Danilo Sánchez Lihón
Hemos despertado al pozo
y el pozo canta.
Saint Exupery
1. La totalidad
de sus tierras
Pablo
Manuel de Porturas y Corral, nació en su propia hacienda de Angasmarca,
el 30 de marzo de 1808. Es un joven alto, animoso y franco; con un gran
cariño
e identificación con su pueblo. Es dueño, junto con su hermano José
Luis de Porturas y Corral, de la hacienda Angasmarca.
En
este tiempo, es el feudo más grande del norte del Perú, abarcando
completamente Cachicadán, Calipuy y Mollepata, con sus inmensas punas
para forraje
de ganado; bajíos con ríos impetuosos donde habitan el puma y el oso;
cordilleras con yacimientos mineros, unos a flor de tierra y otros
impenetrables.
Cuando
frisa los 24 años, Pablo Manuel intenta recorrer los linderos de su
hacienda montando en caballos moros, que renueva y cambia galopando
sobre uno
y otro cuando estos se cansan, acompañado de mayordomos y
administradores obsecuentes.
Su
viaje ha durado setenta y cinco días y en ese lapso no ha podido
recorrer todos los confines de sus tierras de altura, donde se cultiva
papas, ocas,
ollucos. Tampoco ha podido alcanzar a ver la totalidad de sus tierras
“templadas”, buenas para el cultivo de maíz, trigo, cebada. Menos sus
tierras de “temple”, donde se siembra camote, caña de azúcar y toda
variedad de frutas; por la cual deambulan anacondas,
tigrillos, y en los ríos hasta lagartos.
2. El
edicto
Muy
cultivado además en artes y ciencias, gracias a la magnífica biblioteca
de 60 mil volúmenes acumulada por sus antecesores en aquella villa
escondida
en la cadena occidental de los andes al norte del Perú.
Él
siente una identificación muy honda por su tierra natal, Santiago de
Chuco, gusta de conversar con la gente y se va de jarana por las aldeas
desperdigadas
en valles, quebradas y colinas, juntándose con los mozos de la comarca.
Cuando
cuenta con 25 años, ha emitido un bando público donde expresa su
voluntad de casarse. Y quiere hacerlo formalmente con una campesina del
lugar,
natural de su propia tierra, cualquiera sea la condición social y
económica que ella tenga, siguiendo los ritos de la iglesia católica y
del recién inaugurado estado civil de la naciente República del Perú.
Para
ello, todos los padres y madres de su inmensa jurisdicción pueden
presentar a sus hijas casaderas, vírgenes, de edad comprendida entre los
17 y 20
años, y quien será junto con él le dueña y señora de ese inmenso
patrimonio que abarca todos los confines y horizontes desde donde emite
su edicto.
3. El sol
de la mañana
El
día estipulado para la presentación de las doncellas es el 20 de mayo
del año 1833, fecha en que ha de elegir a quien será su futura esposa.
Sin embargo,
ha hecho venir desde Trujillo a dos reputadas y virtuosas madres
religiosas una del Convento de Santa Teresa y la otra del convento de
Santa Rosa.
Para
el efecto, se han otorgado facilidades de transporte, alojamiento,
comida a todas las familias que concurran al caserío de Angasmarca y más
precisamente
a la Casa Hacienda.
Desde
los lugares más lejanos de su amplísima heredad, concurren aquel día
alrededor de tres mil vírgenes acompañadas de sus padres.
Luego
de servirse un reconfortante y multitudinario desayuno en el patio de
la casa hacienda, las jovencitas son formadas en diez columnas, cada una
de
dos filas.
La
formación de las aspirantes en cada columna hace que queden unas frente
a las otras, guardando un callejón entre ellas de dos metros por donde
don Pablo
con su comitiva pasará escogiendo a su futura esposa.
El sol de la mañana brilla radiante.
4. La casa
hacienda
La
casa hacienda de Angasmarca tiene un portal de ingreso de estilo
colonial, con un frontis en lo alto revestido de talladuras en piedra. Y
un vano, en
donde pende una campana que marca las horas dando inicio y término a
las faenas; así como también sus repiques ordenan las costumbres y el
destino de los lugareños. Luego del portal se abre un patio con el borde
adoquinado de azulejos que semeja una plaza
pública, con una pileta de granito al centro y surtidores de agua, cuyo
perímetro está rodeado de varias filas de árboles frutales, entre
naranjos, nísperos y paltos. Hacia el frente se ubica el Salón Dorado.
