Y VIVE
EN JAIME
GUADALUPE
Danilo Sánchez Lihón
1. Eco
inusitado
Para Jaime Guadalupe Bobadilla vive Manuel Scorza y
está presente para corregir los males de este mundo:
Manuel Scorza es un referente imprescindible, una
colosal fortaleza que debemos valorar y defender, porque con su literatura
llena de humanismo ejemplar y estética superior, tanto en poesía como en
narrativa, no solo ha denunciado a este sistema de la manera más argumentada e
irrebatible; sino que también ha ofrecido alternativas en el plano cultural y
en el ámbito espiritual, como es su obra de promotor cultural y de editor audaz
y exitoso internacionalmente. Es algo que debemos nuevamente evaluar y repotenciar
para hacerlo hoy una realidad aún más masiva y eficaz.
Y acorde con ello, agrega:
En mi labor de decidido defensor y promotor scorziano,
he logrado grandes triunfos, como el haber hecho presente a Manuel Scorza,
malgrado la crítica sectaria y adversa, venciendo el infame complot del
silencio contra él, su obra y su legado, el hacer, digo, que él esté presente
siempre entre y con nosotros,
mediante homenajes celebratorios y
conmemorativos que han tenido resonancia nacional e internacional.
2. Deferencia
y amistad
Entre otros certámenes inaugurales recuerda el que
organizáramos juntos, en noviembre de 1998, cuando me desempeñaba como Director
del Centro Cultural José Antonio Encinas de
Derrama Magisterial, reivindicando a Manuel Scorza después de 15 años de
ostracismo, acto que tuvo un eco inusitado en la prensa nacional.
Evoca también el que realizó, con singular éxito, en
el Hemiciclo Raúl Porras Barrenechea del Congreso de la República, en noviembre
de 2001, con el apoyo del entonces Congresista Javier Diez Canseco
Cisneros.
En estos dos homenajes estuvieron presentes, junto al público que abarrotó los
recintos, personalidades de la
literatura, el arte, la cultura y la política del Perú, entre quienes Jaime
tiene presente, con sentida gratitud, al Maestro Juan José Vega Bello, amigo de
Manuel Scorza, expresándose así:
¡Qué pérdida irreparable fue para nuestro pueblo y
nuestro país su partida! Y en particular para mí, porque yo llegué a tenerlo
como verdadero hermano mayor, y él me brindó sus fraternas, inolvidables
deferencia y amistad.
3. ¡El fuego
que jamás se apaga!
Asimismo, el
acto conmemorativo de noviembre de 2003, en la Escuela Nacional Superior de
Folclor José María Arguedas, donde estuvimos presentes junto al Embajador
Edgardo De Habich Rospigliosi, al Doctor
Genaro Ledesma Izquieta (amigos de Manuel Scorza), y a Emilio Morillo
Miranda, entonces Director de esta institución.
Y también el que realizó, en noviembre de 2010, en la
Casa Museo del Amauta José Carlos Mariátegui, donde participaron Héctor Béjar
Rivera y Raúl Wiener Fresco.
Jaime expresa que no hay año en que no organice
homenajes y conmemoraciones dedicadas a Manuel Scorza. Tanto por su natalicio,
9 de setiembre, como por su partida, 27 de noviembre.
Y que al conmemorar su deceso él anhela demostrar que
Manuel Scorza es como la patria en uno de sus flamígeros poemas:
¡la libertad que nunca termina!, ¡el fuego que jamás se apaga!
4. En toda clase
de escenarios
Aún más. Jaime tiene el mérito de haber publicado,
gracias a su empeño y a la ayuda del
profesor sanmarquino Gabino Herrera Centeno, ya fallecido, y naturalmente
haberlo hecho circular en todo el país, un significativo libro hecho
expresamente para difundir la obra scorziana.
Se trata de Manuel Scorza - Relámpago Perpetuo, en
cuya primera parte figura su Antología
Poética, y la segunda está formada por su Testimonio de Vida, libro que cuenta con Prólogo de Winston Orrillo Ledesma, y que vio la luz con la
autorización de sus tres hijos: Ana María, Manuel y Cecilia.
