Danilo Sánchez Lihón
1. Y
soñar
En
el Día del Docente Universitario quisiera dedicar algunas reflexiones a
una docencia poco reconocida y sin embargo muy sacrificada, que hay que
alentarla cada vez más porque cumple una labor que se proyecta hacia
aquellos que por una u otra razón no pueden asistir a clases, y porque
hay diversas maneras de enseñar que no solo se hace en las aulas, sino
escribiendo y editando.
Cumplir
con esta labor es abrigar la misma actitud con que se desarrolla una y
otra lección ante un auditorio, es crear aulas abiertas, cátedras
permanentes y como tal una dimensión acrisolada del magisterio
universitario que es importante impulsar y valorar.
En
tal sentido hay que celebrar a aquel docente universitario que agrega a
su labor diaria en las aulas, el de editar libros de manera pertinaz,
constante y consumada. A los caballeros andantes en el ámbito del
conocimiento, de la preocupación por sembrar y echar luz aquí y allá. Y
soñar.
Paradigmas,
quienes siempre están haciendo una nueva revista, o un nuevo libro de
manera callada, paciente y poniendo una fruición especial en la nueva
obra que está realizando. ¿Acaso porque con ello se gana dinero? No. Más
bien se lo pierde, siendo la motivación aquella que se centra en el
ámbito más legítimo del espíritu.
2. Cuaderno
de bitácora
Al
respecto, se encuentra en circulación un libro útil y valioso, cuaderno
de bitácora y lámpara votiva que alumbra en el difícil arte de aprender
a aprender y de acertar pensando con pertinencia y tino: teniendo
razonamientos cabales sobre todo en la ardua tarea de saber investigar y
formularse buenas y raigales preguntas sobre los diversos aspectos y
acontecimientos de la realidad, todo ello a fin de resolver problemas y
forjarse un destino promisorio.
Su
título es «Filosofía del estudiante universitario» y al cual lo
distingue y precisa aún más el subtítulo que trae, cual es: «Aprendiendo
a aprender en la Universidad», obra cuyo autor es el profesor Eudoro
Terrones Negrete, connotado gestor educativo, de larga y fructífera
experiencia docente y nutrida producción intelectual.
Libro
hermoso, claro, amigable éste. Vivaz, pletórico, didáctico, que basta
cogerlo en las manos para sentirlo fuerte y vibrante, preciso y
contundente, salido de la pluma de un profesional consagrado, quien ha
dedicado especialmente su desvelo a la educación, y más específicamente a
la educación superior.
3. Sus páginas son
aulas generosas
Libro
didáctico, como un manual de enseñanza. Expositivo y cuyos diversos
pasajes sirven para ordenar nuestra mente, a fin de tener ideas claras y
lúcidas.
Para
ello se ha cuidado que en sus secuencias sea un libro bien ordenado, y
con una escrupulosa jerarquización de ideas, proposiciones y ceñidas
clasificaciones.
Con
enunciados breves, a modo de indicadores, evitando una redacción
farragosa, ni siquiera pretendiendo alcanzar brillantez en el estilo ni
impresionar al lector con ideas impactantes en lo literario o
filosófico.
De orientaciones más bien precisas y escuetas. Escrito en base a enunciados directos y dando en todo momento pautas de vida.
Y
cuyas páginas se abren como aulas generosas a los jóvenes para en ellas
recrearse, alcanzar inspiración y, ojalá, su destino verdadero.
Es
un libro para ser usado por el estudiante, dirigido al joven
universitario a fin de guiarle, evitándole la confusión que tanto aqueja
a la juventud actual.
4. Obra
básica
Libro
que se erige en indispensables y vitales para los jóvenes, como el que
cito: «Filosofía del estudiante universitario. Aprendiendo a aprender en
la Universidad», porque trata el tema de la filosofía, precisa para su
formación
Y,
¿por qué es importante la filosofía? Se preguntará alguien. Y refutará:
¿No es más bien un lujo y un adorno esta dedicación? Y se le
responderá, que no. Que es importante porque ella nos provee de un
pensamiento totalizador, vinculante y de síntesis. Mientras las otras
disciplinas separan, la filosofía compone y hace un mundo integrado y de
esencias proveyéndonos de unidad para la vida.
