CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA Y
CONSTRUCCIÓN DE LOS ANDENES NUEVOS
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
POR LOS 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA
Y 90 AÑOS DE LA EDICIÓN DEL POEMARIO TRILCE
SÁBADOS 7 PM. AULA CAPULÍ:
CONFERENCIAS, SIMPOSIOS, HOMENAJES
EN RELACIÓN A LA CULTURA ANDINA
SÁBADO 29 DE SEPTIEMBRE. 7 PM.
ADHESIÓN Y HOMENAJE
A LUIS ANAMARÍA
Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 2 y 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República
Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia
Teléfonos Capulí:
420-3343, 420-3860
y 997-739-575
capulivallejoysutierra@gmail.com
ADHESIÓN
Y HOMENAJE A
LUIS ANAMARÍA
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
HACIA
LO PROFUNDO
Y SAGRADO DEL SER
Danilo Sánchez Lihón
“El mar se mide por olas
el cielo por alas
nosotros por lágrimas”
Jaime Sabines
1. Un hombre
de lucha
Luis Anamaría, poeta y hombre comprometido con las causas populares ha dirigido, a amigos y familiares, la siguiente comunicación:
Septiembre 15 del año 2012
Apreciados amigos y familiares:
Acabo de enterarme que tengo un tumor maligno en el colon. La rémora del seguro social, y mi ignorancia, me hicieron creer que solo era una gastritis. Baje de 10 a 15 kilos de peso. Bueno, no puedo llorar sobre lo que ya ha acontecido, sobre todo con el antecedente de cáncer al colon de mi madre.
Mi vida siempre ha sido luchar por principios, he procurado siempre mantener mis ideales de justicia social. En todo lo posible he salido al frente contra todo tipo de discriminación, y siempre a favor de una vida más justa y digna para nuestro pueblo.
Siempre he mantenido mi fraternidad y solidaridad con mis amigos, familiares y colegas. Felizmente mis hijos nos inscribieron, a mi esposa y a mí, en un seguro oncológico; espero que todo salga bien.
Si algo me pasara por favor quisiera que los jóvenes Guillermo Yucra y Martin Guerra dieran unas vivas por el socialismo peruano, por José Carlos Mariátegui, por Cesar Vallejo y José María Arguedas. Ese es mi deseo. Un gran abrazo para todos.
Luis Anamaría
2. Carta
de adhesión
Queremos que sepa Luis Anamaría que al luchar él por su vida lucha por nosotros, como un guerrero a quien le ha tocado alzar una bandera en la primera fila de la línea de fuego.
Que sepa que él está en el timón de la nave, que nos lleva a todos por un mar proceloso y que depende que él venza para que todos nosotros hayamos vencido.
Que sepa que si él logra doblegar a lo adverso nosotros, todos, habremos doblegado la cerviz a ese esperpento que quiere amedrentarnos. Que ahora él nos dignifica y representa.
Que sepa que con nuestra fuerza y con nuestro aliento y nuestra adhesión multánime, él, palmo a palmo, milímetro a milímetro, debe hacer retroceder al mal en su cuerpo que es tierra colectiva.
Que en la medida que abolamos ese mal otros males irán retrocediendo por nuestra afirmación categórica y nuestro canto a la vida, a la solidaridad de los hombres “Masa”. Que sepa Luis Anamaría que lo necesitamos en la trinchera y que sienta cuánto lo queremos.
3. Donde se halla
el arcano
Digo en el prólogo de “Fósforo cautivo”:
Ya a inicios del asombroso siglo XXI, cuando se constatan las extraordinarias conquistas del hombre y su dominio sobre la materia, así como nos maravilla y colma de estupefacción el descubrimiento y manipulación de las leyes que rigen el universo, se echa también de menos –y con la misma expectativa– que haya idéntica e igual claridad y perfección en el cultivo y desarrollo del espíritu del hombre.
Sobre este particular, entonces, surge la pregunta: ¿a qué campo, área o arte corresponde la tarea de alcanzar –así como lo hace la ciencia que opera en el terreno de lo concreto y corpóreo– el inmenso empeño de hacer posible la calidad, la gracia y la excelencia que debe primar en el ámbito de lo anímico que es lo sustancial del hombre?
Mi respuesta particular es que esa labor y realización atañe cumplirla principalmente a la poesía. Porque ella es de los pocos bienes al alcance del hombre que tiene la fuerza y el poder para ingresar a lo profundo y hondo del ser, que es donde se halla el arcano de lo que se es y de lo que se puede realizar en el universo.
4. Honda
y vibrante
El ancla o arpón de la poesía al sumergirse en lo profundo y sagrado del ser, extrae de allí el don de lo significativo y trascendente; además que, por ser un poder no estatuido, no tiene dogmas ni jerarcas, es libre e inmune.
