CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA Y
CONSTRUCCIÓN DE LOS ANDENES NUEVOS
AGOSTO, MES DE LOS NIÑOS,
LAS COMETAS, EL DEPORTE
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24 DE AGOSTO
DECLAMACIÓN
COLECTIVA DEL
POEMA "MASA"
PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA
ALOCUCIÓN
EN EL ACTO MASIVO
DE LECTURA
DEL POEMA “MASA”
Danilo Sánchez Lihón
1.
Profesor Marcos Hualpa Bendezú, director de la Institución Educativa Bartolomé Herrera del distrito de San Miguel de Lima, capital del Perú, al pie del orbe.
Muy apreciado y querido Santiago Risso; dignos representantes que integran la Mesa de Honor.
¡Niños y jóvenes! ¡Maestros y Padres de Familia!
¡Poetas, artistas e intelectuales presentes en este magno certamen!
Quiero expresar, en primer lugar, mi enorme complacencia y orgullo de participar en esta fiesta del alma, en la cual la banda de músicos de este glorioso plantel acaba de interpretar esa entrañable y jubilosa marinera norteña como es “Chiclayanito”, dándole un aire de fiesta popular a este certamen, tal y como debiera ser cuando la poesía y el arte en general se vinculan con la escuela y el aula de clases como está ocurriendo hoy día.
Y qué hermoso, señor director, es contemplar este inmenso patio colmado de niños y jóvenes de este y otros planteles educativos, atentos, lozanos y jubilosos, rebosantes de ilusiones y llenos de expectativas al lado de sus profesores. Y más aún, con la presencia de la numerosa delegación de poetas, artistas e intelectuales aquí presentes, todos para leer y declamar juntos el poema “Masa” de César Vallejo.
2.
Certámenes como este debieran ser más frecuentes en nuestro medio, para que se produzca ese vínculo feliz y fecundo del arte con la educación, de la poesía con el alma juvenil, de la palabra con el soplo vital, como acontece cuando nos dirigimos a quienes son ya presente pero a la vez futuro; actos que harán que se recoja y germine en nuestros corazones el hálito del espíritu que sucede así cuando el alma anhelante de valores sintoniza con la poesía verdadera y trascendente, como es aquella que bulle en el poema“Masa” de César Vallejo, vivo para siempre.
¡Pero qué exaltación y prodigio a su vez cuando la poesía deja de ser mundo privado, personal e íntimo y se vuelve acto público, manifestación colectiva, acontecimiento popular e histórico por ser acto de masas! Y mucho más cuando el espacio en donde se plasma y hace evidente es el de una institución educativa emblemática como es el de la Gran Unidad Escolar Bartolomé Herrera.
Ver a una niñez y juventud pletórica y entusiasta, contemplar a jóvenes y niños que suben al escenario a desenvolverse con soltura el arte de la palabra, enaltece en verdad el espíritu, como nos lo han hecho sentir los estudiantes que acaban de participar en el acto de homenaje a los maestros y literatos que fueron profesores consagrados en estas aulas, entre otros: Mario Florián y Antenor Samaniego. Embelesa la conciencia y el corazón verlos tan solventes, atildados y libres, por eso nuevamente mi felicitación, señor director.
3.
¡Niños y jóvenes!
Asistimos hoy a un acto egregio, conmemorativo y ceremonial, cual es la lectura y declamación del poema “Masa” a una sola voz, a coro, uniendo nuestro aliento y haciéndolo coincidente, diciendo al unísono los compases de este himno y mensaje imperecederos, puesto que representa la utopía más sublime de abolición de la muerte por el amor unánime de todos los hombres unidos en un objetivo: el de salvar a un hombre.
Pero, ¿qué acaecía un día como hoy en la vida de César Vallejo? Lo voy a decir para advertir y precisar algunos contenidos, y corregir alguna deformación de interpretación de los hechos en la vida de este héroe civil.
Un día como hoy el juez Elías Iturri lo involucra penalmente en los sucesos acaecidos el 1 de agosto del año 1920 en su pueblo natal, Santiago de Chuco, sucesos y proceso que le costaron 112 días de cárcel. Porque quiero recordarles niños que César Vallejo sufrió cárcel, pero por ser solidario con su pueblo, por ponerse al lado de la protesta popular, debido a que los gendarmes embriagados habían cometido desmanes y tropelías en plena Fiesta Patronal, dedicada al Apóstol Santiago el Mayor, custodios que asesinaron a un ciudadano que se hizo presente para reclamarles cordura y ponderación. César Vallejo no fue indiferente, insensible ni apático a estos desmanes, sino un intelectual comprometido con el pueblo que lucha.
