Construcción y forja de la utopía andinaAGOSTO, MES DE LOS NIÑOS,DE LA JUVENTUD, LAS COMETAS,EL DEPORTE, EL FOLCLOR YDE LOS PUEBLOS INDÍGENASCAPULÍ ESPODER CHUCO
SANTIAGO DE CHUCOCAPITAL DE LA POESÍAY LA CONCIENCIA SOCIAL
HERMOSOES EL ROSTRO DEL BIEN
¡Niños!¿Cuál es la joya que como una perla preciosa sobresale de todo aquello que hoy se hunde, se entierra y fenece, por un lado, y nace en un tiempo nuevo?Esa joya es la idea, la noción y la práctica del bien en nuestras vidas. ¡Esa es la esencia, niños!El bien, ese diamante que fulgura cuando se lo tiene y más aún cuando se lo ha perdido. ¡Es esa avecilla, pálpito y aliento que todo lo anima y sustenta!El bien que es la clave del universo, como de la belleza, la verdad y el sentido que se encuentra en todo lo creado.El bien que hace salir el sol cada mañana en que el mundo nace siempre bueno cuando nace. El bien que todo lo ampara, prodiga y embellece.Porque hermoso es el rostro del bien, niños. Y de bien está hecha la casa del universo; ¡y la fibra raigal de la vida!Es el bien que todo lo anima y sustenta. Es el eje que al final gobierna la marcha del cielo y la tierra.Hermoso es el rostro del bien, esa avecilla palpitante que vive y aletea en el corazón de todo lo creado. Por eso, a él abrázate, recurre y atente. Y en él confía. ¡Es quien al final renace y triunfa!Ahora es un gran día de fiesta donde tú eres el centro. Y siente aquella avecilla de luz latiendo en el fondo de ti.Son las alas dadivosas y doradas del bien las que sustentan la vida. Que abre y pliega sus alas doradas y su temblor que es infinito.DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
Danilo Sánchez LihónEl 26 y 27 de septiembre del año 2014,en las cercanías de Iguala, en el estadode Guerrero, en México, fueron atacadospor agentes de la policía municipal, y luegoentregados a una banda delictiva, 43 estudiantesde la Escuela Normal de Ayotzinapa. Se dicedesaparecidos porque sus cuerpos no son hallados,hasta ahora, pero se sabe que fueron asesinadoscon ensañamiento y crueldad despiadada.Para que triunfe el mal, solo esnecesarioque los buenos no hagan nada.Edmundo Burke1. Se espantay se crispaA uno de ellos lo despellejaron vivo, es decir le arrancaron la cara con sus ojos, y aparece con sus cuencas vacías, sus dientes inmensos y aun moviéndose sangrante en la escena más macabra del horror que se pueda imaginar.Y era solo un estudiante, sin que pertenezca a un bando contrario al cual se odie por alguna razón aparente, y que la conciencia humana pueda al menos entender.¿Cómo es posible que a algunas personas se les haya podido inocular un desprecio tan inmenso; o ser insensibles de tal modo que por nada del mundo sientan escrúpulos ni se conmuevan de hacer sufrir a un ser humano sin que se le impute algo ni sea un enemigo?Es inconcebible siquiera imaginar este infierno. El alma humana se espanta y se crispa. Mucho peor es aún pensar que exista una mano y una voz que ordene ejecutar un acto criminal como este.2. Pero,antesY pensar que todo ello va a quedar impune, porque hay un enredo de trámites que al final todo ha de quedar como un caso no resuelto. Pero lo atroz y monstruoso es saber que esas mentes y esas manos existen. Que las ha habido. ¡Y que se compruebe que las hay, estremece!¡Estremece que se maten a seres humanos indefensos, oprimidos en camiones del servicio de basura de la ciudad! Hacinados y compactados como si fueran desechos.Y eran jóvenes estudiantes normalistas que se formaban para ser maestros cuyo único delito era preparar una protesta de carácter social. Y que no tienen que ver nada con el delito.¡Asfixiarlos de ese modo! Y a los que lograron sobrevivir, a los que aún se retorcían, llevarlos al barranco donde se arrojan desperdicios y allí acribillarlos y despeñarlos luego.Pero antes, a golpes hacerlos que se agachen con las manos en las nucas para asestarles el balazo final, ultimándolos. Y con el pie hacerlos que rueden y caigan junto a los residuos.3. ¿Quémanos?Y a otros hamacarlos vivos y arrojarlos al abismo cayendo a pique envueltos en sus ruegos, en sus ayes y alaridos. ¿En nombre de qué lo hacen? Del poder instituidoPara abajo alinearlos en una pira, atravesados unos con otros como leños, juntando llantas, plásticos, maderas, cartones y todo tipo de material inflamable de los que se arrojan en los estercoleros.Rociarles encima gasolina, y empaparlos en combustible