CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TÚPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA
*****
AULA CAPULÍ
SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
DEL PERÚ
CELEBRACIÓN
DE LA DECLARACIÓN
DE SANTIAGO DE CHUCO,
CAPITAL DE LA POESÍA DEL PERÚ,
EMITIDA POR UNANIMIDAD POR
EL CONGRESO DE LA PEPÚBLICA
PROGRAMA:
1. BIENVENIDA A CARGO
DEL DR. WALTER VÁSQUEZ BEJARANO
EXPRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA
Y DEL PODER JUDICIAL
2. SANTIAGO DE CHUCO,
TIERRA DE POETAS Y CAPITAL
DE LA POESÍA DEL PERÚ.
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN,
PRESIDENTE DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
3. DECLAMACIÓN DE POEMAS
ALUSIVOS A SANTIAGO DE CHUCO
Y A CÉSAR VALLEJO.
TRIBUNA LIBRE
4. HOMENAJE
A LA CONVOCATORIA MUNDIAL
MIL POEMAS A VALLEJO HECHA
POR ALFRED ASÍS DESDE CHILE
SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE, 7 PM.
CALLE 24, N° 271, URB. CORPAC
SAN ISIDRO, ESPALDA CUADRA 10
AV. JOSÉ GÁLVEZ BARRENECHEA
DESPRENDIDA DEL ÓVALO QUIÑONES,
POR ELMINISTERIO DEL INTERIOR
*****
4 DE NOVIEMBRE
NACE
CIRO
ALEGRÍA
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
NACE
UN SER
PROVIDENCIAL
Danilo Sánchez Lihón
1. Nombres
que protegen
Así como a nuestro océano es cabal y estricto proclamarlo: ¡El Mar de Grau! O a Francisco Bolognesi: ¡El Titán del Morro!, Porque estos son nombres que nos abarcan e incluyen, nos protegen y cobijan, ¿Qué más justo, noble y exacto que llamarle Ciro Alegría a nuestra Cordillera de los Andes del Perú?
Porque quienes leemos sus novelas nos quedamos con la sensación en el alma, la convicción en el pulso y latido de nuestra sangre, como en la plenitud y verdad absoluta de nuestra conciencia, de que nadie como él ha graficado antes ni después, y nos identifica tan hondo y tan alto con la portentosa cordillera de los Andes del Perú.
Serranía hecha de moles colosales y roquedales abruptos, pero a la vez de quebradas idílicas, amables colinas y primorosas aldeas. Porque además, César Vallejo quien fue su alumno estaría de acuerdo con esa denominación. Y también lo celebraría complacido José María Arguedas. Y el amauta José Carlos Mariátegui lo encontraría preciso, justo e intachable.
2. Porque
fundan y sostienen
¡Cordillera de los Andes Ciro Alegría! Ese es el homenaje a su grandeza, a su valor, a su heroísmo. ¡Y a sus sufrimientos! Porque sufrió mucho. ¡Y a su vez edificó tanto!
¿Cómo qué, por ejemplo? ¡El alma del Perú, jóvenes! Es esa cordillera majestuosa, absoluta y plena de misterio la que corresponde a su nombre, y su nombre a ella.
Es esa cordillera hecha de coraje, de luz y de ancha y absoluta nobleza, la que se presenta como haz y reflejo del alma poderosa de Ciro Alegría.
Es esa cadena de cumbres nevadas, hecha de estupor y de arrojo, de lágrimas como también de fusiles, lo más cercano a su estremecido corazón.
Porque nombres como el de la comunidad de Rumi corresponden a lo que es el Perú esencial, entrañable y magnánimo. Porque nombres como el de Rosendo Maqui y Benito Castro deberían ser puestos a los picachos más altos de nuestra geografía cósmica.
Porque Ciro Alegría como César Vallejo, José María Arguedas como José Carlos Mariátegui, José Antonio Encinas como Julio C. Tello, son los hombres que fundan y sostienen las bases del Perú eterno.
3. Duro
castigo
Nació Ciro Alegría Bazán el 4 de noviembre del año 1909 en la hacienda Quilca del distrito de Sartibamba, perteneciente a la provincia de Huamachuco, en la sierra del departamento de La Libertad, al norte del mítico Perú, en el Chinchaysuyo imperial. Vino a la luz en un lugar confinado, bordeando el estruendoso río Marañón, en donde la serranía recibe aún como anuncio el influjo pavoroso, sugestivo y abismal de una región incandescente, la Amazonía.
Hay una razón violenta por la cual nació en aquel confín arisco, indomable y ya salvaje. Nació allí, en la hacienda Quica, a partir de la cual todo es más allá selva intrincada, breña y cadalso, y fue porque su padre vivía en ese lugar en condición de reo y prisionero de su propio progenitor, y pronto abuelo del hijo por nacer.