4.
Pero decantó todas estas experiencias amargas y adversas para convertirlas en luz prístina y para modular un himno de adhesión a las causas nobles de la vida, encarnando los ideales de justicia, solidaridad y fraternidad, en un mensaje imperecedero para todos los seres humanos.
La experiencia de un suceso tan grave como la cárcel no fue para él motivo para mancillar su ser ni su espíritu, ni contaminarse con el mal o el delito. Es decir, la cárcel no lo envileció ni infectó en lo más mínimo sino por el contrario, en esos 112 días él pudo encontrar, para la poesía y para el espíritu una nueva cadencia, una nueva razón de ser y un nuevo sentido para el arte en general, puesto que el poemario Trilce desde esas celdas oscuras y sórdidas salió con una luz inmarcesible que hasta ahora asombra a estudiosos de todas las lenguas y culturas.
Y esto es lo que quería dejar bien puntualizado, cuales son las razones por las cuales sufrió cárcel, que fueron: protestar por actos condenables cometidos por la policía poniéndose al lado del sentido común de su pueblo.
Pero lo más importante de resaltar ante ustedes que están formando su carácter y su personalidad es que las pruebas que nos impone la vida por más peligrosas, oscuras y atroces que sean deben servirnos para hacernos más puros y prístinos.
5.
¡Niños y jóvenes!
Los peruanos no anotamos todavía de manera frecuente aciertos en el campo de la ciencia y la tecnología. Todavía nos resultan distantes los triunfos en el campo deportivo. No es común tampoco entre nosotros alcanzar éxitos espectaculares en el campo empresarial u económico, aunque en el presente ya se estén produciendo algunos logros alentadores.
Y refiero esto porque a partir de este panorama aparentemente desalentador extraemos conclusiones erróneas de que entonces no somos competentes, ni personas con capacidades y hasta de que no somos seres buenos.
Nos cuesta concretar resultados halagadores en aspectos funcionales y en el orden inmediato de los asuntos, pero que poco a poco iremos superando estos déficit debido a que es importante obtener victorias en todo orden de cosas.
Pero en el campo más arduo y fundamental del lenguaje, como es la poesía, con César Vallejo hemos alcanzado lo máximo.
El Perú se ha colocado con él en el pináculo más alto de los triunfos a nivel mundial, porque solo César Vallejo y Dante Alighieri tienen el reconocimiento de ser poetas universales.
6.
Pero si a esto hemos accedido en el ámbito de la poesía, ello es la puerta para obtener todo lo demás, porque la clave de todo es el lenguaje. Así: una nave espacial que se envía al cosmos, como portento de la inteligencia y del ingenio humano, es lenguaje: han sido hechas en base a fórmulas, códigos, cifras; transportan y generan lenguaje. En su esencia y en su forma es lenguaje.
Y toda proeza humana si se lo analiza y se ingresa a su índole intrínseca es lenguaje. Jesús y su evangelio providencial es lenguaje.
Y en este campo no solo contamos con César Vallejo sino con una pléyade excelsa de escritores: José María Arguedas en el campo de la narrativa, Ricardo Palma en el campo de la tradición, el Inca Garcilaso de la Vega en el campo de la historia. Y tenemos otros poetas de valor universal como José María Eguren y Martín Adán. Por eso ahora, con César Vallejo como portaestandarte, lo podemos todo.
Este hecho nos muestra de manera muy evidente y palmaria una fortaleza de nuestra identidad, de ser peruanos, andinos y mestizos. Con esta ubicación de César Vallejo a nivel planetario para nosotros se acabó aquello de que no podemos. Con él sepultamos definitivamente aquello de que no somos aptos o capaces.
7.
Con César Vallejo hemos triunfado en lo más arduo como son los asuntos de la mente y el alma, del dominio de un don sutil como es el lenguaje. Con él hemos realizado la proeza de hacer que la palabra y la poesía y el idioma castellano expresen aquello para lo cual no estaban preparados. Y ahora lo están, pudiendo caber en ellos todo lo humano.
