CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
ADHESIÓN
SEGUNDO COLOQUIO
DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
“FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS”
ORGANIZA
ASOCIACIÓN FABULADOR
fabulador.lij@gmail.com
AUDITORIO PRINCIPAL
FACULTAD DE LETRAS
UNIVERSIDAD NACIONAL
MAYOR DE SAN MARCOS.
24 AL 26 DE SEPTIEMBRE
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PRESENTACIÓN
DEL LIBRO
“VALLEJO Y SER
HERMANOS”
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
EXPOSICIÓN
DE PRINCIPIOS:
RAMÓN NORIEGA
“LA HERMANDAD
EN VALLEJO”
MENSAJES: VALLEJO
LA FE Y EL MUNDO ANDINO
MANUEL VEJARANO
FLORENCIA ROLDÁN
PANEL
DE PRESENTACIÓN:
JULIO YOVERA
DANTE CASTRO
MARITZA OLÓRTEGUI
DECLAMANDO
A CÉSAR VALLEJO:
ERIBERTO GALINDO Y
FREDERIK SOTOMAYOR
ACTUACIÓN MUSICAL
DIANA CHÁVEZ
AUTORA DEL DISCO
“DE JUNCO Y CAPULÍ”
CONDUCCIÓN:
RAMÓN NORIEGA
MANUEL RUIZ PAREDES
JUEVES 16 DE OCTUBRE. 7 PM.
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
Agradecemos
su gentil asistencia
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19 DE SEPTIEMBRE
EL
PERIODISMO
LITERARIO
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
LA CRÓNICA,
SOBRE LA VIDA
CONVULSA
Danilo Sánchez Lihón
1.
La creación del mundo en siete días que hizo Dios, y que aparece referida en el Génesis, primer libro de La Biblia, es la primera muestra de periodismo literario en la historia humana, y modelo de una crónica de acontecimiento, pues empieza situando el espacio y estableciendo el tiempo en el cual va refiriendo hechos día por día con una escrupulosidad y detalle admirables.
En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre el agua.
Entonces Dios dijo: "¡Que haya luz!"
Y hubo luz. Al ver Dios que la luz era buena, la separó de la oscuridad y la llamó "día", y a la oscuridad la llamó "noche". De este modo se completó el primer día.
Después Dios dijo: "Que haya una bóveda que separe las aguas, para que éstas queden separadas."
Y así fue. Dios hizo una bóveda que separó las aguas: una parte de ellas quedó debajo de la bóveda, y otra parte quedó arriba. A la bóveda la llamó "cielo". De este modo se completó el segundo día…
2.
Asimismo, en nuestra historia nacional los primeros textos de nuestra literatura es periodismo literario y son los crónicas soldados de la conquista del Perú, como Francisco de Jerez, Pedro sancho de la Hoz, Cristóbal de Mena, Miguel de Estete y Pedro Cieza de León llamado el Príncipe de las Cronistas Españoles de la Conquista del Perú. He aquí cómo Cieza nos presenta los Caminos del Inca que encontró a su paso:
“Creo yo que, desde que ay memoria de gentes, no se ha leído de tanta grandeza como tuvo este camino, hecho por valles hondos y por sierras altas, por montes de nieve, por tremendales de agua, por peña viva y junto a ríos furiosos; por estas partes iba llano y empedrado, por las laderas bien sacado, por las sierras desechado, por las peñas socavado, por junto a los ríos sus paredes, entre nieves con escalones y descansos; por todas partes limpio, barrido, descombrado, lleno de aposentos, de depósitos de tesoros, de templos del Sol, de postas que había en este camino. ¡Oh! ¿Qué grandeza se puede decir de Alexandro ni de ninguno de los poderosos que el mundo mandaron que tal camino hiciesen ni levantasen el proveimiento que en él había…?”
3.
Crónica es registro, puntualización y cronología; son hitos, cantones y señales de momentos e instantes transcurridos que tienen un espacio y un tiempo concretos y en ellos una ocurrencia imprevista, sorprendente e inusitada.
Supone entonces sucesión, secuencialidad y línea de tiempo continuo en el desarrollo de incidentes a lo largo de un proceso en donde va presentándose cómo ocurrieron los hechos, asunto que determina su principio que es subyacente e implícito en la crónica, cual es el de causalidad. Y el de reconstrucción de la peripecia; el dejar testimonio de cómo aconteció.
En la crónica no solo está permitido sino que es una exigencia que esté presente la voz, la persona y el accionar del cronista dentro del universo de la crónica, quien es el Rey Midas que todo lo que toca lo convierte en actos, en cosas que se mueven desde un antes a un después en ocurrencias visibles a los ojos del lector.
Por eso, el cronista más que temas tiene inquietudes, intereses, hambre y sed de hechos, instinto de noticia, y quien hace novedad de lo que puede ser viejo y acabado.
4.
