Celendín, 2 JUL 1909 - † Trujillo, 19 SET 1997
Es el final del 2010 y en un cafetín de Chicuito contemplo el calmo mar y con un café pasadito releo al maestro Julio Garrido Malaver.
Salud poeta, se merece un café frente al mar.
Se lo merece porque; aunque sus ancestros sean “shilicos” de Celendín “como dicen en la santa tierra” su vida, su poesía y sus relatos tienen sabor a mar: Trujillo y Huanchaco, Lima y El Frontón, Santiago de Chile y el mar.
Desde esta orilla y a través de mis lentes de miope, mis asombrados ojos contemplan a la Isla del Frontón.
Imagino a Fernando Belaúnde braceando a las cuatro de la mañana con el plumaje de un pelícano sobre su cabeza y recreo sus tragedias maestro Julio, relatadas en su libro El Frontón allá por 1966.
Es el alto precio por los ideales, es el costo de las convicciones. Son las cuentas cobradas con sangre por otro paisano nuestro Esparza Zañartu “no todos somos buenos, maestro” de triste recordación. Cuentas pagadas a mansalva “y no podrán matarlo” sólo por pensar. Por saber pensar.
Conocí de oídas a don Julio Garrido Malaver en la Universidad de Cajamarca, a través de las conversaciones y lecturas con nuestro “colorao” Manuel Ibáñez Rosazza y personalmente en Trujillo de la mano de nuestro gran poeta e ingeniero Bethoven Medina, allá por los años 76.
Releer a don Julio es volver a sus referentes andinos, los campos, los cerros, las quebradas, los ganados, las lluvias “en mi tierra llueve lindo, con sus truenos y granizos”, a los amores primeros.
Sólo quienes provenimos de las alturas sabemos de eso, que nos arruga el corazón “y nos empaña las vistas” por el terruño abandonado, la vieja casa que ya no es nuestra; pero vigentes siempre en nuestros bolsillos y nuestros recuerdos ¿verdad paisano Mario Florián y su agüita del Quique”, entendemos también su melancolía y está presente en la poesía ¿verdad paisano pisadiablo Demetrio Quiroz Malca?.
Ustedes contemporáneos de don Julio, sabían mucho de esto y mejor que yo; pues compartían soledades y penas, fraternidades y cañazos, poesías y premios, también.
Tengo entre mis manos Escudos para mis Bandera y De los Signos editados por el Gobierno Regional de Cajamarca y me digo “al fin se está haciendo en mi tierra por revalorar a su gente. Ojalá nomás, no sea flor de un día”.
Me cuenta Jorge Horna que presentaron La Dimensión de la Piedra en el Congreso de la República y que hay una Fundación para publicar sus escritos inéditos y creo modestamente; que aún es poco para la enorme dimensión de la palabra y la poesía del maestro.
Que hemos esperado 100 años para reconocerlo y que las nuevas generaciones de escritores y poetas puedan conocerlo. Aunque este escrito sea a los 101 años de su nacimiento.
Si pues don Julio Garrido Malaver “es terrible / dar media vuelta y caminar / sobre el camino caminado / y no encontrar la huella / de uno solo / siquiera / de nuestros pasos”.
Si pues maestro, es terrible morirse en soledad, acabando un café, mirando el mar, contemplando el Frontón.
REFERENCIA:
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HOMENAJE A JULIO GARRIDO MALAVER EN EL CENTENARIO ...
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