sábado, 1 de mayo de 2021

1 DE ABRIL: DÍA MUNDIAL DE LA EDUCACIÓN - FOLIOS DE LA UTOPÍA: EL BIEN DE EDUCAR - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 

 
 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
ABRIL, MES DE LA PALABRA,
LA CREATIVIDAD LITERARIA E
INMORTALIDAD DE CÉSAR VALLEJO
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


 



 
*****
1 DE ABRIL
 
DÍA MUNDIAL
DE LA
EDUCACIÓN


 FOLIOS
DE LA
UTOPÍA


 
EL BIEN
DE
EDUCAR

 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
La tierra que no es labrada
llevará abrojos y espinas
aunque sea fértil.
Santa Teresa de Jesús
 
 
1. Para todos,
una vida mejor
 
“Ser maestra en el Perú”, es el libro de Regina Galimidi Guillén de Cavero, quien ha ejercido la docencia en el nivel más decisivo y fundamental en el desarrollo de la persona humana, como es la Educación Primaria; y lo ha hecho en diversas regiones, provincias y ciudades; así como en diferentes centros educativos de las diversas localidades a lo largo y ancho de nuestro país.
Y ella ahora escribe sus experiencias en esta obra sutil y concluyente, a la vez central y conmovedora, que por el hecho de basarse en una trayectoria de vida es todo verdad; porque, ¿quién va a negar que es cierto lo que se ha vivido? Y siendo así es valioso leerla con interés, devoción y apreciarla en todo lo que remarca como síntesis de vida.
Porque, ¡qué importante es para avanzar en la educación que se recoja la experiencia ganada. ¡Qué fundamental resulta meditar sobre ella!, escribirla, publicarla y proyectarla hacia la sociedad, convertida de ese modo en aula abierta, y hasta en patio escolar en donde se muestre la vida confrontada con el quehacer de la educación.
Y donde podamos pasearnos e imbuirnos de ideas, nociones, y propuestas de acción, como ocurre en este libro. Porque los libros son todo eso: patios, parques, galerías y museos, donde podemos recrear lo que nos ha deparado la vida; y que decantado se convierte en sabiduría para asegurar, para todos, una vida mejor.
 
2. Nuestro
destino
 
Escribir y publicar, como lo está haciendo Regina Galimidi Guillén de Cavero, y mucho más cuando se trata de una obra cuya esencia es la educación es primordial; pero, además, nos revela que ella es una maestra preocupada por la formación del ser humano más allá de las aulas.
Nos evidencia de este modo que la educación para ella no es un cargo, ni un puesto de trabajo, ni mucho menos es figurar en la planilla de un centro educativo, sino que es un compromiso de destino que se proyecta en el tiempo y el espacio.
Y que es lo que hace posible que tengamos ahora entre manos un libro que es además de una lámpara y un faro, una plegaria, un rezo y una oración por esta actividad verdaderamente trascendental, como es la educación en el Perú.
Obra que es himno y es brindis, que es una ofrenda a la escuela y a la niñez; a la edad escolar que es una edad de oro. Es un canto puro y cristalino. Es depositar toda nuestra esperanza en este acto pleno, y sacrosanto de lo que es la educación
Que es homenaje a la educación, acerca de su importancia y trascendencia, siendo el tema central de esta obra el ser maestro o maestra en el Perú, tema crucial y verdaderamente determinante en lo que es nuestro destino como nación.
 
3. Educar
garantiza la vida
 
Y es que cada día miles, centenares de miles, millones de personas se movilizan por calles que tienen o no tienen aceras ni calzadas; por carreteras que tienen o no tienen pistas o asfalto; por campos donde hay o no hay caminos. Cada día niños, jóvenes y adultos se desplazan por espacios de costa, sierra y selva.
Y lo hacen en los páramos y en las selvas intrincadas, cruzando desiertos o ríos caudalosos, montados en vehículos, animales o en balsas, todo para asistir a este rito sagrado de educarse en la escuela. Y que son instituciones educativas erigidas en las colinas, o en lo hondo de las quebradas; a la vera de una vía o en medio de un boscaje.
Y es porque la educación es quizá la única senda y perspectiva visible y evidente de superación. Y siendo así es legítimo el cuidado por su calidad, que es el que alienta en esta obra, porque sea una senda buena, eficaz y esperanzadora para dejar atrás rémoras y atrasos.
Lo es también por la rueda generacional, porque quienes recibieron educación son los que la imparten, ya que los hábitos engendrados tienen una profunda influencia en lo que viene después. Ya que nadie que se ha educado deja que su descendencia no siga el mismo rumbo, porque descubrió que es eso lo que garantiza a la vida. ¿No es lo supremo y hasta sublime?
 
