el río Pillones y Sumbay, en Arequipa.
– Represa de Angostura, sobre el río Apurímac, en Arequipa.
– Represa Tinajones, en el río Chancay, Chotano y Conchano, en Lambayeque.
– Represa Limón, en el río Huancabamba, en Cajamarca.
– Represa Palo Redondo, en el río Santa, en la Libertad.
– Represa Gera, en el río Gera, en San Martín.
– Represa Huinco, en el río Santa Eulalia, en Lima.
– Represa Lagunillas, en el río Ramis, en Puno.
– Represa Choclococha, en el río Pampas, en Huancavelica.
6. Vida
sana
Ellas
permiten una mejor y mayor utilización de este recurso en los terrenos
agrícolas y una adecuada satisfacción de la demanda de agua, sea como
agua potable o para hacer funcionar las turbinas que generan energía
eléctrica, de las cuales se proveen las grandes ciudades.
Sin
embargo, siendo estas represas fundamentales, debiéramos almacenar más
agua en épocas lluviosas como la actual, en que los ríos cargan de
caudal y hasta inundan nuestros lugares poblados.
Con
una política de construir más reservorios pequeños y guardar agua, y
hasta sembrarla haciéndola que penetre a la napa freática para tener
agua en puquiales y humedales en los períodos del año en que el agua
escasea.
Es importante desarrollar una cultura y una conciencia de la importancia del agua para una vida sana y de calidad para nuestros pueblos.
7. Ni debajo
ni al pie
En
la cultura andina se supo apreciar el agua como un recurso de vital
importancia, y fundamental en la vida de los seres humanos, animales y
plantas. Se la reverenció y su salubridad y cuidado era política de
estado en el imperio del Tahuantinsuyo.
Y
aún hoy se celebran fiestas y ritos de adoración dedicados a honrar la
presencia de este bien en nuestras vidas. Y la comunidad en pleno se
organiza y viste de gala para asistirla y cuidarla.
Y,
para terminar tal como empezamos, señalando distintos tipos de agua,
también considerar que hay el agua del bautismo y la ablución, que unge y
exorciza, que salva y tiende un arco entre este y otros mundos.
Es agua que no corre debajo ni al pie, sino que se alza haciendo un puente que une esta y otras vidas.
Es
el agua que eleva nuestras vidas hacia una dimensión eterna e infinita.
Y que nos redime de nuestra condición mortal, y la sublima en una
dimensión trascendental.
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