Danilo Sánchez Lihón
Al
visitar la ciudad de Trujillo, en marzo del presente año, 1996, he
tenido la suerte de realizar esta entrevista al pintor santiaguino. La
conversación se lleva a cabo gracias a Hermes Torres, amigo y paisano
quien tuvo la gentileza de hacer posible el encuentro.
Eladio
Ruiz Cerna goza de gran reconocimiento por su obra pictórica; es
invitado a exponer constantemente en galerías de arte importantes de
Europa, principalmente en Alemania en donde sus trabajos cada día se
reputan y valoran más y más.
Le
agradecemos por eso sus palabras, las mismas que las trasmitimos a
continuación. (Texto publicado en el N° 8 de “Santiago de Chuco Revista
Anual de Cultura”, Ciudad Vallejo, 1996).
D.S.L. Profesor, la pintura peruana actual, ¿cree que expresa auténticamente nuestra realidad?
E.R.C.
Si, efectivamente. Es rica, a pesar de las diferentes líneas y de los
lugares donde radica el artista. Es muy interesante y expresa aquel
venero inagotable que tiene el país en este campo. Hay cosas sumamente
valiosas, hay una variedad infinita de estilos, de maneras de
expresarse.
D.S.L Habiendo gran diversidad, corno Ud. señala, ¿ubica a su pintura dentro de determinada escuela o corriente?
E.R.C.
No, yo no ubico mi pintura dentro de ninguna escuela o corriente. Más
bien lo ubican a uno. Las personas, de acuerdo a los intereses de cada
cual, lo catalogan, lo bautizan a uno. Eso depende pues de la gente, de
cómo aprecian, y de cómo ven las cosas.
D.S.L. Pero, ¿cuáles son los principios que a usted le animan a pintar?
E.R.C.
Bueno, en cuanto a mi manera de ver a mí me interesa interpretar el
mundo real en que vivimos. Pintar de acuerdo a las vivencias que uno
tiene, que son muy ricas, muy interesantes y de acuerdo a ello uno se
expresa.
D.S.L.
Ahora bien, dentro de este fundamento muy general: ¿Qué es lo más
importante en la pintura para usted? ¿Los personajes, la historia, el
temperamento, el color?
E.R.C.
Lo importante diremos así, es hacer pintura, es expresarse
plásticamente. A veces uno sobrepasa la intención que ha tenido. Porque
no se hace pintura a partir del conocimiento o de la racionalidad sino
de la expresión, de la sensibilidad y la intuición que sí verdaderamente
entran en juego. Ya el conocimiento es una herramienta que le sirve a
uno de auxiliar, un elemento de apoyo para expresarse.
D.S.L Son los recursos que vienen después, para depurar un contenido mucho más orgánico.
E.R.C.
Claro. Ahora dentro de ese aspecto, yo me expreso diríamos en un estilo
figurativo. No estoy muy de acuerdo con la pintura abstracta, que es
una manera de expresarse en Europa, que allí a cobrado vigor, mucha
fuerza últimamente pero que está bien para los europeos. Nosotros
tenemos muchas otras vetas, muchas otras fuentes que nos sirven de base y
de apoyo. A mi manera de ver la pintura figurativa expresa mejor a la
tierra. Como he vivido en Santiago de Chuco mucho tiempo, la mayoría de
elementos que hasta la fecha he podido lograr han sido referidos a la
tierra.
D.S.L. ¿Qué aspecto del alma humana es el que más le interesa revelar o reflejar en su pintura?
E.R.C.
En cuanto al alma humana a mí me interesa el alma de nuestra gente;
pura e ingenua, dándole preferencia a ese aspecto de la vida.
D.S.L.
Es un tema original y hermoso la inocencia, el candor, la paz. Que es
distinto en relación, por ejemplo, a los muralistas mejicanos que
expresaban el sentimiento de lucha, de rebelión, de indignación.
E.R.C.
Esa es una posición interesante, pero está de acuerdo al medio y a la
psicología del mejicano que ha vivido una experiencia negativa de
agresión norteamericana y con los conflictos derivados de la revolución
de 1910. Es su carácter. De allí que tuvieron un Diego Rivera, un David
Siqueiros, un José Orozco y un Rufino Tamayo. Nosotros vivimos un mundo
diferente, son otros menesteres, otro quehacer el que nos embarga.
D.S.L.
Es cierto que en sus cuadros se revela una gran quietud, sencillez y
candor, sobre todo vinculado al hombre indígena, al hombre de campo.
Pero con gran profundidad al mismo tiempo.
E.R.C.
Bueno, esos son aspectos que el público debe apreciar porque la pintura
es un medio de expresión y el contemplador es el que estando frente al
cuadro capta directamente una emoción; porque si voy a narrar entro en
el campo literario que es otro lenguaje, diferente al que estoy
expresando a través del lienzo y del color.
D.S.L. Pero, ¿usted es consciente que utiliza algunos símbolos para expresar los contenidos que quisiera plasmar?