Y, como tal, sin las ataduras y grilletes de lo canónigo y convencional. Pero también, y sobre todo, radica su poderío en su belleza absoluta. Y en el hecho de que ella no se compra ni se vende.
Ella es el único don humano que no tiene un precio en el mercado, y resulta invalorable porque sí. Su naturaleza escapa a aquella desgracia y fatalidad de toda obra humana, cuál es su condición de caer atrapada por las leyes de la compra-venta, hecho que ni siquiera toca o alcanza a rozar a la poesía, condición de donde deviene su alta investidura y su incuestionable potestad.
Y, para contener e irradiar todo eso, ¿cuál será entonces la esencia primigenia de la poesía? Indudablemente, hacer evidente el ser auténtico, intensificar la vida verdadera, hacerla más honda y vibrante, hacerla más significativa y trascendente; que es la intención, el meollo y el logro de Luis Anamaría en su poemario “Fósforo cautivo”.
5. La vida
indecisa
¡La vida!, y acerca de cómo ella aflora, e igual se pierde, de cómo ella se hace evidente y tangible, de cómo a la vez se esfuma y desaparece, es el tema de esta obra.
La vida amenazada, rota en pedazos; hecha ilusión y aniquilada, colmada de gracia y desesperanza, es el principio, el centro y el final de esta colección de poemas.
La vida de un desaparecido cuyos familiares no lo encuentran; de alguien a quien por último se lo encuentra pero sin saber quién es; la vida que este sistema convierte: a cada individuo en ente y a cada totalidad en nada.
La vida indecisa y ya incierta, en alguien muy amado. La vida que hacemos nula e inútil en un joven a partir de nuestras maldiciones. La vida que es bella, maravillosa y deífica, así como mísera, ruin y abyecta cuando el mal se enseñorea de ella.
La vida plena en un niño que nace, a medias en alguien que mendiga trabajo, convertida en ceniza en alguien que rueda al suelo fulminado por el rayo de un infarto.
La vida del "datero” de los microbuses y las combis, que recogen su sueldo en monedas que les tiran por el aire y hurgan, para recuperarlas, de entre las ruedas de los ómnibus.
6. En lo hondo
de un naufragio
La vida buena y sencilla, como la otra medrosa y oscura, es la que sangra en estos versos. La vida de no ser nada ni nadie en la vida, como muchas veces cada uno de nosotros se siente.
La estupefacción de la vida hecha prodigio en un niño o en una muchacha que miramos pasar desde un bar en una esquina destartalada que se eleva por la gracia de la vida en una cometa sublime.
La vida comprometida, que es poner el pecho a las balas cuando se trata de defender principios inquebrantables. “Esta es la vida, señores”, dice Luis Anamaría.
La vida que se celebra, y la otra que interroga aquella persona que asiste pasmada al acto de cremación del ser que amaba.
La vida en peligro, en lo hondo de un naufragio. La vida que anhela el bien. La vida donde nada, algo, poco, ¡o mucho!, sucede. La vida de adentro y la vida de afuera, es la que palpita en estos versos.
Y que hacen un calidoscopio en donde se construyen y desconstruyen ficciones, como se configuran y desconfiguran hechos de la realidad que resultan más incoherentes que el peor de los desvaríos.
7. Un poema
insignia
La poesía, en general, es un cauce tan hondo que a fin de capturarla sólo se proponen o arriesgan a sumergirse hasta sus profundidades algunos símbolos. A la poesía misma se la identifica con la rosa, la lámpara, el ciervo.
O bien se trata de reflejarla en algunas imágenes y metáforas por ser estas etéreas o volátiles. Por ejemplo: “La mosca azul”, en la poesía quechua, el signo de “El corcel galopando”, en la poesía del alce André Bretón; “El ala que voló”,es el garabato en la poética del viejo gato Martín Adán.
En el caso del libro que motiva este comentario, no hay símbolo que valga, porque va a lo descarnado de los hechos y las cosas. Pero claro, sí tiene un vocativo clave, cual es: “vida”, ¡y qué palabra!
Empero, sí cabe reconocer que en la obra y en la trayectoria de cada autor literario que hace poesía hay casi siempre un poema insignia, blasón o escudo, que es el poema que define a dicho autor, sin mellar su amplia y extensa libertad, poema que es más bien la síntesis de su totalidad.
Aquel poema emblema encierra mucho de lo que es la propuesta poética y hasta la identidad de un creador.
8. Respira
camina
Ese poema símbolo, en el caso de Luis Anamaría, es el titulado precisamente "La vida”:
Contracción diez minutos
Dolor
Respira camina
Camina
Contracción seis minutos
Dolor
Respira camina
Camina
Contracción cuatro minutos
Dolor
Respira camina
Camina
Dolor
Dolor
Corto
Respira
Vida
Grito:
¡Sebastián!
