miércoles, 30 de diciembre de 2020

NIMIA MORALES VILLAR: VIAJE HACIA LA VIDA - POR LUIS ALBITRES MENDO (CAJAMARCA)


Poeta cajamarquina NIMIA MORALES VILLAR,
en la presentación de su libro "Guerreras del Viento",
en homenaje a la escritora cajamarquina
TERESA GUERRA GARCÍA (recientemente fallecida),
en el marco de la II Feria del Libro
en la ciudad de CAJAMARCA.


NIMIA MORALES VILLAR:

VIAJE HACIA LA VIDA

 

Por LUIS ALBITRES MENDO

“EL RUMOR DEL SILENCIO Y LAS ROSAS DE LA TARDE – Poemas del Destierro y de la Muerte” de NIMIA MORALES VILLAR (Talleres Gráficos de la Imprenta Cajamarca, 1985). Prólogo de MANUEL IBÁÑEZ ROSAZZA.

La sensibilidad de Nimia florece en poemas sencillos como la vida misma y como ella, compleja también, entregándonos entre líneas, profundos pensamientos que entrañan una concepción filosófica definida, logrando transmitir la emoción de los elementos naturales.

INFRANQUEABLES INTERROGANTES DE LA MUERTE Y LA SOLEDAD

Extrañas transparencias de la noche, prístinas elucubraciones de la lluvia, infranqueables interrogantes de la muerte y la soledad.

Haciendo recordar a Gabriela Mistral,  NIMIA MORALES (poeta nacida en la ciudad de CAJAMARCA), escribe poemas transidos de un amor inmenso a las personas que la rodean –ritmo y cadencia naturales-, maestra de campo, expande sus afectos en un banquete léxico de simplicidad y sencillez.

POBRE PERÚ DE OLVIDOS Y NAUFRAGIOS, POBRE PERÚ DE MUERTES Y DE EXILIOS

Poesía buena y pura en su dulce intimidad, como el aire, el sol, la música, la lluvia. Pero también dolorosa (“la vida con sus burlas y desdenes”, “todo un hato de días inservibles”, “Pobre Perú de olvidos y naufragios, pobre Perú de muertes y de exilios”. (Cuánta vigencia adquieren estos versos hoy en día).

La autora, da muestras de una vida interior intensa, vibración poética y una impresionante riqueza espiritual. Sorprenden la filosofía de “Cactus”, o el atractivo de “Sauce” (“Sauce melenudo,/... viejo profeta de los campos hondos,/ de los trigos y la luz.// Conquistador invencible de horizontes/ que, a fuerza de mirar hacia los cielos,/ te volviste humilde,/ desde la raíz hasta la flor! …Agreste ternura convertida en árbol y arbórea emoción de eternidad! …Sauce llorón de alma misteriosa./ Melancólica expresión de soledad./ Dulzura abandonada junto al río./ Creo que Dios te miró y dejó en tus hojas,/ temblorosos destellos de bondad”).

 


CLARINADAS DE ESPERANZA , PERTINAZ FE EN EL HOMBRE

Clarinadas de esperanza y una pertinaz fe en el hombre (“El hombre se hará bueno a toda costa. Todavía queda una aurora por nacer dentro y fuera del corazón humano”).

No solo abrojos y tristezas, sino optimismo (“Sembrando flores, / cosechando luceros infinitos, / enraizando en la tierra, pero siempre en permanente actitud de vuelo, / buscando nuevos horizontes claros, / afirmando caminos invisibles”).

Frente a todas las cosas se estremece. Al estilo de Whitman pero con el inconfundible acento de Nimia (“Y seré una ola o una nube/ o el polvo de algún camino olvidado/ o las huellas vigorosas e impalpables/ que un insecto, al volar, deja en el aire,/ o quizás sea el rayo de una estrella/ o el trino de un gorrión en la alborada/ o el azul que entre sombras se diluye”).

Rinde homenaje a Eguren en “Nube” (“Barquichuelo fugitivo a todo trapo,/ juguete predilecto de los vientos,/ retazo de algodón escarmenado/ con amor silencioso, en lenta calma./ Cometa blanca que un poeta/ te formó con suspiros y te puso a volar,/ y hoy te maneja con la cuerda/ invisible de sus sueños”).

PALPITANDO EN EL PULSO DE LA TARDE

Inmenso amor al teruño (“Plazuela de Cajamarca”:…/pequeñitas,/ pero intensas de ternuras/ y de dramas./ Ciudadelas de palomas invisibles/ palpitando en el pulso de la tarde./ Breves refugios que custodian el secreto de una historia sencilla como el agua, teñida de luceros…”).

 La lluvia, una constante o un leit motiv (“lluvia fina, imperceptible, / lluvia dulce, escurridiza,/ que hoy me mojas toda entera,/ sigue cayendo en mi vida/ con tu música de ensueño,/ con tu fiebre de distancias, / con tu rocío intocable,/ que impaciente ya no puede aguardar las alboradas”).

DULCES FORMAS FUGITIVAS DEL PAISAJE

Atractivo eglogal, poético y anchuroso sentido de la perspectiva (“Una choza,/ una oveja, / y un balido, / disolviéndose/ en la tarde campesina./ Avidez de mi alma,/ que devora dulces formas fugitivas del paisaje…/ de mis ojos sensuales/ que persiguen/ un ensueño perdido/ entre los árboles”).

SENTÍ EL ALETEO DE UN DULCE MILAGRO/ …CADENCIAS DE LA LUZ Y EL AGUA

Del amor maternal, expresiones (“En lo más profundo de mi arcilla joven/ sentí el aleteo de un dulce milagro/…/ Mi voz queda y triste/ aprendió cadencias de la luz y el agua/ para adormecerte/ mis labios/ hoy tienen el tacto de rosas fragantes y abiertas”).

Jirones de la vida de un maestro rural quedan prendidos en muchos de sus versos; su rebeldía, su protesta social y su admiración y afecto por César Vallejo, también quedan patentes.

(Artículo publicado en el Diario La Industria de Trujillo (1985).  Por supuesto, Nimia Morales Villar ha evolucionado muchísimo en su producción poética. Mereció el galardón literario "HORACIO ZEVALLOS"( que lo otorga la Derrama Magisterial) en el Área de Poesía para Niños (2014), presentado bajo el título de "Alforja de limosnero". Estos poemas son parte de un libro mucho más amplio, denominado "Jugando con la Palabra". Actualmente tiene varios poemarios publicados como CANTARES AGRESTES,  ALAS Y VUELOS,   PALABRAS BLANCAS Y ELEGÍAS BREVES O PALABRAS BREVES Y ELEGÍAS BLANCAS,  SONATA DEL AGUA ( inédito, pues debió salir entre marzo y abril de este año y fue interrumpido por la pandemia)



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