lunes, 23 de junio de 2014

VELADAS DE MI PUEBLO - FOLIOS DE LA UTOPÍA: EL TITILAR DE UNA ESTRELLA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
 
JUNIO, MES DE LOS NIÑOS,
DEL MEDIO AMBIENTE, DE LA GLORIA
DE ARICA Y DE LA IDENTIDAD ANDINA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
*****
 
ACTIVIDAD PRÓXIMA
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
HOMENAJE
A CÉSAR VALLEJO YNFANTES
EN EL SEGUNDO ANIVERSARIO
DE SU DECESO
 
CLUB ANCASH.
HORACIO URTEAGA 660
A UN COSTADO DEL CAMPO DE MARTE
VIENES 27 DE JUNIO. 5 PM.
 
 
 
A CESAR VALLEJO YNFANTES
 
Patriarca del Vallejismo
en el Perú y en el mundo
de Huamachuco profundo
heredaste su civismo.
A César Abraham tú mismo
lo revaloras desde antes
con amor en todo instante
por talento magistral.
Tu obra es fundamental
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
Sobrino del gran poeta
de sangre y capacidad
que defendió la verdad
en todo nuestro planeta.
Un verdadero asceta
que siempre estuvo adelante
y nunca fue claudicante
del honor y la justicia.
Denunciaste la estulticia
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
Por Capulí y por Vallejo
y su tierra prodigiosa
en su verso y en su prosa
te la jugaste parejo.
El familiar más añejo
como el poeta brillante
fuiste un hombre rutilante
con Danilo y con Ramón.
La más grande distinción
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
La Sabiduría Andina
Y Milicianos del Alba
usarán balas de salva
y armarán la tremolina.
Porque la muerte mezquina
de una manera infamante
se lleva al representante
santiaguino de valor.
Seguiremos tu labor
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
 
ANDRÉS ROBERTO ARRIOLA
 
*****
 
VELADAS
DE
MI PUEBLO
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
EL TITILAR
DE UNA
ESTRELLA
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Al centro
de este patio
 
Las veladas literario musicales de mi pueblo, como aquí las llamamos, y que se desarrollan en el local de algún club social, o en el cine-teatro de don Pablo Alcántara, o bien en el algún local que es extraño verlo envuelto en las sombras de la noche.
 
O bien en el patio de alguna casona antigua, amplia y espaciosa. Como por ejemplo la del canónigo Rufino Benites, o en cualquiera otra casa con ancestro y linaje, en donde los chiquillos juntamos nuestros cuerpos.
 
Y extendemos el borde de nuestros ponchos en el empedrado del patio para exorcizar el frío de la serranía, echándonos entre uno y otro aliento y el suspiro cálido de nuestras bocas y corazones.
 
Tratando de que sea el más caliente, a fin de que pueda en algo aliviar este zamaquearnos involuntario y el chirrido de dientes que nos produce la helada, que cae perpendicular a nuestro cabello tupido por las ilusiones. 
 
Y desciende justo a esta hora. Y al centro de este patio, encarrujándonos el cuerpo.
 
2. Inmensa
ternura
 
Aunque sin movernos nosotros para entibiar las piedras donde estamos sentados, las mismas que por primera vez sienten que pasan una noche afectuosa en sus vidas alucinadas, bajo el absoluto y el infinito que son las estrellas titilantes. 
 
Pero por más cierzo helado que caiga permanecemos incólumes por ver a las niñas más lindas del pueblo mecerse como flores.
 
Las veladas son jornadas plenas de nerviosismo, de poesía y de amor a lo propio. En primero lugar, de parte de quienes actúan desempeñando algún rol, en que ponen toda el alma para hacerlo bien.
 
Como de parte del público que participa en estas fiestas en las cuales la expectativa es grande, llena de una actitud compasiva para perdonar errores, equívocos, olvidos y hasta de una copiosa e inmensa ternura.
 
Sobre todo ante el ajetreo de niñas y niños que intervienen. Así como de las personas mayores, ya sea que salen en algún papel de apoyo o ya sea como animadores, músicos u organizadores de estos acontecimientos y sus múltiples facetas.
 
