EL ÁRBOL
LUZ SAMANEZ PAZ; Presidenta de ASOLAPO Internacional
En
el DÍA del ÁRBOL, queremos rendir nuestro homenaje al GUARANGO, que es
un ÁRBOL longevo i nativo de la Región de ICA (PERÚ). Su intrincada i
caprichosa figura, forma el típico paisaje iqueño, que ha sido plasmado
en sus lienzos por destacados pintores de la tierra del eterno sol,
como: Enrique Muñante Román, Percy Gavilán Chávez, Walter Ramos García,
Dante Guevara Bendezú, Enid Aréstegui Mattute, entre otros.
Su
tronco retorcido lleno de nudos i nervios, crece en sentido horizontal i
forma figuras humanas estilizadas, que han sido motivo de inspiración
de poetas i pintores.
El gran Sérvulo Gutiérrez, pintó i cantó a este ÁRBOL Tradicional:
"Si en las arenas te encuentro,
huarango dadme esperanzas,
que tal ves tú, no te acuerdes de mí,
yo comía tus semillas, cuando era niño,
tú, fuiste bueno conmigo
y no me olvido..."
José María Arguedas, en su incontrastable "Orovilca", escribe:
"Los huarangos dejan pasar el sol,
pero quitándoles el fuego..."
Los
GUARANGOS, de sus flexibles ramas i caprichosas grietas exuda
una resina oscura de las que se elabora la "Tinta de Guarango", con un
peculiar brillo i efecto plástico, técnica conocida ancestralmente por
las culturas de los Nazcas i Paracas i utilizada por los cronistas de la
Colonia, como Bernabé Cobo.
En la actualidad,
esta técnica ha sido recuperada por los artistas i estudiantes de ICA,
como un homenaje al SEÑOR GUARANGO, fuente inagotable de inspiración i
de recursos alimentarios, que con su recia estructura sobrevive también,
en el corazón de los iqueños.
EL GUARANGO IQUEÑO
LUZ SAMANEZ PAZ
ÁRBOL viejo i solitario,
alma dulce con esencia de sombras,
con tus raíces afirmadas a la tierra
porque tu raíz es solo vida,
en crepúsculos de árboles alados.
Eco de soledades,
caída de atardeceres,
tibio nido de ardientes pájaros.
El lento amor del GUARANGO iqueño,
enrojecido de otoño,
plomizo de amaneceres,
cargados de golondrinas.
La mano del viento acaricia tus ramas,
peina tu verde cabellera
i se escucha tu canción,
en torrentes de pájaros desatados.
Los GUARANGOS,
hablan en su lenguaje mudo
i corren las horas silenciosas,
donde el viento refugia sus desvelos
entre su tiernas ramas.
GUARANGO Iqueño,
¿cuántas veces bajo tu sombra,
floreció el amor?
estás prendido a la tierra,
con tus raíces de fuego
i tus brazos extendidos al cielo.
Corazón de tierra,
con latidos de barro.
Los dolores quebraron tu ritmo,
fiesta de ecos, de cantar de pájaros
i silenciosas gotas de llanto.
La luna pálida deshoja la tristeza
de su rayos plateados,
en la copa del GUARANGO Milenario
i se siente la tristeza que llora,
la melancolía del ÁRBOL,
soñador, poeta i romántico..
¿Quién no vio que el GUARANGO Iqueño,
no derrame lágrimas vivas?
¿i que su sangre se cuajara
en hojas humanizadas?
GUARANGO Iqueño, amigo,
mi pensamiento se abre como flor,
bajo tu sombra tejida de ensueños.
Tu vida entre pájaros trascurre,
viendo caer las horas en el suelo.
GUARANGO,
de ramas arraigadas en el cielo
i raíces afirmadas a la tierra.
GUARANGO dormido i viejo,
quiero penetrar en tu vida
i estar para siempre,
escondida en tus entrañas.
Estoy sentada junto a la sombra
de un GUARANGO Iqueño,
viendo cómo el pensamiento
se agita en la nada.