4. Sensibilidad
y trascendencia
 
Alguien definía a la educación como una ciencia de utilidad práctica, inserta en el desarrollo cultural, social e histórico, lo cual es una definición parcial, y que lo desmiente en este libro la presencia de poemas.
Porque además de ser este un libro de reflexiones sobre la educación, basadas en la experiencia, con pensamientos producto de horas de meditación, es también en buena parte un libro de poemas.
Escrito ya en el reposo del guerrero, que es el maestro o la maestra, al final de la jornada, o la batalla, como un testamento vital en todo lo que viene a ser síntesis y quintaesencia de lo vivido.
Que lo componen reflexiones, pero también poemas. ¡Y qué bueno que así sea! ¡Qué bueno que la experiencia no agoste ni apague los sueños! ¡Que el anhelo de captar lo supremo recurra a la poesía! En parte utilizando el lenguaje del ritmo, la cadencia y la música que en el fondo también es sabiduría.
Poemas dedicados principalmente a los maestros, a los estudiantes, pero también a la educación en general, al centro educativo, al aula y al Perú como pasión y como desvelo.
Este hecho, el de tener un magisterio con sensibilidad hacia la poesía es una nota extraordinaria porque supone sensibilidad y trascendencia.
 
5. Plena
convicción
 
Trata el fondo de esta obra del maestro formando al discípulo, y ello constituye una maravilla. ¡Que esto sea así, y que en la vida haya educación y exista este acto simple pero inmenso que es educar, es digno de glorificarse, porque pueda darse esta relación tan hermosa!
Y menciono así este hecho, porque ello nos remite más que a la calidad de los conocimientos del maestro, a la actitud para con sus alumnos; y a la visión de país que estamos fomentando, como ocurre en esta obra que en todo es positiva.
Que celebro, porque en todo tiene una mirada alentadora de toda situación en general. Ya que es importante que se valoren principalmente los aciertos. Donde no se echa la culpa a nadie de nada. Donde no hay quejas, lamentaciones, críticas ni maldiciones; donde no se siembra decepción a partir de este libro.
Porque el maestro ha de ser sobre todo sembrador de esperanza. En quien el derrotismo no tiene lugar ni cabe jamás. Ya que el maestro es siempre un hombre de esperanzas, de ilusiones y hasta de utopías.
Ya que todo niño que se forma es una utopía, teniendo que templar bien el hilo de la cometa de la utopía que cada niño tiene y es. Maestro, es quien jamás siembra desaliento, quien va adelante con tesón, entusiasmo y plena convicción.
 
6. Para asumir
desafíos
 
Ahora bien, el compromiso de toda generación es legar a la sucesiva un mundo mejor que aquél que recibió. ¿En qué medida maestros, y ciudadanos en general estamos cumpliendo con este compromiso moral y estamos a la altura de los desafíos de nuestra época? Una manera de cumplir con esa responsabilidad es escribiendo obras como esta.
Porque como maestros somos los puentes, o las escaleras, o los andamios por donde niños, jóvenes y adultos han de pasar hacia el país o región de sus sueños e ilusiones. Por eso tengamos la visión de largo aliento, la perspectiva histórica, para no defraudarlos, pero también asumamos la tarea práctica de sintetizar lo que la vida nos ha enseñado, mucho más si esos contenidos recaen en el campo de la educación.
Porque esta es la hora del magisterio, porque los problemas son tan arduos, grandes y profundos, que no pueden ser asumidos sino por quienes tienen fibra ni pasta su madera de guías, de conductores y de padres de pueblos. Porque son los maestros quienes se hacen responsables del mundo, asumiendo la realidad y afrontándola para mejor responder a los desafíos del futuro, como se cumple y se plasma en esta obra.
 