3. Como
si fueran
 
Al abrirse el telón cesa de repente el murmullo que hasta hace unos instantes hacíamos en el patio que está empedrado esta vez de cabezas de niños, que deja las orejas expuestas al rocío.
 
Como también de rostros ilusos de muchachos y adultos candorosos que están sentados en el suelo igual que nosotros y los jóvenes, envueltos en sus casacas de colores estallantes, otros acurrucados en sus ponchos y que repentinamente prorrumpimos en aplausos.
 
Lo hacemos más que exigiendo que la función empiece por la conveniencia de sacudirnos del frío intenso, haciendo palmas entusiastas en el intento de abrigarnos. 
 
Aunque también porque nos emociona la dedicación puesta para que cada número salga bueno y espectacular.
 
En los corredores del primer y segundo piso permanecen los señores con sus esposas y sus hijas, algunas casaderas, otras con el aura asustadiza de la adolescencia, y tras enteramente inocentes como si fueran estampas de catecismo.
 
4. Conjunto
de hadas
 
Pero todas ellas con los ojos posados siempre en el mundo etéreo de los sueños, en donde tratamos de aparecer nosotros, haciendo cualquier aspaviento con tal de ganar el privilegio de una sola de sus lentas miradas.
 
Justo en el tiempo en que se abre el telón, con una música de fondo, arrancadas de mandolinas, guitarras y un violín, que yo veo que pone inquieta a mi hermana Rosita, que hoy día está pegada a las faldas de mi mamá quien ocupa un asiento en la platea.
 
Que es cuando aparece un coro divino de niñas en un escenario mágico que semeja un prado sembrado de flores. Por lo alto, nubes bogando junto a un sol mañanero seguro que suspendido de alguna cuerda o elevado con algún oculto carrizo por detrás del escenario.
 
Este cuadro o estampa arroja lejos la tentación del sueño que habíamos tenido minutos antes. Y allí mismo escogemos, de entre ese conjunto de hadas, a la niña más hermosa para transportarnos con ella a la región pródiga y sin límites de la fantasía.
 
5. Pregunto
con los ojos
 
¡Pero es increíble! No conocemos a ninguna de esas chiquillas que ahí ondulan semejando flores batidas por una suave brisa. Todas están, más bien, entresacadas de algún álbum de ninfas y hasta de vírgenes, hermosas y rozagantes. O sino, ¿de dónde las han traído? ¿Han venido de algún paraíso cercano que no conocemos por más que correteamos por cumbres y bajíos en nuestros juegos?
 
Pero, poco a poco, por algún mohín, rasgo o perfil de su rostro, por algunos gestos, o por algún movimiento, o por alguna mirada furtiva detenida en alguno de nosotros que estamos en el suelo, las vamos reconociendo. 
 
Esa es Lola. La otra es Silvia. La del fondo Haydé. La de este lado y que da vueltas como libélula es Bertha. ¡Esta otra es Sholi!, la otra es Cristina. La de más allá es Aurora. ¡Qué increíble! ¡Qué hermosas
 
– Oye, ¿tú distingues quiénes son!
 
– La que te está mirando es Margarita.
 
– ¡Oh no! ¡Es cierto!
 
6. Pero
sobre todo
 
Una niña encarna a un gracioso tulipán de quien se enamora el picaflor, representado por otra muchacha que revolotea dando saltos en el aire, mientras la orquesta interpreta la canción alusiva a la primavera.
 
Veo que mi hermanita Rosa ya no está con mi madre. Le pregunto con los ojos y me dice que está adentro, detrás del escenario. Y hace un gesto de resignación.
 
Y es que aquella música, que se escucha detrás del telón y que acompaña cada número que se presenta, es de la orquesta de don Danilo Sánchez Gamboa, mi padre. 
 
Tanto es así que en algún momento la orquesta sale muy atildada al escenario a interpretar una y otra pieza musical, como si fuera parte del espectáculo verlos tocar, para lo cual todos lucen camisas de cuello y corbatas estallantes.
 
Pero sobre todo aparecen azorados por las miradas que se posan en ellos, mientras mi padre de pie y tocando el violín los dirige alzando la cabeza, echándola a un lado y mirándolos a los ojos a cada uno de ellos.
 
