CUENTINA DE NAVIDAD
Por Pilar Barrón Tello
Cori, la niña del Manu, llegó a la ciudad de Lima el veinticuatro de Diciembre para celebrar la Navidad, el cumpleaños de Jesús, con la familia de su amigo Viktor. Eran las diez de la mañana. Se dirigió en su carreta de madera, tirada por cuatro caballos, rumbo a la casa de Viktor en el distrito de Barranco, Lima.
Gotcila, ...el perro de la casa ladró alegremente y salió a saludar a Cori. Viktor le dio a Cori un gran abrazo.
-Hola Cori, me alegra volver a verte -Viktor-.
-gracias -Cori-.
-Ven, pasa ¿qué te parece mi casa? -Viktor-.
-Muy linda pero debes correr las cortinas para aprovechar la luz natural de día y el alumbrado eléctrico de la calle por las noches, tienen que acostumbrarse a dormir más temprano, una hora de televisión y una de computadora para estudiar -Cori-.
-Tienes razón, ¡Mamá, llegó Cori! -Viktor-.
Toda la familia saludó a la niña del Manu: la señora Maril, sus hijas Marisol de tres años, Váleri de cinco, Aída de nueve y Francisco de once años.
-¡Hola Cori! Bienvenida -señora Maril-.
-Gracias señora, me gustaría llevar a toda la familia al Parque de Las Leyendas en mi carreta ¿aceptan? -Cori-.
-claro que sí, vamos -la señora Maril-.
Cori llevó a la señora Maril y a sus hijas al Parque de Las Leyendas en la carreta tirada por sus hermosos caballos. Bajaron de la carreta y entraron al gran Parque; caminaron muy contentas admirando a los animales de la Selva y luego de una hora, se detuvieron a descansar en una banca de madera frente a una pequeña laguna donde vivían garzas que aleteaban y reposaban serenamente sobre las piedras, pero encerradas entre grandes ventanales del Parque.
Marisol, la hija más pequeña de la señora Maril, vio a las garzas y dijo:
-¡Quiero llevar a esas aves al campo para que sean libres!
Váleri observó y dijo:
-¡Tienen que ser libres y vivir en los ríos!
Aída, la hija mayor de la señora Maril, miró a la mamá pata que nadaba en la laguna, seguida de diez patitos amarillos en la singular formación de uve, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. Aída comentó:
-Mis hermanitas tiene razón, las aves deben vivir en los ríos y en el bosque, deben ser libres; los patitos son tan bonitos que deben crecer y gozar de la naturaleza hasta que sean viejitos -Aída-.
-Y miren a los pavos reales, allá al fondo -Cori-.
-¡Qué bellas sus plumas! mami, por favor, nunca más prepares el pavo de Navidad ni arroz con pato, ni cebiche de pato, ni el pato a la naranja que tanto nos gusta; uno de los patitos me ha dicho que son nuestros ángeles guardianes y que por eso tienen alas -Aída-.
-Entonces tampoco quiero comer pollo frito, ni pavita, ni nada que tenga alas. ¿Cómo voy a comerme a los ángeles que nos cuidan? -Francisco-.
-Tienes razón, entonces para celebrar la Navidad que es el cumpleaños de Jesús, cenaremos tamales verdes, humitas, ensaladas, chocolate caliente y panetón.
-Y también frutas, pecanas, almendras, avellanas, nueces, pasas y agua de Quillabamba que les he traído -Cori-.
-Hoy día comprendí que debemos cuidar a las aves porque son ángeles con alas y nos cuidan -Viktor-.
-Las aves tienen la cualidad de proteger el medio ambiente, gracias a ellas hay árboles y vida. Gracias por vivir la Navidad en armonía con la naturaleza -Cori-.
¡FELIZ NAVIDAD Y MUY BUEN AÑO 2,014!