A vivir en ese lugar lo condenó el autor de sus días y dueño de la hacienda, por haber acumulado cinco delitos inconcebibles y desalmados a ojos de su propio progenitor, quien lo sancionó a vivir y permanecer allí en calidad de arrestado; crímenes que mirados desde otra perspectiva son hechos hasta legendarios y por los cuales se le infligió aquel duro castigo de recluirlo en ese exilio. Pero la mujer humilde que lo amaba, y madre después de Ciro Alegría, nunca abandonó a aquel loco de fábula.
4. Esto colmó
el vaso de agua
Esas cinco infracciones monstruosas que el padre de Ciro cometiera y que su progenitor y después abuelo de Ciro Alegría nunca perdonó, fueron:
1. Casarse con una indígena, que era la hija del mayordomo de la hacienda, es decir una empleada.
2. Repartir entre los campesinos los terrenos de la heredad familiar.
3. Suscribir las ideas socialistas de aquella época, que para su padre eran una aberración y monstruosidad.
4. Alojar y no entregar a la justicia cruenta de su padre a los indios levantiscos de su hacienda.
5. Proteger a todo perseguido político que alentara ideales sociales y que tirara por esos rumbos, huyendo de los esbirros de las dictaduras de turno que han gobernado y asolado sucesivamente en el Perú.
Todo esto colmó el vaso de agua y la paciencia de don Teodoro Alegría Moreno quien capturó a su hijo Eliseo Alegría Linch, lo acusó de loco y lo recluyó en la Hacienda Quilca en Sartibamba, donde del vientre de una mujer indígena nació Ciro Alegría Bazán, el autor proverbial de una saga de novelas épicas que conmovieron siempre la conciencia y la sensibilidad del país.
5. Vio la luz
aquel día
Allí nació aquel chiquillo que al correr de los años sería el novelista que asombraría al mundo al ganar el premio Farrar and Rinehart de Nueva York, el más codiciado de la literatura de esa época y de esta parte del mundo, cuya selección se hacía por etapas primero en cada país, y sobre el cual había una tenaz expectativa continental.
Quien vivió su primera infancia compartiendo la vida con indios dedicados a las faenas de la agricultura y a la proeza suicida de cruzar en frágiles balsas a viajeros y comerciantes las aguas embravecidas y arremolinadas del río Marañón. Ganó aquel infante cuya madre cuando lo dio a luz estuvo a punto de morir y se salvó de milagro. Y eso, ¿por qué? Tenía la criatura que vio la luz aquel día una cabeza muy grande en relación a su cuerpo magro y endeble. Nació deforme.
“Su cabeza era desproporcionadamente grande, como la de un niño de tres años y el cuerpecito pequeño y débil”. Como de un gluper.
Esto lo consigna Dora Varona en su prolijo trabajo: “Trayectoria Cronológica de Ciro Alegría”; basada para este punto en una entrevista que se le hiciera al Sr. Constante Bazán, tío de Ciro Alegría, realizada en Trujillo en septiembre del año 1971.
6. Se cansó
de llorar
Pero además, aquel niño no habló nada hasta cerca de los cuatro años de edad. No pronunció voz, y ni siquiera murmullo o carraspeo. Nada de nada. Ni lo intentaba. Todo en él era silencio. Ni siquiera acometió hacer balbuceos, burbujas, barboteos. Ni pretendió siquiera hacer movimientos con los labios. Nació hierático y entristecido.
Ni menos farfulló, abucheó o ronroneó como hacen los niños a edad muy temprana. Sus padres no tenían de qué enorgullecerse y más bien acallaban a un corazón destrozado. Este niño no intentaba nada con el idioma. No se aprestaba ni emprendía hacer los juegos verbales que los niños espontáneamente realizan, profiriendo en interminables: tatatatás. mamamamás, papapapás, abusabús. Nada.
No hacía ningún sonido con la boca, ni siquiera un lamento, o un quejido. Su silencio era solemne. Tampoco abría la boca, si no era para comer. Y después la mantenía cerrada, con frecuencia rígida y a veces con un rictus de dolor, como si en él hubiera algo sellado, secreto y enigmático. Le palpaban el cuerpo, lo examinaban, por delante, por atrás, por arriba, por abajo. Nada. Le daban vueltas en la cama. No, no había dolencia alguna ubicable en el cuerpo sino al parecer en el alma.
7. Tenía
dos años
Su madre se cansó de llorar y aceptó resignada, infeliz y dolida de que su hijo era mudo. Se sentía desgraciada. Pero es más, cumplidos como tenía los dos años el niño nunca había reído. Permanecía serio y adusto, hierático y grave. Frecuentemente cruzaban su rostro ráfagas de una tristeza profunda, avasalladora y cósmica.
“Toda la familia vive extrañada, porque el niño no sonríe ni articula sonido”.
