GALLINAZOS ENAMORADOS
(Narración)
En el relato de Addhemar H.M. Sierralta nos acercamos a la vida de una singular pareja de aves que, en su comportamiento, nos hacen ver que tienen más virtudes que el temor que nos puedan causar.,
Esta es la historia de una pareja singular. Siempre los encuentro juntos y haciéndose cariños y acicalamientos. Claro que la gente no les tiene ninguna consideración y muchos dicen que son de mal agüero pero con ellos como si no fuera la cosa.
Unas veces por los arenales o pampones cercanos a la carretera y otras sobre el techo de una casa en Punta Arenas o en la curvatura más alta de los postes de la ciudad , pero a diario los encuentro. Son mis ya muy conocidos gallinazos de cabeza negra, porque ustedes sabrán que también los hay de cabeza roja.
En la zona hay gran cantidad de estas aves de vuelo majestuoso y aterciopeladas plumas. Será por la gran cantidad de basura que los talareños arrojan por todo lugar y algunos animales muertos que los atraen. También conocidos como zopilotes o buitres, en algunas de sus variedades más comunes, ya se han convertido en ciudadanos distinguidos de la ciudad. En verdad su labor de baja policía es con creces mucho mejor que la que realiza el municipio.
Volvamos a la pareja de la que hablamos. Ellos tienen un lugar predilecto : un poste cerca al mar y al frente de la refinería. Esta pareja es la más unida de todos los gallinazos. Podría decirse que están enamorados porque andan y vuelan juntos, o que ejercen algún tipo de autoridad sobre el resto ya que cuando de comer se trata son los primeros en saciarse. Obviamente que el más grande lo hace primero y la hembra le sigue. El machismo se da hasta en los animales.
Una curiosidad me asaltó. En qué lugar anidarían estas aves. Un mediodía de sol intenso me dediqué a observarlos y pude darme cuenta que en unos cerros detrás de la casa, cortados con riscos y con acantilados, era el lugar donde se dirigían los gallinazos para anidar. Costumbre similar a las águilas y gavilanes. Será interesante ver algún día de estos a los polluelos de mis amigos.
En verdad estas aves, contra lo que muchos suponen, no son agresivas y demuestran un comportamiento ordenado y apacible. Con frecuencia vuelan por el techo de casa y buscan un lugar en árboles y postes para abrir sus alas al sol como para calentarse o tal vez rendir pleitesía al padre astral.
El color negro de las aves siempre ha sido mal visto por la gente, como fúnebre o de mal presagio. Por ello gallinazos y cuervos no son bien vistos. Particularmente me caen bien ambos. Tal vez a los cuervos les hicieron mala fama a través de una película de horror de hace muchas décadas atrás, pero en honor a la verdad los he observado, y con detenimiento, muchas veces y demuestran ser muy activos e ingeniosos. No tienen temor en acercarse a los seres humanos y nunca he visto que ataquen, como suele decirse.
Por su parte los gallinazos nunca han demostrado belicosidad y suelen mantenerse como atentos trabajadores que desaparecen cualquier vestigio de basura y de cadáveres de animales en muy poco tiempo.
Hoy, como ya es rutina, volví a ver a mis amigos la pareja de gallinazos enamorados. Me acerco a ellos y pareciera que hasta les gusta que los mire de cerca.
Fuente:
Tiempo Nuevo - Año 2 Nº 80
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Addhemar H.M. Sierralta
15 JUN 2010 - Miami
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