Importante
también para la práctica algo que se considera teórico, en una época en
la cual las ciencias en conjunto y cada disciplina en particular, han
fragmentado y siguen fragmentando la realidad.
La
filosofía entonces es fundamental para la persona humana y para el
conjunto social; a fin de unir dichas parcelas y aquellos islotes
dispersos en el mar de la incertidumbre.
5. Enseñando
a pensar
Enseñar
a aprender y a pensar, a orientarse por el campo del pensamiento y del
razonamiento de la mente humana, resulta entonces tarea trascendental y
fascinante, así como conocer no sólo los procesos del pensamiento sino
las facetas que componen la mente humana.
Y,
¡qué importante es aprender a aprender!, dinámica que la juventud
requiere dominar en este momento. Necesita ser guiada y orientada y
tener en este aspecto la mano amiga del padre, maestro o profesor. O, en
este caso, el auxilio de un libro.
Porque
también de ese espíritu han de imbuirse las obras que se publiquen,
esto es: servir, ser útiles; sernos de provecho, ayudarnos a mejorar,
con su lectura y asimilación, nuestro intelecto. Ilustrarnos acerca de
algo fundamental, cuál es cómo tener ideas claras, lúcidas, cabales para
la solución de los problemas que se nos presentan, porque generalmente
no se enseña a pensar ni a aprender.
Y
saber pensar y saber aprender es algo muy importante. Como nos lo
enseña el libro que motiva este comentario: de caminos antes que de
posadas. Manual, breviario, guía práctica. Útil. Un instrumento, pero a
la vez un pensamiento, o múltiples, variados e inagotables pensamientos.
6. Para mirarse
asimismo, pensando
Podemos
comparar un libro a un arma de combate o a un instrumento de labranza; a
una pica, a una pala o a un arado que rotura la tierra para que en ella
la semilla caiga y germine; pero a la vez con un horizonte que contiene
una visión, un temperamento y, principalmente, una moral.
En
la obra que nos ocupa esta se torna apasionante en varios momentos, por
ejemplo, cuando reconoce el rol de la filosofía para integrar,
sintetizar y tener pensamientos totalizadores. Y también cuando se ocupa
de la educación y sus posibilidades en una realidad en donde el imperio
omnímodo de las tecnologías pareciera en estos momentos avasallar al
hombre y al mundo. Libros cuyas páginas se abren como aulas generosas a
los jóvenes para en ellas recrearse, alcanzar inspiración y, ojalá, su
destino verdadero.
Su
autor es de los pocos que han dedicado atención a los temas de la
educación superior, y no para quejarse o echar en cara algunas
deficiencias, o para reprochar a las autoridades, o a las generaciones
anteriores, de que lo que hicieron lo hicieron mal, actitud en la cual
incurrimos y que ya hemos hecho de ella un deporte: lo malos que fueron
otros.
O
se reprocha siempre al gobierno, que en el fondo es reprochar a un
ente. Y que a la larga siembra desaliento entre nosotros mismos.
7. Una cuota
más
Porque
el libro en general y en sí es un aula abierta, un magisterio
permanente, dispuesto a que podamos entrar en él y revisarlo todo y en
cualquier momento.
Porque
es a través de los libros que alcanzan a proyectarse las clases que se
imparten en el salón o en el aula. Como también en donde se configuran
los sueños que se albergan y atesoran en lo más íntimo de nuestro
espíritu.
Al
proyectar nuestras preocupaciones y desvelos a través de los libros
hacia un radio de acción más amplio, en el espacio y en el tiempo,
mejoramos la educación en general. Y de ese modo se coadyuva a la mejor
realización del destino del hombre sobre la faz de la tierra.
Actitudes
así tienen inmensa actualidad y hacen de un profesor universitario un
hombre de nuestro tiempo, que se instalan en una corriente permanente de
preocupaciones que nunca dejarán de ser vigentes.
Maestros
así son aquellos que ponen una cuota más de generosidad que se aúna a
la obra de Dios contribuyendo en la construcción de un hombre y de una
sociedad mejor.
*****
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
*****
Teléfonos Capulí:
393-5196 / 99773-9575
capulivallejoysutierra@gmail.com
Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.