Por esa razón es él un innovador absoluto, quien arriesgó y depuso toda clase de comodidades para hacer de su existencia una vida ejemplar, de sacrificio y heroísmo, puesto que cada palabra suya está forjada con valor y dolor, para cuajar un himno de afirmación y júbilo, como se puede comprobar muy bien en el poema que vamos a proclamar todos juntos a continuación.
Él forjó en un yunque supremo todo aquello que ahora cabe en la palabra, lo vital y humano. Porque, si bien es importante la ubicación y el rango que él ocupa a nivel universal, lo fundamental es su autenticidad, su coherencia y su honestidad para ser, por ejemplo, el hombre que desdeñó todo bien material, pese a estar dotado para obtenerlos; siendo así que al morir no tenía ni un objeto que le perteneciera, pero sí era inmenso en espíritu, en bondad y en consagración a la causa del hombre.
8.
¡Niños y jóvenes!
Y me refiero con esta invocación a todos, porque ser niños y jóvenes no es una edad sino una esencia del hombre, porque nacimos para ser niños y jóvenes.
Ahora vamos a leer y declamar el poema “Masa” de César Vallejo que añade o clarifica una dimensión más del evangelio de Cristo.
O es un nuevo Evangelio que se suma al del redentor de Nazaret, siendo el evangelio de la solidaridad humana que es importante renovar siempre en nuestras vidas. Porque seres como Cristo y como Vallejo vinieron al mundo a darle sentido a nuestras vidas. Y nada más valioso que nuestras vidas adquieran sentido. Y no tanto es decisivo que tengamos o acumulemos cosas o pertenencias.
Es una oportunidad entonces que al participar en este acto captemos principalmente cuál es el mensaje que tiene este poema en relación a mejorar y cambiar nuestras vidas.
Porque de eso se trata, que al recitarlo todos juntos captemos el encargo que él tiene para afianzar nuestro ser colectivo, de comunidad o grupo humano, no importa si todavía ello pareciera una utopía o una entelequia.
9.
Eso sí, cabe ser conscientes que el sentido que nos propone este poema no solo es para la persona como individuo sino para el colectivo social, para el ser humano como ser gregario, como género, especie e historia.
Y como comunidad trascendente, que es lo que ocurre en el poema “Masa”, cuando no cien, mil, o quinientos mil, sino que todos los hombres de la tierra se acercan al cadáver que está muriendo y le ruegan:
No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces se acercaron todos los hombres de la tierra, le rodearon, les vio el cadáver triste, emocionado, incorporose lentamente, abrazó al primer hombre, y echóse a andar.
Pero, ¿qué milagro ocurre en esta historia? Varios, entre otros: que no falta nadie, ningún hombre de la faz de la tierra, todos están aquí, los vivos como los muertos. Otro milagro: que la muerte resucite con el amor común, el amor multánime de los hombres reunidos comulgando en una sola emoción, abrazados todos en un solo ruego, en un solo soplo, en un solo aliento y en un solo latido.
10.
César Vallejo pudo escribir este poema por su pertenencia a una cultura como la nuestra, no siendo posible que lo pudiera haber escrito poeta de otra identidad, porque somos nosotros quienes decantamos la experiencia humana para obtener la sabiduría de ser solidarios, fraternos y hermanos de a verdad, que es lo que hay que poner más en práctica entre nosotros porque eso somos.
La esencia del Perú es la solidaridad, el bien común, el bienestar colectivo. Y esto nos señala un sendero muy pródigo hacia el porvenir, a fin de ser ejemplo del mundo, así como César Vallejo lo es. Porque el poema “Masa” nos enseña con el ruego común, con la identificación de todos, con la no exclusión de nadie, que entonces hasta la muerte resucitará.
Estos componentes, que están vivos entre nosotros, deben hacernos sentir entonces engrandecidos, fortalecidos y animosos, más que cualquier otro ciudadano del mundo, porque nosotros pertenecemos a la cultura de la fraternidad.
Por eso, quiero que me ayuden a decir ¡presente!, cuando yo mencione el nombre de César Vallejo y al final un ¡Viva! al Perú:
– ¡César Vallejo!
– ¡Presente!
– ¡Viva el Perú!
– ¡Viva!
Muchas gracias.
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