SI CAE LIMA, DIGO, ES UN DECIR, SI CAE
Escribe Ángel Gavidia Ruiz
Vallejo inicia el último poema de España, aparta de mí este cáliz, con
estos versos trágicos, llenos de premoniciones terribles: Niños del mundo, / si cae España –digo, es un decir- si cae (…), y
más allá escribe: ¡cómo vais a cesar de
crecer!/(…)/¡ cómo van a quedarse en diez los dientes,/ en palote el diptongo (…) ¡Cómo va el
corderillo a continuar/ atado de la pata al gran tintero!. Eran los días de
la guerra civil española, que la terminaría
ganando Francisco Franco con la ayuda de Hitler y que sumiría a la
península en el oscurantismo en que vivió por más de medio siglo. Vallejo se
dirige a los niños, que son en última instancia los que cuentan. El poema
termina diciendo…si la madre/ España cae-
digo, es un decir-/ salid, niños del mundo; id a buscarla!...
Obviamente existe, en el contexto del
poema, una cuestión de dimensiones tanto
geográficas como históricas diferentes. Pero qué bien calza describiendo los crecimientos truncos,
el estropicio, en el caso de Lima, a una
gestión prometedora ya bastante
encaminada.
Las encuestas dan una diferencia de
diez puntos a favor del sí a la revocatoria. Quiere decir que la mayoría de
ciudadanos limeños está convencida que la gestión de Susana Villarán es
ineficaz y/o corrupta a niveles que justifican dicha revocación. Sin embargo
los datos objetivos dicen todo lo contrario. Luis Corvera publica en la revista Poder un trabajo en el que compara a
los cinco últimos alcaldes de la comuna limeña; es decir, desde el iracundo
revocador Jorge del Castillo hasta la revocable Susana Villarán. Pone en la
mesa de disección los dos primeros años y, contra todo pronóstico, concluye que
la mejor evaluación la lleva la actual alcalde de la ciudad y la peor, para
variar, el señor del Castillo. Esto, en cuanto a “obras”. Pero en lo que
respecta a corrupción, el alcalde aprista con Tralima y el señor Castañeda con
Comunicore encabezan la lista. La publicación también hace notar que los
primeros años, en la mayoría, son los
menos productivos.
Las conclusiones de Corvera, prueban,
pues, que esta revocatoria no tiene justificación. Es producto de un estado de
ánimo y de la engañosa propaganda que demuestra
una vez más la eficacia del político nazi Paul Goebbels: miente, miente, que
algo queda.
El ingeniero y escritor Fransiles
Gallardo, desde el corazón de la selva donde viene construyendo un colegio por
8 millones de soles, se lamenta que se despilfarre 130,000,000 nuevos soles con los que que
podría levantar 16 colegios con 52 ambientes incluyendo servicios higiénicos y la placa deportiva de rigor debidamente techada. Puede que se desperdicie el triple, le digo desde mi cómodo
escritorio, si la ciudadanía decide
revocar a Susana Villarán.
Supongo que, confrontado con la
investigación de Corvera, Jorge del Castillo termina reconociendo el traslado
de La Parada a Santa Anita y el nuevo ordenamiento del transporte como pálidos
méritos de la actual gestión edilicia. Ahora ya no es su preocupación la
ausencia de obras. Al revés. Dice, sin ruborizarse, que si la gestión de la
alcaldesa tuviera éxito, entonces se fortalecería la izquierda y con este
fortalecimiento llegaría el juicio final o algo así. En otras palabras, quiere
decir que, lo mejor para Lima y el Perú
es que la señora Villarán fracase. Las elecciones en plazos establecidos, la
alternancia de poderes, la continuidad histórica son palabras sin ningún contenido
para este adalid de la trajinada democracia. Diferente ha sido la conducta y
respuesta de Lourdes Flores. La consistencia y el respeto a la
institucionalidad lo encarna en este momento la pepecista que ha dado cátedra a
diestra y siniestra, quiero decir a la derecha pero también (aunque duela) a la
izquierda.
Finalmente considero que la
revocatoria va a desalentar los proyectos de largo plazo, la educación, por ejemplo, que no da réditos
inmediatos. Va a propiciar el cortoplacismo mediocre y demagógico, y aquellas acciones que demanda costos sociales
inevitables como la formalización van a ser puestas ad infinutum. Para hacer tortillas hay que romper huevos. No hay
otra forma.
Ángel Gavidia Ruiz, 10 de marzo del
2013. Luis Valle G.308. Urb. Palermo- Trujillo. DNI17855840 Página Editorial de
“La Industria”
Municipalidad Metropolitana de Lima - Foto: Nalo Alvarado Balarezo