Como está dicho, Jaime es continuamente invitado a
declamar a Scorza. Y lo hace en diversos actos y en toda clase de escenarios:
en auditorios de locales sindicales y políticos, en aulas y patios de
instituciones educativas, en aulas y auditorios de nuestras universidades.
5. No pude contener
mis lágrimas
Lo hace en manifestaciones que se llevan a cabo en
plazas públicas, en instantes previos a las movilizaciones, en las marchas de
sacrificio de los trabajadores…
Pero mi primer encuentro con él fue a través de su
narrativa, y después con su poesía, que
por una feliz casualidad descubrí en una página del diario El Comercio, donde
estaba trascrito el poema de Scorza titulado Serenata, con motivo de la
presentación de una antología de poesía amorosa. Entonces fui inmediatamente al
mercado permanente de libros en el jirón Quilca, y allí pude tener, por primera
vez y en mis manos su Obra Poética.
Con infinita emoción y fervor ilimitado, leí
Canto a los mineros de
Bolivia, Epístola a los poetas que vendrán, Patria pobre, Cantando espero
la mañana, América, vuelve a tu casa; y
releí Serenata… Y mi lectura fue, como digo,
tan emocionada y fervorosa, que en todo ese tiempo no pude contener mis
lágrimas; aún más: estaba feliz por llorar ante tanta maravilla, sintiéndola
mía para siempre…
6. No se cansa
ni cansará
Y al juramento de ser perenne difusor de su obra
narrativa, que ya estaba cumpliendo honrosamente y con varios logros, agregué la
solemne promesa, el juramento de sangre –por decirlo así– de que no descansaría
por hacer cada vez más conocida y significante esa poesía; que, apoyándome
en mi
oratoria surgida en la época de dirigente estudiantil sanmarquino,
consagraría mi vida a la declamación de la poética de Manuel Scorza. Incluso en
ese momento único e inolvidable ya me sentía así: ¡declamándola!, lo que cumplo
hasta hoy y seguiré haciéndolo.
Jaime expresa, con ruidosa alegría, que ha leído tanto
a Scorza y que no se cansa ni cansará de hacerlo, que como producto de ello ha
incorporado muchas expresiones de él a su lenguaje diario, tanto que le resulta
habitual hacerlo.
Y esto lo incrementa siempre. Porque así su lenguaje
se torna más expresivo y elevado. Y que si procediéramos de tal modo no sólo
con la literatura de Scorza sino con las obras de nuestros mayores y mejores
autores, entonces nuestra habla, tanto la espontánea como la elaborada,
mejoraría.
7. Enarbolar
banderas
Se duele, asimismo, de la cada vez más pobre capacidad
de expresión de nuestra población, no sólo escrita sino también verbal. Como él
dice:
Teniendo abundancia, padecemos por escasez.
Y agrega:
Pero mi mayor añoranza de Manuel Scorza es lo que
él hubiera representado hoy, en que
sufrimos por la falta de liderazgos políticos, tan legítimos como permanentes,
para acometer las inmensas tareas, el colosal desafío que tenemos para hacer
realidad la propuesta mariateguista de peruanizar al Perú –construir un Perú
nuevo en un mundo nuevo–, y el postulado arguediano de forjar un Perú de todas
las sangres.
Por todo eso, mi homenaje a Jaime Guadalupe Bobadilla
quien vive con el corazón en la mano, es capaz de apasionarse, de enarbolar
banderas y luchar decidida y denodadamente.
8. Hombres
de fe
Y como decíamos antes, cuando fue recogido el cuerpo
regado de Manuel Scorza en las colinas de Mejorada del Campo, y solo pudieron
identificarlo porque estaba abrazado a su obra inédita:
El descubrimiento, que como un hecho sorprendente
siendo de papel no había ardido, él ya se había encarnado, con el hálito de su
espíritu, en Jaime Guadalupe Bobadilla.
Pero si bien todo esto es cierto, el destino de la
persona es pequeño o grande por la libertad que tiene para elegir entre una y
otra opción, entre uno y otro camino.
Y entonces, además de un carisma, hay en todo esto una
elección consciente, que hace que Jaime sepa que ha elegido aquello que lo hace
estupendo, sobresaliente y un luminoso ejemplo.
En la persona de él mi gratitud a todos los hombres
que tienen fe, saben querer y aspiran a un mundo mejor para todos los hombres
en la faz de la tierra.
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