Adyacente a la izquierda el comedor y al otro lado
la biblioteca. Volteando y al final de la pared se encuentran los baños
y hacia un extremo corre el zaguán que da hasta el traspatio.
Por
la derecha del solar principal se ubica el edificio de huéspedes de dos
plantas, con salas y dormitorios. En una de ellas del segundo piso se
alojó
Simón Bolívar en su campaña de la Guerra de Independencia. En otra de
la planta baja, pernoctó su ministro y consejero, el egregio hijo de
Huamachuco, don Faustino Sánchez Carrión. Al lado izquierdo se alza “La
galería”, donde está la inmensa cocina para los
peones, y otros cuartos que se usan de almacén. Y más allá de este
flanco “La pesebrería”, que son las caballerizas en donde reciben
especial cuidado los caballos árabes que la hacienda tiene.
5. Vestidos
multicolores
A
las ocho en punto de la mañana aparece él con su séquito. Luce
imponente, alto y rozagante, concentrando todos sus sentidos en ese acto
trascendental
para su vida.
Tiene
los cabellos revueltos, los ojos fulminantes y temblándole las aletas
de las narices, como si oliscara ansioso y fascinado su futuro destino.
Luce traje de montar, chaqueta beige con una bufanda color rojo que le cae desde los hombros hasta las rodillas.
Lo acompañan dos preceptoras, venidas desde Trujillo, para ayudar al hacendado en su vital y decisiva elección.
A las nueve de la mañana de hoy día inicia su recorrido, absorbiendo el aire fresco de la mañana.
El
clima es primaveral y todo luce hermoso. Las colinas cercanas, de un
verde intenso, se muestran envueltas en algunos sitios por copos de
neblina blanca.
Las flores de los jardines y de las macetas que cuelgan en los pilares
exhalan a plenitud sus íntimos aromas.
Todas
las muchachas están nerviosas dentro de sus vestidos multicolores; a
cuál es más primoroso dentro de la ingenuidad del lugar, del ambiente y
del
mundo circundante.
6. El ala
de la prenda
El
paso de la comitiva es lento. Delante va Pablo Manuel y a ambos
costados, apenas medio paso hacia atrás, caminan alertas las dos
preceptoras venidas
desde Trujillo.
Detrás, forman parte del cortejo, la madre del hacendado, el hermano y el administrador.
Las muchachas tiernas y hermosas lucen radiantes.
Durante
el recorrido Pablo Manuel nota, cuando ya casi ha pasado por el final
de una columna, un movimiento rápido de alguien que ha estado escondida.
Es una niña que trata de ocultar nuevamente su rostro con un amplio
sombrero.
Retrocede Pablo Manuel y él mismo levanta el ala de la prenda que cubre su rostro. Él la mira intensamente.
La chica apenas levanta la mirada con timidez e inmenso rubor.
Pablo Manuel, llamando a las señoritas preceptoras, dice lacónicamente:
– ¡Es ella!
Y
en el acto, da por concluido el programa, pese a que falta pasar por
más de la mitad de las filas formadas por las pretendientes.
7. Casa
y apriscos
A
partir de ese momento las preceptoras que lo asesoran se hacen cargo de
la niña elegida. Desde ese instante, don Pablo Manuel no la verá sino
hasta un
año después, tiempo que se ha previsto para que se realice la ceremonia
de casamiento, período que se prolonga ocho meses más.
En
este lapso ella será educada en Trujillo, mientras él viaja a recorrer
Europa y a detenerse en España, donde debe hacer unas gestiones
referentes a
una herencia en la península ibérica de donde procede su padre, don
Pablo Manuel de Porturas y Landázuri, quien se ha desempeñado en el
Virreinato del Perú como Ministro Tesorero de las Reales Cajas de Lima.
El
nombre de la elegida esta mañana memorable, es Santos. Y sus apellidos:
Verde Castillo, de apenas 17 años de edad y natural de Calipuy. Su
padre y madre
son campesinos de muy humilde condición, cuya casa y apriscos se
suspenden en una pendiente de barranco que cae al río Patarata.
Es
pequeña de estatura, piel color capulí, rostro inocente y ojos negros y
profundos del color de la miel. Se la recuerda como la mujer que abrió
la hacienda
a los campesinos, repartió tierras a las comunidades, y educó a sus
hijos, dos de los cuales llegaron a ser diputados de la provincia. No
hubo gente a quien no ayudara, y está enterrada al lado de su esposo en
la iglesia de Angasmarca.
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