7. Fervor
y gratitud
 
Quiero expresar finalmente, en relación al hecho central de esta obra, cuyo tema es la educación, que Regina Galimidi Guillén de Cavero, su autora, es madre del escritor Samuel Cavero Galimidi, siendo él un fruto acrisolado salido no solo de su vientre sino de sus manos, de su mente y de su perspicacia de maestra. Es decir, en la realidad del hijo de esta maestra se demuestra que sus sentencias son correctas al habernos dado como hijo un fruto espléndido al tener él la sensibilidad, la conciencia y la voz magistral que tiene para expresar lo que sabe expresar, y que más prestigian al Perú y su literatura en los momentos actuales.
Qué bueno entonces que este libro se erija y que tenga un testimonio vivo en la dirección que plantea, dándonos la clave para conocer aquello que la vida prueba que es bueno, ya que la educación que ella predica tiene un resultado tangible en un fruto que lleva su sangre y lleva su aliento.
Que además es razón de su vida y sustento de sus días, el de haber educado al seguidor, al alumno con quien uno viaja, y al acólito del templo donde el testimonio de que su alumno principal es su hijo, hecho que la legitima totalmente, siendo él el hombre creativo, edificante, lúcido y visionario que ella predica en esta obra hecho que prueba absolutamente su bondad. Y qué bueno que la vida le haya deparado a doña Regina, como laurel que corona su frente, al encarnarse en un renuevo en donde seguirá dando flores y prodigando nuevos frutos. Por todo ello mi homenaje, mi fervor y también mi gratitud.



1 DE ABRIL
 
 
HOY NACE
LUIS
DE LA PUENTE

FOLIOS
DE LA
UTOPÍA

María Eugenia de la Puente 
Homenaje a su señor padre Luis de la Puente Uceda,
Miraflores, 22 de julio de 2015

 
JUREMOS
POR ESTAS
ESTRELLAS


Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Yo te canto
algo
 
– Lucho, ¿trajiste tu guitarra?
– ¡Claro!
– ¿Verdad? ¡No la veo!
– ¡Aquí está! Adónde voy, ella va, siempre.
– ¡Qué bueno que la hayas traído!
– ¿Y sabes por qué cargo con ella? Es como si siempre caminaras con tu corazón en la mano, con tus sentimientos y tu alma a flor de piel.
– Pero no la veo. ¿En dónde está?
– Aquí está a mi lado en el asiento delantero, pero para el lado de la ventana. Y es que necesito tenerla a mi lado. Y ahora que tú manejes yo te canto algo.
– De una vez, dame el timón, ¡yo manejo!, porque la noche se está poniendo muy triste.
– Es que estas montañas sobrecogen el alma.
 
2. Alivio
y fortaleza
 
– Ya toma, maneja pues. Y yo desenfundo la guitarra.
– Ya me parecía raro. Yo dije: ¿qué? ¿Lucho, por estos caminos, y sin su guitarra?
– Y es que Lucho sin guitarra no es Lucho.
– ¡Javier! Por fin despertaste. Has dormido como una piedra
– ¡Siquiera un ratito! Pero sería bueno cantar.
– La música es como un buen licor o trago para animarnos. Ahí va una serranita. Y aunque la canción sea triste es como si nos fortaleciera.
– Ahora te diré que a mí la música me ha gustado desde chiquito, pero es cuando uno se acerca más al campesinado cuando la incorpora como un elemento fundamental del espíritu. Los campesinos reconfortan su alma con la música. Le sirve de bálsamo, alivio y fortaleza.
– Entonces es cierto lo que dice Guillermo, que cuando te conoció no cantabas huaynitos sino canciones italianas, como Wariflé y cosas así.
– ¡Es cierto! Pero lo que yo puedo decir de Guillermo es que por un pelito se escapó de ser cura. Aquí a Santiago de Chuco ha venido con sotana.
 