diésel, por manos que uno se resiste a creer que sean de seres humanos y prenderles fuego y quemarlos sin que sean siquiera enemigos.Sin que constituyan un bando contrario ni una amenaza para una facción, ni para nadie.Sin que nos hayan hecho nada personal, o hayan actuado contra alguien salvo el estado de cosas favorable para aquellos que medran con la corrupción incrustada ya en todo lo instituido.4. JóvenesnormalistasA pocas horas de la masacre lo único que ha quedado es una pira que arde desde la medianoche hasta la tarde del día siguiente, produciendo un calor y olor sofocantes junto a la basura maloliente.Pira alisada diligentemente con 43 cuerpos jóvenes antes bullentes de sueños y ahora inertes allí dentro del estiércol.Con los dientes calcinados que aún resisten, aunque ya lejos de sus maxilares el chisporroteo del fuego.Con los huesos separados de sus ubicaciones, y las pupilas que observaban la vida lejos de sus cuencas ahora vacíasDespués mezclados con tierra y arena. Y machacados los huesos que fueron llenados en bolsas y arrojados al río para que desaparezcan.Víctimas que no eran culpables de nada, que eran jóvenes normalistas sin ningún vínculo con el crimen ni el delito.5. Tanto quehe pensado¿Por qué uno de estos jóvenes, uno de los 43 asesinados, aunque son mucho más los muertos, no va a ser un hijo mío? ¡Cualquiera! ¡A cada uno los siento como parte de mi sangre!A quien he cuidado con amoroso esmero a que no se lastime ni la punta de un dedito, ni se le hunda una astilla en la palma de su mano o una arenisca en su pupila. ¿Y ahora así lo hieren y lo matan y lo arrojan como un hato de basura?¿Cuándo puse todo mi arrojo en que no vaya a tropezarse en algo y se haga una herida en el codo o la rodilla?¿Por qué no ha de ser mi hijo cualquiera de ellos a quien le he comprado devoto un tarro de leche vendiendo libros en la plaza pública, aunque yo me haya quedado de hambre?¡Un hijo a quien para verlo sonreír no he tenido ningún problema de quitarme yo mismo un pan de la boca! Tanto que he pensado que hasta de muerto he de correr para auxiliarlo6. EstehoyoUn hijo de quién conozco sus ilusiones por quien anhelo que todo sea para bien; con su clara sonrisa en el viento.Y su ternura, aunque sea a lo nimio, a lo trivial o a lo común y corriente.De allí que resulte inconcebible imaginar que esto pueda suceder. Pero ha ocurrido este crimen de lesa humanidad que resulta difícil aceptar que sean manos humanas quienes lo hayan perpetrado.Sin duda hay culpables directos. Lo atroz es que hay culpables institucionalizados en los gobiernos locales.Pero el culpable mayor es este sistema de oprobio y de horror que ha colocado el dinero y los bienes materiales por encima de todas las cosas.¿Hemos llegado así a este hoyo? ¿Hemos sido capaces como civilización de descender a este infierno y a niveles tan macabros?La conciencia humana está herida. Nunca el hombre como especie ha podido rebajarse tanto.7. Y cambiarnosotrosY hay todas las evidencias que esas mentes y esas manos están vinculadas al gobierno a quien se ha elegido para velar por nuestra seguridad. Si es así, ¿entonces a qué punto hemos llegado?¡Tanto dolor! ¡Tanto odio! No existen palabras para describir lo acontecido. Dolor, rabia e impotencia siente cada madre, padre, hermano; cada familia y cada ser humano.Y todos nos aferramos a un grito salvaje pero imposible: “¡Vivos los llevaron, y vivos los queremos!"¿Qué creen los inicuos y malvados? ¿Qué algún día no se conocerán sus fechorías?El signo del mundo es el bien. El eje de la creación humana es la conciencia moral.A las autoridades corresponde castigar a los culpables. A todos los seres humanos de la tierra cambiar este modelo social. Y cambiar nosotros mismos.*****Los textos anteriores pueden serreproducidos, publicados y difundidoscitando autor y fuentedsanchezlihon@aol.comdanilosanchezlihon@gmail.comObras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.comEditorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.comEditorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.peEdiciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.comEdiciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es*****DIRECCIÓN EN FACEBOOKHACER CLIC AQUÍ:*****Teléfonos Capulí:393-5196 / 99773-9575capulivallejoysutierra@gmail.comSi no desea seguir recibiendo estos envíosle rogamos, por favor, hacérnoslo saber.