E.R.C.
El elemento de que se vale uno es una simplificación de la experiencia
que ha tenido en la búsqueda de los elementos de expresión. Yo expreso
en términos sencillos el alma de nuestra gente.
D.S.L.
Pero, ¿usted ha utilizado algo como un elemento recurrente en donde
podamos encontrar una clave de su pintura? Es decir: un árbol, una
mujer, una montaña que representen una entelequia.
E.R.C.
Prácticamente es una estilización de la que se vale uno, porque la
pintura no es una copia directa de la naturaleza, es una interpretación
de ella a través de algunos elementos que directamente uno estiliza. A
mí me interesa interpretar el alma del nativo dentro de su pureza
absoluta. Ahora, no se sabe si he acertado o no. Eso ya lo dirá el
público a través de la contemplación de la obra.
D.S.L.
¿Conciliaría con la apreciación de que fundamentalmente en su pintura
predomina el eterno femenino? ¿Qué hay una especie de impronta maternal
en su pintura? Quizá coincida esto con su referente principal que es la
tierra, que originariamente es matriz y es madre de todo.
E.R.C. Eso depende mucho de la temática que uno elige en determinado momento.
D.S.L.
Siendo el color lo que se ofrece al contemplar de primera intención un
cuadro, ¿cuál de ellos cree usted que es el que más y mejor lo
representa?
E.R.C.
Bueno yo busco el color nuestro, de nuestra tierra. No es su elección
producto de una especulación consciente mía, sino es natural el que se
impone que es el color del ande, de los lugares que uno ha visitado y
que conoce bien.
D.S.L
En algunos cuadros suyos he notado siempre un amarillo y un rojo
impresionantes ¿compartiría la opinión de que esos colores son
especialmente expresivos en su pintura?
E.R.C.
Debe ser, en vista de que son dos colores que usa mucho el campesino,
el elemento santiaguino, como también la gente del Cusco. Casi se
confunden tos colores de Santiago de Chuco con los del Cusco.
D.S.L.
Hay pintores en la otra orilla, que más bien siguen, diría, una línea
imaginista o imaginaria. Que fabulan, que hacen fantasía, que sobreponen
a la experiencia real un universo categóricamente distinto al natural y
cotidiano. ¿Qué le parecen?
E.R.C.
EI asunto es que en la pintura hay que orillar plásticamente. Pero hay
otros que dramatizan el asunto, y el resultado es muy teatral, revelando
otra cosa. Deja de ser pintura y entra al campo literario, qué es otra
manera de expresarse, pero para eso está la narrativa o la poesía. La
pintura tiene sus elementos con los que procura expresar el mundo y la
vida.
D.S.L.
Pero la pintura ¿no tiene vinculación con la música, la danza, el
movimiento, la poesía? O bien, ¿con otras manifestaciones del arte entre
las cuales está la literatura?
E.R.C.
EI arte de pintar, por ejemplo, se vincula a la música. Ahora, nosotros
tenemos una variedad infinita de contenidos y temas nuestros. En la
pintura nuestra también hay música, poesía y danza.
D.S.L. ¿Qué comentario es el que más le ha impresionado de un observador, de un contemplador de pintura acerca de su obra?
E.R.C.
Eso es lo que menos me ha interesado, Yo pinto únicamente. Creo que lo
que expongo es el resultado de un esfuerzo, de lo que he podido hacer.
Ahora, el público, la especulación de la gente que está vinculada a este
quehacer, poco lo conozco. Pero por lo general uno se da cuenta, en el
momento que expone, o cuando uno inaugura una exposición, uno se da
cuenta si ha gustado o no. Y ésa es la mejor compensación que se puede
tener. En eso radica el secreto: cuando la gente se impresiona, cuando
la gente se impacta.
D.S.L.
Permítame que le diga profesor que lo que impacta a la primera vista de
su pintura, es la maestría en el ejercicio de su arte. El contemplador,
sea iniciado o ingenuo, lo primero que tiene que reconocer al ver sus
cuadros es que se trata de un maestro el que está exponiendo.
E.R.C.
Tal vez en eso radique la compensación. Ahora, en cuanto a las
interpretaciones y a los gustos, cuando la crítica y el comentario son
sanos uno, los acepta. Cuando es interesado y malsano, no se le hace
caso.
D.S.L.
Ahora bien, ¿cómo quisiera que se le reconozca, que se aprecie su obra?
¿Cuál es su anhelo mayor en relación a su pintura?
E.R.C.
Esa es la parte más difícil. Pero en ese campo no he pensado ni tengo
ninguna ambición, porque uno procura expresarse del mejor modo, con
seriedad y ya la posteridad dirá si vale o no la obra que se hizo.
Porque hay muchas cosas que albergan los museos; después de cada tiempo
algunas se conservan y muchas van al depósito de trastos. Lo importante
es cada vez que uno realiza una exposición, dejar que la obra se
defienda sola. Porque se entiende que el contemplador va con un sentido
crítico, a valorar.
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