Danilo Sánchez Lihón
1. Un
desafío
Después de 20 años de labor continua e incesante y luego de la consolidación del Eje Norte, estamos logrado el reto de legarle a nuestro pueblo algo grande y digno, cuál es que Capulí sea erigido en un patrimonio en la cultura nacional.
Y que el mes de mayo se vuelva fiesta del alma, celebración cultural por ahora en los pueblos que recorremos pero que poco a poco vayamos involucrando a más ciudades, con expresiones de poesía, danza, folclore, ponencias, serenatas, pasacalles, izamiento de banderas en las plazas públicas.
Dentro de esta perspectiva, lo más importante es haber constituido un cuerpo organizado de personas que no esperan instrucciones, sino que deciden por sí mismas en asuntos sobre la organización de las Telúricas de Mayo, siendo así que Capulí ya ha alcanzado un punto de apoyo verdadero donde el centro de su organización está en la entraña y al interior del mundo andino.
Hecho que nos plantea un desafío aún mayor, cual es estructurar, alentar y comprometernos con un proyecto histórico de enorme proyección teniendo una misión grandiosa por cumplir, porque César Vallejo no solo nos da el orgullo de haber nacido en nuestro pueblo, sino que a partir de él nos comprometemos a llevar a cabo una empresa social de transformación y de justicia social y de desarrollo con valores y con dignidad.
2. La causa
que lo signa
Pero, qué es aquello que caracteriza y define a Capulí, Vallejo y su Tierra, ¿además de su filiación con César Vallejo? En primer lugar, somos un movimiento y una corriente de sensibilidad y pensamiento que erige al mundo andino como su referente fundamental. Y que reconoce y define a la cultura como el factor principal en el desarrollo de nuestros pueblos.
Tracemos, por eso, algunas coordenadas de reflexión y acción que nos permita tener un horizonte lo más esclarecido posible. En tal propósito, y consolidando el apunte, son componentes básicos de Capulí, además de César Vallejo, el mundo andino y el ámbito de la cultura.
Sobre César Vallejo y el mundo andino ya hemos sentado algunas bases, de allí que esta vez queremos enfatizar en el aspecto de la cultura como determinante para cambiar la política, la administración de justicia y nuestro comportamiento social, factor al cual no le hemos dado el valor que merece, ni lo hemos reconocido como un sector fundamental interés, trabajo y desvelo.
Incluso, no deberíamos ocuparnos tanto de política sino de su raíz como es la cultura de la cual deviene. Y, sin embargo, miramos obsesivamente aquel panorama de frustraciones y desolación en donde si las cosas van bien adulamos, y si van mal renegamos y nos desmoralizamos sin ir a la causa que lo condiciona, signa y determina.
Reconociendo que este es el campo decisivo, ya que la alimentación y la salud de nuestro pueblo es problema cultural, como optar por el bien, la verdad y la belleza es problema cultural.
3. Sinceras
y fraternas
La educación, por ejemplo, ¿de dónde extrae sus orientaciones y condicionantes fundamentales? De la cultura. La conducta de las personas, su actitud, sus hábitos, ¿cómo, o desde dónde, se rigen? A partir de qué factor ¿somos hombres honrados o no lo somos? ¡De la cultura!
Por eso, Capulí, Vallejo y su Tierra se construye a partir de este campo, y es allí donde debemos dar la batalla frontal porque en ella hay mucho qué enmendar y corregir; tratando, en primer lugar, de separar el grano de la paja, lo valioso de lo descartable, lo trivial de lo trascendente. Y eliminar lo detestable en que se han convertido algunas prácticas que pareciera que ya se hicieron hábito y costumbre, con el agravante de constituirse en el canon imperante.
En tal sentido, queremos ser parte de una nueva cultura más coherente, intrínseca y humana, concomitante con el mensaje que se desprende de la vida y obra de César Vallejo, haciendo un arte sincero, sin artificios, ni poses ni mascaradas, cultivando una literatura de la identidad que trace las líneas directrices y maestras de una nueva actitud.
Siendo así Capulí, Vallejo y su Tierra es llama votiva y meollo de peruanidad, es nervio y razón, como es impulso y es corazón, en donde se respira mística por el Perú. Como es enseña y es promesa, llaga y pendón, hundiendo nuestras raíces en lo mejor que tiene nuestro pueblo, como es su raigambre andina; hincada la rodilla en esta que es tierra sagrada, donde florecieron culturas de asombro que se hicieron, como sustancia de evolución, pacíficas, sinceras y fraternas.
4. Luz
permanente
En razón de todo esto es importante poner en claro lo que hacemos, convocando y organizando, para que convirtamos esta peregrinación por el mundo andino, y por un rosario de pueblos por los cuales hemos de pasar, en una fiesta del alma que leguemos al Perú como símbolo de hermandad y de ternura, al Perú como símbolo de utopía.
