Maestro Wualabonso Rodríguez, al centro
El MAGISTERIO ESTÁ DE DUELO:
HA FALLECIDO WALABONSO RODRÍGUEZ, EL AMAUTA RAIMONDINO
Escribe Walter Vidal Tarazona
El grado de Amauta con el que las Palmas Magisteriales distinguen a los maestros destacados no debiera ser producto de un expediente, el resultado victorioso de un seguimiento en mesas de parte de la perezosa administración educacional. Debiera tener el sector, como antaño, sus Tukuy rikaq sabios y justicieros.
Pero por encima de este dolido comentario, el Maestro Walabonso, Ubachu en la intimidad familiar y amical, es y ha sido siempre un Amauta.
Nació en una andina aldea, pequeña y bella, llamada Rarpa, con el canto arrullador de un río que riega su tierra de Chambara, perteneciente a la puqka allpa de Antonio Raimondi. Desde muy tierna edad dio rienda suelta a su inclinación de maestro, enseñando las primeras letras a los niños y jóvenes del lugar, hasta que fue llamado al pueblo Aczo como auxiliar en la escuela primaria que funcionaba hasta el tercer año. Estando trabajando en Uchupata, también como maestro, fue llamado a la ciudad de Huari, capital de la provincia del mismo nombre, para ponerlo frente al cargo de la parte administrativa, donde entró en contacto con el magisterio huarino y también pudo terminar su educación secundaria, hecho que le valió para postular a una beca en la entonces Escuela Normal Superior “Enrique Guzmán y Valle" de la Cantuta.
Ingresó con la nota más alta. Destacó como estudiante de la primera promoción de cantuteños formados en la Escuela, con categoría universitaria. Al terminar, como ordenaba el Reglamento de la Escuela, tuvo que regresar dos años al lugar de procedencia (Huari-distrito de Llamellín). En esos dos años recorrió, con su pedagogía moderna y los conocimientos que da la academia, Chingas, Rahuapampa y otros lugares más, hasta que cumplido el plazo regresó a Lima, a seguir empapándose de nuevos conocimientos, y como había egresado de la Cantuta con la primera nota, fue incorporado a la plana de profesores. El pertenece pues a esa institución formadora de maestros identificada con la doctrina de Walter Peñaloza Ramella y sus discípulos, Alma Máter de magisterio nacional, que hoy está de luto.
Maestro de maestros, Doctor en educación, Walabonso “pertenece a la estirpe de los chaymantas de la Época de Oro de La Cantuta”, como emocionado lo recuerda un discípulo y compañero de la promoción Ingresantes 1959; fue becario Lasspau en Puerto Rico; posteriormente obtuvo el título de Profesor de Lengua y Literatura, obtuvo el grado de Abogado, que prácticamente no lo ejerció. Fue Decano de la Facultad de Pedagogía de la UNE, Rector de la misma. Fue docente de las escuelas de posgrado de La Cantuta, UNAC, San Marcos, Garcilaso de la Vega, San Juan Bautista. Venía ejerciendo, hasta poco antes de su deceso, el Vicerrectorado Académico de una universidad privada.
Incansable y fecundo investigador de la educación y la pedagogía, ha escrito alrededor de tres decenas de libros, tales como Teoría de la Educación, Dirección del Aprendizaje,Tecnología de la Investigación Experimental en Educación, Pedagogía General, Lecturas pedagógicas, Programación y estrategias metodológicas para escuelas primarias rurales, Acerca de la Ciencia, Didáctica de la Matemática en la Escuela Primaria, Modelos matemáticos y tecnológicos de Educación, El trabajo intelectual universitario, Juventud su formación en valores y creatividad, entre otros muchos trabajos de corte pedagógico.
Fue objeto de numerosas condecoraciones y reconocimientos, la última de ellas, el 28 de febrero de este año, en el Congreso de la República, donde recibió la medalla
“El Dios Guari de Chavín”, “en mérito a su ejemplo de vida y a su gran aporte al engrandecimiento de nuestra cultura regional y nacional” y fue declarado “Patrimonio Cultural Vivo de Ancash”.
Pero, este sábado gris, 25 de agosto a las las 7 de la mañana, se apagó su vida terrenal, cuando caminaba con sus 86 años de edad a cuestas. Sus restos todavía se están velando en la capilla Vírgen de Fátima / Malecón Armendáriz 881, Miraflores, y reposarán definitivamente en el cementerio Campo Fe de Huachipa, a partir de a las 5 pm del día domingo 26 de agosto de 2012.
Los integrantes del Ingreso 1959 de las Promociones Bodas de Oro 1961 y 962 de La Cantuta le llevaremos siempre en nuestros corazones. Para nosotros no ha muerto, está en la Gloria de Dios Padre. Y no ha muerto, Walabonso, porque cuando muere un maestro se abre el camino de su recorrido en la vida, cuando muere un maestro termina de tejerse en el horizonte del tiempo su pensamiento liberador, cuando muere un maestro, amigos, vive eternamente.