CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
ENERO, MES DE LA DEFENSA DE LIMA
DEL NACIMIENTO DE ARGUEDAS, HERAUD
Y LOS PARADIGMAS DE MACHUPICCHU
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
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2 DE ENERO,
NACE EN EL CALLAO
VÍCTOR
MERINO
EN CAPULÍ
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
HIZO
DEL POEMA
CANCIÓN
Danilo Sánchez Lihón
Esta es tierra sagrada
porque la habitan eternamente
los seres que la amaron.
1. La verdad
de la vida
El significado de la vida y obra de Víctor Merino, nacido el 2 de enero del año 1945 en el Callao, es de extraordinario valor, porque cambió para trascender dando un salto cualitativo de la música ligera, bailable y de diversión con la cual se inició, a la música significativa, de contenido poético, humano y social.
Al comienzo de su carrera artística integró orquestas muy populares de la época, como la de Fredy Roland, y pasó varios años trabajando en una compañía turística del caribe contratado para interpretar la música frívola en los barcos de paseo que iban de costa a costa y de caleta en caleta, en esa región translúcida, mórbida y sensual.
Ganaba mucho dinero en ese desempeño, pero renunció a aquella vida halagüeña porque sentía que era otro su llamado, esto es: la poesía; que era como encontrar la verdad de la vida, aunque para ello tuviera que hacer grandes sacrificios, como en realidad los tuvo que asumir.
2. Lo hice
en gratitud
Y en este campo logró verdaderas hazañas y fue un triunfador: fortaleció el poema canción contribuyendo a formar una sensibilidad en nuestro país y para nuestro tiempo, ganando 12 festivales de la canción, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
Musicalizó los poemas de Mario Benedetti de su libro: “La vida, ese paréntesis”. En ese trabajo acompañó con el piano a Armando Manzanero, Mercedes Sosa, Héctor Lavoe, Chico Buarte, Irakere, y otros.
En el ámbito interno puso música a poemas de Juan Gonzalo Rose y de César Calvo, principalmente. De allí que era inagotable el anecdotario que él recreaba para su auditorio acerca de aquellos poetas y compositores musicales.
Lo invité a viajar para la Fiesta Patronal del Apóstol Santiago el Mayor de mi pueblo, tierra del poeta César Vallejo, y lo hice en gratitud a que Víctor había musicalizado cerca de 14 composiciones de nuestro poeta universal.
3. Su voz
y su pálpito
Allí nos alojamos en mi casa de infancia y reunimos la noche del 25 de julio a un grupo de amigos, para hacer música e inaugurar el certamen que denominamos “Música en el umbral, bajo el alero”.
En esa oportunidad perfilamos un repertorio de 30 canciones y estuvimos presentes, dando inicio a este programa, además de Víctor y sus hijos, Isabel Narro, Luis Ciudad, Eduardo Miñano, Augusto Helí Vejarano, entre tantas otras personas que hicieron un amplio ruedo y a quienes abrazo emocionado.
Cualquiera de los 14 poemas de César Vallejo que había musicalizado los andaba diciendo a voz en cuello en la propia tierra del poeta, sea detenidos en alguna esquina, sea sentados en una banca en la Plaza de Armas, sea en el restaurante en donde comemos.
Su voz y su pálpito por eso quedan ligados para siempre a la tierra del poeta.
4. Le fascinó
mi tierra
Andaba tarareando todo el tiempo, sacándole sonidos a los seres y a las cosas, rumoreando versos y dándole inflexiones de canción, con su voz ronca, afónica y que él carraspeaba como cascarones que se quiebran, pero la cual contenía una honda raigambre afectiva.
Viajamos juntos a Santiago de Chuco, mi tierra natal, acompañados por sus dos hijos, Joel y Luciana, uno pintor y Luciana fotógrafa.
Durante el viaje todo lo apreciaba, todo lo veía con asombro y descubría la belleza oculta en presencias que frecuentemente pasan desapercibidas.
Y es que toda la familia de Víctor Merino eran artistas, siendo su padre también un músico connotado.
Víctor hizo que la poesía y la música volvieran a juntarse y se hicieran abrazo, brindis y celebración. A quien le fascinó mi tierra y después soñamos siempre en regresar.
5. Imprevista
y sin par
Mientras estuvimos allá iba detrás de las comparsas, de los danzantes, de las bandas de músicos, de los cajeros, y hasta ensayaba los pasos de la danza del pallo, como acompañaba devoto la procesión del Apóstol.
Se arriesgaba a estar casi debajo de los castillos de fuegos artificiales ya encendidos, tanto que la iridiscencia de las luces multicolores al chisporrotear iluminaba y hacían tornasoles en su rostro y en su figura de gnomo de los cuentos de hadas.
