(MEMORIAS DE UN ÁNGEL).
De Carlos Garrido Chalén
El mío
no es
gemido de palomas
ni soplo de fuego
en la fontana.
De Carlos Garrido Chalén
El mío
no es
gemido de palomas
ni soplo de fuego
en la fontana.
No barandal
de luna
ni abanico
de colores
y de cántaros.
Arengo
como tropa
de relevo
un sonido
sostenido
de campanas.
Mi zumo
de árbol
se estremece
en la casa
de castores
de la nada
como palo
de ciego
que se agita
cuando llora
el enebro
en la montaña.
Tengo nombre
y sin embargo
no conozco
si es que ahora
lo pronuncian
las cigarras.
En la cumbre
de todos
los aromas
otea
una canción
muy triste
mi guitarra.
En flecha
de amor
viajé
hacia el trueno
cerca del lauredal,
junto
al relámpago,
y en mi entraña
de madero
se hizo arrullo,
con sus huellas
digitales,
la palabra.