3. Tonadas
y compases
 
– Pero a ti, Lucho, la guitarra, ¿alguien te la enseñó a tocar?
– ¡Nadie! Tampoco se puede decir que la toco. Apenas la rasgueo y sirve ara el gasto nada más.
– Pero tocas bien, Lucho, no seas tan modesto.
– Bueno. Uno aprende a pulsarlas de estar horas y horas con ella sacándolas tonadas y compases.
– ¡Guarda!
– ¿Qué fue eso, ah?
– Una inmensa piedra que ha rebotado en la pista y se ha ido al fondo del barranco.
–¡Pucha! ¡Si nos coge!
– Ya no vamos a estar para contarla. Así son estos caminos
Si esa piedra nos coge cuando estamos pasando, ¡ahí quedamos!
– Se necesitará tractor para moverla un centímetro.
 
4. En deleite
la amargura
 
– Pasamos por estos pueblos y todos duermen. Duermen los pobres, duermen los ricos. Duermen los comerciantes, duermen los artesanos.
– Nosotros permanecemos despiertos, desvelados.
– Duermen apacibles los que no tienen conciencia social.
– El amor es sublime, el amor es sagrado. El amor es idealista y tiene profundidad, nos impulsa a hacer hechos grandes y hermosos.
– Pero, no hables tanto y dinos quién es ella. Y cuál es su nombre.
– Y, ¿para qué?
– Entonces vamos a adivinar. Pero danos algunas pistas.
– Su nombre tiene música. Es un nombre como la rosa llena de espinas.
– En estos momentos ellas duermen y nosotros sufrimos desolados.
– Escucha esta composición, es de Felipe Arias Larreta y se titula Despedida:
Era lenta, de luna y terciopelo,
la noche que entraste a mi ternura,
por huellas de fragancia, luz y vuelo,
y trocóseme en deleite la amargura.
 
5. Flor
 hermosa
 
– Y tú, ¿por quién vas?
– Por ella.
– Pero di su nombre!
– Por ella, nada más. ¡Por ella
– ¡Ya sabemos quién es, solo que no quieres decirlo!
– Dilo hermano, grítalo, aunque esté lejos, ¡grítalo! Qué bellas y profundas resuenan las notas de la guitarra en la noche estrellada. Juntan los aleros, las piedras, las luces del horizonte, y nuestro corazón
– Qué nos falta digo para iniciar la revolución. Tenemos esa inmensidad que es César Vallejo. Pero, antes, a Túpac Amaru. Entre nosotros a los chucos, a los chimúes, a nuestras madres, padres y hermanos. Tenemos a nuestras amadas. ¿No es suficiente? ¿No es digno luchar por todos ellos?
Las noches silenciosas en el pueblo. Las casas, los balcones.
– La amistad, Luis, es una flor hermosa.
– Es una joya.
 
6. Lágrimas
me faltan
 
– Juremos luchar por siempre por el Perú
– Juremos por estas estrellas, por este cielo infinito, por las montañas tutelares, por las sepulturas de nuestros antepasados que reposan bajo este suelo, juremos no descansar hasta liberar al hombre de nuestro pueblo.
– Cantemos:
China santiaguina,
qué tienes.
Porque no me miran
tus ojos
Serás porque tienes
otro querer,
yo también lo tengo
igual que tú.
Cada vez que llego
al sitio,
dónde prometiste
quererme
lágrimas me faltan
para llorar,
corazón me sobra
para querer.
 
7. Que viva
 la vida
 
Los montoneros, los guerreros amaron la música, cargaban su guitarra.
Se levantaban en armas por un acto humano, porque inhumanos son los opresores que provocan estos mundos de miseria.
Hagamos la revolución por el arte. Hay que unir arte, amor y revolución.
– Toca la guitarra Guillermo. Y no sufras hermano. Seca esas lágrimas. Y que más bien bajen abundantes las promesas y juramentos que le hacemos a nuestro pueblo.
– ¡Juremos! Juremos por estas estrellas nunca desmayar hasta hacer la revolución social que necesita nuestro país. ¿Juramos?
– ¡Sí, juro!
– Por estas montañas grandiosas. Por estas piedras. Por esta grandeza qué nos inspira a luchar, a ser heroicos. A luchar contra el oprobio, contra la injusticia y contra la muerte.
– Y, ¡que viva la vida!

 
 
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