Quedó prendado de la comida, del habla y del alma de la gente de mi pueblo.
Y es que en esencia era un ser inocente, un niño grande, fácil para enamorarse de cualquier manifestación hermosa, sea una calle, la aldaba de una puerta o una mujer, a quien él encontraba una belleza secreta, imprevista y sin par.
6. La tierra
natal
Ahora cada año y con diversos amigos vuelvo a reunirme y a departir en la tertulia “Música en el umbral de la casa, bajo el alero” que inauguramos con Víctor el 25 de julio del año en que muriera, y lo seguiremos haciendo en el futuro recordando que fue él, quien dejó esta tierra el 17 de diciembre del año 2012, con quien iniciamos este programa
Con todo ello tratamos de evocar lo mejor que tenemos, nuestro cariño, la pasión por lo entrañable, haciendo música y volviendo a cantar.
Lo hacemos también para recuperar el pasado que nos ayude a ser hombres buenos, ilusionados y plenos de esperanza; y personas que sobre todas las cosas sepan amar.
Hacemos música en la casa y en la sala en donde ensayaba la orquesta Ollantay de mi padre, entonando canciones antiguas, incluso del cancionero escolar.
7. Anhelo
del alma
Lo volvemos a recrear con el aire de estos y de aquellos tiempos. Nuestras voces cada vez que lo hacemos resuenan hacia la calle, explorando en el sentido de por qué regresamos a la tierra natal.
Y lo hacemos también porque hay muchas personas que regresan desde lejos y muchas de ellas no saben por qué lo hacen.
Quizá saberlo no sea lo importante, pero sí sentir el aleteo del amor sagrado a lo natal en nuestras vidas.
Así como otra de las razones es dar curso a la evocación y a la nostalgia, creando un espacio para expresar esos sentimientos.
Y porque hay amigos y hermanos y familiares a los cuales seguir recordándolos y teniéndolos presentes, unidos ya para siempre a estos muros y al aire indeleble de una casa, siendo el otro motivo y razón de seguir alentando este espacio que aspira a cubrir un anhelo del alma.
8. Cerca
la eternidad
Por eso, es también a él a quien volveremos a escuchar en la memoria las notas conmovidas de sus acordes y bajo el mismo tejado.
Dejando que el amor borbote y sobresalga, tanto en el recuerdo, como ahora en las notas tangibles de las guitarras y mandolinas haciendo que el conjuro se expanda.
Porque cantar, como se dice en la canción escolar “La choza”, que entonamos aquella noche recordando que antes lo entonamos a pulmón lleno en el patio de nuestra escuela, evocando:
El cielo limpio, lleno de estrellas
desvaneciendo la oscuridad,
cánticos suaves, música bella
y aquí muy cerca la eternidad.
9. Otra alma
extasiada
La misma que repetiremos cada vez que lleguemos con Capulí, Vallejo y su Tierra a Santiago de Chuco, como lo haremos en mayo de este año 2014, entre los días 23 y 25.
Y es que el año que lo inauguramos con Víctor hacía tres décadas que mi padre había muerto y había sido enterrado en Santiago de Chuco, quien amaba la música como las serenatas.
Pero antes era solo él quien nos convocaba a cantar en esa misma casa, en esa misma sala, detrás de esa misma puerta y luego por las mismas calles del pueblo por donde él anduvo con su guitarra, calles que nunca abandonó, quedándose a vivir él allí para siempre.
Pero esta vez estará unida y pendiente otra alma extasiada en el umbral o en el alero, como será la de Víctor Merino.
10. Voces
fervorosas
Así, “Música en el umbral bajo el alero” se torna en una actividad aún más permanente de Capulí, Vallejo y su Tierra por estas presencias que lo alientan desde el fondo y que evocaremos cada vez que vayamos en el mes de mayo y de julio a Santiago de Chuco.
Lo hacemos también en homenaje a la memoria y a la tradición de la música en nuestro pueblo.
Y como celebración del amor a nuestra tierra, que como un carbón encendido llevamos fulgurante en nuestros corazones.
Por eso esta vez en el Capulí de mayo que realicemos Víctor estará presente en aquella sala y en las calles de Santiago de Chuco en nuestras voces fervorosas diciendo: ¡Víctor Merino! ¡Presente!
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
HOMENAJE A
GEORGETTE DE VALLEJO
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EL DÍA
DE SUS NACIMIENTOS
7 DE ENERO
PANEL
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SIGNIFICACIÓN
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EN LA VIDA Y OBRA
DE CÉSAR VALLEJO
RAMÓN NORIEGA
FLORENCIA ROLDÁN
EMILIO SÁNCHEZ LIHÓN
SIGNIFICACIÓN
DE JORGE PUCCINELLI
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