9. Se tiempla
en el infortunio
Este poema, que tiene el pulso y el nervio cardíaco de un alumbramiento, o parto al cual se refiere, es el que el autor lo dedica al nacimiento de su nieto Sebastián.
Dentro de este poema está invisible todo lo que es Luis Anamaría, están sus días como sus noches, sus presencias y sus olvidos. En él están sus amigos, como sus contrincantes, están sus penas como sus ideales.
Publicando su libro “Fósforo cautivo” Luis Anamaría está cumpliendo con un deber de intelectual honesto y coherente con lo que es una misión generacional; mucho más si reconocemos en él a quien, además de escribir acerca de sus inquietudes personales muy legítimas, se proyecta básicamente desde y hacia los valores colectivos y sociales.
Porque la suya es una poesía que incorpora a la fibra íntima de su ser el dolor de su especie, se tiempla en el infortunio y en la sinrazón del hombre.
Pero que, además de cumplir con dicho propósito, cuaja su doctrina y su ideario sin sectarismos, sino más bien ubicando su mensaje en el plano de los ideales humanos amplios.
10. Se toca
la utopía
Lo expresado ocurre en el poema “Informante de camino”, que dice así:
¡Gran Datero!
En altavoz recibes
diminutas monedas sin valor
así... regadas por los suelos.
¡Gran marcador!
Te hermanas
con mendigos
que saquean migajas,
nuestro tiempo.
¡Guardia de honor!
en la tumba de aquel Datero
que solo atesoró amistad
de los humildes más humildes...
Aquí se toca la utopía –como debe ser– cuando solicita, estupendo y justiciero, ¡“Guardia de honor”! para un trabajador de la calle despreciado, ninguneado, visto siempre de arriba para abajo.
11. Tanto
y en cuanto
Eso hacemos con: “el datero”; alerta de sol a sol y vigilante afiebrado o entumecido de la combi y el microbús en donde viajamos, nada menos que “nosotros”.
Allí vamos el colectivo que somos, dentro de sus alas de lata que se eleva tanto que cuela las estrellas y traspasa el cielo azul hacia el más allá.
Trabajador insomne, grandiosamente reconocido aquí como heroico y hasta asombroso trabajador de la infinitud.
Como de la eternidad del tiempo, que es lo que trata de registrar en sus papeles amarillentos que se queman bajo el sol.
De este modo, denota y connota Luis Anamaría en la textura de sus versos, un mundo en donde además de una opción ideológica, hay riqueza de matices anímicos, de sentimientos y de emociones.
Tanto y en cuanto la historia se desenvuelve en el plano real, cotidiano; como se introduce en el plano de lo suprarreal y onírico.
12. Muy ligado
con su barrio
Luis Anamaría integra el grupo “Capulí, Vallejo y su Tierra”, y lo hace como miembro nato, pleno y total, como lo es siempre.
De allí que a él toda mi adhesión, mi fervor y mi afecto.
Ha viajado, entre los peregrinos del Capulí, a Santiago de Chuco, tierra natal de César Vallejo.
Este viaje que ha constituido en su trayectoria –según él mismo lo manifiesta y lo refiere en una crónica– un descubrimiento, una revelación y un hecho extraordinario.
A fin de conocer y ubicar mejor su universo poético, es de especial importancia registrar aquí que él nació en Lima, y se siente muy ligado con su barrio y su distrito que es Surquillo.
Estudió en la Universidad Nacional de Ingeniería, UNI, en la especialidad de Ingeniería Económica.
Siguió estudios de maestría en Planificación Nacional de Desarrollo, en esa misma casa de estudios superiores.
13. Sin jamás
arriar banderas
Cuenta con más de cuarenta años dedicados al servicio docente.
En el nivel de la educación superior desarrolla los cursos de ciencias, principalmente de Análisis Matemático, Investigación Científica y Estadística.
Ha recibido la distinción: Laurel “Piedra Negra sobre Piedra Blanca” otorgado por la Municipalidad Provincial de Santiago de Chuco, de manos del Alcalde de esa jurisdicción, Eberth Rojas Alipio.
A su esencia de ser “un hombre bueno” –como decía de sí mismo Antonio Machado– agrega a su militancia en todo proyecto de reivindicación humana de los desheredados del mundo, el de la poesía, que ha de ser incólume en quien ha dicho:
“Prefiero morir antes de arriar mis banderas”.
Ahora tiene Luis Anamaría en sus manos el escudo y la espada de la poesía que son de luz, para luchar con esa sombra subterránea que hay que vencer con valor y también con nuestra solidaridad y ante las cuales jamás cabe arriar banderas.
Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860