Otorgándole la majestad, la rúbrica de oro y la mascaipacha incaica como escenario de la esperanza, y de la fe; y en la convicción de que podemos construir aquí y ahora una esperanza; y la forja resplandeciente de la utopía andina que nos legaran como herencia gloriosa nuestros antepasados.
Avancemos en tal proyección con el paradigma del nosotros que César Vallejo supo enseñarnos, llenándonos de aquella fuerza de que se cargan nuestros ríos para inundar la tierra a fin de hacerla fecunda y que las mieses fructifiquen y abunden.
Siendo así Capulí, Vallejo y su Tierra ya es llama votiva porque es luz que ilumina y abriga, y es fuego que irradia estos contenidos. ¡Y es allí donde el Perú brota prístino! Y donde tiembla y surge bajo ese aliento su canto de triunfo.
Siendo un faro, una antorcha, una luz permanente que se abre paso. Siendo así Capulí ya es una lámpara encendida y un lucero que fulgura, relumbra y que guía. Capulí es un desafío y un descubrimiento para siempre. Y es arraigo, filiación y pertenencia a la tierra.
5. Hacia
el futuro
En razón de todo ello nos comprometemos solemnemente a llevar este estandarte por los caminos con un mensaje de redención en función de César Vallejo, del mundo andino y de la cultura como claves para ser en el mundo, dándole el vuelo de águila, la trascendencia y significación que debe tener.
Y todos nosotros, por venir y participar en este peregrinaje nos reconocemos entonces como hermanos, como heraldos y voluntarios de las causas que nos animan y comprometen, suscribiéndonos como voluntarios de huesos fidedignos de la esperanza y brigadistas en quienes la consigna es: ¡Yo me adhiero!
Somos legión Capulí. Somos soldados y montoneros. Somos Brigada Vallejo. Y que nuestro cometido es: formar ciudadanía en estos contenidos. Somos hombres convertidos en banderas. Somos peregrinos, brigadistas, militantes.
Porque en general, hemos sufrido mucho como para seguir perdiendo oportunidades en las cuales ganar la guerra verdadera, cual es superar el atraso, la ignorancia y la pobreza.
Fuimos en el primer y segundo siglo de la República el país de las oportunidades perdidas. Pero no podemos seguir detenidos ni mirando hacia atrás sino ir hacia adelante, prueba de que hemos ubicado nuestro coche en el sentido de la vida, siendo que tenemos que avanzar hacia el futuro.
6. Con las botas
puestas
Y todo eso se cumplirá si afirmamos que somos luz, brillo, inteligencia, rayo de sol; porque todos somos luz natural y divina, luz del alma, luz inextinguible de nuestra identidad.
Y todo esto se cumplirá si reafirmamos que somos Cataris, que es ser un organizador, un maestro, un líder; quienes ordenan el universo dando un sentido. Y quienes se consagran como protectores de su comunidad. Quienes son los que van adelante, atrás, a los costados.
Y todo esto se cumplirá si somos coraquenques, que vuelan alto, pero para defender, que salvan distancias y arriesgan la vida por amparar al indefenso y a los que están en desventaja, siendo fuertes y luminosos.
Y todo eso se cumplirá si somos impulso; en quienes está prohibido el desaliento. No siendo este ni el espacio ni el tiempo para los recelosos ni para los que se eximen, puesto que estos son tiempos de guerra en contra del desánimo. Por eso, luchar y ganar en todo; eso nos fortalece como colectivo.
Si es necesario morir hemos de hacerlo, pero con las botas puestas.
7. Alisten
sus banderas
Eso sí, tenemos que hacernos más prácticos y efectivos, sabiendo que es mucha la obra por realizar, sabiendo que son muchas las barreras por vencer, que hay un complot de destrucción en contra de lo genuino.
Tenemos que hacernos contumaces y totales, íntimos y universales, operando con absoluta pertinencia, exactitud y rigor.
Somos la fuerza que inspira un ideal sublime. Por eso admiramos a los verdaderos amantes.
A aquellos que defienden su amor y son obstinados hasta el punto de la consagración. Por eso:
¡Compañeros, camaradas, ¡hermanos! Listos a partir los veo enterizos, firmes y ecuánimes, ¡cómo han sido y son los soldados antes de empezar una batalla!, cuando tienen la plena convicción y saben que van a triunfar.
¡Defensores de la vida, de la patria, del bien!, que han asumido defender al hermano, defender al caído, defender al prístino mundo andino.
¡Alisten sus banderas y estandartes! ¡Alisten sus clarines! Somos legión Vallejo, ¡Somos legión Capulí! ¡Somos legión de un mundo nuevo! ¡Somos grupos organizados! ¡Se inicia nuestro cantar de gesta y nuestra epopeya en la historia!
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