7. Bajo
el otro brazo
 
Y aquí quiero contar una anécdota que hizo desternillarse de risa a los asistentes, ocurrida en una de aquellas actuaciones. 
 
Ya se ha abierto otra vez el telón, y en los segundos iniciales en que tienen que presentarse los actores, he aquí que vemos que aparece una criatura de más o menos unos tres años, jalando hacia adentro del escenario a alguien que se esconde en el telón que pende al costado, a fin de no ser visto. 
 
Vemos una mano estirada que aparece y le pide desesperado a la niñita que regrese. ¿De qué está cogida la niña? Del arco de un violín que alguien que no quiere aparecer lo sujeta desde el otro extremo.
 
Pero pronto la bebita coge con la otra mano la corbata del señor que se esconde y lo jalonea, estirándole la con todas sus fuerzas, como si fuese una soga. 
 
Cuando ya no puede más, sale el personaje al escenario y es conducido sumiso de uno a otro extremo del tablado. ¿Quién creen que era ese señor? ¡Mi papá!, quien avanza cogiendo la otra punta del arco, y con el cuerpo agachado portando a su violín bajo el otro brazo.
 
8. El mejor
número
 
La chiquilla ¡es Rosita, mi hermana!, a quien se le había antojado cruzar de uno a otro lado el escenario justo cuando el telón ya estaba abierto y se demoraban los actores del número luego vendría. Y mi padre no tuvo más remedio que seguir, atravesando el proscenio delante de todo el público.
 
La escena produjo tanta risa carcajada general, por lo natural y espontánea, que el público pedía que se repita. Pero en el trance a don Danilo se lo veía tan aturdido que no fue capaz de mirar al público ni pedir disculpas por lo avergonzado que estaba.
 
Pero, eso sí, tenía una dulce sonrisa al ser jalado por esa criatura temperamental, dando el espectáculo de un cuerpecito chiquitito que arrastraba a un cuerpo alto, completamente bajo su dominio y arbitrio.
 
Fue considerado el mejor número del año en el recuento de las veladas literario musicales de mi pueblo.
 
Y es que mi hermana Rosa desde que nació se volvió la engreída de mi padre, capaz de irse hasta donde él estuviera, sea el sitio que fuera.
 
9. Veladas
de mi tierra
 
Tan es así que era la única mujercita que iba a las excursiones de la Escuela 271 y que eran arduas y hacia sitios lejanos. 
 
Esta vez seguro que ella estaba detrás de los telones, e incluso sentada en sus rodillas mientras él tocaba el violín; o a un costado de la orquesta, y se le ocurrió pasar al otro lado, delante de toda la concurrencia. O sin prever que el telón justo se iba a abrir en ese instante.
 
Cuando ya desaparecían de escena, el público, después de tanta risa, prorrumpió en sonoros aplausos, quedándole a mi padre esa noche una especie de jaqueca que en mi pueblo se dice "chucaque"; pero a todos los asistentes nos quedó la convicción de haber sido el número más aplaudido de aquella velada.
 
¡Ah veladas de mi tierra, que eran como el titilar de una estrella!
 
Y cuento todo esto porque en mi familia ha caído una honda tristeza, por eso evoco estos pasajes donde todo era inocencia.
 
 
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ADHESIÓN
A LA PRESENTACIÓN
DE LA OBRA TEATRAL
DE ÁUREO SOTELO HUERTA
ESCENIFICADA POR EL ELENCO
DE TEATRO DE LA UNIVERSIDAD
RICARDO PALMA
 
SANTIAGO ANTÚNEZ
EL POETA DE LA LUZ
 
VIERNES 27 DE JUNIO 7 PM.
DERRAMA MAGISTERIAL
GREGORIO ESCOBEDO 598
JESÚS MARÍA
 
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CONVOCATORIA
 
XVI ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
TELÚRICA DE MAYO, 2015
 
LIMA:
MARTES 19
 
TRUJILLO:
MIÉRCOLES 20
 
HUAMACHUCO
JUEVES 21
 
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SÁBADO 23
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DE MAYO, 2015
 
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