Las crónicas deben captar la vida, casos ilustrativos, muy de fondo y dramáticos, acerca de cómo se desenvuelve la realidad, de cómo es la gente, de cómo es el hombre; de la peculiaridad de los pueblos y las características y el perfil de sus moradores.
La crónica es testimonial, presenta circunstancias vividas, concretas y reconocibles en el mundo cotidiano. No divaga, ni recrea. Es monda y lironda, escueta e imparcial como el levantamiento de un acta a cargo de un notario quien se inhibe de juzgar y calificar.
Sin embargo, por esta funcionalidad acerca de un hecho inconcebible, está más cerca del arte que del boletín informativo, está más próxima a la novela que de la página de locales del diario de la mañana; más arrimada a la poesía que la leyenda de la contratapa de un libro o el anuncio de una película, o de la noticias de la página cultural de un órgano de prensa.
Hay géneros que se parecen mucho a la crónica, que no son la reseña ni el informe, ni la nota biográfica que no están ni cerca ni próximas a ella. Más próximo está a la épica histórica que generalmente se tipifica como crónica histórica.
5.
La crónica es espasmódica, convulsiva, paroxística. Tiembla desde el inicio hasta el final, de la cabeza a los pies. Es vibrante, se contorsiona a ras del piso y delante de nuestras narices. Casi siempre lo constituye un solo hecho que se desgrana en sacudidas y estremecimientos pequeños. Es el caleidoscopio de un solo suceso y del drama en un acto donde no se cierra el telón sino que queda abierto para siempre. No permite sino una sola escena donde acontece algo que nos dejará pensando meses, años y toda una vida y así como el acto de los escalofríos de que está compuesta su estructura o su armadura.
Se desarrolla de acuerdo a un orden temporal, de allí que tiene implícito en su nombre mismo el ser cronología. Es un texto breve con una historia fugaz que hace su condición fatal cual es el estado de muerte que es la índole y el temperamento de su entraña en donde nada se llora. , donde no hay sentimientos explícitos, ni declarados tornados descripción o discurso. Porque la crónica no siente ni piensa sino solo anota y registra. De allí que las crónicas no son temáticas sino circunstanciales, ocasionales y repentinas, es el mundo hirviente, caótico en donde ellas encuentran su elemento natural y asidero, no en la normalidad pareja y sin accidentes, sino en tierra farragosa, abrupta, intrincada e indomeñable.
6.
Acción, hechos, sobre todo aquellos que son inesperados e incomprensibles; factos, ocurrencias y acontecimientos de la ciudad o el campo pero en llamas.
De allí que la crónica sea lo que nos hace verdaderos periodistas porque en ella somos los sacerdotes de este culto bárbaro de arrodillarnos ante los factos y sus deidades, los eventos, los trances y los hechizos.
Porque el Dios del periodista es el acto, la ocurrencia acontecida en cualquier punto de la ciudad, sus alrededores y caminos. Y el cronista es el sacerdote de ese culto salvaje que nos une a ese ícono, a esa omnipotencia y ese demiurgo que es el acontecimiento.
Que la gacetilla recoge tal ícono pero inmóvil y yerto por la hazaña o el crimen cometido. El informe lo presenta para la comprensión del público. El cronista lo vuelve a revivir, le da otra vez aliento que inclusive pudo no haberlo tenido.
El cronista le da pulso, respiración y latido a un personaje o a un pasaje que de repente jamás lo tuvo. Y lo presenta no para la comprensión sino para la incomprensión absoluta. Y lo consagra a vivir para siempre en la retina de nuestros ojos.
7.
De allí que se hacen crónicas allí en donde hay vida palpitante y convulsa y parturienta. Vida que a momentos se exalta, explosiona y desborda creando situaciones insospechadas que la crónica recoge sin sentir ni pensar en cuál es su destino o su suerte, en quién lo ampara o desampara. El cronista no se pregunta nada.
De allí que la crónica se escribe con verbos activos, porque en ella ocurren sucesos, o un hecho mayor con multiplicidad de movimientos pequeños. Y se lo hace sin adjetivaciones, sin describir, sin juzgar, más que fríos helados. Es el mundo mondo y lirondo, es la posibilidad de cantar y contar una narración de vida y muerte pero de un modo matemático.
Las crónicas son poemas, pero por ser periodísticas son los poemas del mundo sumergido en las 24 horas del día que hacen un caudal de agua turbia y turbulenta de donde hay que extraer un acto puro, de aquel río indomeñable que es cada día, que carga sus corrientes y produce descalabros en donde la crónica hunde sus raíces y sus redes.
En la crónica resalta el elemento personal porque nos salpican sus aguas, o nos arrolla por entero aquel oleaje de donde salimos a redimir lo acontecido con la pluma en ristre, igual que un caballero andante que blande su espada o su lanza convertida en pluma que aparenta que ni siente ni piensa pero que sí tiene alma.
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XVI ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2015
LIMA:
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TRUJILLO:
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JUEVES 21
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VIERNES 22
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