Anotó su padre. Así andaban las cosas hasta una ocasión inesperada en que la familia íntegra asistió a una fiesta de trilla, llevando al niño consigo.
Fue en aquella oportunidad, en pleno campo, bajo el sol radiante, en una parva de trigo, al venteo de las espigas y del grano que vuela al viento, cuando...
Ante la espiga que se desflora, fue que se escuchó una risa clara y contundente, como el de una campanilla o más bien de una cascada del agua más pura y diáfana en las rocas más adustas de una montaña.
El niño recién allí rio, cuando tenía dos años cumplidos.
8. El niño
ha reído
Su madre corrió y lo abrazó llorando. Los ahogos sacudían su espalda y el pecho en donde se entremezclaba la pena por lo sufrido, y la alegría que producía comprobar que a su hijo, al menos aunque no hablara, no le estaba vedado el goce sencillo de reír de vez en cuando. O, mejor dicho, siquiera una vez en esta desdichada e indescifrable vida.
Lloraba de saber que no le estaba prohibida la gracia tan humana modesta y grandiosa a la vez, de sonreír por cualquier cosa, como se le dispensa con justicia o injusticia a cualquier otro ser humano. Lloró porque no le estaba anulado a su hijo estallar en risa por cualquier cosa, no importara que ella sea la trilla que ventea el grano pródigo de las sementeras, arrojando las gavillas al viento, con gritos de júbilo y cantares de la gente sencilla.
Calmada la madre, la fiesta de la trilla de aquel día se convirtió en baile con banda de músicos que fueron a traerla enloquecidos por el prodigio que ocurre a cada momento pero que no nos damos cuenta; zapateo con faldas y ponchos al viento, con consumo de las botijas de chicha que se abrieron para festejar que el niño había reído.
9. ¿Qué
dijo?
Pasada la fiesta la tristeza de su familia siguió, aunque menos lacerante, porque el niño alguna vez en este mundo rio, pero la mudez siguió por un tiempo prolongado.
Aunque ya reía, no manifestaba ningún interés en hablar y seguía consumado e impertérrito en su actitud insonora y muda. Ni siquiera hacía algún intento por silabear ni emitir sonido alguno. Y su silencio era absoluto.
Fue a los cuatro años en que irrumpió en hablar. Y lo curioso es que lo hizo sin gangoseos, con pronunciación perfecta, como si quien hubiera tomado la palabra fuera un profesor en una clase. O un orador en una tribuna, presto a intervenir con cualquier pretexto.
¿Qué es lo que dijo aquella vez? Por supuesto que se sabe, porque esto quedó grabado y ha quedado guardado en el cofre de la tradición familiar y en los anales de la historia del lugar. Fue algo asombroso que dejara anonadada a toda la gente. ¿Qué dijo?
Dijo lo siguiente, de manera nítida y cristalina:
– Quiero tocar violín.
10. Su hablar
como su callar
Y lo dijo con corrección idiomática precisa y sin inseguridades, sin arrastrar una sola consonante ni empañar la limpidez de una sola vocal, como cabría esperar y suponer que lo haría de un mudo durante toda la vida.
Fue como si hubiera ensayado mentalmente y cada día su dicción, sin equivocaciones ni nerviosismo, respetando morfología, fonética y sintaxis.
Daba ganas de reír y llorar; de agradecer o indignarse. Porque recién se supo allí que todo lo había estado observando y oyendo; aquella observación y aquel oído abierto al lenguaje que resulta asombroso en sus novelas.
De allí también que en todos sus relatos hayan narradores orales. Y hasta como compañeros en la vida cuotidiana o en sus viajes. Los baqueanos que vienen a acompañarlo por los caminos él los identifica y reconoce por su perfil como grandes narradores de cuentos en los cuales habita al fondo un silencio insobornable.
Eso fue en su niñez Ciro Alegría, la Gran Cordillera de los Andes y montañas tutelares de donde nos viene su hablar como también su callar y su silencio de siglos y milenios.
*****
El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Instituto del Libro y la Lectura: inlecperu@hotmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
ADHESIÓN
Y PARTICIPACIÓN
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO
TESTIMONIO PARA MICAELA
DE JULIO YOVERA
COMENTARIOS:
JORGE ALIAGA
RICARDO DOLORIER
VIVIANA GOMES
DANILO SÁNCHEZ LIHON
CONDUCCIÓN:
ERNESTO TOLEDO BRUCKMANN
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
MIÉRCOLES 13 DE NOVIEMBRE. 6. 30 P.M.
*****
CONVOCATORIA
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2014
LIMA:
MARTES 20
Y MIÉRCOLES 21
TRUJILLO
JUEVES 22
SANTIAGO DE CHUCO
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
DEL MES DE MAYO
*****
PÁGINA WEB
HACER CLIC AQUÍ:
http://spanport.byu.edu/faculty/GarciaM/new/CapuliXV.htm
*****
Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com